El Franquismo en España: Creación y Consolidación (1939-1959)
Fundamentos Ideológicos y Bases Sociales
Se conoce como franquismo al régimen político del general Franco después de su victoria en la Guerra Civil. Franco acumuló un gran poder, y solo tenía que responder «ante Dios y ante la Historia». Se declaró enemigo acérrimo del comunismo y de la masonería.
Los fundamentos ideológicos que intervinieron en su formación fueron los siguientes:
- Falangismo: Siempre hubo ministros falangistas en los gobiernos de Franco. Dentro de Falange, se crearon secciones que sirvieron para la educación política de jóvenes.
- Catolicismo: Aceptó la adulación de los obispos y permitió que la Iglesia se adentrara en varios aspectos como la educación y la cultura.
- Militarismo: El régimen franquista fue impuesto por el bando vencedor en la guerra. Este carácter no lo abandonaría nunca, confiriéndole un marcado autoritarismo.
- Nacionalismo centralista: Se abogaba por un Estado centralista que no cediera a las peticiones de catalanes y vascos. España fue definida como «unidad de destino en lo universal».
- Nacionalsindicalismo: Los fascistas se declararon anticapitalistas y antimarxistas. Suponía la creación de un Estado corporativo donde obreros y empresarios estuvieran en las mismas organizaciones.
Todo esto configuró un sistema denominado Democracia Orgánica, donde la representación recaía en las unidades orgánicas de la sociedad: familia, municipio y sindicato.
Las bases sociales del franquismo fueron las siguientes:
- Iglesia católica: Apoyó desde el principio al régimen de Franco. La Iglesia consideró que la acción contra la República fue una cruzada, por lo que recibió dinero, poder e influencia.
- Ejército: Se convirtió en pieza clave del régimen.
- Terratenientes y grandes empresarios: Aquellos que habían sido perjudicados por la República apoyaron el nuevo régimen.
A partir de los años sesenta, la base social del franquismo se amplió con las capas sociales que se beneficiaron del desarrollo económico.
Institucionalización Política: Las Leyes Fundamentales
Se fueron promulgando diferentes Leyes Fundamentales que configuraron el marco jurídico del régimen:
- Fuero del Trabajo (1938): Estableció un modelo sindical único, controlado por el Estado, que excluía a los sindicatos de clase y subordinaba a los trabajadores.
- Ley Constitutiva de las Cortes (1942): Creó unas Cortes sin representación democrática real, con miembros designados mayoritariamente por Franco.
- Fuero de los Españoles (1945): Declaró derechos individuales que podían ser suspendidos arbitrariamente por el Gobierno.
- Ley de Referéndum Nacional (1945): Permitía referendos solo por decisión de Franco, como maniobra para aparentar legitimidad democrática.
- Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Garantizó a Franco el poder vitalicio y el derecho a elegir a su sucesor dentro de un marco monárquico.
- Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Oficializó los principios de la Falange como ideología única del Estado franquista.
- Ley Orgánica del Estado (1967): Introdujo reformas formales para modernizar el régimen sin alterar su esencia autoritaria.
La Postguerra: Los Años Cuarenta y la Autarquía
La mayoría de los españoles vivió esta década como un periodo terrible. Pocos meses después de que acabara la Guerra Civil, estalló la Segunda Guerra Mundial.
España se declaró neutral por su debilidad tras la Guerra Civil, la falta de apoyo material de Hitler y Mussolini, y la incertidumbre sobre el desenlace del conflicto. La participación de España en la contienda mundial se limitó al envío de un ejército voluntario llamado la División Azul.
Tras la derrota de Alemania, España no fue aceptada en la ONU.
Entre 1945 y 1946, el franquismo quedó aislado internacionalmente. A partir de 1947, con el inicio de la Guerra Fría entre EE. UU. y la Unión Soviética, se extendieron las luchas de guerrillas, conocidas como maquis. El comunismo se convirtió en el enemigo principal, y Franco vio cómo la nueva coyuntura internacional le era favorable.
En cuanto a la economía, la guerra tuvo consecuencias muy negativas. Uno de los objetivos en esta etapa de la dictadura era conseguir la autosuficiencia económica, la autarquía, la cual tuvo dos ejes de orientación:
- Reglamentación de exportaciones e importaciones.
- Fomento de la industria.
