¿Por que es peligroso pensar que la ciencia tiene todas las respuestas?


Sam Harris: La ciencia puede resolver preguntas morales

Hoy voy a hablar de la relación entre ciencia y valores humanos. En general se entiende que las cuestiones morales lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto son cuestiones sobre las que la ciencia oficialmente no tiene opinión. Se piensa que la ciencia puede ayudarnos a conseguir lo que valoramos pero nunca puede decirnos qué debemos valorar. En consecuencia la mayoría de la gente, pienso, piensa que probablemente la ciencia nunca responderá las preguntas más importantes de la vida humana preguntas como: «¿Para qué vale la pena vivir?» «¿Para qué vale la pena morir?» «¿Qué constituye una buena vida?»

Voy a argumentar que esto es una ilusión, y que la separación entre ciencia y valores humanos es una ilusión. Y, en realidad, una muy peligrosa en este momento de la historia humana. A menudo se dice que la ciencia no puede brindarnos una base para la moralidad y los valores humanos porque la ciencia trata con hechos. Y los hechos y los valores parecen pertenecer a diferentes esferas. A menudo se piensa que no hay descripción del modo que el mundo es que pueda decirnos como debería ser el mundo. Pero pienso que esto claramente no es verdad. Los valores son un cierto tipo de hechos. Son hechos acerca del bienestar de las criaturas conscientes.

¿Por qué no tenemos obligaciones éticas con las rocas? ¿Por qué no sentimos compasión por las rocas? Porque no pensamos que las rocas pueden sufrir. Y si estamos más preocupados por nuestros compañeros primates que por los insectos, como de hecho pasa, es porque pensamos que ellos están expuestos a un rango más grande de felicidad y sufrimiento potenciales. Ahora, algo crucial a destacar aquí es que esta es una afirmación fáctica. Esto es algo en lo que podemos estar acertados o equivocados. Y si construimos mal la relación entre la complejidad biológica y las posibilidades de experiencia entonces podríamos estar equivocados sobre la vida interior de los insectos.

Bueno. Y no hay noción no hay versión de moralidad humana y valores humanos con que me haya cruzado que no se reduzca en algún punto a un asunto de experiencia consciente y sus posibles cambios. Incluso si tomamos los valores religiosos. Incluso si uno piensa que el bien y el mal en definitiva se relacionan a condiciones después de la muerte o a una eternidad de felicidad con Dios o a una eternidad de sufrimiento en el infierno uno todavía se preocupa de la conciencia y sus cambios. Y decir que tales cambios pueden persistir después de la muerte es en sí una afirmación fáctica que, por supuesto, puede ser verdadera o no.

Ahora, para hablar de las condiciones de bienestar en esta vida, para seres humanos, sabemos que existe un continuo de tales hechos. Sabemos que es posible vivir en un estado fallido en el que todo lo que puede salir mal sale mal en el que las madres no pueden alimentar a sus hijos en el que los desconocidos no pueden encontrar las bases para colaboración pacífica en el que la gente es asesinada indiscriminadamente. Y sabemos que es posible moverse en ese continuo hacia algo un poquito más idílico hacia un lugar en el que todavía se concibe una conferencia como esta.

Y sabemos, sabemos que hay respuestas correctas e incorrectas de cómo movernos en este espacio. ¿Sería buena idea agregar cólera al agua? Probablemente no. ¿Sería buena idea que todos creyéramos en el «mal de ojo» de manera que cuando algo malo les ocurra inmediátamente culpen a sus vecinos? Probablemente no. Hay verdades por conocer sobre cómo florecen las comunidades humanas, entendamos o no estas reglas. Y la moralidad se relaciona con estas reglas.

Así, al hablar de valores estamos hablando de hechos. Ahora, nuestra situación en el mundo puede entenderse en muchos niveles. Existe desde el nivel del genoma hasta el nivel de los sistemas económicos y los acuerdos políticos. Pero si vamos a hablar de bienestar humano estamos, por fuerza, hablando del cerebro humano. Puesto que sabemos que nuestra experiencia del mundo y de nosotros mismos en él se realiza en el cerebro.

