Claves del Pensamiento Moderno: Hume, Descartes y Kant


David Hume (1711-1776): Empirismo Radical y Crítica Metafísica

David Hume (1711-1776) es un empirista británico (junto con J. Locke y Berkeley), perteneciente a la Ilustración escocesa. Sus obras más importantes fueron Tratado sobre la naturaleza humana e Investigaciones sobre el entendimiento humano.

Metafísica Humeana

Hume parte del criterio de validez del empirismo: toda idea debe tener su origen en la experiencia (si no, es ficción). Él piensa que el conocimiento consiste en percibir, entendiendo por percepciones el contenido de la conciencia. Pero hay dos tipos de percepciones:

  • Impresiones: percepción en la que están presentes los objetos que se perciben. Conocimiento por medio de los sentidos. Son vivaces, claras y fuertes.
  • Ideas: percepción en la que no están presentes los objetos. Representaciones o copias de las impresiones por medio del pensamiento.

Toda idea deriva de su correspondiente impresión y no hay ideas abstractas sino particulares.

El órgano de conocimiento son los sentidos externos más el sentido interno.

Por otra parte, percibe leyes de agrupación de ideas:

  • Semejanza
  • Contigüidad
  • Causa-efecto

Además, introduce dos tipos de conocimiento:

  • Conocimiento de hechos: se refieren a hechos. Por ello no puede tener otra justificación que la experiencia, esto es, las impresiones. Se expresan en proposiciones contingentes, es decir, no necesarias.
  • Conocimiento de relaciones entre las ideas: independiente de los hechos. Se establece entre ideas, sin tener en cuenta la existencia o no de las impresiones de donde pueden haber salido. Es independiente de la experiencia aunque provengan de ella y su valor es absoluto y necesario. Se funda en el principio de contradicción.

Hume niega la existencia de ideas innatas e introduce un criterio para decidir acerca de la verdad de nuestras ideas: si podemos señalar la impresión correspondiente estaremos ante una idea verdadera; en caso contrario, ante una ficción.

Podemos pasar de una impresión a otra, pero no de una impresión a algo de lo que nunca hemos tenido impresión, es decir, experiencia. La creencia, pues, en la existencia de realidades distintas de nuestras ideas o impresiones estará injustificada.

Hume critica la validez del concepto objetivo de sustancia:

  • Realidad exterior (res extensa): se pueden demostrar las percepciones del mundo externo, pero no hay una impresión de la idea de causa de esas percepciones, luego no se puede demostrar la realidad exterior o sustancia mundo (fenomenalismo).
  • Dios: Dios no es objeto de impresión alguna, ni lo ha sido nunca, entonces es indemostrable. La conclusión es que no se puede afirmar que Dios causa el ser.
  • Yo (res cogitans): no hay una impresión originaria, duradera, permanente o consistente de la sustancia alma, sino una sucesión transitoria de percepciones del sentido de reflexión (dolor, tristeza, alegría, etc.).

No hay sustancia identitaria original, pero sí hay memoria, que es la responsable de la ficción de identidad. La memoria organiza hábitos emocionales que sirven como guía para el bienestar de la persona.

El problema del fenomenismo es que solo hay certeza de las percepciones, va ligado al escepticismo (aquella postura que vive con el pensamiento de que no hay una verdad absoluta y, si la hay, no se puede conocer), eso es, a una renuncia a demostrar la realidad del mundo, que se sustituye por el valor de la costumbre y el hábito como guías.

René Descartes (1596-1650): Racionalismo, Dios y el Mundo como Mecanismo

René Descartes (1596-1650), figura de la filosofía moderna, el racionalismo, del siglo XVII. Tuvo una educación jesuita (La Flèche). Tiene una conversión meditativa y rechazo de su pasado en La Flèche.

Entre sus obras destacan: Discurso del método, Pasiones del alma y Meditaciones metafísicas.

Las matemáticas y la física pasan a ser el modelo de conocimiento en el contexto de la revolución científica. Muere por neumonía en 1650.

La Idea Innata de Dios y su Demostración

Descartes concibe las ideas innatas, ideas que posee el pensamiento por sí mismo, ni pueden provenir de la experiencia externa, ni las construye el pensamiento. Entre las ideas innatas, se encuentra la de infinito, que Descartes identifica con Dios.

Descartes demuestra la existencia de Dios a partir de la idea de Dios, a través de tres pruebas:

  • La idea de Dios como realidad objetiva, implica una causa que la haya producido. Por tanto, la idea de un ser infinito requiere una causa infinita.
  • Si Dios no me hubiera creado, me tendría que haber creado yo a mí mismo; yo soy finito y limitado, pero, poseo la idea de un ser infinito y perfecto. Si yo me hubiera creado a mí mismo, ¿no me habría dotado de la infinitud y perfección que no poseo, pero cuya idea tengo?
  • Y la repetición del argumento ontológico de San Anselmo.

