Biología de la Sexualidad y Reproducción
El conjunto de características físicas y psicológicas propias de cada sexo. El sexo del ser humano está determinado genéticamente desde el momento de la fecundación. Luego, al completarse el desarrollo fetal, esta información genética lleva a la formación del sistema reproductor característico de cada sexo, los llamados caracteres sexuales primarios. En la pubertad y adolescencia, este desarrollo biológico se complementa con el aumento en la producción de hormonas sexuales que desencadenan la aparición de los caracteres sexuales secundarios propios de cada sexo y la producción de gametos, lo que nos hace aptos para reproducirnos.
Dimensiones de la Sexualidad
- Biológica: Características anatómicas y fisiológicas que diferencian a hombres y mujeres (caracteres sexuales primarios y secundarios, hormonas y gametos).
- Psicológica: Factores de la personalidad como el concepto de sí mismo, el carácter, los valores y lo que consideramos bueno o malo.
- Social: Apunta a la influencia de factores externos, como la familia, los amigos, la educación, la religión y la cultura, sobre el modo en que las personas entienden y expresan su sexualidad.
Caracteres Sexuales Primarios
Son los órganos sexuales, como los ovarios y los testículos.
Adolescencia y Pubertad
La adolescencia es el período que comienza con la pubertad y termina cuando se alcanza la adultez. La pubertad es la fase de desarrollo del cuerpo humano en la que se inicia la maduración de los órganos sexuales y comienzan a manifestarse las características sexuales secundarias. La edad exacta en la cual una niña o un niño comienza la etapa de la pubertad depende de muchas variables como los genes, la nutrición y el género de la persona.
A nivel biológico, durante la pubertad el hipotálamo aumenta la secreción de GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas), lo que desencadena un aumento de los niveles sanguíneos de las hormonas gonadotróficas LH y FSH, secretadas por la hipófisis. Estas hormonas actúan sobre las gónadas (ovarios y testículos), las que responden a este estímulo secretando hormonas sexuales. En las mujeres, los ovarios aumentan la producción de estrógenos y progesterona, que permiten desarrollar ovocitos capaces de ser fecundados y preparan al organismo femenino para el embarazo. En los hombres, los testículos aumentan la producción de testosterona y producen espermatozoides.
Características Sexuales Secundarias
Son las características físicas que se desarrollan durante la pubertad y que más adelante acentúan las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres.
Sistema Reproductor Femenino
Los genitales internos corresponden a los ovarios, las trompas de Falopio u oviductos, el útero y la vagina. Los genitales externos reciben el nombre de vulva, están ubicados en la base de la cavidad pélvica e incluyen el monte pubiano o de Venus, los labios mayores y menores, el clítoris y el vestíbulo de la vagina.
Ovarios
Son dos órganos cuyo tamaño fluctúa entre 2 y 3 cm de largo, presentan forma almendrada y se ubican a cada lado del útero. En ellos se almacenan los ovocitos, que corresponden a los gametos o células germinales femeninas. También cumplen una función endocrina debido a que producen estrógeno, progesterona y testosterona, entre otras hormonas.
Trompas de Falopio
Son conductos musculares, de aproximadamente 10 cm de longitud, que conectan los ovarios con el útero y permiten el transporte del ovocito para su encuentro con los espermatozoides. Cuando se produce la fecundación, el embrión es transportado al interior del oviducto durante sus primeros seis días de vida.
Útero
Es un órgano que mide aproximadamente 7 cm de largo y 5 cm de ancho. Durante el embarazo puede aumentar hasta seis veces su tamaño. Está formado por paredes gruesas de músculo liso y estriado. La región inferior se denomina cuello uterino o cérvix. La región superior está formada por tres capas: endometrio, miometrio y perimetrio. En esta estructura se produce, generalmente, la recepción e implantación del embrión durante el embarazo.
Hormonas Sexuales Femeninas
Las hormonas sexuales femeninas producidas en los ovarios desempeñan una función vital en la preparación del aparato reproductor para la recepción del esperma y la implantación del óvulo fecundado. Los niveles de estas hormonas varían durante el ciclo, aumentando durante la fase folicular, es decir, en el período en que ocurrirá la ovulación.
Vagina
Es un órgano elástico de unos 7 cm de largo, que conecta el útero con el exterior y termina en una abertura llamada orificio vaginal. Durante la relación sexual, el pene se aloja en el canal vaginal y deposita los espermatozoides en su tercio superior, donde toman contacto con el moco cervical a través del cual ingresan al tracto genital femenino.
