Origen de las especies: fijismo, esencialismo aristotélico y las teorías de Lamarck


1. Las tesis fijistas

La idea de que una especie puede originarse a partir de otra es de hecho muy antigua. El primer hombre al que se atribuye es Anaximandro. Pero esta idea tuvo poco éxito. Predominó, por el contrario, una concepción fijista de las especies.

Con el término fijismo se designa la teoría de que las especies han permanecido invariables a lo largo de su existencia. Para las teorías fijistas, las especies han sido siempre tal cual son ahora.

1.1 El esencialismo aristotélico

El defensor más importante del fijismo fue Aristóteles. A él se deben también los primeros estudios rigurosos de la anatomía y morfología de las plantas y los animales, y el primer intento de clasificación de las especies. La concepción fijista de Aristóteles está en dependencia de su propia concepción metafísica.

Para Aristóteles, todas las cosas reales (sustancias) están compuestas de materia prima y forma sustancial. La materia prima es el componente individual que entra a formar parte de los individuos. La forma sustancial es la misma en toda la especie. La forma sustancial es la que hace que algo pertenezca a la especie a la que pertenece. La forma sustancial constituye la esencia de cada especie.

Designaremos con el término esencialista a toda teoría que defienda la existencia de esencias invariables como constituyentes de las especies. Según Aristóteles, estas especies invariables no se crean. Son eternas; existen desde siempre y son siempre las mismas. No pueden aparecer especies nuevas.

1.2 El creacionismo esencialista cristiano

El cristianismo parte de una concepción creacionista. El universo, con todo lo que contiene, habría sido creado por Dios. Una interpretación literal de la Biblia lleva a sostener que Dios habría creado todas las especies al principio de los tiempos, sin que hubiese ninguna intervención divina posterior con respecto a modificar lo creado. De ahí que las diversas iglesias cristianas hayan sostenido una concepción fijista del origen de las especies.

En la Edad Media muchas de las tesis de Aristóteles fueron asimiladas por la Iglesia católica, con lo que el fijismo aparecía doblemente reafirmado: por Aristóteles y por la Biblia.

1.3 El sistema natural de Linneo

El desarrollo de las tesis fijistas culminó en el Sistema Natural de Linneo. Linneo era un botánico sueco que llevó a cabo una clasificación de los seres vivos conocidos en base a sus similitudes externas. Para tal fin los agrupaba en clases, órdenes, géneros y especies, designándolos mediante una nomenclatura binomial. Este tipo de nomenclatura es el que se mantiene hoy en día.

El Sistema Natural de Linneo, perfeccionado por Cuvier, constituyó la culminación de los esfuerzos fijistas por ordenar la naturaleza. Pero ya las cosas estaban empezando a cambiar. Muchos naturalistas y filósofos de la naturaleza empezaban a plantearse los orígenes de las especies en términos evolutivos. Entre ellos: Buffon, Lamarck, Spencer, Lyell, Darwin, Wallace, etc.

2. Las tesis evolucionistas de Lamarck

Lamarck y la heredabilidad de los rasgos adquiridos. Jean-Baptiste de Monet comenzó por el intento de completar la clasificación de los seres vivos que había dejado inconclusa Linneo. Esto le llevó a descubrir los distintos grados de similitud morfológica que existen entre las especies, lo que le sugirió la posibilidad de que algunas especies estuviesen emparentadas entre sí. En 1809 publicó una obra titulada Filosofía Zoológica, en la que aparecía desarrollada la primera teoría evolutiva de cierta consistencia.

En esa obra se sostenía que las especies evolucionan unas a partir de otras. Lamarck explica la evolución según dos principios fundamentales:

Principios de la teoría de Lamarck

  1. Uso y desuso: El uso o desuso de los órganos hace que éstos se desarrollen o se atrofien. El primer principio nos indica que cuando un animal hace un uso continuado de un órgano este tiende a desarrollarse. Por el contrario, cuando deja de usar un órgano determinado este tiende a atrofiarse.
  2. Heredabilidad de los caracteres adquiridos: Los caracteres adquiridos se heredan. Lamarck sostuvo la tesis de que aquellos caracteres adquiridos por un individuo a lo largo de su vida se transmiten a sus descendientes.

Para que el mayor o menor desarrollo de un órgano en un individuo concreto conduzca a una evolución de la especie hace falta el segundo principio. De ese modo irían evolucionando las especies: los órganos usados profusamente generación tras generación aparecerían cada vez más desarrollados, mientras que aquellos que fuesen abandonados irían degenerando hasta desaparecer.

Ejemplo: el cuello de la jirafa

Así es como explica Lamarck, por ejemplo, el desarrollo de los enormes cuellos de la jirafa. Según Lamarck, en sus orígenes la jirafa tendría un cuello de tamaño normal, pero la escasez de hojas de árboles haría que las jirafas se esforzasen generación tras generación por alcanzar aquellas hojas más altas. Finalmente, al cabo de numerosas generaciones, nos encontraríamos con la jirafa actual.

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