El Final del Reinado de Fernando VII: Crisis y Conflicto Sucesorio
La quiebra económica y los intentos de reforma
A partir de 1825, ante la gravedad de los problemas económicos, fundamentalmente el déficit de la Hacienda, agravado por la pérdida de las colonias americanas y la caída del comercio, el gobierno adoptó posiciones abiertas a la colaboración con el sector moderado de la burguesía. El ministro de Hacienda, López Ballesteros, impulsó algunas reformas:
- Estableció los presupuestos anuales del Estado con doble partida de ingresos y gastos para paliar la deuda. Sin embargo, no afrontó la reforma fiscal, dado que era imposible aumentar la recaudación sin tocar los privilegios fiscales de la nobleza, principal apoyo del monarca. Se mantuvieron los múltiples impuestos y la contención del gasto permitió equilibrar en parte el presupuesto. También negoció con Francia e Inglaterra el pago de la deuda.
- Estableció un Código de Comercio, que facilitaba los intercambios y la creación de sociedades industriales y de inversión. También promovió la creación de la Junta de Fomento de Riqueza Pública y la Caja de Amortización de la Deuda.
- A partir del endeudado Banco de San Carlos, creó el Banco de San Fernando, que recibía sus ingresos del Estado y al que se le otorgó el monopolio de la emisión de moneda.
El cambio de orientación política fue mal visto por el sector más conservador y tradicionalista de la Corte, la nobleza y el clero, ya descontentos porque Fernando VII no había repuesto la Inquisición ni perseguido con suficiente saña a los liberales. En Cataluña, en 1827, se levantaron partidas realistas (Els «Malcontents» o «Agraviados») que defendían el retorno a las costumbres y fueros tradicionales. En la corte, dicho sector se agrupó alrededor de Carlos María Isidro, hermano del rey y previsible sucesor, dado que Fernando VII no tenía descendencia.
El conflicto dinástico
En 1830, el nacimiento de una hija del Rey, Isabel, dio lugar a un grave conflicto en la sucesión al trono. La Ley Sálica, implantada por Felipe V en España, impedía el acceso al trono a las mujeres, pero Fernando VII, influido por su mujer María Cristina, promulgó la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley Sálica y abría el camino al trono a su hija y heredera, Isabel II.
Los partidarios de don Carlos (carlistas) se negaron a aceptar la nueva situación e influyeron sobre el monarca, gravemente enfermo, para que fuera repuesta la Ley Sálica. No se trataba solo de una disputa acerca de la legitimidad de sucesión, sino que escondía un enfrentamiento entre dos modelos de sociedad. Alrededor de Carlos se agrupaban las fuerzas partidarias del Antiguo Régimen, los opuestos a cualquier forma de liberalismo. Por contra, María Cristina comprendió que, si quería salvar el trono para su hija, debía buscar apoyos en los sectores más cercanos al liberalismo. Nombrada regente mientras durase la enfermedad del rey, formó un nuevo gobierno de carácter reformista, decretó una amnistía que supuso la vuelta de 10.000 exiliados liberales y se preparó para enfrentarse a los carlistas.
En 1833, Fernando VII murió, reafirmando en su testamento a su hija Isabel, de tres años de edad, como heredera del trono, y nombrando regente a María Cristina hasta la mayoría de edad de su hija. El mismo día, don Carlos se proclamó rey, iniciándose un levantamiento absolutista en el Norte de España. Fue el inicio de la primera guerra carlista.
La Evolución del Sistema Educativo en España
Las políticas educativas han constituido un proceso de transformación profunda, marcado por tensiones ideológicas. Con la llegada del liberalismo se desarrolla el sistema educativo.
El Impulso Liberal y la Ley Moyano
La Constitución de Cádiz (1812) establece la educación como un derecho fundamental y se pretende reducir el altísimo nivel de analfabetismo, limitar el control de la Iglesia e impulsar una educación universal primaria, gratuita, profesionalizada y organizada por el Estado. El avance más significativo fue la Ley Moyano (1857), que estableció una enseñanza primaria obligatoria y gratuita hasta los 9 años, enseñanzas medias en las capitales de provincia, enseñanza privada en los colegios religiosos y reservó la gestión de la enseñanza universitaria al Estado.
La Institución Libre de Enseñanza (1876)
Una de las iniciativas más importantes para modernizar la educación fue la creación de la Institución Libre de Enseñanza (1876). Desarrollada por Francisco Giner de los Ríos y otros profesores universitarios, proponía un modelo basado en la libertad de cátedra, la laicidad y un enfoque pedagógico inspirado en el krausismo, que apoyaba la evaluación continua, el ideal de la paz, la educación artística y el ejercicio físico en la búsqueda de una formación integral de la persona (Mens sana in corpore sano). Sus ideas influyeron en las reformas educativas posteriores, especialmente las de la Segunda República (1931-1936).
Las Reformas de la Segunda República
La Constitución de 1931 garantizó la enseñanza gratuita y laica, y durante el Bienio Reformista se inició una profunda reforma educativa con los objetivos de democratizar el acceso a la educación, construir nuevas escuelas, aumentar el número y la formación del profesorado, fomentar la coeducación y eliminar la influencia de la Iglesia. Se crearon las Misiones Pedagógicas (1931), un proyecto dirigido por el Ministerio de Instrucción Pública para llevar la cultura y la educación a las áreas rurales más desfavorecidas (bibliotecas, proyecciones de cine, museos y representaciones teatrales). Participaron cientos de voluntarios (profesorado, intelectuales y estudiantes) entre los que se encontraban poetas como Luis Cernuda, filósofas como María Zambrano o la bibliotecaria y lexicógrafa aragonesa María Moliner, autora del Diccionario de uso del español.