Cuello Uterino
Es la parte baja del útero. Se ubica en la parte superior de la vagina. A través de este canal fluye hacia la vagina la sangre durante el período menstrual y por él también pasa el bebé durante el nacimiento.
Endometrio
Es la capa más interna del útero y está formada por células epiteliales y secretoras. Experimenta cambios regulares de grosor durante los ciclos reproductores femeninos.
Miometrio
Es la capa intermedia del útero, formada por músculo liso. Su capacidad de contracción es fundamental durante el parto.
Perimetrio
Es la zona más externa de la pared del útero.
Sistema Reproductor Masculino
Comprende una serie de órganos internos y externos. Dentro de los órganos internos se encuentran los testículos y el epidídimo, mientras que entre los órganos externos se encuentran el pene y el escroto.
Pene
Es el órgano copulador masculino. Se llena de sangre, lo que permite que se produzca la erección. En su interior se encuentra la uretra.
Testículos
Son dos estructuras de forma ovoide que se ubican fuera de la cavidad pélvica, bajo el pene, dentro de una capa de piel denominada escroto. Además, los testículos cumplen una función endocrina y producen testosterona.
Túbulos Seminíferos
Los testículos están formados por lóbulos, cada uno de los cuales está constituido por uno a tres túbulos seminíferos enrollados. El conducto que parte desde los túbulos seminíferos del testículo y llega al epidídimo recibe el nombre de conducto eferente, el cual transporta los espermatozoides desde los testículos hasta el epidídimo.
Epidídimo
Está formado por un túbulo plegado y enrollado, llamado conducto epididimario. Permite la maduración de los espermatozoides, es decir, que estos alcancen la capacidad de fecundar y adquieran movilidad.
Conducto Deferente
Se ubica inmediatamente a continuación del epidídimo y mide alrededor de 45 cm de longitud. Está formado por tres capas musculares y revestido de epitelio cilíndrico. Transporta los espermatozoides desde el epidídimo hacia la uretra.
Uretra
Es un conducto común del sistema reproductor y del sistema renal, a través del cual se conducen los espermatozoides y la orina al exterior del cuerpo.
Próstata
Es una glándula ubicada en la parte baja de la vejiga y sobre la uretra. Produce una secreción lechosa, ligeramente ácida, que constituye alrededor del 25 % del volumen del semen y que contribuye a la movilidad y viabilidad de los espermatozoides.
Vesículas Seminales
Son dos glándulas ubicadas por detrás de la vejiga y frente a ella. Secretan un líquido de pH alcalino, que constituye aproximadamente el 60 % del volumen del semen.
Gametogénesis
En la gametogénesis, las células germinales primordiales experimentan cambios cromosómicos y morfológicos en preparación para la fecundación. Este proceso ocurre a través de la meiosis. La gametogénesis depende de la acción de varias hormonas, como la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) que estimula la secreción de FSH y LH. En el hombre, además, participa la testosterona y en la mujer, los estrógenos y progesterona.
Espermatogénesis
La gametogénesis masculina es llamada espermatogénesis. En este proceso ocurre la formación y diferenciación de los espermatozoides a partir de células germinales primordiales. Este proceso se desarrolla en los túbulos seminíferos en los testículos, aunque la maduración final de los espermatozoides se produce en el epidídimo, y se divide en tres fases: proliferativa, meiótica y espermiogénesis o espermiohistogénesis.
Fase Proliferativa
Esta etapa comienza durante el desarrollo del embrión, donde las células germinales primordiales masculinas se dividen por mitosis, multiplicándose en número y dando origen a las espermatogonias. En la pubertad, algunas se mantienen en un estado indiferenciado y se renuevan para conservar células germinales indiferenciadas, mientras que otro grupo prolifera para generar espermatogonias más diferenciadas y, posteriormente, espermatocitos primarios o espermatocitos I.
Fase Meiótica
Los espermatocitos primarios entran en meiosis y se transforman, luego de la primera división meiótica, en espermatocitos II. En la segunda división meiótica, estos últimos se dividen nuevamente y originan las espermátidas. Las células de Sertoli, que se entremezclan con las espermátidas en desarrollo, las sostienen, protegen y nutren, controlando la liberación de los espermatozoides al lumen de los túbulos seminíferos.
