Las cortes decidieron someter a votación la proclamación de una república


TEMA 11. SEXENIO REVOLUCIONARIO 1868-1874

Introducción

La revolución de Septiembre de 1868,  llamada “Gloriosa”, significó el final de la monarquía de Isabel II. Sucedíó después seis años de inestabilidad, en los que hubo varios regíMenes políticos. La carácterística común a todo el periodo fue la búsqueda de un nuevo orden político y social, tuvo un protagonismo fundamental la pequeña burguésía de las ciudades y el naciente movimiento obrero. Por ello, esta etapa se denomina Sexenio Democrático o Sexenio Revolucionario. Fue la última etapa de la revolución liberal en España y representó un intento de ampliar el liberalismo e instaurar la democracia.

Desarrollo

1. LA REVOLUCIÓN DE 1868 Y EL GOBIERNO PROVISIONAL (1868-1871)

En el último periodo del reinado de Isabel II se produjeron una serie de crisis económicas y políticas que mostraban,, las deficiencias del sistema liberal y, la debilidad de la economía capitalista en España. En el plano político la causa fue el agotamiento del régimen político moderado. Firmaron el Pacto de Ostende en 1867 y optaron por la preparación de un movimiento revolucionario cuyo objetivo era destronar a Isabel II. La muerte de O’Donnell en 1867 facilitó la adhesión del general Serrano (el nuevo dirigente de la Uníón Liberal) a la causa revolucionaria.

La revolución comenzó con el pronunciamiento de la Armada en Cádiz, al mando del almirante Topete, y del ejército, con los generales Prim y Serrano. Pero la revolución se consolidó gracias a la formación de Juntas Revolucionarias de carácter civil que, desde Andalucía, se extienden a toda España En un primer momento el poder residíó de hecho en las Juntas, que reclamaron amplias medidas de democratización política (sufragio universal, libertad de expresión, de reuníón, de asociación, de culto) y reformas sociales (desamortización, abolición de las quintas, etc.).

El Gobierno Provisional se constituyó con el general Serrano como regente, y el general Prim, presidente de un gobierno integrado por progresistas y unionistas, que marginaba al resto de fuerzas políticas. El gobierno puso en marcha buena parte del programa revolucionario democrático, disolvíó las Juntas y desarmó la Milicia Nacional. También aprobó una serie de medidas como el sufragio universal, las libertades de religión, imprenta, reuníón y asociación y convocó elecciones para la formación de Cortes Constituyentes, que serían por sufragio universal masculino. Los comicios celebrados en Enero de 1869 dieron la victoria a la coalición gubernamental (progresistas, unionistas y un sector de los demócratas), partidaria de la fórmula monárquica, pero también aparecieron en la Cámara  dos importantes minorías: la carlista y la republicana.

La Constitución de 1869, la primera democrática de la historia de España, establecíó un amplio régimen de derechos y libertades: se reconocían los derechos de manifestación, reuníón y asociación y libertad de enseñanza. De la misma manera se reconocía la libertad de culto aunque el Estado debía mantener el culto católico. La Constitución también proclamaba la soberanía nacional. La forma de Estado era la monarquía pero el poder legislativo residía exclusivamente en las Cortes, el rey tan solo las promulgaba, no podía vetarlas y sus poderes quedaban bastante limitados. Las Cortes eran bicamerales: Congreso y Senado. Proclamada la Constitución y con el trono vacante, los republicanos mostraban su descontento con la nueva situación, los carlistas volvían a la actividad insurreccional. La situación económica era grave y, además había que encontrar un monarca para la Corona española.

2. REINADO DE AMADEO DE Saboyá (1871-1873)

Prim fue el encargado de sondear a los embajadores extranjeros y de llevar a cabo las negociaciones necesarias para establecer un consenso internacional sobre el candidato más idóneo para el vacante trono español. Consiguió imponerse la candidatura de Amadeo de Saboyá, un hombre con una concepción democrática de la monarquía y miembro de una dinastía que gozaba de gran popularidad por haber sido la artífice de la unificación de Italia.

El nuevo monarca llegó al país por el puerto de Cartagena el 30 de Diciembre de 1870 pero tres días antes, Prim había sido asesinado, con lo que el nuevo monarca se quedó sin su valedor y consejero más fiel. El 2 de Enero de 1871, Amadeo de Saboyá fue proclamado rey y, tras tomarle juramento, las Cortes constituyentes se disolvieron para iniciar una nueva etapa de monarquía democrática.

La nueva dinastía contaba con escasos apoyos y contaron con la oposición de la aristocracia, el clero y las camarillas cortesanas de la época de Isabel II. Asímismo, una parte del ejército mostró su resistencia a expresar fidelidad al nuevo monarca. Tampoco obtuvo el favor popular, por causa quizá del arraigo del republicanismo, contrario a la monarquía de cualquier signo.

Una vez establecido el sufragio universal y las libertades políticas, el nuevo monarca pretendíó consolidar un régimen plenamente democrático. Pero los dos años del reinado de Amadeo de Saboyá se vieron marcados por dificultades constantes. Los problemas económicos del Estado seguían siendo acuciantes, además se produjo una lucha permanente entre los grupos políticos, así como la revitalización del conflicto carlista, de la guerra de Cuba y de las insurrecciones republicanas.

La oposición carlista había renacido tras la caída del régimen isabelino. Así surgíó una tendencia parlamentaria frente a la tradicional, partidaria de la insurrección armada. Sin embargo, poco después se desencadena un nuevo conflicto bélico carlista.

Los republicanos se opusieron a la solución monárquica y constituyeron una importante minoría, que se declaró a favor de la implantación de la república federal. El principal dirigente del federalismo fue Pi y Margall. Sin embargo, los republicanos estuvieron divididos desde sus comienzos en unitarios y federales.

En 1868, con el llamado “Grito de Yara”, se inicia un conflicto en la isla de Cuba, uno de los últimos territorios coloniales españoles. El gobierno se mostró partidario de conceder reformas políticas a la isla pero la negativa de los sectores económicos con intereses en Cuba frustró una solución pacífica al conflicto y convirtió la guerra en un grave problema.

La crisis final del reinado de Amadeo de Saboyá fue resultado de la desintegración de la coalición gubernamental. Finalmente, privado de todo apoyo, el 11 de Febrero de 1873, Amadeo de Saboyá presentó su renuncia al trono y abandonó España dejando una impresión de un país ingobernable y contrario a una monarquía democrática.

3. LA PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1873-1874)

La proclamación de la primera República fue la salida más fácil ante la renuncia de Amadeo de Saboyá. Las Cortes decidieron someter a votación la proclamación de una república, que fue aprobada el 11 de Febrero de 1873 por una amplia mayoría. Para presidir el gobierno fue elegido el republicano federal Estanislao Figueras. Se convocaron elecciones a Cortes constituyentes, que ganaron ampliamente los republicanos. Los federales obtuvieron 344 escaños, los unitarios sólo dos. La victoria de los republicanos era, sin embargo engañosa, ya que más de un 60% del electorado se abstuvo.