Lo que suceda después de la muerte, incluso si el suicida tiene 72 vírgenes en el más allá, en esta vida, su personalidad, su personalidad más bien desafortunada es producto de su cerebro. Así, las contribuciones de la cultura, si la cultura nos cambia, como de hecho lo hace, nos cambia cambiando nuestros cerebros. Por lo tanto cualquier variación cultural que haya en la manera de florecer del ser humano puede, al menos en principio, ser entendida en el contexto de una ciencia, en maduración, de la mente, neurociencia, psicología, etc.

Lo que estoy argumentando es que el valor se reduce a hechos a hechos sobre la experiencia consciente de seres conscientes. Y por lo tanto podemos visualizar un espacio de cambios posibles en la experiencia de estos seres. Y pienso en esto como una suerte de paisaje moral con picos y valles que corresponden a diferencias en el bienestar de las criaturas conscientes tanto personales como colectivas. Y una cosa para destacar es que quizá hay estados del bienestar humano que raramente accedemos, que poca gente accede. Y estos aguardan nuestro descubrimiento. Quizá alguno de esos estados pueden ser llamados, con propiedad, místicos o espirituales. Tal vez hay otros estados que no podemos acceder por la manera en que está estructurada nuestra mente pero otras mentes quizá podrían accederlos.

Ahora, déjenme ser claro sobre lo que no estoy diciendo. No estoy diciendo que la ciencia garantiza el mapeo en este espacio o que tendremos respuesta científica para todas las preguntas morales que se conciban. No pienso, por ejemplo, que uno un día consultará una supercomputadora para saber si debería tener un segundo hijo o si deberíamos bombardear las instalaciones nucleares de Irán, o si uno puede deducir el costo total de TED como gasto de negocios. (Risas) Pero si las preguntas afectan al bienestar humano entonces tienen respuestas, podamos o no encontrarlas. Y sólo admitiendo eso sólo admitiendo que hay respuestas correctas e incorrectas a la pregunta de cómo florecen los humanos cambiará la manera de hablar de moralidad y cambiarán nuestras expectativas de la cooperación humana en el futuro.

Y, por ejemplo, hay 21 estados en nuestro país en los que el castigo corporal en las aulas es legal. Es legal que un maestro golpee a un niño con una tabla de madera, duro, dejando grandes moretones, ampollas, e incluso partiendo la piel. Y cientos de miles de niños, por cierto, están sujetos a esto cada año. Las ubicaciones de esos distritos iluminados, pienso, no los sorprenderán. No estamos hablando de Connecticut.

Y la lógica para este comportamiento es explícitamente religiosa. El mismo creador del Universo nos ha dicho no escatimar la vara, para no estropear al niño. Esto es Proverbios 13:20 y, creo, 23. Pero podemos hacer la pregunta obvia. ¿OK? ¿Es buena idea, en líneas generales, someter a los niños al dolor la violencia y la humillación pública como vía para alentar el desarrollo emocional saludable y el buen comportamiento? (Risas) ¿Hay alguna duda de que esta pregunta tiene una respuesta, y que ella importa?

Muchos podrían estar preocupados de que la noción de bienestar no está definida y, al parecer, abierta a perpetuidad para ser redefinida. Y entonces, ¿cómo puede haber por lo tanto una noción objetiva de bienestar? Bien, consideremos por analogía, el concepto de salud física. El concepto de salud física es indefinido como lo oímos de Michael Specter. Ha cambiado a lo largo de los años. Cuando se esculpió esta estatua la expectativa de vida promedio era quizá 30. Ahora está cerca de 80 en el mundo desarrollado. Podría haber un momento en el que nos entrometamos con los genomas de modo tal que no ser capaces de correr una maratón a los 200, será considerada una minusvalía severa. Ya saben, la gente les enviará donaciones cuando estén en esa condición. (Risas)

Observen que el hecho de que el concepto de salud es abierto, genuinamente abierto, a revisión no lo hace vacío. La distinción entre una persona saludable y una muerta es tan clara y consecuente como cualquiera que hagamos en la ciencia. Otra cosa a observar es que podría haber muchos picos en el paisaje moral. Podría haber maneras equivalentes de prosperar. Podría haber maneras equivalentes de organizar la sociedad para maximizar el florecimiento humano.