Fase de Espermiogénesis
En esta etapa de la espermatogénesis se producen los mayores cambios morfológicos en las células germinales, llegando a la formación de células diferenciadas denominadas espermatozoides. La transformación final de las espermátidas involucra la condensación del núcleo, la contracción del citoplasma, el desarrollo del flagelo y la formación del acrosoma, organelo que contiene enzimas que, una vez liberadas, le permiten al espermatozoide atravesar las cubiertas del ovocito y así fecundarlo.
Ovogénesis
La ovogénesis es la gametogénesis femenina, es decir, el desarrollo y diferenciación del gameto femenino u ovocito mediante la meiosis, y se lleva a cabo en los ovarios. Este proceso se produce a partir de células diploides (2n, 46 cromosomas).
Etapas de la Ovogénesis
Este proceso comienza antes del nacimiento y dura toda la vida reproductiva de la mujer. En la ovogénesis se pueden distinguir tres etapas: proliferación, crecimiento y maduración.
Proliferación
Esta etapa ocurre desde las primeras fases del desarrollo fetal, en ella las células germinales primordiales femeninas se diferencian y dan origen a las ovogonias.
Crecimiento y Maduración
Esta etapa ocurre desde el segundo mes de gestación hasta los seis meses después del nacimiento. Las ovogonias entran en una división por meiosis (meiosis I) que se detiene en la profase I. Luego viene un prolongado período de inactividad, llamado dictiotena, que culmina al alcanzar la pubertad, momento en que un ovocito (en cada ciclo menstrual) completa su desarrollo por acción de las hormonas y será liberado desde el ovario (ovulación).
Ovulación y Maduración del Ovocito
Aproximadamente cada 28 días se producirá la ovulación, proceso en el que termina la meiosis I y se generan dos células haploides de distinto tamaño: una pequeña, con escaso citoplasma, denominada cuerpo polar I o polocito I, y una de mayor tamaño, llamada ovocito II. Esta última célula ingresa nuevamente a una división por meiosis (meiosis II) hasta la metafase II, etapa en que es interrumpida nuevamente y se completará solo si ocurre la fecundación.
Si no se produce la fecundación, el ovocito secundario es eliminado durante la menstruación. Con la ovulación de cada ciclo sexual de 28 días, el ovocito secundario pasa del ovario a la trompa de Falopio, madurando de a uno por vez. Las hormonas segregadas por la hipófisis (gonadotropinas) ejercen su acción sobre los ovarios. La hormona folículo estimulante (FSH) estimula al ovocito primario para que se convierta en secundario, mientras que la hormona luteinizante (LH) provoca la ovulación.
Desarrollo Folicular
La foliculogénesis es el proceso por el cual un folículo crece y se desarrolla hasta alcanzar su madurez.
- Los folículos primordiales son pequeños e inmaduros. Están formados por el ovocito y una capa de células foliculares.
- El ovocito comienza a crecer y se rodea por un halo translúcido compuesto por glicoproteínas llamado zona pelúcida. Las células foliculares se multiplican y adoptan una forma cúbica, formando los denominados folículos primarios.
- Justo antes de la ovulación, el ovocito se alista para terminar la meiosis I, en el llamado folículo preovulatorio o de Graaf.
- Después de que el ovocito es liberado, las células foliculares remanentes en el ovario forman una nueva estructura llamada cuerpo lúteo.
- Si después de la ovulación no se produce el embarazo, el cuerpo lúteo degenera y un nuevo grupo de folículos comenzará su crecimiento.
Morfología de un Ovocito
Finalmente, se obtiene un ovocito maduro listo para ser fecundado.
- El núcleo del ovocito almacena el material genético, el cual corresponde a la mitad del número de cromosomas normal (23 de 46).
- El ovocito es el que presenta el citoplasma más grande de todos los productos de las divisiones meióticas.
- La zona pelúcida es aquella capa que rodea al ovocito. Está compuesta por varias glicoproteínas y se encarga de la protección y alimentación del ovocito.
- La corona radiada es una estructura de células que rodea a un ovocito. Consiste en dos, tres o cuatro capas de células foliculares que están unidas a la zona pelúcida.
Morfología de un Espermatozoide
- La cabeza consta de núcleo y en su parte superior o punta existe una zona más gruesa llamada acrosoma, encargada de perforar la membrana del óvulo para lograr la fertilización. El núcleo contiene ADN que, al combinarse con el del gameto femenino, creará el huevo o cigoto humano.
