Principales Corrientes de la Nueva Economía Institucional (NEI)
La Nueva Economía Institucional (NEI) abarca diversas corrientes de pensamiento que buscan comprender el papel de las instituciones en el comportamiento económico y social. A continuación, se detallan las principales:
1. Law and Economics (Análisis Económico del Derecho)
Esta corriente, también conocida como Análisis Económico del Derecho, se enfoca en los costes de transacción y los derechos de propiedad. Entre sus principales exponentes se encuentran Ronald Coase, Armen Alchian, Harold Demsetz, Richard Posner y Oliver Williamson.
El Entorno Institucional y la Economía del Derecho
Cuando la NEI estudia el derecho y las leyes, no solo le interesan sus efectos económicos, sino también las razones por las que han surgido y el sentido en el que evolucionan. Ello implica:
- Su interés por la forma en que los individuos resuelven espontáneamente sus pleitos.
- Su mayor interés por los reglamentos que por las leyes.
- Su mayor interés por el arbitraje y por las soluciones privadas que por el proceso judicial (de naturaleza subsidiaria, al que se acude cuando ha fallado el entorno institucional informal).
Thomas C. Schelling y las Normas Sociales
Las normas y convenciones sociales son un conjunto de reglas informales y frecuentemente tácitas. Son códigos de conducta que regulan los comportamientos en situaciones recurrentes y proporcionan un sistema de premios y castigos.
Un ejemplo de «premio» en las convenciones sociales es el juego de coordinación propuesto y analizado por Thomas C. Schelling (Premio Nobel de Economía en 2005): Dos amigos conciertan una cita en un pueblo fijando el día y la hora, pero olvidan determinar el punto preciso del encuentro. No hay posibilidades de comunicación, por lo que cada uno intenta adivinar el punto de encuentro que con mayor probabilidad será elegido por el otro. Si no existieran convenciones sociales, las soluciones del juego serían muy numerosas y la probabilidad de coordinación muy baja. Pero en toda ciudad o pueblo suele existir un lugar (bajo el reloj del ayuntamiento, al pie de la torre de la iglesia) al que la sociedad ha asignado de forma tácita la categoría de punto informal de encuentro y que conocen los dos amigos.
Obra clave: The Strategy of Conflict. Cambridge MA.: Harvard University Press.
El Ostracismo como Castigo Social
Como tipo de «castigo» puede señalarse el ostracismo: abandono u olvido al que condenan los grupos sociales a aquellos de sus miembros que no cumplen las normas en la forma fijada.
Un buen ejemplo, muy citado en la literatura, es el de los comerciantes judíos de la Baja Edad Media europea que formaban una red internacional ligada por el idioma y las tradiciones comunes, de tal forma que el miembro que no respetaba dichas tradiciones se veía excluido de la red y perdía cualquier posibilidad de hacer negocio en el mundo comercial de la época.
Ramas de la Economía del Derecho
La Economía del Derecho se ha dividido en dos ramas principales:
- Economía del Derecho Positiva: Utiliza el análisis económico para tratar de predecir los efectos de las diversas normas jurídicas. Así, por ejemplo, un análisis económico positivo del derecho de daños podría predecir los efectos de una regla de responsabilidad estricta en oposición a los efectos de una regla de negligencia.
- Economía del Derecho Normativa: El análisis económico da un paso más y se utiliza para realizar recomendaciones de política sobre la base de las consecuencias económicas de las distintas políticas. El concepto clave para el análisis económico normativo es la eficiencia: la eficiencia de Pareto, donde una norma jurídica es eficiente en términos de Pareto si no puede cambiarse para que una persona mejore sin que otra empeore.
2. Economía Política Constitucional
Esta corriente, encuadrada dentro de la denominada Public Choice o Elección Social, critica por inconsistente el supuesto de la teoría económica neoclásica que considera a los políticos como individuos que buscan el bien común. Sus principales representantes son James Buchanan y Gordon Tullock.