Ahora, ¿por qué esto no socavaría una moralidad objetiva? Bien, piensen cómo hablamos de la comida. Nunca estaría tentado a argumentarles que debe haber un alimento correcto para comer. Hay, claramente, un rango de materiales que constituyen comida saludable. Pero hay, no obstante, una distinción clara entre comida y veneno. El hecho de que hay muchas respuestas correctas a la pregunta: «¿Qué es alimento?» no nos tienta a decir que no hay verdades por conocer sobre la nutrición humana. Ahora, mucha gente se preocupa de que una moralidad universal requeriría preceptos morales que no admitan excepciones.

Así, por ejemplo, si realmente está mal mentir debe estar siempre mal mentir y si uno puede encontrar una excepción bien, entonces no existe tal cosa como verdad moral. ¿Por qué pensaríamos esto? Consideren, por analogía, el ajedrez. Si uno va a jugar buen ajedrez un principio como, no pierdas tu reina es muy bueno para seguir. Pero claramente admite excepciones. Hay momentos en que perder la reina es algo brillante. Hay momentos en que es la única cosa buena que uno puede hacer. Y sí, el ajedrez es un dominio de objetividad perfecta. El hecho de que hay excepciones aquí no cambia eso en absoluto.

Ahora, esto nos lleva a la fuente de movimientos que la gente es propensa a hacer en la esfera moral. Consideren el gran problema del cuerpo de las mujeres. ¿Qué hacer con ellos? Bien, hay una cosa que pueden hacer al respecto pueden cubrirlos. Esta es la postura, en líneas generales, de nuestra comunidad intelectual que mientras puede no gustarnos esto podríamos pensar que está equivocado en Boston o Palo Alto ¿quiénes somos para decir que los orgullosos moradores de una cultura antigua están equivocados al forzar a sus esposas e hijas a vivir en «bolsas de tela»? E, incluso, ¿quiénes somos para decir que están equivocados por golpearlas con trozos de cable de acero o arrojarles ácido de baterías en sus caras si declinan el privilegio de ser cubiertas de ese modo?

O, ¿quiénes somos para no decir esto? ¿Quiénes somos para fingir que sabemos tan poco sobre bienestar humano que no podemos ser críticos de prácticas como esta? No estoy hablando del uso voluntario de un velo las mujeres deberían vestir lo que quieran, hasta donde yo sé. Pero qué significa voluntario en una comunidad en la que cuando una niña es violada el primer impulso de los padres bastante a menudo es asesinarla por vergüenza.

Dejen que este hecho detone en sus cerebros un minuto. Tu hija es violada y lo que quieres hacer es matarla. ¿Cuáles son las probabilidades de que esto represente un clímax del florecimiento humano?

Ahora, decir esto no es decir que tenemos la solución perfecta en nuestra sociedad. Como, por ejemplo, esto es ir a un puesto de noticias en casi cualquier lado en el mundo civilizado. Ahora, para cualquier hombre podría requerir un título en filosofía ver algo erróneo en estas imágenes. (Risas) Pero si estamos de ánimo reflexivo podemos preguntar «¿Es esta la expresión perfecta de equilibrio psicológico respecto de variables como juventud, belleza y cuerpos femeninos?» Digo, ¿es este el entorno óptimo en el cual criar a nuestros hijos? Probablemente no, Ok. Así, ¿Quizá hay algún lugar en el espectro entre estos dos extremos que representa un lugar de mejor equilibrio? (Aplausos) Tal vez hay muchos de tales lugares.

De nuevo, dados otros cambios en la cultura humana puede haber muchos picos en el paisaje moral. Pero algo para observar es que tenemos muchas más maneras de no estar en un pico. Ahora, la ironía, desde mi perspectiva es que la única gente que parece por lo general concordar conmigo y que piensan que hay respuestas correctas e incorrectas a preguntas morales son los demagogos religiosos de uno u otro tipo.

