Contexto de la Pintura Flamenca del Siglo XV
Auge Económico y Burguesía
En el siglo XV, Flandes era una región de Europa que había alcanzado un gran desarrollo económico ligado a las actividades comerciales y a la realización de paños de lana muy apreciados. Esto hizo florecer una burguesía que se añadiría a la aristocracia y al clero como cliente de los pintores locales. Así, los burgueses demandarían retratos o cuadros de temática religiosa de pequeño formato para sus viviendas y obras de mayor tamaño, también de temática religiosa, que donarían a iglesias y monasterios.
Características del Gótico Flamenco
Aunque contemporánea de la pintura Renacentista del Quattrocento italiano, podemos considerar todavía a la pintura flamenca del siglo XV como culturalmente gótica. En vez de buscar una composición unitaria basada en la relación armónica de los elementos que la componen, crea una imagen construida por sumandos. Esto proviene de una mirada que muestra interés por representar con precisión todo lo que aparece ante sus ojos e impone una visión dinámica al espectador que contempla la obra.
Roger van der Weyden: Maestro Flamenco
Biografía y Formación
Roger van der Weyden fue uno de estos genios de la primera generación de los pintores flamencos del siglo XV. Se sabe que nació en la ciudad de Tournai, en el norte de Francia, hacia 1399 y que se formó en esa misma ciudad como aprendiz en el taller de Robert Campin, otro de los pintores más notables de ese periodo. Posteriormente se estableció en Bruselas, donde fue nombrado en 1436 pintor de la ciudad. Gozó de cierto reconocimiento internacional y así, se sabe que viajó a Italia, donde su obra despertó el interés de algunos mecenas y artistas. Murió en Bruselas en 1464.
Estilo y Obras Destacadas
En las obras de Van der Weyden vemos el representativo gusto por el detalle de la pintura flamenca, aunque quizás no tan exagerado como el de los Van Eyck, y un interés por lo dramático, buscando despertar la emoción de quien contemple sus obras, característico del gótico final. Entre sus obras más conocidas encontramos El Descendimiento y el Tríptico de la familia Braque.
«El Descendimiento» de Van der Weyden: Obra Maestra
Descripción General
El Descendimiento es un óleo sobre tabla de tamaño grande (262×220 cm) con un peculiar formato de T invertida. Esta es, en realidad, la tabla central de un tríptico cuyas alas laterales se han perdido.
Técnica y Virtuosismo
Como es habitual, el cuadro está pintado tras una muy cuidadosa preparación e imprimación de las tablas que forman el soporte y en base a un minuciosísimo dibujo. La innovadora técnica del óleo permite que el color se aplique muy cuidadosamente, respetando ese dibujo previo por medio de suaves e imperceptibles pinceladas y transparentes veladuras que crean una superficie pictórica homogénea en la que no hay valoración de lo pictórico. Además, le permite demostrar un extraordinario virtuosismo técnico al reproducir detalles como las lágrimas que se deslizan por los rostros de la Virgen María, San Juan Evangelista, María Salomé (a la izquierda de Cristo), María de Cleofás (la anciana a la izquierda), el alfiler del tocado de esta última y demás. La luz difusa crea un claroscuro que permite modelar las figuras, de un tamaño próximo al natural, y generar la sensación de volumen de estas. Es llamativo el tratamiento de los pliegues de los vestidos y el exquisito modelado de rostros y manos.
Color, Simbolismo y Trampantojo
El color es muy rico y destaca la intensidad del azul lapislázuli del vestido de la Virgen o el empleo del dorado del fondo. Puede sorprender el empleo del dorado, aunque esto tiene un sentido, ya que en vez de situar las figuras en el paisaje del Calvario, son representadas como si fueran esculturas de un retablo situadas en un nicho. De hecho, las tracerías de las esquinas superiores buscan generar esa sensación, de manera que podríamos entender el cuadro como un enorme trampantojo en el que se representa un grupo escultórico policromado situado en un nicho. Además, Van der Weyden no crea un fondo dorado uniforme, sino que por medio de diminutas pinceladas de negro y rojo aplicadas sobre él, pretende generar efectos de sombras proyectadas sobre esa superficie. Respecto al color, podemos señalar también el tono ceniciento del rostro y manos de la Virgen, como si el pintor quisiera establecer un paralelismo entre la Pasión de Cristo y el insoportable dolor por la muerte del hijo padecido por su Madre.
Composición y Dramatismo
En la composición llama la atención el juego de líneas curvas y oblicuas, como por ejemplo las del cuerpo inerte de Cristo o la de la Virgen desmayada a los pies de la cruz. Es destacable también la diagonal que, partiendo de la mirada de Nicodemo, pasa por las manos inanimadas de Cristo y la Virgen y acaba en un pie de San Juan Evangelista, la otra mano de la Virgen y, por último, la calavera que puede ser la calavera de Adán, simbolizándose así la redención, por medio de la muerte de Cristo, del Pecado Original.
Impacto Emocional y Patetismo
Las posturas, gestos de dolor y rostros compungidos y tristes de los personajes son característicos de este periodo del Gótico en el que, por medio de las expresiones patéticas de los personajes, se pretende incidir en el ánimo del espectador, provocando la piedad por el sufrimiento padecido por Cristo y el dolor de su Madre.
Historia y Procedencia de la Obra
Como hemos dicho, el cuadro fue encargado por la Hermandad de Ballesteros de Lovaina para la Iglesia de Santa María Extramuros de la ciudad. En el siglo XVI fue adquirido por María de Hungría, hermana del emperador Carlos V, a cambio de un órgano y una copia del cuadro realizada por un pintor del siglo XVI. Más adelante, fue comprada a esta por Felipe II, su sobrino, y así, tras sufrir un naufragio cuando lo traían a España y ser recuperado sin sufrir demasiados daños, llegó al Palacio de El Escorial. Tras el final de la Guerra Civil, se trasladó al Museo del Prado, donde podemos admirarlo junto a otros magníficos ejemplos de pintura flamenca.