James Buchanan (1919-2013) y Gordon Tullock (1922-2014)
Buchanan dio un paso más en el razonamiento lógico y se preocupó por analizar no solo la forma de tomar decisiones en el marco de unas reglas establecidas, sino también el contenido de las mismas; la forma en que se adoptan y la posibilidad de medición de su eficacia. Esto dio origen a la Economía Política Constitucional: cómo deben diseñarse las constituciones de forma que los políticos que procuran por los intereses públicos puedan prosperar.
La garantía absoluta de la eficacia de la regla constitucional se consigue cuando la constitución es aprobada por unanimidad. En el contexto de la Economía Constitucional, los costes externos aparecen precisamente como consecuencia de la falta de unanimidad.
Las externalidades se producen cuando las reglas del juego permiten que unos individuos obtengan beneficios haciendo recaer los costes de su actividad sobre otros. Esas reglas de juego se rechazarán por los perjudicados, por lo que no se logrará la mayor eficacia. Solo las reglas adoptadas por consenso unánime garantizan que no se impongan costes a unos individuos en beneficio de otros.
Pero la adopción de decisiones tiene además unos costes de transacción que serán mayores cuanto mayor sea el número de individuos involucrados. Cuanto más nos acerquemos a la unanimidad, mayor será el coste de decisión y menores serán los costes externos, lo que lleva a recurrir al cálculo del consenso, que es aquel que minimiza la suma de ambos tipos de costes.
El Cálculo del Consenso
«Cálculo del Consenso» es precisamente el título del libro escrito por Gordon Tullock y James Buchanan en 1962: The Calculus of Consent: Logical Foundations for Constitutional Democracy. La obra presenta un modelo de cálculo racional individual para evaluar los costes y beneficios esperados al implementarse una decisión colectiva. Según dicho cálculo, cada individuo intenta maximizar su utilidad reduciendo los costes esperados de la acción de terceros (costes externos) y los costes esperados de su participación en la decisión colectiva (costes de la decisión). Las dificultades para poder aplicar la regla de la unanimidad llevan a que se adopte la regla de mayoría como medio para reducir los costes de la decisión, al reducir la cantidad de los agentes decisores. Analizan la votación mayoritaria en dos modelos de decisión: el representativo y el de democracia directa, y concluyen que el primero es más aceptable para alcanzar decisiones de costes óptimos en el marco de unidades extensas, pero que en unidades pequeñas la democracia directa puede ser más eficiente dado que los costes de negociación son menores.
En cualquier caso, siempre pueden aparecer los denominados buscadores de rentas (individuos o grupos de interés que tratan de influir sobre las decisiones políticas para que las reglas se elaboren e interpreten en su propio beneficio). Gordon Tullock y Buchanan han demostrado que, en cualquier sistema que permita la adopción de decisiones mediante mayorías no unánimes, habrá una tendencia a que, mediante intercambio de votos, se alcancen coaliciones de grupos de interés mayoritarias que consigan aprobar los proyectos que les benefician, aunque los costes totales sean mayores que los beneficios totales resultantes. Esto se conoce como «costes de búsqueda de rentas» o «costes de Tullock». Esta corriente de la Nueva Economía Constitucional tiene una revista que actúa como plataforma: Constitutional Political Economy.
Las constituciones políticas de los países son su principal objeto de análisis, primando la perspectiva económica. Se entiende por constitución cualquier regla que, una vez establecida, es inamovible. Esta situación se explica en la medida en que voluntariamente decidamos establecer una norma (inamovible) que limite nuestra libertad de actuación en el futuro bajo el supuesto de que la libertad de elegir de los demás es perjudicial para nosotros y, por tanto, la mejor solución es consensuar que se limite la libertad de todos.