La Educación durante el Franquismo
La dictadura franquista (1939-1975) produjo un retroceso: depuró el magisterio, utilizó la educación como herramienta de control ideológico al servicio del nacionalcatolicismo, impuso la segregación de sexos y la Iglesia recuperó su papel central en la enseñanza. La Ley General de Educación (1970) estableció el sistema educativo hasta 1990: Educación General Básica (EGB), como enseñanza obligatoria y gratuita hasta los 14 años; a continuación, Bachillerato Unificado Polivalente (BUP); y, si se quería ir a la Universidad, Curso de Orientación Universitaria (COU) y Selectividad (actuales PAU o EBAU). Se estableció la Formación Profesional (FP) para la inserción laboral del alumnado.
El Sistema Educativo en la Democracia
Con la llegada de la democracia, la Constitución de 1978 consagró el derecho a la educación como un principio fundamental, sentando las bases de un sistema educativo plural, democrático y descentralizado. Las leyes educativas posteriores (hasta la actual LOMLOE) han establecido el actual modelo educativo: Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. Se caracteriza por la adquisición de competencias básicas (pensamiento crítico y trabajo en equipo), la inclusión educativa para atender las diferentes capacidades y necesidades del alumnado, programas para evitar el abandono escolar y el refuerzo de la enseñanza en valores democráticos (igualdad de género, respeto a los derechos humanos y sostenibilidad ambiental).
España y su Legado Colonial: Del Imperio Americano a la Descolonización Africana
La Independencia de las Colonias Americanas
El liberalismo y la Constitución de Cádiz de 1812, al introducir la soberanía popular, los derechos ciudadanos y la igualdad ante la ley, inspiradas en el pensamiento ilustrado, favorecieron corrientes de pensamiento que reivindicaron la independencia de las colonias americanas. En ese contexto, se produjo la independencia, entre 1810 y 1825, de la mayor parte de las mismas; por ejemplo, México, Colombia, Argentina o Chile.
El Fin del Imperio: La Crisis de 1898
España mantuvo algunas colonias en el Caribe y en el Pacífico, pero tras su derrota frente a los Estados Unidos en la Guerra Hispanoamericana (1898) perdió las últimas: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La firma de la Paz de París marcó el fin del imperio español, lo que generó la crisis de 1898 y el movimiento regeneracionista.
El Colonialismo en África y sus Conflictos
Durante la primera mitad del siglo XX, en un contexto de políticas imperialistas agresivas, España buscó en África una nueva oportunidad para mantener cierto prestigio internacional. En 1912, España obtuvo un protectorado en el norte de Marruecos (con objetivos estratégicos, como el control del estrecho de Gibraltar y la proximidad geográfica, y económicos, como las minas del Rif). Sin embargo, encontró una fuerte resistencia, que se tradujo en graves conflictos:
- Motines antiquintas, relacionados con el llamado “impuesto de sangre de los pobres”. En el siglo XIX, en España existía el reclutamiento forzoso, pero los jóvenes de las clases acomodadas podían librarse del servicio militar por la redención en metálico (pagaban una cantidad al Estado) o por la sustitución (se pagaba a otro joven para que fuera en su lugar). En 1912 se estableció el servicio militar obligatorio, pero siguió siendo un servicio al que solo iban los hijos de las clases populares porque se creó la figura del soldado de cuota, que reducía el tiempo en filas a cambio del pago de una cantidad.
- La Semana Trágica (1909) y la Guerra del Rif (Desastre de Annual, 1921; y desembarco de Alhucemas, 1925).
Además, la política colonial española en Marruecos creó un conflicto interno en el Ejército (oficiales africanistas frente a peninsulares), el crecimiento del antimilitarismo popular y una cultura antipolítica del ejército, que derivó en la vuelta a la injerencia militar en la vida política.
El Proceso de Descolonización
Tras la Segunda Guerra Mundial, el sentimiento anticolonial fue en aumento y el proceso descolonizador se intensificó en las décadas de 1950 y 1960. En el caso español, se produjo la independencia de Marruecos (1956), Guinea Ecuatorial (1968) y Sidi Ifni (1969). En 1975, tras la “Marcha Verde”, concluyó la ocupación del Sahara español, que quedó dividido entre Marruecos y Mauritania, mientras que la población saharaui partidaria de la independencia se alineó con el Frente Polisario.
El Frente Polisario y la Cuestión del Sahara
El Frente Polisario (1973) es una organización que lucha por la independencia del antiguo Sahara español. Cuando España abandonó el territorio, se enfrentó a los ocupantes: Marruecos y Mauritania. Cuando Mauritania abandonó el Sahara (1979), el Frente Polisario prosiguió, con diferente intensidad, su enfrentamiento militar y diplomático con Marruecos. Reivindica un referéndum de independencia auspiciado por la ONU, que Marruecos ha logrado posponer. Tiene su base en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia), donde ha creado un Estado con reconocimiento internacional limitado (la República Árabe Saharaui Democrática).
Así, España cerró su capítulo colonial, dejando un legado de conflictos y relaciones complejas con sus antiguas colonias, muchas de las cuales siguen siendo objeto de tensiones políticas y territoriales.
