Profundidad del Amor Nerudiano: Naturaleza, Identificación y Lenguaje Poético


Influencia del Paisaje y la Naturaleza en el Tratamiento del Tema Amoroso (2 puntos)

Para Neruda, el amor cobra un alcance telúrico, es decir, lo relaciona con el planeta Tierra, como si el amor surgiera de las profundidades del suelo. A través del impulso erótico, el amante entronca con la tierra, con la vida. Uno de los rasgos sobresalientes de estos poemas es la intensa trabazón de experiencias amorosas y elementos de la naturaleza: el mar, el cielo, el viento, la niebla, las montañas, los pinos… Su presencia nos ha de recordar, ciertamente, la importancia que la naturaleza tiene en Neruda desde su infancia. Pero esa naturaleza, unida al amor, adquiere nuevas facetas y sentidos, simbólicos.

Fusión de la Amada con el Paisaje

Es fundamental la fusión de la mujer con la naturaleza (aspecto central del alcance telúrico del amor). El Poema 3 es fundamental en este sentido: la amada se confunde con el paisaje, con la tierra:

«… en ti la tierra canta. – En ti los ríos cantan…»

El poeta comienza describiendo a la amada comparándola con elementos naturales. Como si fuera un pintor, va detallando paso a paso a su amada, comparando su cabello con pinos, o usando metáforas como «crepúsculo en tus ojos» para indicar su oscuridad. Será fundamental esta fusión de la mujer con la naturaleza. La amada se confunde con el paisaje, con la tierra, y su figura se agranda hasta adquirir una dimensión incalculable.

Explicación de la Identificación del Autor con la Amada en Versos Seleccionados (2 puntos)

Mujer, decimos, desconociendo la identidad de las novias de adolescencia que inspiraron los Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Eran muchachas a quienes el poeta nombra con los seudónimos de Marisol y Marisombra, Terusa y Rosaura; y que en el Canto define como amada sin nombre. Los Veinte poemas de amor y una canción desesperada fueron inspirados por tres mujeres:

  • La enigmática Teresa de León, a quien van dirigidos la mitad de los versos.
  • Albertina Rosa Azócar, de sus estudios de francés en el Instituto Pedagógico.
  • Según declaraciones del propio Neruda (en 1954), María Parodi.

Y hasta aquí llegarían estas palabras sobre la mujer en Neruda si nuestra intención al hablar de la mujer en el poeta chileno estuviese limitada al listado de personas del sexo femenino, o musas que acompañaron en distintas etapas al más universal de todos los poetas latinoamericanos. Pero a lo largo de su trayectoria su objeto de amor no siempre es una mujer, aunque así lo parezca. Por ejemplo, en el poema El Canto General, América es tratada como una mujer y el poeta como el más fiel de sus amantes.

Conexión Alma-Mujer

En este poema en concreto, por la forma en que comunica sus sentimientos, podemos deducir que la vida del poeta gira en torno al amor de su vida:

«emerges de las cosas, llena del alma mía»

«te pareces a mi alma»

El poeta identifica su alma con la mujer y esta conexión alma-mujer revela el alto grado de amor que Neruda siente por ella.

Valor que Atribuye el Poeta a las Palabras Dentro del Juego Amoroso (2 puntos)

Un aspecto a reseñar en la poesía de Neruda es la relación que tienen las palabras y la mujer objeto de su amor. Las palabras han nacido para expresar la profundidad conflictiva del mundo interior; por ello se asocian con la poesía, a la cual le dan consistencia y forma al mismo tiempo que reflejan realidades imperiosas. Ellas pueden relacionarse con el amor, pero no han nacido solo para cumplir con esta función, sino que su territorio de acción resulta mucho más vasto. El juego amoroso surge como producto de un asombro natural en el hombre enamorado y, si bien se reviste de poesía, no vive necesariamente de esta.

La Palabra como Competidora y Compañera

Las reticencias del poeta parecen señalar que sus compañeras de siempre y únicas son las palabras, y que la mujer es la realidad momentánea que alegra un presente, el cual, si bien se desea prolongar, nunca se sabe hasta cuándo.

Es tal la identidad que el poeta tiene con las palabras, que esta relación es tomada como una competidora de la mujer. La palabra, tan amada por el poeta como la amada misma, es desplazada por la presencia de la mujer. Todo esto es especialmente significativo en el Poema 5.

La aproximación del ser amado hace que la palabra pase a un segundo plano. Pero Neruda establece la verdadera distinción: la amada es un objeto de deseo fugaz mientras que las palabras siempre le acompañan.

La Mujer como Sujeto Lírico en el Poema 1 de “20 poemas…”: Comentario sobre la Percepción del Amor (2 puntos)

Características y Aspectos del Amor Físico

El poema comienza con el canto a la mujer como sujeto en que echa sus raíces la lírica (vv. 1-4). De esta manera, se acercan dos términos de identificación y de disidencia: los cuerpos. Enfrenta el «cuerpo de mujer» con «mi cuerpo de labriego salvaje». Es importante la adjetivación que emerge a cada instante en la poética de Pablo Neruda. Ha buscado, mediante dos adjetivos o expresiones adjetivales, caracterizar al sustantivo en cuestión: «de mujer» y «de labriego». Mujer y hombre contrapuestos e identificados en este juego vital y siniestro que representa el amor.

El Cuerpo como Eje Central

El «cuerpo» representará el eje central en torno al cual adquiere movimiento poético todo el texto. Es un «cuerpo» que está tras la búsqueda del adjetivo que lo defina. Así, el sujeto lírico se mueve lúdicamente en un marco de signos lingüísticos relevantes que persiguen la dura posibilidad de la expresión total. Neruda es, desde su temprana edad, un manipulador de palabras que hallan siempre en la expresión poética la manera de decir que están allí y constituyen la llave que abre los grandes misterios del amor lírico.

Es un amor de naturaleza física, centrado en el cuerpo de la amada, en sus «muslos blancos», un cuerpo que contrasta con el del poeta (vv. 1 y 3), pero que está hecho para engendrar (v. 4).

Evolución del Sentimiento

Ese amor vino a solucionar la soledad y la oscuridad, pero no surgió de forma casual, sino como un ejercicio de voluntad («te forjé»), incluso con cierta violencia («como un arma»).

Pero la voluntad se ha convertido en sentimiento (v. 9), y se deleita describiendo sus virtudes y su belleza (vv. 10-12).

La Dualidad del Amor y el Dolor

Sin embargo, la necesidad de amor es tan grande («mi ansia sin límite»), que ese amor se vuelve sufrimiento («la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito»). Tal vez cae en el tópico de que no hay amor sin dolor, que el amor, como todo en este mundo, tiene una naturaleza dual.

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