En Junio, las nuevas Cortes proclamaron la República Democrática Federal. La presidencia quedó en manos de Estanislao Figueras, pero dimitíó al cabo de unos días y el gobierno pasó a manos de Francisco Pi y Margall. En Julio se presentó en las Cortes el proyecto de la nueva Constitución, pero prácticamente no fue debatido y tampoco aprobado. La propuesta de la Constitución Republicana Federal de 1873 establecía que la Nacíón española estaba compuesta por diecisiete Estados, entre ellos Cuba. El proyecto de Constitución planteaba, por primera vez en el liberalismo español, un Estado no centralista, y recogía tradiciones regionalistas que estarían en el origen de las futuras propuestas nacionalistas.

Este proyecto fue el punto de partida de una revolución cantonal que comenzó en Cartagena y se extendíó por ciudades del sur y levante peninsular. En esta revolución, cada población se proclamaba cantón, autónomo del poder central. Los cantones no pretendían disgregar España, sino una España federal. Así los cantonalistas aplicaron de forma radical y directa la estructura federal desde abajo, impulsada, al mismo tiempo, por el deseo de avanzar en reformas sociales. Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y asalariados, y fueron dirigidos en general por federales intransigentes, decepcionados con la nueva República.

El presidente Pi y Margall, se opuso a sofocar la revuelta por las armas y dimitíó, siendo sustituido por Nícolás Salmerón, quien dio por acabada la política de negociaciones e inició una acción militar contra el movimiento cantonalista. Excepto Cartagena, la intervención militar acabó rápidamente con la insurrección. Salmerón dimitíó a principios de Septiembre al sentirse incapaz de firmar las penas de muerte impuestas por la autoridad militar contra activistas cantonalistas. La presidencia recayó entonces en Emilio Castelar, dirigente del republicanismo unitario, mucho más conservador en cuestiones sociales. La República inició a partir de este momento un progresivo desplazamiento a la derecha.

Aunque la sublevación cantonal fue el conflicto más grave que se produjo en el breve período republicano, la Primera República tuvo que enfrentarse a problemas que paralizaron la acción de gobierno. Uno de ellos fue una insurrección carlista. En las zonas sublevadas se fue articulando un embrión de estado, y los ayuntamientos y diputaciones se organizaron bajo los principios forales e impulsaron la lengua propia y las instituciones regionales. Las tropas gubernamentales impidieron la extensión del conflicto a las ciudades, pero fueron incapaces de acabar con él, prolongándose tras el Sexenio.

También continuó la guerra en Cuba, que iniciada en 1868, continuaba extendíéndose y cuya situación la República fue incapaz de mejorar. Aún así intentaron solucionar el problema con el proyecto de estructuración federal del estado, que consideraba a Cuba y Puerto Rico como un territorio de la Federación española.

Tras la recaída del gobierno en manos de Castelar, el nuevo ejecutivo intentó aplicar una política de autoridad y fuerza para controlar la situación del país, especialmente la grave situación de Cartagena. Sin embargo, este intento fue interrumpido por el Golpe de Estado del general Manuel Pavía el 3 de Enero de 1874, quien, con fuerzas de la Guardia Civil, disolvíó las Cortes Constituyentes, finalizando así de hecho la Primera República. No hubo resistencia a lo que era un Golpe de Estado, el manifiesto de Pavía indicaba que el Golpe de Estado era en pro de la libertad, que él no asumiría responsabilidades políticas y que sería nombrado un gobierno en el que no habría representación cantonal ni carlista, también se hablaba de la necesidad de un «poder robusto». El poder pasó en los meses siguientes a manos de una coalición de unionistas y progresistas encabezada por el general Serrano, que intentó estabilizar un régimen republicano de carácter conservador. Pero la base social ya había optado por la solución alfonsina, la vuelta del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

Finalmente, el 29 de Diciembre de 1874, el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto, proclamó rey de España a Alfonso XII, dando por finalizado el periodo republicano.

Conclusiones

El Sexenio Revolucionario supone la última etapa de la Revolución liberal en España y representa un intento de ampliar el liberalismo y conseguir la democracia. Sin embargo, este periodo estuvo lleno de conflictos políticos, sociales y económicos. La burguésía democrática no consiguió estabilizar un régimen político definido y, ante la amenaza de las clases populares, prefirió estabilidad y orden (Restauración) a democracia. El Sexenio fracasó en su intento de modernización política del país y se impuso de nuevo la solución monárquica que condujo al periodo de la Restauración de los Borbones.


TEMA 12. EL RGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. CARACTERSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA.

INTRODUCCIN

Tras el fallido intento de instaurar un régimen democrático durante el Sexenio, se restauró la monarquía borbónica y España volvíó al liberalismo censitario. El nuevo sistema político ideado por Cánovas del Castillo, se fundamentó en la alternancia en el poder de conservadores y liberales. La Restauración se extiende desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta la proclamación de la II República de 1931, con una importante inflexión en 1898. En este largo periodo que abarca los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII, se consolida un régimen constitucional y parlamentario, pero, a pesar del establecimiento del sufragio universal masculino, nunca llego a ser plenamente democrático.

DESARROLLO

Antonio Cánovas del Castillo fue el político clave del momento que preparó el regreso de los Borbones, consiguiendo la abdicación de la reina Isabel II. Redactó el “Manifiesto de Sandurst, que el príncipe Alfonso envió a España desde el colegio inglés de Sandhurst. En él, el futuro rey prometía un gobierno constitucional y se declaraba católico y liberal. Cánovas pretendía vertebrar un nuevo modelo político que superase los problemas endémicos del liberalismo precedente: el carácter partidista y excluyente de los moderados durante el reinado isabelino, el intervencionismo de los militares en la política y la proliferación de enfrentamientos civiles. Para conseguir su propósito, se propuso dos objetivos: elaborar una constitución que vertebrase un sistema político basado en el bipartidismo y pacificar el país poniendo fin a la guerra de Cuba y al conflicto carlista.

La primera medida política de importancia fue la convocatoria de elecciones para unas Cortes Constituyentes, ya que la Constitución de 1869 había quedado sin efecto tras la proclamación de la República. Cánovas actúa como regente hasta que regresa Alfonso XII, que llegará a España en Enero de 187. Alfonso XII entra en Madrid ante la indiferencia popular y con el apoyo de la aristocracia y de la burguésía. Su mejor aliado es el deseo de paz y tranquilidad para España. La Constitución de 1876 es una muestra de la ideología de Cánovas, el liberalismo doctrinario, caracterizado por el sufragio censitario y la soberanía compartida entre las Corte y el rey. Se trataba de una constitución de carácter conservador e inspirada en los valores históricos tradicionales de la monarquía, la religión y la propiedad.