- La cola, también llamada flagelo, permite el desplazamiento de los espermatozoides en el líquido seminal, a fin de alcanzar el útero y la trompa de Falopio en el aparato reproductor femenino y fertilizar el óvulo.
Principales Diferencias entre Ovogénesis y Espermatogénesis
La gametogénesis es el proceso de formación de gametos a partir de células germinales. Tanto la ovogénesis como la espermatogénesis se inician con una etapa proliferativa, en la que se generan muchos ovogonios y espermatogonios por mitosis. Luego viene una etapa de crecimiento en la que se generan espermatocitos y ovocitos primarios. Estos experimentarán meiosis para dar lugar a ovocitos y espermatocitos secundarios y finalmente los gametos: ovocitos y espermátidas. En el caso de los hombres, deben cumplir un último proceso de diferenciación llamado espermiohistogénesis, en el que las espermátidas se diferencian para llegar a ser espermatozoides.
La activación de la gametogénesis depende de la acción de varias hormonas, como la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) que estimula la secreción de FSH y LH. En el hombre, además, participa la testosterona y en la mujer, los estrógenos.
La producción de óvulos por meiosis en hembras ocurre de la misma manera general que la de espermatozoides en machos. Sin embargo, presenta algunas diferencias interesantes:
- La meiosis I en mujeres se inicia antes del nacimiento, aproximadamente hacia la duodécima semana de desarrollo fetal. Luego, se interrumpe en profase I hasta que se alcanza la madurez sexual. En ese momento, las células continúan la meiosis I en forma cíclica y pasan a la meiosis II, que concluirá solo si se lleva a cabo la fertilización. En cambio, en el hombre la formación de espermatozoides se inicia en la pubertad.
- La producción de espermatozoides, desde que se inicia, es ilimitada; el hombre produce millones de espermatozoides cada mes. En cambio, los óvulos son limitados en cantidad; la mujer produce 400.000 ovocitos en toda su vida, liberando 1 ovocito mensualmente, por lo que se acaban alrededor de los 50 años, etapa llamada menopausia.
- En machos, por cada división meiótica se producen 4 gametos viables. En cambio, en la ovogénesis se produce solo 1 gameto viable; los otros tres se degeneran en forma de corpúsculo polar o polocitos.
Características de los Gametos Femeninos y Masculinos
Los espermatozoides son células alargadas que poseen un flagelo que les confiere movilidad. En la zona intermedia tienen un gran número de mitocondrias que les permiten obtener energía para su desplazamiento. En la región de la cabeza se encuentran contenidos el núcleo, portador de la información genética, y el acrosoma, una vesícula con enzimas que facilitan la penetración del espermatozoide en el ovocito.
Un ovocito, en cambio, es una célula con forma esférica y unas 500 veces más grande que un espermatozoide. El ovocito se encuentra rodeado por un grupo de células foliculares y en su interior se almacenan sustancias de reserva que nutrirán al futuro embrión. A diferencia de los espermatozoides, el ovocito no tiene la capacidad de desplazarse por sí mismo, sino que lo hace gracias a otras estructuras del sistema reproductor femenino. Desde el inicio de la pubertad, cada mes madura un ovocito y es liberado a los oviductos en la ovulación. Por su parte, los espermatozoides son producidos desde el inicio de la pubertad, proceso que se prolonga durante toda la vida del hombre.
Fecundación
Una vez formados los gametos y para que se produzca un nuevo ser, es necesario que el ovocito y el espermatozoide se fusionen. A este proceso se le denomina fecundación. La fecundación humana es interna, es decir, se produce dentro del cuerpo de la mujer, concretamente en las trompas de Falopio.
En el coito, el pene erecto del hombre libera millones de espermatozoides en un líquido al que se llama semen. El semen será depositado en la vagina, atravesará el útero y llegará a las trompas de Falopio. Aproximadamente a los dos minutos de una eyaculación en el interior de la vagina, los espermatozoides alcanzan la porción final de las trompas. Sin embargo, de los cientos de miles de espermatozoides, solo unos pocos llegarán hasta el ovocito y solamente uno podrá atravesar la membrana plasmática del ovocito, dejando fuera su cola o flagelo. Todos los demás espermatozoides son destruidos en el viaje. La razón de producirse millones de espermatozoides es para garantizar que, al menos uno, pueda alcanzar el ovocito. Una vez en su interior se fusionan los núcleos de los dos gametos y forman el cigoto.