El Dilema del Prisionero y la Constitución
El dilema del prisionero ayuda a explicar esta decisión. Representa una situación en la que cada individuo desea que los demás cooperen y ser él el único en defraudar. Por tanto, si todos son libres de elegir, elegirán la estrategia de defraudar y el resultado será malo para todos; y en todo caso será siempre peor que si todos hubieran elegido cooperar. La solución constitucional a este dilema consiste en limitar la libertad de elegir de todos los miembros del grupo, prohibiendo o castigando manifestar un comportamiento diferente al de los demás. Esto es una restricción de la elección estratégica que propicia que todos los actores puedan estar de acuerdo en limitar su propia libertad para obtener un resultado colectivo mejor.
La Inconsistencia Temporal: El Ejemplo de Ulises
La inconsistencia temporal es una situación en la cual las personas (o las autoridades) tienen incentivos para abandonar un plan óptimo a largo plazo con la pretensión de reoptimizar constantemente sus actuaciones (políticas).
- Estos cambios son óptimos en cada momento del tiempo, pero no lo son desde el punto de vista del plan original a largo plazo y, por lo tanto, dan lugar a resultados inferiores a los previstos inicialmente.
- La historia de Ulises y las sirenas, en el canto 12 de la Odisea (considerado como grupo social), ofrece una clara ilustración del problema de la inconsistencia temporal y a la vez una posible solución.
3. La Nueva Historia Económica
La aparición y el cambio de las instituciones es el problema más importante para los historiadores. Por ejemplo: familia, escuelas, tribunales, gremios, gobiernos, empresas, ejércitos, ciencia, profesiones, etc. ¿Para qué y por qué existen?
La Nueva Economía Institucional (NIE) actualmente ofrece grandes estímulos a los historiadores porque:
- Es relativamente nueva, por lo que no se ha aplicado mucho. Tiene un enorme potencial de investigación.
- Es analíticamente ortodoxa, asume la racionalidad, pero con criterios bastante accesibles.
- Permite comparaciones con métodos cuantitativos.
- Las instituciones son omnipresentes y «misteriosas» (campo de investigación atractivo).
Este nuevo enfoque institucional de la historia ha enriquecido profundamente la comprensión del desarrollo económico, que se contempla como la respuesta a la evolución de instituciones que permiten y fomentan la cooperación y los intercambios comerciales, la formación y la movilidad del capital, la estimación y el reparto de riesgos. Por ejemplo, los mercados de capitales solo pueden florecer allí donde los gobernantes no tienen poder suficiente como para expropiar la riqueza privada. El sometimiento de los soberanos a las leyes y al control parlamentario fueron el paso definitivo que reforzó la credibilidad y el crédito de los gobernantes. El afianzamiento de los derechos y del respeto a la propiedad privada han sido y siguen siendo imprescindibles para el desarrollo económico.
4. La Teoría del Capital Humano
El hallazgo de Solow, de que el capital físico y el trabajo no eran factores explicativos suficientes del crecimiento económico, y que el cambio tecnológico era un determinante esencial, estimuló investigaciones que llevaron a encontrar otras causas del crecimiento. Los trabajos sobre educación formal, aprendizaje y capacitación en el trabajo, salud, fertilidad, familias y migración, conformaron los cimientos para el surgimiento de otra corriente que pretende explicar una parte del crecimiento de las naciones: la denominada Teoría del Capital Humano. El investigador más representativo de esta nueva vertiente es Theodore W. Schultz (Premio Nobel de Economía en 1979), quien junto a Gary S. Becker (Premio Nobel de Economía en 1992) emprendió investigaciones sobre estos elementos. Esta formulación se reanimó desde la mitad de los años 80 del siglo pasado con el surgimiento de la denominada teoría del crecimiento endógeno: incorporación al modelo neoclásico de la acumulación de conocimientos y el capital humano (Romer y Lucas).