La Constitución consideraba a la monarquía como una institución superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisión política. Constituía un poder moderador que debía ejercer como árbrito en la vida política y garantizar un buen entendimiento y la alternancia entre los partidos políticos. Por ello se establecía la soberanía compartida y se concedían amplios poderes al monarca: derecho de veto, nombramiento de ministros y potestad de convocar las Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno.

Las Cortes eran bicamerales y estaban formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados, este último de carácter electivo. La Constitución no fijaba el tipo de sufragio, pero una ley de 1878 establecíó el voto censitario, limitado a los mayores contribuyentes. Sin embargo, en 1890, cuando estaba en el poder el partido liberal, se aprobó el sufragio universal masculino. En el Senado, la mitad de los senadores lo eran por derecho propio o vitalicio, lo que daba opción al rey y al gobierno a nombrar directamente a los senadores.

La Constitución también proclamaba la confesionalidad católica del Estado y no permitía la manifestación pública de otras creencias. En consecuencia, se restablecíó el presupuesto del culto y clero para financiar a la Iglesia. Asímismo el texto constitucional contaba con una prolija declaración de derecos, pero, en general, tendieron a restringirlos, espacialmente los derechos de imprenta, expresión, asociación o reuníón.

1

Antonio Cánovas del Castillo introduce en el gobierno un sistema basado en el bipartidismo y la alternancia en el poder de los dos grandes partidos dinásticos: el conservador y el liberal, que renunciaban a los pronunciamientos como mecanismo para acceder al gobierno. Se aceptaba un turno pacífico que aseguraría la estabilidad institucional y pondría fin a la intervención del ejército en la vida política.

El eército quedó subordinado al poder civil. Así, una Real Orden de 187 establecíó que la misión del ejército era defender la independencia nacional y que no debía intervenir en las contiendas de los partidos. De este modo, se eliminó el problema de los pronunciamientos y el protagonismo de la presencia militar en los partidos y en la vida política española. Antonio Cánovas era el líder del Partido Conservador, que agrupaba a los grupos políticos más conservadores, pero el proyecto bipartidista de Cánovas requería dos grandes partidos que se repartieran el poder. El propio Cánovas propone a Práxedes Mateo Sagasta la formación de un partido progresista, la llamada izquierda dinástica. De un acuerdo entre progresistas, unionistas y algunos republicanos nace el Partido Liberal. Ambos partidos coincidían ideológicamente en lo fundamental ya que defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista. Eran partidos de minoría sobre todo pertenecían a ellos la élite económica y la clase media acomodada.

A lo largo del período que transcurríó entre 1876 y 1898, el turno pacífico funciónó con regularidad. El rey encargaba al jefe del partido mayoritario que formara gobierno, cuando sufría el desgaste del poder, dimitía y se daba paso al otro partido a través de unas elecciones donde el falseamiento electoral y el caciquismo estaban asegurados. El falseamiento electoral se basaba en la red de caciques y en el pucherazo. Los caciques (personas que dominaban y controlaban los principales resortes del poder en un núcleo de población) controlaban el proceso electoral junto con el ministro de la Gobernación. El ministro elabora la lista de candidatos que debían ser elegidos y se la pasaba a los caciques. El pucerazo era el conjunto de trampas electorales que ayudaba a conseguir la adulteración de los resultados electorales. Para conseguir la elección del candidato gubernamental, no se dudaba en falsificar el censo, incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas, manipular las actas electorales, ejercer la compra de votos, amenazar al electorado con coacciones de todo tipo e incluso emplear la violencia para atemorizar a los contrarios.

CONCLUSIN

La estabilidad del régimen se vió favorecida por el fin de las guerras carlista y cubana. La consecuencia inmediata de la derrota carlista fue la abolición definitiva del régimen foral. La restauración borbónica provoco que algunos personajes carlistas reconocieran a Alfonso XII como rey.  El final de la guerra carlista permitíó acabar más fácilmente con la insurrección cubana. Con el paso del tiempo, el régimen de la Restauración se fue descomponiendo y los dos partidos políticos no fueron capaces de dar entrada a las nuevas fuerzas emergentes como el obrerismo y el republicanismo, para ensanchar la base social del régimen y darle estabilidad. En 1898, con la pérdida de las últimas colonias españolas, Cuba y Filipinas, la Restauración sufríó una gran crisis política y moral conocida como el “Desastre”.


13. PANORAMA GENERAL DEL REINADO DE Alfonso XIII. INTENTOS DE MODERNIACIÓN EL REGENERACIONISMO Y CRISIS SOCIO-ECONÓMICAS (12-123)

Introducción

El desastre de 1898 supuso la pérdida de las últimas colonias españolas, como consecuencia, hubo una toma de conciencia respecto a los problemas del sistema de la Restauración. Este período que se inicia con la subida al trono de Alfonso XIII en 1902, hijo de Alfonso XII y primer rey del Siglo XX, marca el inicio de la segunda etapa de la Restauración, caracterizada por una crisis política permanente y finaliza en 1931 con la caída de la monarquía y la proclamación de la Segunda República. A la crisis política le acompañarán crisis sociales y económicas.

Desarrollo

Tras el desastre de 1898 aparecen una serie de propuestas con el objetivo de renovar la vida política, económica y social del país. La más importante es el “Regeneracionismo”, cuya figura más destacada es Joaquín Costa. Los regeneracionistas defendían la necesidad de mejorar la situación del campo español y de elevar el nivel educativo y cultural del país, tal y como refleja el lema de Joaquín Costa: “escuela y despensa”.

Alfonso XIII sube al trono en 1902 coincidiendo con un cambio en el liderazgo de los partidos políticos Antonio Maura en el Partido Conservador y José Canalejas en el Partido Liberal. Esta nueva generación de políticos estuvo muy influida por el Regeneracionismo e impulsó importantes proyectos de reforma desde el interior del sistema aunque mantuvieron el turno de partidos y el falseamiento electoral.

GOBIERNO CONSERVADOR DE MAURA 14  11

En 1904 el conservador Antonio Maura se convirtió en jefe de gobierno e inició un proyecto de gobierno reformista, dentro del conservadurismo. Así se aprobó la “Ley Electoral”, que no consiguió ni acabar con la corrupción ni democratizar el sistema político pero hizo más difícil el fraude electoral. También intentó acercarse a Catalua concediendo más autonomía a los ayuntamientos y diputaciones y reconociendo las regiones. En el terreno social creó el Instituto Nacional de Previsión dedicado a los seguros obreros. Pero la defensa del equilibrio social conllevó una actitud muy intransigente en el mantenimiento del orden público y tras los hechos acontecidos en 1909 en Barcelona, Maura se ve obligado a dimitir y con su dimisión finalizar los intentos regeneracionistas.