Dios como Garantía del Mundo y la Física Cartesiana

Descartes demuestra la existencia del mundo basándose en la existencia de Dios. Por tanto, si yo creo que el mundo existe, el mundo debe existir o de lo contrario, Dios me engañaría y Dios, por su perfección no puede engañarme. Dios es la garantía de que a mis ideas relacionadas con el mundo les corresponde una realidad extramental, pero solo de las cualidades primarias. Dios garantiza la existencia de un mundo constituido exclusivamente por la extensión.

Descartes reduce el mundo físico a extensión. Con la extensión y la idea de movimiento de que está dotada la materia, Descartes intenta deducir la física, las leyes generales del movimiento, que se reducen a tres:

  • Principio de conservación: la cantidad de movimiento que Dios insufló al mundo cuando lo creó permanece constante, lejos de cualquier degradación de energía o entropía.
  • Principio de inercia: el movimiento tiende a mantenerse en la misma dirección. Al haber excluido de la materia todas sus cualidades, solo puede darse en ella un cambio de dirección a través del impulso producido por otros cuerpos.
  • Principio de dirección del movimiento: cada cosa tiende a moverse en línea recta, de modo que el movimiento rectilíneo es el movimiento original del que derivan los demás.

Se trata de una concepción mecanicista del universo: este es concebido como una gran máquina, un gran mecanismo que sigue sus propias leyes de funcionamiento.

Immanuel Kant: Síntesis Filosófica y la Ética del Deber

Immanuel Kant representa la síntesis y superación de las dos corrientes filosóficas más importantes de la modernidad (Racionalismo y Empirismo), a la vez que la confluencia de todos los temas ilustrados. Es autor de obras como Crítica de la razón pura y Crítica de la razón práctica.

La Razón Pura: Uso Teórico y Práctico

Kant señala que la razón pura posee una doble dimensión: el uso teórico y el uso práctico (“determinación de la voluntad”). El primero fue tratado en la Crítica de la Razón Pura y el segundo en la Crítica de la Razón Práctica.

La Voluntad y los Fundamentos de la Moral

La voluntad se rige por principios a los que se ajusta su comportamiento. Estos principios pueden ser subjetivos o máximas, u objetivos o leyes prácticas. La voluntad es la facultad de desear o querer y el objetivo es la sumisión de la voluntad a la ley de la razón, en el caso de la ética del deber.

De la distinción anterior resultan dos tipos de éticas:

  • Éticas materiales: sus principios son “materiales”, en el sentido de que determinan a la voluntad mediante objetos ofrecidos al deseo (en ese caso la voluntad es heterónoma), y en el fondo proponen siempre la búsqueda de la felicidad. Tales principios no pueden ser universales. Además, los imperativos de esta moral son siempre hipotéticos, con lo que subordinan la acción moral a la consecuencia de un fin.
  • Éticas formales: si no es la “materia” lo que puede determinar a la voluntad, solo queda la “forma”, el carácter de la misma ley, su universalidad. La base de la moral tiene que ser a priori, ya que la “forma” está desprovista de contenidos, y por tanto, independiente de lo empírico. La ética formal ordena imperativos categóricos.

Para que podamos considerar una acción como moral, la voluntad ha de ser autónoma, esto es, sometida a su propia ley, y no heterónoma, es decir, determinada por objetos o fines exteriores.

Tipos de Acciones según Kant

Kant distingue tres tipos posibles de acciones:

  • De acuerdo con la ley y el deber (legalidad): se hace por motivación empírica.
  • Por respeto a la ley y al deber (moralidad): únicas con valor moral.
  • Contrarias a la ley y al deber (ni legalidad ni moralidad).

Imperativos Morales: Hipotéticos y Categóricos

Kant distingue dos tipos de imperativos:

  • Hipotéticos: los que representan lo que se debe hacer para alcanzar una determinada meta: “Si… entonces”. Son máximas en cuanto que varían según el fin al que hagan referencia y no tienen la universalidad que requiere la moralidad. Las éticas materiales y los imperativos hipotéticos comparten la idea de que la moralidad está subordinada a fines específicos y no universales, donde las acciones se guían por el deseo de alcanzar un objetivo concreto. Ambos dependen de un «Si… entonces», limitando su validez a las metas individuales.
  • Categóricos: los que se refieren a la actuación en sí misma, sin referencia a ningún fin. Es una ley moral práctica a priori que obliga a la voluntad. Las éticas formales y los imperativos categóricos comparten la idea de que la moralidad se basa en principios universales y a priori, sin depender de fines específicos. Ambos exigen una acción moral independiente de los deseos individuales.