Y, por supuesto, ellos piensan tener respuestas correctas a preguntas morales porque ellos tienen esas respuestas de una voz en el torbellino no porque hayan hecho un análisis inteligente de las causas y condición del bienestar humano y animal. De hecho, la permanencia de la religión como lente a través del cual la mayoría de la gente ve preguntas morales ha separado la mayor parte de la charla moral de las preguntas reales del sufrimiento de humanos y animales. Es por eso que pasamos nuestro tiempo hablando de cosas como el matrimonio gay y no de genocidio, proliferación nuclear, pobreza, o cualquier otro tema con grandes consecuencias. Pero los demagogos tienen razón en una cosa, necesitamos una concepción universal de los valores humanos.

Ahora, ¿qué se interpone en el camino de esto? Bien, una cosa a observar es que hacemos algo diferente cuando hablamos de moralidad en especial de tipo secular, académico, científico. Cuando hablamos de moralidad valoramos diferencias de opinión de una forma que no valoramos en otras áreas de nuestra vida. Así, por ejemplo, el Dalai Lama se levanta cada mañana meditando sobre la compasión. Y piensa que ayudar a otros seres humanos es una parte integral de la felicidad humana. Por otro lado tenemos a alguien como Ted Bundy. Ted Bundy era muy aficionado a raptar, violar torturar y matar jóvenes mujeres.

Así, parecemos tener una diferencia genuina de opinión acerca de cómo usar provechosamente el tiempo. (Risas) La mayoría de los intelectuales occidentales ven esta situación y dicen: «Bien, no hay nada en el Dalai Lama que sea realmente correcto, realmente correcto o para Ted Bundy que sea realmente incorrecto eso admite un argumento real que potencialmente cae en el ámbito de la ciencia. A él le gusta el chocolate, y a él la vainilla. No hay nada que uno debería decirle al otro para persuadirle. Y observen que no hacemos esto en la ciencia.

A la izquierda tienen a Edward Witten. El es teórico de cuerdas. Si preguntan a los físicos más inteligentes de por aquí ¿quién es el físico más inteligente a su alrededor? en mi experiencia la mitad dirá Ed Witten. La otra mitad les dirá que no le gusta la pregunta. (Risas) ¿Qué pasaría si en una conferencia de física yo salgo diciendo «La teoría de cuerdas es falsa. No me sirve. No es como yo elijo ver el universo a pequeña escala. No soy un fan». (Risas) Bien, no pasaría nada porque yo no soy un físico no entiendo la teoría de cuerdas. Soy el Ted Bundy de la teoría de cuerdas. (Risas) No me gustaría pertenecer a un club de teoría de cuerdas que me tuviera a mí como miembro.

Pero ese es el punto. Cada vez que hablamos de hechos deben excluirse ciertas opiniones. Eso es lo que significa tener especificidad de dominio. Eso es lo que significa que el conocimiento cuente. ¿Cómo nos auto-convencemos de que en la esfera moral no hay tal cosa como la experiencia moral o talento moral, o incluso genio moral? ¿Cómo nos auto-convencemos de que cada opinión tiene que contar? ¿Cómo nos auto-convencemos de que cada cultura tiene un punto de vista en estos asuntos que vale la pena evaluar? ¿Tienen los talibanes un punto de vista en física que vale la pena considerar? No. (Risas) ¿Cuán menos obvia es su ignorancia en el tema del bienestar humano? (Aplausos)

Esto es lo que, pienso, el mundo necesita ahora. Necesita gente como nosotros que admita que hay respuestas correctas e incorrectas a preguntas del florecimiento humano y la moralidad se relaciona con ese dominio de hechos. Es posible para individuos, e incluso para culturas enteras, preocuparse de cosas incorrectas. Lo que significa que es posible que ellos tengan creencias y deseos que conduzcan directamente a sufrimiento humano innecesario. Sencillamente admitir esto transformará nuestro discurso sobre moralidad. Vivimos en un mundo en el que los límites entre naciones cada vez significan menos y algún día significarán nada.

Vivimos en un mundo lleno de tecnología destructiva y esta tecnología no puede «desinventarse» siempre será más fácil romper cosas que arreglarlas. Por lo tanto me parece, evidentemente obvio, que ya no podemos respetar y tolerar enormes diferencias en las nociones de bienestar humano como podríamos respetar o tolerar enormes diferencias en las nociones sobre cómo se propagan enfermedades o en los estándares de seguridad de la construcción y aviones. Simplemente debemos converger en las respuestas que damos a las preguntas más importantes de la vida humana. Y para hacer eso tenemos que admitir que estas preguntas tienen respuestas. Muchas gracias. (Aplausos)

Chris Anderson: Hay material combustible allí. Ya sea en la audiencia o la gente en algún lugar del mundo que escucha algo de esto bien puede estar poniendo el grito en el cielo después de escuchar algo de esto.