CRISIS DE 1  SEMANA TRGICA DE Barcelona

A partir de 1900, España consolida la colonización de parte del norte de frica. Tras la creación de un protectorado Franco-espaol en la zona de Marruecos, a España le corresponde el territorio de El Rif. En 1909, los rifeños se enfrentaron a los españoles en el conocido “Barranco del Lobo”, ocasionando una gran derrota a los españoles. Como hay numerosas bajas, Maura decide enviar nuevos soldados a El Rif, estos soldados eran reservistas, muchos de ellos casados y con hijos.  Este hecho provoca un gran movimiento de protesta popular que se inicia en el puerto de Barcelona durante el embarque de tropas hacia Marruecos. Se constituye un comité de huelga que derivó en una revuelta popular y que acabó siendo un estallido de todas las tensiones acumuladas. En la calle se levantaron barricadas y las autoridades respondieron declarando el “estado de guerra”, enviando refuerzos para reprimir las manifestaciones. El número de muertos y heridos fue muy elevado.

La represión fue muy dura, ya que el gobierno dictó diecisiete penas de muerte, de las cuales se ejecutaron cinco de ellas, como la de Francisco Ferrer Guardia (pedagogo, anarquista y fundador de la Escuela Moderna). Ferrer no había intervenido en la revuelta pero se le ejecutó como castigo ejemplar. Estos hechos consiguieron la dimisión de Maura, la disolución de las

Cortes y la formación de un gobierno liberal. GOBIERNO LIBERAL DE CANALEJAS 11  113

En 1910, José Canalejas formó un nuevo gobierno liberal y llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Su programa propone la modernización de la política e intentaba atraer a ciertos sectores populares (republicanos, socialistas, etc.) Entre las reformas más importantes se encuentra la limitación del poder de la Iglesia, así se aprueba la “Ley del Candado”, que limita el establecimiento de nuevas órdenes religiosas y profundizan en la separación de la Iglesia y el Estado. También se democratizó el servicio militar con la “Ley del Reclutamiento”, suprimíéndose la redención en metálico. Se promulgaron una serie de leyes que mejoraron las condiciones laborales.

Canalejas fue sensible al problema de las autonomías regionales, especialmente al catalán. En consecuencia se elaboró la “Ley de Mancomunidades”, abriendo la posibilidad de que se unan las diputaciones provinciales para hacerse cargo de la gestión de algunos servicios públicos. Este proyecto y el resto de reformas se interrumpieron en 1912 con el asesinato de Canalejas a manos de un anarquista en Madrid.

GOBIERNO CONSERVADOR DE EDUARDO DATO 114  117

Tras el asesinato de Canalejas el conservador Eduardo Dato sube al poder y se produce una nueva división tanto en el Partido Liberal como en el Conservador. Esto hizo imposible llegar a acuerdos en el turno de partidos, por lo que entre 1913 y 1917, los sucesivos gobiernos cerraron las cortes y gobernador por decreto. Pero las consecuencias de la I Guerra Mundial aceleraron la descomposición del sistema. La neutralidad del sistema supone un crecimiento espectacular de la demanda de productos españoles en otros países, sin embargo esta expansión económica perjudica a las clases populares, porque se produce una gran inflación mientras que sus salarios seguían siendo bajos. El deterioro del nivel de vida de las clases populares aumentó la conflictividad social que estalló en 1917, dando lugar a una crisis general que afectó a todos los sectores y que tiene un triple carácter: militar, político y social.

CRISIS DE 117

-Crisis militar

El ejército español presentaba un número excesivo de oficiales en relación al de soldados. Los ascensos se obténían por méritos de guerra, lo que beneficiaba a los militares destinados en frica. Además la inflación había hecho disminuir el valor real de los ya bajos salarios militares. Este gran descontento desembocó en las Juntas de Defensa, asociaciones militares que reivindicaban un aumento salarial y se opónían a los ascensos por méritos de guerra, reivindicando la antigedad como único criterio.

-Crisis política

Tras el gobierno conservador de Eduardo Dato, le siguió un gobierno liberal que continuó con la ocupación política y ante las quejas decidíó cerrar las Cortes. A continuación, Dato volvíó a asumir la jefatura del Estado, y una representación de diputaciones de la oposición reclamó la reapertura de las Cortes. El gobierno se negó y como reacción se organizó en Barcelona una asamblea de parlamentarios, que a iniciativa de la Lliga Regionalista exigíó la formación de un gobierno provisional con el objetivo de reformar el sistema político y descentralizar el Estado. La Asamblea convocó una reuníón de todos los diputados y senadores españoles que el gobierno prohibíó pero acabó celebrándose. Finalmente fue disuelta por la Guardia Civil.

-Crisis social

Como consecuencia de la I Guerra Mundial, el precio de los productos subía mientras que los salarios no, este hecho llevaría a la uníón de la UGT y la CNT, que inician una protesta común

convocando una huelga general en Agosto. La tensión estalló y la protesta adquiríó un carácter político y revolucionario, reclamando el fin de la monarquía, la formación de un gobierno provisional y el paso a un sistema republicano. La reacción del gobierno fue represiva y se envió al ejército a aplacar el movimiento. La huelga fracasó, pero tuvo unas enormes consecuencias, ya que debilitó aún más el régimen y en los años siguientes el sistema político de la Restauración entró en su crisis definitiva.

DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA  117  123

Detenido Dato en 1917 aparecen los llamados gobiernos de concentración (coalición), formado por conservadores, liberales y la Lliga Regionalista, poniendo fin al turno de partido. Las diferencias entre los coaligados imposibilitó al gobierno llevar a cabo reformas y restablecer el orden social. Mientras, los sindicatos vieron aumentar sus afiliados, tanto a los medios urbanos como rurales, un ejemplo de ellos fue el “Trienio Bolchevique”, movimiento revolucionario de los campesinos andaluces.

La conflictividad laboral degeneró en una gran radicalización de las posiciones de los sindicatos y de la patronal, sobre todo en Cataluña. Los patronos contrataron pistoleros a sueldo para asesinar a los dirigentes obreros. La “Ley de Fugas” aumentó la violencia ya que la policía podía disparar en caso de fuga. Todo ello originó el fenómeno del “pistolerismo”.

La revolución dirigida por Abdelrim en Marruecos ocasiónó la gran derrota del ejército español en Annual, así se perdíó el territorio ocupado, aumentó la impopularidad del gobierno, dio lugar a un gran desprestigio del ejército español.

Conclusión

El problema colonial en Marruecos, y el impacto de la I Guerra Mundial, agudizaron los conflictos, que estallaron en los sucesos revolucionarios de 1917. La incapacidad del sistema de la Restauración para renovarse y democratizarse acabó propiciando la solución militar y dio lugar a la descomposición del sistema. El caso de Annual fue discutido en el Parlamento, iban a pedir responsabilidades que podrían implicar al propio monarca. De esta manera se fue organizando una conspiración militar que tuvo como resultado el Golpe de Estado del general Primo de Rivera en 1923 y la implantación de una dictadura militar.