El Estado controlaba el mercado, lo que propició la aparición del mercado negro.
Los Años Cincuenta: Apertura y Reconocimiento Exterior
Los principales apoyos para que España fuera reconocida provinieron de EE. UU. y el Vaticano.
Los acuerdos con EE. UU. se firmaron en 1953. Franco otorgaba permiso a Estados Unidos para instalar bases militares en Rota, Morón, etc., y a cambio España recibió ayuda económica y alimentos. También se firmó un Concordato con el Vaticano, oficializando las buenas relaciones entre la Iglesia católica y el Estado franquista.
A principios de los años cincuenta, la autarquía se reveló insostenible. Hacia 1957, España estaba al borde de la bancarrota. Franco encargó los ministerios económicos a personas con formación específica, la mayoría pertenecientes al Opus Dei, conocidos como tecnócratas. Era imperativo implementar un Plan de Estabilización, que incluía un conjunto de medidas de reajuste: recorte del gasto público, congelación de salarios, devaluación de la peseta, entre otras.
Los efectos del plan tuvieron un impacto inmediato, sobre todo en las clases asalariadas. Como consecuencia, aumentó el desempleo y la emigración, mientras que los ingresos del Estado se incrementaron.
El Franquismo Tardío: Desarrollismo y Crisis Final (1959-1975)
El Desarrollismo Económico
Tras el Plan de Estabilización, España inició un periodo marcado por la ideología desarrollista. Se marcó como objetivo principal el aumento de la renta nacional. Entre 1962 y 1975, tres Planes de Desarrollo de duración cuatrienal impulsaron a España hasta convertirla en la décima potencia industrial del mundo.
España experimentó en los años sesenta una de las tasas de crecimiento más altas del mundo. El sector que mayor impacto social tuvo fue el del automovilismo, con empresas como SEAT y Renault. También aumentaron las importaciones, impulsadas por los ingresos del turismo y las remesas de los emigrantes. Las inversiones extranjeras crecieron y las multinacionales se instalaron en España.
Los grandes beneficiados del «milagro» económico, que había llevado a España «de la alpargata al 600», fueron la Banca y los grandes grupos industriales.
Los Últimos Años del Franquismo
La reunión de los días 5 y 6 de junio de 1962 sirvió para unir los esfuerzos de las fuerzas opositoras. Ese encuentro, conocido como el Contubernio de Múnich (1962), fue una reunión de españoles opositores al franquismo y marcó el inicio de la decadencia del régimen. Tuvo una importancia trascendental al ser el primer encuentro de esta índole tras el fin de la contienda española.
En 1969, Franco era anciano y estaba enfermo. La oposición al régimen había crecido tanto que se declaró el estado de excepción en toda España. ETA había comenzado su actividad en 1966, y Franco hizo que las Cortes nombrasen a Juan Carlos de Borbón su sucesor en la Jefatura del Estado.
En julio de 1969, estalló el caso Matesa, un buen ejemplo del funcionamiento del franquismo. Esta empresa se había beneficiado de subvenciones y créditos del Estado. El asunto fue utilizado por los ministros falangistas para minar el poder de los tecnócratas. Sin embargo, Franco reaccionó formando un nuevo gobierno con un mayor número de ministros del Opus Dei.
A partir de este gobierno, y con Franco enfermo, Luis Carrero Blanco tomó las riendas del poder.
Tristemente, el 20 de diciembre de 1973, Carrero Blanco fue asesinado por una bomba de ETA, días antes del juicio del Proceso 1001.
En 1974, se aplicó una política de dureza con la ejecución de un anarquista y un delincuente común. Además, la economía española se vio afectada por la crisis mundial causada por el aumento de los precios del petróleo, lo que provocó más conflictos laborales con causas tanto sindicales como políticas.
El nuevo presidente del Gobierno fue Carlos Arias Navarro, quien propuso una tímida apertura en un discurso conocido como el «espíritu del 12 de febrero».
Los últimos meses del dictador fueron difíciles. Franco vivía casi en el hospital, y miembros de ETA y FRAP fueron fusilados a pesar de una fuerte campaña internacional para intentar evitarlo. Varios cientos de miles de marroquíes ocuparon la frontera con el Sáhara, lo que culminó con España abandonando el territorio.
El 20 de noviembre de 1975, Franco falleció. Una etapa larga y compleja de la Historia de España llegó a su fin.