Vegetación del Mediterráneo y Región Macaronésica


REGIÓN MEDITERRANEA

Se localiza entre el clima de transición y los enclaves áridos y semiáridos del sureste. Corresponde al dominio mediterráneo caracterizado por: precipitaciones moderadas y mal repartidas concentradas en primavera y otoño de carácter tormentoso, y temperaturas templado-cálidas con veranos muy calurosos e inviernos suaves en la costa y fríos en el interior.

La característica más distintiva de estos distintos tipos de vegetación es su xerofitismo (conjunto de particularidades con que las plantas se han adaptado al clima seco). Las plantas xerofitas tratan de buscar, absorber y conservar lo mejor posible el agua. Para ello realizan una serie de adaptaciones en su forma y estructura. El primer objetivo (absorber la mayor cantidad de agua posible) lo consiguen desarrollando al máximo sus raíces. La reducción de la transpiración la consiguen con xeromorfías varias: reducción del tamaño de las hojas, conversión de las hojas en escamas o espinas, hojas plegables, revestimiento de la planta o endurecimiento de sus hojas.

Bosques de frondosas mediterráneas

Los bosques de frondosas mediterráneas han sufrido una gran regresión en el litoral mediterráneo debido a la construcción urbanística, mientras que en el mediterráneo interior se han construido en dehesas (ecosistema de creación humana a partir del bosque de encinas primitivas, surge debido a la actividad humana que arrebata tierras al bosque y las destina al pasto).

La encina:

Se trata de un árbol corpulento, con un sistema radicular muy desarrollado, tolerante al suelo y muy resistente a la sequía edáfica y atmosférica. Hay dos especies predominantes.

El alcornoque: Tienen mayores exigencias ambientales (suelos ácidos, precipitaciones más altas y una amplitud térmica más baja) por lo que se localiza en Extremadura, el Sistema Central, en las Béticas occidentales y en enclaves silíceos del mediterráneo. Su forma y porte son parecidos a los de la encina, pero el tronco está cubierto con corcho que lo protege de la deshidratación.

Bosques de coníferas

Los pinos son árboles poco exigentes en suelo y clima, que resisten bien la sequía. Se caracterizan por unas hojas aciculares que se agrupan en fascículos, envueltos en una vaina por su parte inferior. Su fruto, la piña, se abre cada 2 o 3 años soltando semillas aladas. Su madera, dura y resinosa, le otorga una gran importancia forestal.

El bosque de coníferas más extendido en el mediterráneo es el de pino carrasco, un árbol chaparro y retorcido. Es una especie heliófila (necesita mucha luz) y termófila, que aguanta bien los calores estivales y mal los fríos del invierno. Resiste bien la aridez. Todo ello le lleva a instalarse en colinas y montañas bajas de la franja costera mediterránea, ascendiendo a más altura cuanto más hacia el sur se encuentre. Desde la costa penetra al interior por los valles de los ríos.

Además del pino carrasco, otras dos coníferas han adquirido importancia por las repoblaciones artificiales: el pino piñonero y el pino rodeno o negral. Ambos son más resistentes al frío y sequías. Prefieren los suelos ácidos, aunque toleran la cal.

Especies arbustivas mediterráneas

Dos son las formaciones arbustivas de la región mediterránea:

Maquis: Es una formación arbustiva formada por brezos, jaras, madroños, retamas y lentiscos, muy densa e impenetrable. Necesita bastante humedad y suelos ácidos, por lo que se extiende allí donde se han ido degradando los bosques de alcornoques.

Garriga: Formación arbustiva más baja y abierta que la anterior, formada por coscojas, romero y tomillo. Necesita de suelos básicos y ambientes secos. Se desarrolla allí donde se han ido degradando los bosques de encinas.


DOMINIO SUBDESERTICO

Aunque algunos lo incluyen en la región mediterránea, conviene dedicar un capítulo propio a esta formación vegetal que crece allí donde las precipitaciones son inferiores a los 300 mm anuales. Se corresponde pues con el clima mediterráneo árido, que se da en Murcia, Almería y algunas regiones del interior oriental andaluz. Con estas condiciones de aridez intensa las especies vegetales que se desarrollan son:

Arbóreas: Forman manchas escasas (palmito, árbol pequeño que necesita mucha luz, poca humedad y amplia amplitud térmica, se localiza en el litoral, y pino carrasco).

Arbustivas: Espinos y artos.


REGIÓN MACRONÉSICA: LA LAURISILVA CANARIA

Localización: Aparece exclusivamente en Canarias.

Bosque predominante: El bosque laurisilva aparece en suelos profundos, cercanos al mar, el pinar canario por encima de los 1000m hasta los 2000 favorecido por la escasez de nieblas y forma amplias masas forestales; en los primeros pisos de montaña hay palmeras y dragos.

Sotobosque: Los helechos ocupan barrancos, el fayal y brezal en las crestas. En las zonas más altas, el retamar representa el óptimo de vegetación.


VEGETACIONES AZONALES

La vegetación de ribera:

Localización: Zonas próximas a los ríos. La vegetación climácica en los lechos mayores de los cursos fluviales, debido a la abundancia y permanencia del agua en el suelo, da lugar a la existencia de cintas de anchura variable, de acuerdo con la entidad del río y la forma del lecho. Las características principales son el desarrollo condicionado por la humedad y la disposición simétrica en bandas por márgenes.

Bosque predominante: Existe una gran variedad de árboles como el abedul, el olmo, el fresno, el sauce, etc. Aunque en posición algo más marginal, dominan los alisos, que toleran mal la inundación. En el exterior dominan los chopos y álamos, donde también abundan fresnos y olmos.

Sotobosque: Las riberas presentan un cortejo arbustivo formado por arraclanes, laureles, majuelos, rosales silvestres, cornejos, zarzamoras, así como hiedras, madreselvas y lúpulo.

La vegetación de montaña: La altitud genera una estratificación vegetal en pisos. El techo del bosque suele localizarse entre 1.600 m. (en la Cordillera Cantábrica) y 2.500 m. (en los Pirineos). Son varias las razones que explican esa estratificación.

-La vinculación de la precipitación con la altitud: A mayor altitud, mayores pmm y mayor humedad ambiental.

-La vinculación de la temperatura con la altitud: 0,64 °C por cada 100 m. que ascendemos.

-La orientación de las vertientes al sol según la procedencia del viento. Así, las vertientes a barlovento en las que el viento es dominante, son las que más precipitación reciben y, una vegetación más abundante adaptada a una humedad alta, mientras que las vertientes a sotavento, más protegidas del viento, son más secas y tienen menos vegetación y más adaptada a la sequedad.

-La exposición de las vertientes al sol. Las vertientes orientadas hacia el Sur, denominadas de solana, presentan una mayor incidencia de la acción solar, mientras que las orientadas al Norte, llamadas de umbría, retienen más la humedad. Esto hace que la vegetación presente un desarrollo desigual, dependiendo de su exposición, siempre con especies más termófilas en alturas superiores en la solana que en la umbría.

-La distorsión que introduce la altitud en la vegetación zonal se representa gráficamente mediante un documento llamado Cliserie. Este gráfico representa la distribución de la vegetación en bandas altitudinales llamadas pisos.

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