MA 11. SEXENIO REVOLUCIONARIO 1868-1874

Introducción

La revolución de Septiembre de 1868,  llamada “Gloriosa”, significó el final de la monarquía de Isabel II. Sucedíó después seis años de inestabilidad, en los que hubo varios regíMenes políticos. La carácterística común a todo el periodo fue la búsqueda de un nuevo orden político y social, tuvo un protagonismo fundamental la pequeña burguésía de las ciudades y el naciente movimiento obrero. Por ello, esta etapa se denomina Sexenio Democrático o Sexenio Revolucionario. Fue la última etapa de la revolución liberal en España y representó un intento de ampliar el liberalismo e instaurar la democracia.

Desarrollo

1. LA REVOLUCIÓN DE 1868 Y EL GOBIERNO PROVISIONAL (1868-1871)

En el último periodo del reinado de Isabel II se produjeron una serie de crisis económicas y políticas que mostraban,, las deficiencias del sistema liberal y, la debilidad de la economía capitalista en España. En el plano político la causa fue el agotamiento del régimen político moderado. Firmaron el Pacto de Ostende en 1867 y optaron por la preparación de un movimiento revolucionario cuyo objetivo era destronar a Isabel II. La muerte de O’Donnell en 1867 facilitó la adhesión del general Serrano (el nuevo dirigente de la Uníón Liberal) a la causa revolucionaria.

La revolución comenzó con el pronunciamiento de la Armada en Cádiz, al mando del almirante Topete, y del ejército, con los generales Prim y Serrano. Pero la revolución se consolidó gracias a la formación de Juntas Revolucionarias de carácter civil que, desde Andalucía, se extienden a toda España En un primer momento el poder residíó de hecho en las Juntas, que reclamaron amplias medidas de democratización política (sufragio universal, libertad de expresión, de reuníón, de asociación, de culto) y reformas sociales (desamortización, abolición de las quintas, etc.).

El Gobierno Provisional se constituyó con el general Serrano como regente, y el general Prim, presidente de un gobierno integrado por progresistas y unionistas, que marginaba al resto de fuerzas políticas. El gobierno puso en marcha buena parte del programa revolucionario democrático, disolvíó las Juntas y desarmó la Milicia Nacional. También aprobó una serie de medidas como el sufragio universal, las libertades de religión, imprenta, reuníón y asociación y convocó elecciones para la formación de Cortes Constituyentes, que serían por sufragio universal masculino. Los comicios celebrados en Enero de 1869 dieron la victoria a la coalición gubernamental (progresistas, unionistas y un sector de los demócratas), partidaria de la fórmula monárquica, pero también aparecieron en la Cámara  dos importantes minorías: la carlista y la republicana.

La Constitución de 1869, la primera democrática de la historia de España, establecíó un amplio régimen de derechos y libertades: se reconocían los derechos de manifestación, reuníón y asociación y libertad de enseñanza. De la misma manera se reconocía la libertad de culto aunque el Estado debía mantener el culto católico. La Constitución también proclamaba la soberanía nacional. La forma de Estado era la monarquía pero el poder legislativo residía exclusivamente en las Cortes, el rey tan solo las promulgaba, no podía vetarlas y sus poderes quedaban bastante limitados. Las Cortes eran bicamerales: Congreso y Senado. Proclamada la Constitución y con el trono vacante, los republicanos mostraban su descontento con la nueva situación, los carlistas volvían a la actividad insurreccional. La situación económica era grave y, además había que encontrar un monarca para la Corona española.

2. REINADO DE AMADEO DE Saboyá (1871-1873)

Prim fue el encargado de sondear a los embajadores extranjeros y de llevar a cabo las negociaciones necesarias para establecer un consenso internacional sobre el candidato más idóneo para el vacante trono español. Consiguió imponerse la candidatura de Amadeo de Saboyá, un hombre con una concepción democrática de la monarquía y miembro de una dinastía que gozaba de gran popularidad por haber sido la artífice de la unificación de Italia.

El nuevo monarca llegó al país por el puerto de Cartagena el 30 de Diciembre de 1870 pero tres días antes, Prim había sido asesinado, con lo que el nuevo monarca se quedó sin su valedor y consejero más fiel. El 2 de Enero de 1871, Amadeo de Saboyá fue proclamado rey y, tras tomarle juramento, las Cortes constituyentes se disolvieron para iniciar una nueva etapa de monarquía democrática.

La nueva dinastía contaba con escasos apoyos y contaron con la oposición de la aristocracia, el clero y las camarillas cortesanas de la época de Isabel II. Asímismo, una parte del ejército mostró su resistencia a expresar fidelidad al nuevo monarca. Tampoco obtuvo el favor popular, por causa quizá del arraigo del republicanismo, contrario a la monarquía de cualquier signo.

Una vez establecido el sufragio universal y las libertades políticas, el nuevo monarca pretendíó consolidar un régimen plenamente democrático. Pero los dos años del reinado de Amadeo de Saboyá se vieron marcados por dificultades constantes. Los problemas económicos del Estado seguían siendo acuciantes, además se produjo una lucha permanente entre los grupos políticos, así como la revitalización del conflicto carlista, de la guerra de Cuba y de las insurrecciones republicanas.

La oposición carlista había renacido tras la caída del régimen isabelino. Así surgíó una tendencia parlamentaria frente a la tradicional, partidaria de la insurrección armada. Sin embargo, poco después se desencadena un nuevo conflicto bélico carlista.

Los republicanos se opusieron a la solución monárquica y constituyeron una importante minoría, que se declaró a favor de la implantación de la república federal. El principal dirigente del federalismo fue Pi y Margall. Sin embargo, los republicanos estuvieron divididos desde sus comienzos en unitarios y federales.

En 1868, con el llamado “Grito de Yara”, se inicia un conflicto en la isla de Cuba, uno de los últimos territorios coloniales españoles. El gobierno se mostró partidario de conceder reformas políticas a la isla pero la negativa de los sectores económicos con intereses en Cuba frustró una solución pacífica al conflicto y convirtió la guerra en un grave problema.

La crisis final del reinado de Amadeo de Saboyá fue resultado de la desintegración de la coalición gubernamental. Finalmente, privado de todo apoyo, el 11 de Febrero de 1873, Amadeo de Saboyá presentó su renuncia al trono y abandonó España dejando una impresión de un país ingobernable y contrario a una monarquía democrática.

3. LA PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1873-1874)

La proclamación de la primera República fue la salida más fácil ante la renuncia de Amadeo de Saboyá. Las Cortes decidieron someter a votación la proclamación de una república, que fue aprobada el 11 de Febrero de 1873 por una amplia mayoría. Para presidir el gobierno fue elegido el republicano federal Estanislao Figueras. Se convocaron elecciones a Cortes constituyentes, que ganaron ampliamente los republicanos. Los federales obtuvieron 344 escaños, los unitarios sólo dos. La victoria de los republicanos era, sin embargo engañosa, ya que más de un 60% del electorado se abstuvo.