Theodore W. Schultz (1902-1998)
Criticó a los que se negaban a recoger la inversión en capital humano como un tema de análisis económico, porque considerar a los seres humanos como «bienes de capital» o como «riqueza humana» era algo contrario a nuestros principios y valores. Argumentó que resultaba evidente que la gente adquiría conocimientos y habilidades útiles y que este «capital» es una parte sustancial de la inversión. Por ello, afirmó que esta inversión tiene en las sociedades occidentales un ritmo de crecimiento mucho más alto que el «capital convencional» no humano. En consecuencia, este crecimiento del capital humano podría explicar el creciente producto nacional y la superioridad productiva de los países tecnológicamente más avanzados, en lugar de la mera consideración de los factores productivos tradicionales: «…sin el capital humano habría solamente trabajo manual pesado y pobreza, con excepción de los que tienen ingresos por la propiedad»; «…la inversión en los seres humanos eleva la ‘calidad del esfuerzo humano’ y la productividad» (Schultz).
Gary S. Becker (1930-2014)
Demostró la importancia de la educación como factor de desarrollo, investigó la magnitud de la inversión y las tasas de rendimiento en la educación; definió las múltiples formas del capital humano: escolarización, formación en el trabajo, cuidados médicos, migraciones y la búsqueda de información sobre precios e ingresos. Considera que pocos países o quizá ninguno, han logrado un período de crecimiento económico sostenido sin inversiones importantes en su fuerza de trabajo. Cuantifica que gran parte de los estudios que intentaron evaluar las contribuciones al crecimiento asignaron un papel importante a la inversión en capital humano. Considera que el enfoque neoclásico y el malthusiano no prestaron suficiente atención al capital humano; por el contrario, el modelo que él propone lo coloca en el centro, definiéndolo concretamente como «habilidades y conocimiento materializado», y formula una «relación directa» entre la inversión en capital humano, el conocimiento científico-tecnológico y el crecimiento que se ha comprobado además empíricamente.
5. La Familia como Institución Económica
Existe un desconocimiento generalizado sobre cómo analizar el comportamiento y la organización dentro de la familia (variable exógena en los modelos). Gary Becker (A Treatise on the Family, Harvard University Press, 1981) modeló la institución de la familia considerándola como una «pequeña fábrica». Propuso una teoría de la fertilidad: cuando una familia se plantea tener hijos, hace una valoración de los ingresos y costes monetarios que se prevé van a suponer en el futuro. Si los ingresos superan los costes, los hijos son considerados como un bien de inversión, pero si dichos ingresos no cubren los costes, entonces vienen a ser un bien de consumo. Esta perspectiva lleva a dos concepciones de la familia en países desarrollados vs. subdesarrollados:
- Tradicional: Los ingresos derivados de los trabajos en los campos y la asistencia a los padres en época de vejez constituyen normas de conducta, lo que propicia muchos hijos (la cantidad hace que los ingresos puedan superar los costes).
- Moderna: Con mayor independencia de sus miembros que las familias en países menos desarrollados, se prefiere pocos hijos (se prefiere la calidad en vez de la cantidad para evitar que los costes superen los ingresos porque la formación de ellos es cara).
La familia se mantiene por elementos clave como: renegociación, repetición, confianza, reciprocidad y dependencia mutua, pero es una institución que evoluciona y lo hace con rapidez. Las políticas económicas relativas a la familia la condicionan, pero también los cambios de la familia favorecen la elaboración de nuevas políticas, lo que subraya la necesidad de usar un enfoque dinámico. Por ejemplo, la política de «hijo único» en China ha acabado teniendo unas consecuencias muy negativas desde la perspectiva demográfica (caída de la tasa de fertilidad desde 3 en 1970 a 1,8 en 2008) y de hecho se ha suavizado, permitiendo desde el 29-10-2015 que las parejas puedan tener dos hijos por el fuerte envejecimiento de la población. Surgen problemas cuando existe una burocracia muy fuerte, decisiones influenciadas por grupos de presión, reformas insuficientes. El Estado no puede ofrecer respuestas inmediatas a las necesidades tan cambiantes de las familias.