El lenguaje parece ser realmente importante aquí. Cuando hablas del velo hablas de mujeres vestidas con «bolsas de tela». He vivido en el mundo musulmán y hablado con muchas mujeres musulmanas. Algunas de ellas dirían algo más. Dirían: «No, sabes, esta es una celebración de la particularidad femenina ayuda a construirla y es el resultado del hecho que…» esto es discutible, una mirada psicológica sofisticada, «que no se puede confiar en la lujuria masculina». Digo, ¿puedes entablar una conversación con ese tipo de mujeres sin parecer una especie de imperialista cultural?

Sam Harris: Sí, bien, pienso que traté de abordar esto en una oración viendo la señal del reloj pero la pregunta es ¿Qué significa voluntario en un contexto en que los hombres tienen ciertas expectativas y es seguro que serás tratada de una cierta manera si no te pones el velo? Por lo tanto, si alguien en la sala quisiera usar un velo o un sobrero muy divertido, o un tatuaje en la cara… creo que deberíamos ser libres para hacer voluntariamente lo que queramos pero tenemos que ser honestos sobre las restricciones que pesan para esas mujeres. Y por eso pienso que no deberíamos tan alegremente creerles siempre, sobre todo si hace 50 grados afuera y tienen puesta una burka.

C.A.: Mucha gente quiere creer en este concepto de progreso moral. Pero ¿Puedes conciliar eso? Pienso que entendí que dijiste que podrías conciliar eso con un mundo que no se vuelva unidimensional en el que todos tengamos que pensar igual. Pinta tu cuadro del futuro, adelantando el reloj 50 años, 100 años, ¿Cómo te gustaría pensar el mundo, equilibrando el progreso moral con la riqueza?

S.H.: Bien, pienso que una vez que admites que estamos en vías de comprender nuestras mentes a nivel cerebral, con algún detalle importante, luego tienen que admitir que vamos a comprender todo lo positivo y negativo de nosotros mismos en mucho más detalle. Así, vamos a comprender la emoción social positiva como la empatía y la compasión. Y vamos a comprender los factores que la fomentan, sean éstos genéticos, o relativos a la manera de hablar unos con otros, o a los sistemas económicos. En la medida en que comencemos a arrojar luz sobre esto inevitablemente vamos a converger en ese espacio de hechos.

Todo no va a estar disponible. No va a ser como decir que ponerle velo a mi hija desde la cuna es tan bueno como enseñarle a ser segura de sí misma e instruida en el contexto de los hombres que desean mujeres. Digo, no creo que necesitemos un estudio para saber que el velo compulsivo es una mala idea. Pero en cierto punto vamos a ser capaces de barrer los cerebros de los involucrados e interrogarlos en realidad. ¿La gente ama a sus hijas tanto en estos sistemas? Y pienso que claramente hay respuestas correctas a eso.

C.A.: Y si los resultados dicen que realmente sí las aman ¿Estás preparado para desplazar tu juicio actual instintivo en alguno de estos temas?

S.H.: Bien, sí, [poco claro] un hecho obvio que uno puede amar a alguien en el contexto de un sistema de creencias totalmente delirante. Uno puede decir: «Como sé que mi hijo gay iba a ir al infierno si encontraba un novio le corté la cabeza. Y eso fue lo más compasivo que pude hacer». Si tienes todas esas partes alineadas sí, creo que podrías sentir probablemente la emoción del amor. Pero, de nuevo, luego tenemos que hablar de bienestar en un contexto más grande. Estamos todos en esto juntos ningún hombre está en éxtasis para luego inmolarse en un bus.

C.A.: Parece una conversación que me encantaría en realidad continuar durante horas. No tenemos eso, pero quizá en otra ocasión. Gracias por venir a TED.

S.H.: Un honor realmente. Gracias. (Aplausos)

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