En Junio, las nuevas Cortes proclamaron la República Democrática Federal. La presidencia quedó en manos de Estanislao Figueras, pero dimitíó al cabo de unos días y el gobierno pasó a manos de Francisco Pi y Margall. En Julio se presentó en las Cortes el proyecto de la nueva Constitución, pero prácticamente no fue debatido y tampoco aprobado. La propuesta de la Constitución Republicana Federal de 1873 establecía que la Nacíón española estaba compuesta por diecisiete Estados, entre ellos Cuba. El proyecto de Constitución planteaba, por primera vez en el liberalismo español, un Estado no centralista, y recogía tradiciones regionalistas que estarían en el origen de las futuras propuestas nacionalistas.

Este proyecto fue el punto de partida de una revolución cantonal que comenzó en Cartagena y se extendíó por ciudades del sur y levante peninsular. En esta revolución, cada población se proclamaba cantón, autónomo del poder central. Los cantones no pretendían disgregar España, sino una España federal. Así los cantonalistas aplicaron de forma radical y directa la estructura federal desde abajo, impulsada, al mismo tiempo, por el deseo de avanzar en reformas sociales. Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y asalariados, y fueron dirigidos en general por federales intransigentes, decepcionados con la nueva República.

El presidente Pi y Margall, se opuso a sofocar la revuelta por las armas y dimitíó, siendo sustituido por Nícolás Salmerón, quien dio por acabada la política de negociaciones e inició una acción militar contra el movimiento cantonalista. Excepto Cartagena, la intervención militar acabó rápidamente con la insurrección. Salmerón dimitíó a principios de Septiembre al sentirse incapaz de firmar las penas de muerte impuestas por la autoridad militar contra activistas cantonalistas. La presidencia recayó entonces en Emilio Castelar, dirigente del republicanismo unitario, mucho más conservador en cuestiones sociales. La República inició a partir de este momento un progresivo desplazamiento a la derecha.

Aunque la sublevación cantonal fue el conflicto más grave que se produjo en el breve período republicano, la Primera República tuvo que enfrentarse a problemas que paralizaron la acción de gobierno. Uno de ellos fue una insurrección carlista. En las zonas sublevadas se fue articulando un embrión de estado, y los ayuntamientos y diputaciones se organizaron bajo los principios forales e impulsaron la lengua propia y las instituciones regionales. Las tropas gubernamentales impidieron la extensión del conflicto a las ciudades, pero fueron incapaces de acabar con él, prolongándose tras el Sexenio.

También continuó la guerra en Cuba, que iniciada en 1868, continuaba extendíéndose y cuya situación la República fue incapaz de mejorar. Aún así intentaron solucionar el problema con el proyecto de estructuración federal del estado, que consideraba a Cuba y Puerto Rico como un territorio de la Federación española.

Tras la recaída del gobierno en manos de Castelar, el nuevo ejecutivo intentó aplicar una política de autoridad y fuerza para controlar la situación del país, especialmente la grave situación de Cartagena. Sin embargo, este intento fue interrumpido por el Golpe de Estado del general Manuel Pavía el 3 de Enero de 1874, quien, con fuerzas de la Guardia Civil, disolvíó las Cortes Constituyentes, finalizando así de hecho la Primera República. No hubo resistencia a lo que era un Golpe de Estado, el manifiesto de Pavía indicaba que el Golpe de Estado era en pro de la libertad, que él no asumiría responsabilidades políticas y que sería nombrado un gobierno en el que no habría representación cantonal ni carlista, también se hablaba de la necesidad de un «poder robusto». El poder pasó en los meses siguientes a manos de una coalición de unionistas y progresistas encabezada por el general Serrano, que intentó estabilizar un régimen republicano de carácter conservador. Pero la base social ya había optado por la solución alfonsina, la vuelta del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

Finalmente, el 29 de Diciembre de 1874, el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto, proclamó rey de España a Alfonso XII, dando por finalizado el periodo republicano.

Conclusiones

El Sexenio Revolucionario supone la última etapa de la Revolución liberal en España y representa un intento de ampliar el liberalismo y conseguir la democracia. Sin embargo, este periodo estuvo lleno de conflictos políticos, sociales y económicos. La burguésía democrática no consiguió estabilizar un régimen político definido y, ante la amenaza de las clases populares, prefirió estabilidad y orden (Restauración) a democracia. El Sexenio fracasó en su intento de modernización política del país y se impuso de nuevo la solución monárquica que condujo al periodo de la Restauración de los Borbones.


TEMA 12. EL RGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. CARACTERSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA.

INTRODUCCIN

Tras el fallido intento de instaurar un régimen democrático durante el Sexenio, se restauró la monarquía borbónica y España volvíó al liberalismo censitario. El nuevo sistema político ideado por Cánovas del Castillo, se fundamentó en la alternancia en el poder de conservadores y liberales. La Restauración se extiende desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta la proclamación de la II República de 1931, con una importante inflexión en 1898. En este largo periodo que abarca los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII, se consolida un régimen constitucional y parlamentario, pero, a pesar del establecimiento del sufragio universal masculino, nunca llego a ser plenamente democrático.

DESARROLLO

Antonio Cánovas del Castillo fue el político clave del momento que preparó el regreso de los Borbones, consiguiendo la abdicación de la reina Isabel II. Redactó el “Manifiesto de Sandurst, que el príncipe Alfonso envió a España desde el colegio inglés de Sandhurst. En él, el futuro rey prometía un gobierno constitucional y se declaraba católico y liberal. Cánovas pretendía vertebrar un nuevo modelo político que superase los problemas endémicos del liberalismo precedente: el carácter partidista y excluyente de los moderados durante el reinado isabelino, el intervencionismo de los militares en la política y la proliferación de enfrentamientos civiles. Para conseguir su propósito, se propuso dos objetivos: elaborar una constitución que vertebrase un sistema político basado en el bipartidismo y pacificar el país poniendo fin a la guerra de Cuba y al conflicto carlista.

La primera medida política de importancia fue la convocatoria de elecciones para unas Cortes Constituyentes, ya que la Constitución de 1869 había quedado sin efecto tras la proclamación de la República. Cánovas actúa como regente hasta que regresa Alfonso XII, que llegará a España en Enero de 187. Alfonso XII entra en Madrid ante la indiferencia popular y con el apoyo de la aristocracia y de la burguésía. Su mejor aliado es el deseo de paz y tranquilidad para España. La Constitución de 1876 es una muestra de la ideología de Cánovas, el liberalismo doctrinario, caracterizado por el sufragio censitario y la soberanía compartida entre las Corte y el rey. Se trataba de una constitución de carácter conservador e inspirada en los valores históricos tradicionales de la monarquía, la religión y la propiedad.