El ovocito se encuentra rodeado por una cubierta de células foliculares que forman la corona radiada y hacia el interior existe una membrana glicoproteica llamada zona pelúcida. Esta última presenta receptores que reconocen al espermatozoide de la especie y evita el ingreso de más de uno (poliespermia).
Etapas de la Fecundación
- Capacitación: Corresponde a una serie de alteraciones de la cubierta superficial y membrana del espermatozoide, que le permitirá penetrar a través de la zona pelúcida.
- Reacción Acrosomal: La liberación del contenido acrosomal implica la liberación de enzimas hidrolíticas que permitirán al espermatozoide penetrar la zona pelúcida.
- Formación del Cigoto e Implantación: La penetración del espermatozoide en el ovocito hace que este complete la meiosis II. Entonces, los núcleos haploides de espermatozoide y ovocito se combinan para formar el cigoto diploide. Así, el cigoto tendrá 46 cromosomas, ya que tendrá los 23 cromosomas del óvulo más los 23 del espermatozoide. En el camino hacia el útero, el cigoto se divide numerosas veces hasta convertirse en mórula, una masa de células con aspecto de mora. Se sigue dividiendo y desplazando, pasando a un estado llamado de blástula. Así llega al útero y se produce la implantación.
La Relación Sexual
La relación sexual, o coito, es la unión física de dos cuerpos. Esta unión tiene dos componentes principales:
- Biológico: Permite la perpetuación de nuestra especie.
- Emocional: Involucra sentimientos de apego, admiración y compañerismo mutuo, fortaleciendo el vínculo entre las personas.
En el plano biológico, la relación sexual consta de 4 fases.
Desarrollo Embrionario y Fetal
En la especie humana, el embarazo o período de gestación se extiende desde la fecundación del ovocito hasta el momento del parto, durando aproximadamente 38 a 40 semanas. Este período se divide en dos etapas. Durante la primera fase, que dura ocho semanas, el nuevo ser recibe el nombre de embrión y se desarrolla hasta alcanzar una morfología (forma) claramente humana. En la segunda etapa, que va desde la novena semana hasta que termina el embarazo, el nuevo ser se denomina feto, desarrolla y diferencia órganos internos, crece y aumenta de peso en preparación para el nacimiento. Al final del embarazo, el feto pesa alrededor de 3,5 kilos.
Durante este tiempo, el nuevo ser humano pasa por una serie de cambios que se suceden en tres fases: segmentación, morfogénesis y diferenciación.
Segmentación
Es la etapa en que el cigoto, única célula, se divide numerosas veces para originar primero dos células, luego cuatro, ocho, etc. Las células resultantes se denominan blastómeros; son más pequeñas que el cigoto y, sin embargo, ya poseen la misma información genética que él. La división de los blastómeros da como resultado una masa esférica llamada mórula, por ser parecida a la mora, y luego esta se convierte en una estructura más desarrollada denominada blastocisto.
Morfogénesis
Corresponde al proceso que dará origen a los futuros órganos del embrión. Durante esta fase se producen divisiones y migraciones celulares hasta formar una estructura denominada gástrula, en la que destaca la presencia de tres capas de células: ectodermo, mesodermo y endodermo. Cada una de estas tres capas celulares dará origen a los distintos órganos y sistemas del cuerpo humano.
Ectodermo
A partir de esta capa se origina la cavidad amniótica, el sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico, los órganos de los sentidos, la epidermis y dermis, los pelos, las uñas, la hipófisis y las glándulas mamarias.
Mesodermo
A partir de esta capa se originan los tejidos conectivos, musculares, el sistema circulatorio, la médula ósea, la dermis de la piel, los riñones y los uréteres.
Endodermo
A partir de esta capa se origina el recubrimiento del sistema digestivo, las glándulas anexas, la vejiga y la uretra, el sistema respiratorio, la faringe y la tiroides.
Diferenciación
Corresponde al proceso que permite que las células de las tres capas celulares se diferencien para generar células especializadas y distintos órganos del embrión. A pesar de que en esta etapa (aproximadamente el séptimo mes del embarazo), el nuevo ser vivo tendrá tejidos, órganos y sistemas listos para funcionar, aún depende de la madre para obtener oxígeno y los nutrientes indispensables para sobrevivir; esta función la cumplen los anexos embrionarios, que están presentes en el desarrollo de la mayoría de los animales vertebrados.