No obstante, da diferentes formulaciones del imperativo categórico:

“Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal”.
“Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como medio”.

Postulados de la Razón Práctica

Kant concibe tres postulados de la razón práctica como respuesta a la pregunta: ¿qué me cabe esperar?

  • Existencia de Dios: el ser supremo reúne felicidad y bondad.
  • Existencia de la libertad: merecemos pensar que somos responsables activamente de nuestros actos.
  • Existencia de la inmortalidad: merecemos pensar que la mente no interrumpe abruptamente la vida moral.

Antropología Filosófica: Perspectivas de Descartes y Hume

La Concepción del Ser Humano en René Descartes (A.D.)

René Descartes (1596-1650), filosofía moderna, racionalismo, siglo XVII. Tuvo una educación jesuita (La Flèche). Tiene una conversión meditativa y rechazo de su pasado en La Flèche.

Entre sus obras destacan: Discurso del método, Pasiones del alma y Meditaciones metafísicas.

Las matemáticas y la física pasan a ser el modelo de conocimiento en el contexto de la revolución científica. Muere por neumonía en 1650.

Descartes distingue tres ámbitos de la realidad:

  • Dios o sustancia infinita
  • El yo o sustancia pensante (“res cogitans”)
  • Y los cuerpos o sustancia extensa (“res extensa”)

El concepto de sustancia es esencial en el Racionalismo. Descartes lo define como aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir, aunque solo podría aplicarse a Dios en sentido estricto, ya que Él no necesita ninguna otra cosa para existir, mientras que la res cogitans y la res extensa han sido creadas por Él.

También aplica esta definición a los tres ámbitos, pero el pensamiento y la realidad son independientes uno del otro y no se necesitan para existir.

El hombre es un compuesto de res extensa (cuerpo), caracterizada por la extensión y sometida al mecanicismo; y res cogitans (alma), caracterizada por el pensamiento y la libertad. Pero ambas partes son sustancias independientes y autónomas. Y esta autonomía del alma respecto de la materia se justifica mediante la claridad y distinción con que el entendimiento percibe la independencia de ambas.

Descartes salvaguarda la autonomía del alma respecto de la materia.

Descartes explica en el Tratado del hombre cómo cuerpo y alma se coordinan en el hombre al ser dos sustancias independientes. Lo explica mediante su teoría de la glándula pineal, situada en el centro del cerebro y lugar donde, según él, reside el alma. Por allí pasa la sangre que lleva al alma los mensajes del cuerpo y viceversa.

La Concepción del Ser Humano en David Hume (A.H.)

David Hume (1711-1776) es un empirista británico (junto con J. Locke y Berkeley), de la Ilustración escocesa. Sus obras más importantes fueron: Tratado sobre la naturaleza humana e Investigaciones sobre el entendimiento humano.

Hume niega la existencia de ideas innatas e introduce un criterio para decidir acerca de la verdad de nuestras ideas: si podemos señalar la impresión correspondiente estaremos ante una idea verdadera; en caso contrario, ante una ficción.

Podemos pasar de una impresión a otra, pero no de una impresión a algo de lo que nunca hemos tenido impresión, es decir, experiencia. La creencia en la existencia de realidades distintas de nuestras ideas o impresiones estará injustificada.

Hume critica la validez del concepto objetivo de sustancia:

  • Realidad exterior (res extensa): se pueden demostrar las percepciones del mundo externo, pero no hay una impresión de la idea de causa de esas percepciones, luego no se puede demostrar la realidad exterior o sustancia mundo (fenomenalismo).
  • Dios: Dios no es objeto de impresión alguna, ni lo ha sido nunca, entonces es indemostrable. La conclusión es que no se puede afirmar que Dios causa el ser.
  • Yo (res cogitans): no hay una impresión originaria, duradera, permanente o consistente de la sustancia alma, sino una sucesión transitoria de percepciones del sentido de reflexión (dolor, tristeza, alegría,).

No hay sustancia identitaria original (yo o res cogitans), pero sí hay memoria, que es la responsable de la ficción de identidad. La memoria organiza hábitos emocionales que sirven como guía para el bienestar de la persona.

En contraste con las antropologías dualistas, Hume teoriza una visión empirista del hombre en la que la costumbre y la experiencia sirven para explicar la identidad sin recurrir a sustancias permanentes.

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