La Constitución consideraba a la monarquía como una institución superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisión política. Constituía un poder moderador que debía ejercer como árbrito en la vida política y garantizar un buen entendimiento y la alternancia entre los partidos políticos. Por ello se establecía la soberanía compartida y se concedían amplios poderes al monarca: derecho de veto, nombramiento de ministros y potestad de convocar las Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno.

Las Cortes eran bicamerales y estaban formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados, este último de carácter electivo. La Constitución no fijaba el tipo de sufragio, pero una ley de 1878 establecíó el voto censitario, limitado a los mayores contribuyentes. Sin embargo, en 1890, cuando estaba en el poder el partido liberal, se aprobó el sufragio universal masculino. En el Senado, la mitad de los senadores lo eran por derecho propio o vitalicio, lo que daba opción al rey y al gobierno a nombrar directamente a los senadores.

La Constitución también proclamaba la confesionalidad católica del Estado y no permitía la manifestación pública de otras creencias. En consecuencia, se restablecíó el presupuesto del culto y clero para financiar a la Iglesia. Asímismo el texto constitucional contaba con una prolija declaración de derecos, pero, en general, tendieron a restringirlos, espacialmente los derechos de imprenta, expresión, asociación o reuníón.

1

Antonio Cánovas del Castillo introduce en el gobierno un sistema basado en el bipartidismo y la alternancia en el poder de los dos grandes partidos dinásticos: el conservador y el liberal, que renunciaban a los pronunciamientos como mecanismo para acceder al gobierno. Se aceptaba un turno pacífico que aseguraría la estabilidad institucional y pondría fin a la intervención del ejército en la vida política.

El eército quedó subordinado al poder civil. Así, una Real Orden de 187 establecíó que la misión del ejército era defender la independencia nacional y que no debía intervenir en las contiendas de los partidos. De este modo, se eliminó el problema de los pronunciamientos y el protagonismo de la presencia militar en los partidos y en la vida política española. Antonio Cánovas era el líder del Partido Conservador, que agrupaba a los grupos políticos más conservadores, pero el proyecto bipartidista de Cánovas requería dos grandes partidos que se repartieran el poder. El propio Cánovas propone a Práxedes Mateo Sagasta la formación de un partido progresista, la llamada izquierda dinástica. De un acuerdo entre progresistas, unionistas y algunos republicanos nace el Partido Liberal. Ambos partidos coincidían ideológicamente en lo fundamental ya que defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista. Eran partidos de minoría sobre todo pertenecían a ellos la élite económica y la clase media acomodada.

A lo largo del período que transcurríó entre 1876 y 1898, el turno pacífico funciónó con regularidad. El rey encargaba al jefe del partido mayoritario que formara gobierno, cuando sufría el desgaste del poder, dimitía y se daba paso al otro partido a través de unas elecciones donde el falseamiento electoral y el caciquismo estaban asegurados. El falseamiento electoral se basaba en la red de caciques y en el pucherazo. Los caciques (personas que dominaban y controlaban los principales resortes del poder en un núcleo de población) controlaban el proceso electoral junto con el ministro de la Gobernación. El ministro elabora la lista de candidatos que debían ser elegidos y se la pasaba a los caciques. El pucerazo era el conjunto de trampas electorales que ayudaba a conseguir la adulteración de los resultados electorales. Para conseguir la elección del candidato gubernamental, no se dudaba en falsificar el censo, incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas, manipular las actas electorales, ejercer la compra de votos, amenazar al electorado con coacciones de todo tipo e incluso emplear la violencia para atemorizar a los contrarios.

CONCLUSIN

La estabilidad del régimen se vió favorecida por el fin de las guerras carlista y cubana. La consecuencia inmediata de la derrota carlista fue la abolición definitiva del régimen foral. La restauración borbónica provoco que algunos personajes carlistas reconocieran a Alfonso XII como rey.  El final de la guerra carlista permitíó acabar más fácilmente con la insurrección cubana. Con el paso del tiempo, el régimen de la Restauración se fue descomponiendo y los dos partidos políticos no fueron capaces de dar entrada a las nuevas fuerzas emergentes como el obrerismo y el republicanismo, para ensanchar la base social del régimen y darle estabilidad. En 1898, con la pérdida de las últimas colonias españolas, Cuba y Filipinas, la Restauración sufríó una gran crisis política y moral conocida como el “Desastre”.


13. PANORAMA GENERAL DEL REINADO DE Alfonso XIII. INTENTOS DE MODERNIACIÓN EL REGENERACIONISMO Y CRISIS SOCIO-ECONÓMICAS (12-123)

Introducción

El desastre de 1898 supuso la pérdida de las últimas colonias españolas, como consecuencia, hubo una toma de conciencia respecto a los problemas del sistema de la Restauración. Este período que se inicia con la subida al trono de Alfonso XIII en 1902, hijo de Alfonso XII y primer rey del Siglo XX, marca el inicio de la segunda etapa de la Restauración, caracterizada por una crisis política permanente y finaliza en 1931 con la caída de la monarquía y la proclamación de la Segunda República. A la crisis política le acompañarán crisis sociales y económicas.

Desarrollo

Tras el desastre de 1898 aparecen una serie de propuestas con el objetivo de renovar la vida política, económica y social del país. La más importante es el “Regeneracionismo”, cuya figura más destacada es Joaquín Costa. Los regeneracionistas defendían la necesidad de mejorar la situación del campo español y de elevar el nivel educativo y cultural del país, tal y como refleja el lema de Joaquín Costa: “escuela y despensa”.

Alfonso XIII sube al trono en 1902 coincidiendo con un cambio en el liderazgo de los partidos políticos Antonio Maura en el Partido Conservador y José Canalejas en el Partido Liberal. Esta nueva generación de políticos estuvo muy influida por el Regeneracionismo e impulsó importantes proyectos de reforma desde el interior del sistema aunque mantuvieron el turno de partidos y el falseamiento electoral.

GOBIERNO CONSERVADOR DE MAURA 14  11

En 1904 el conservador Antonio Maura se convirtió en jefe de gobierno e inició un proyecto de gobierno reformista, dentro del conservadurismo. Así se aprobó la “Ley Electoral”, que no consiguió ni acabar con la corrupción ni democratizar el sistema político pero hizo más difícil el fraude electoral. También intentó acercarse a Catalua concediendo más autonomía a los ayuntamientos y diputaciones y reconociendo las regiones. En el terreno social creó el Instituto Nacional de Previsión dedicado a los seguros obreros. Pero la defensa del equilibrio social conllevó una actitud muy intransigente en el mantenimiento del orden público y tras los hechos acontecidos en 1909 en Barcelona, Maura se ve obligado a dimitir y con su dimisión finalizar los intentos regeneracionistas.