Anexos Embrionarios
Los anexos embrionarios son las estructuras encargadas de proporcionar protección, humedad y nutrientes al embrión durante su proceso de desarrollo. Estos son: el saco vitelino, el amnios, el alantoides y el corion.
Saco Vitelino
Almacena una sustancia llamada vitelo que sirve de nutriente al embrión.
Amnios
Es una membrana que posee líquido en su interior denominado líquido amniótico y que rodea al embrión para protegerlo de golpes y de la desecación.
Alantoides
Se encarga de almacenar las sustancias de desecho del embrión y del intercambio de gases.
Corion
Es la membrana más externa que rodea a todas las demás y cuya función es el intercambio de gases, nutrientes y otras sustancias.
La Placenta y el Cordón Umbilical
El corion dará origen a un nuevo órgano: la placenta. La placenta aporta los nutrientes y el oxígeno necesario para la supervivencia del embrión y elimina los desechos producidos por él. La placenta está formada por tejidos de la madre y del feto, ambos ricos en vasos sanguíneos. Sin embargo, la sangre materna y la fetal nunca se mezclan directamente. La comunicación entre la madre y el feto se logra a través del cordón umbilical, que permite al feto nadar libremente dentro del amnios.
El Parto
Cuando el feto cumple entre 38 a 42 semanas, es expulsado del útero al exterior a través del canal vaginal, proceso llamado parto. Este presenta tres fases:
Primera Fase (Dilatación)
El cuello uterino se dilata hasta alcanzar un diámetro de 10 cm aproximadamente. Paralelo a esto, aumentan las contracciones uterinas y se rompe la membrana del amnios, saliendo el líquido amniótico al exterior.
Segunda Fase (Expulsión)
Corresponde a la expulsión del feto debido a la máxima dilatación del cuello uterino; el bebé comienza a salir con la cabeza adelante y, tras la salida, se corta el cordón umbilical.
Tercera Fase (Alumbramiento o Posparto)
Saldrá la placenta y otras envolturas fetales, empujadas por ligeras contracciones del útero.
Durante el parto también actúan hormonas que van a facilitar el proceso. En primer lugar, la oxitocina actúa sobre el útero estimulando las contracciones para la expulsión del bebé. Por otra parte, los ovarios elaboran una hormona llamada relaxina, que actúa sobre los ligamentos de la pelvis y el cuello del útero y provoca su relajación durante el parto, facilitando de esta forma el proceso.
La Lactancia Materna
Es la alimentación con leche del seno materno. Es la forma de alimentación que contribuye con mayor efectividad al desarrollo físico y mental de niños y niñas. Esto se debe a que proporciona todos los nutrientes de la calidad y en cantidad adecuada. Por otro lado, el contacto de la madre con su hijo asegura lazos de afecto y seguridad.
La producción y secreción de leche materna también es estimulada por hormonas. Durante la gestación, los elevados niveles de hormonas femeninas provocan un aumento de volumen y peso de las mamas, que comienzan a prepararse para la producción de leche.
La prolactina, producida por la hipófisis, estimula a los alvéolos mamarios para que secreten leche materna. Para mantener los altos niveles de esta hormona, es necesario el estímulo de succión que induce a la hipófisis a liberar dicha hormona. Pero la acción de esta hormona no es suficiente para que la leche materna llegue a la superficie y el bebé pueda sacarla. Esto se logra por la acción de otra hormona, la oxitocina, liberada también por la hipófisis y también en respuesta refleja a la estimulación del pezón, que contrae los alvéolos mamarios para que salga la leche a través de los conductos, lo que se conoce como reflejo de eyección.
- Se recomienda que un bebé reciba leche materna en forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida y que constituya parte importante de la alimentación hasta los dos años.
- La leche materna ha sido definida como un fluido bioactivo, que permite a los niños así alimentados tener menor riesgo de contraer enfermedades infecciosas. La leche humana contiene anticuerpos que destruyen bacterias, virus y parásitos. Además, estudios han demostrado que este tipo de alimentación acelera la maduración de sus órganos y sistema inmunológico.
- Los niños amamantados tienen un mejor desarrollo de los arcos dentales, paladar y otras estructuras faciales y presentan una incidencia menor de caries que los niños que reciben mamadera.