CRISIS DE 1  SEMANA TRGICA DE Barcelona

A partir de 1900, España consolida la colonización de parte del norte de frica. Tras la creación de un protectorado Franco-espaol en la zona de Marruecos, a España le corresponde el territorio de El Rif. En 1909, los rifeños se enfrentaron a los españoles en el conocido “Barranco del Lobo”, ocasionando una gran derrota a los españoles. Como hay numerosas bajas, Maura decide enviar nuevos soldados a El Rif, estos soldados eran reservistas, muchos de ellos casados y con hijos.  Este hecho provoca un gran movimiento de protesta popular que se inicia en el puerto de Barcelona durante el embarque de tropas hacia Marruecos. Se constituye un comité de huelga que derivó en una revuelta popular y que acabó siendo un estallido de todas las tensiones acumuladas. En la calle se levantaron barricadas y las autoridades respondieron declarando el “estado de guerra”, enviando refuerzos para reprimir las manifestaciones. El número de muertos y heridos fue muy elevado.

La represión fue muy dura, ya que el gobierno dictó diecisiete penas de muerte, de las cuales se ejecutaron cinco de ellas, como la de Francisco Ferrer Guardia (pedagogo, anarquista y fundador de la Escuela Moderna). Ferrer no había intervenido en la revuelta pero se le ejecutó como castigo ejemplar. Estos hechos consiguieron la dimisión de Maura, la disolución de las

Cortes y la formación de un gobierno liberal. GOBIERNO LIBERAL DE CANALEJAS 11  113

En 1910, José Canalejas formó un nuevo gobierno liberal y llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Su programa propone la modernización de la política e intentaba atraer a ciertos sectores populares (republicanos, socialistas, etc.) Entre las reformas más importantes se encuentra la limitación del poder de la Iglesia, así se aprueba la “Ley del Candado”, que limita el establecimiento de nuevas órdenes religiosas y profundizan en la separación de la Iglesia y el Estado. También se democratizó el servicio militar con la “Ley del Reclutamiento”, suprimíéndose la redención en metálico. Se promulgaron una serie de leyes que mejoraron las condiciones laborales.

Canalejas fue sensible al problema de las autonomías regionales, especialmente al catalán. En consecuencia se elaboró la “Ley de Mancomunidades”, abriendo la posibilidad de que se unan las diputaciones provinciales para hacerse cargo de la gestión de algunos servicios públicos. Este proyecto y el resto de reformas se interrumpieron en 1912 con el asesinato de Canalejas a manos de un anarquista en Madrid.

GOBIERNO CONSERVADOR DE EDUARDO DATO 114  117

Tras el asesinato de Canalejas el conservador Eduardo Dato sube al poder y se produce una nueva división tanto en el Partido Liberal como en el Conservador. Esto hizo imposible llegar a acuerdos en el turno de partidos, por lo que entre 1913 y 1917, los sucesivos gobiernos cerraron las cortes y gobernador por decreto. Pero las consecuencias de la I Guerra Mundial aceleraron la descomposición del sistema. La neutralidad del sistema supone un crecimiento espectacular de la demanda de productos españoles en otros países, sin embargo esta expansión económica perjudica a las clases populares, porque se produce una gran inflación mientras que sus salarios seguían siendo bajos. El deterioro del nivel de vida de las clases populares aumentó la conflictividad social que estalló en 1917, dando lugar a una crisis general que afectó a todos los sectores y que tiene un triple carácter: militar, político y social.

CRISIS DE 117

-Crisis militar

El ejército español presentaba un número excesivo de oficiales en relación al de soldados. Los ascensos se obténían por méritos de guerra, lo que beneficiaba a los militares destinados en frica. Además la inflación había hecho disminuir el valor real de los ya bajos salarios militares. Este gran descontento desembocó en las Juntas de Defensa, asociaciones militares que reivindicaban un aumento salarial y se opónían a los ascensos por méritos de guerra, reivindicando la antigedad como único criterio.

-Crisis política

Tras el gobierno conservador de Eduardo Dato, le siguió un gobierno liberal que continuó con la ocupación política y ante las quejas decidíó cerrar las Cortes. A continuación, Dato volvíó a asumir la jefatura del Estado, y una representación de diputaciones de la oposición reclamó la reapertura de las Cortes. El gobierno se negó y como reacción se organizó en Barcelona una asamblea de parlamentarios, que a iniciativa de la Lliga Regionalista exigíó la formación de un gobierno provisional con el objetivo de reformar el sistema político y descentralizar el Estado. La Asamblea convocó una reuníón de todos los diputados y senadores españoles que el gobierno prohibíó pero acabó celebrándose. Finalmente fue disuelta por la Guardia Civil.

-Crisis social

Como consecuencia de la I Guerra Mundial, el precio de los productos subía mientras que los salarios no, este hecho llevaría a la uníón de la UGT y la CNT, que inician una protesta común

convocando una huelga general en Agosto. La tensión estalló y la protesta adquiríó un carácter político y revolucionario, reclamando el fin de la monarquía, la formación de un gobierno provisional y el paso a un sistema republicano. La reacción del gobierno fue represiva y se envió al ejército a aplacar el movimiento. La huelga fracasó, pero tuvo unas enormes consecuencias, ya que debilitó aún más el régimen y en los años siguientes el sistema político de la Restauración entró en su crisis definitiva.

DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA  117  123

Detenido Dato en 1917 aparecen los llamados gobiernos de concentración (coalición), formado por conservadores, liberales y la Lliga Regionalista, poniendo fin al turno de partido. Las diferencias entre los coaligados imposibilitó al gobierno llevar a cabo reformas y restablecer el orden social. Mientras, los sindicatos vieron aumentar sus afiliados, tanto a los medios urbanos como rurales, un ejemplo de ellos fue el “Trienio Bolchevique”, movimiento revolucionario de los campesinos andaluces.

La conflictividad laboral degeneró en una gran radicalización de las posiciones de los sindicatos y de la patronal, sobre todo en Cataluña. Los patronos contrataron pistoleros a sueldo para asesinar a los dirigentes obreros. La “Ley de Fugas” aumentó la violencia ya que la policía podía disparar en caso de fuga. Todo ello originó el fenómeno del “pistolerismo”.

La revolución dirigida por Abdelrim en Marruecos ocasiónó la gran derrota del ejército español en Annual, así se perdíó el territorio ocupado, aumentó la impopularidad del gobierno, dio lugar a un gran desprestigio del ejército español.

Conclusión

El problema colonial en Marruecos, y el impacto de la I Guerra Mundial, agudizaron los conflictos, que estallaron en los sucesos revolucionarios de 1917. La incapacidad del sistema de la Restauración para renovarse y democratizarse acabó propiciando la solución militar y dio lugar a la descomposición del sistema. El caso de Annual fue discutido en el Parlamento, iban a pedir responsabilidades que podrían implicar al propio monarca. De esta manera se fue organizando una conspiración militar que tuvo como resultado el Golpe de Estado del general Primo de Rivera en 1923 y la implantación de una dictadura militar.


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