El modernismo en España: evolución, características y principales autores


El modernismo en España: evolución, características y principales autores: El modernismo llega a España de la mano de Rubendario (1867-1916), quien lleva a cabo una síntesis del parnasianismo y el simbolismo. Del primero toma la perfección formal, el exotismo y el erotismo, y del segundo la sugerencia de una realidad inefable mediante la musicalidad del verso. Algunas características del modernismo son la exaltación del misticismo, el ocultismo y lo irracional, influenciados por los filósofos. Influencia de autores y ante la imposibilidad de hallar lo absoluto, aparecen en sus obras sentimientos de melancolía y frustración, síntomas de su angustia existencial. Retoman la mitología evadiéndose hacia tiempos y lugares remotos o bien hacia ciudades cosmopolitas. Los temas suelen ser el erotismo, el amor y la muerte. En el estilo buscan la belleza absoluta y renuevan el lenguaje usando palabras infrecuentes (cultismo) y una abundante adjetivación colorista (sinestesia). En el verso crean nuevos metros y ritmos. Algunos autores pueden ser Antonio Machado (1875-1939), su primer libro «Soledades, galerías y otros poemas» está influenciado por el simbolismo. Con «Campos de Castilla» comparte preocupaciones ideológicas, usa un lenguaje austero e irónico a veces en silvas, romances y coplas populares. Ramon María del Valle-Inclán (1866-1936) en su primera etapa modernista idealiza la realidad en obras de estilo preciosista como «Las 4 sonatas» y «La guerra carlista». Crea también teatro con comedias bárbaras. A partir de 1920 se acerca a las preocupaciones en su etapa esperpéntica, critica la degradación política y cultural de España deformando la realidad con «Tirano Banderas». Juan Ramón Jiménez (1881-1958) evoluciona desde un modernismo decadentista con «Almas de violeta» hacia una depuración de la palabra poética con «Arias tristes». En estas obras predomina la melancolía, la angustia ante la muerte, la naturaleza y la belleza. La generación del 98 suele llamarse así por unos escritores que tuvieron como guía espiritual a Nietzsche y que buscaban renovar la literatura española y dar respuesta a los males del país. Algunos rasgos son que abordan los temas existenciales así como el tema de la etapa desde una perspectiva muy subjetiva. En su juventud adoptan diversas posturas políticas radicales frente al sistema de la Restauración. Deseo de renovar la prosa, buscan crear un estilo personal sobrio, influido por el habla popular, y renuevan el ensayo (escriben obras subjetivas que no copian la realidad sino que muestran el efecto que le produce al protagonista, a veces abandonan el narrador omnisciente y dan importancia al diálogo, la acción pierde interés y la novela se acerca al ensayo). Los principales autores son Miguel de Unamuno (1864-1936), su estilo es paradójico, denso y austero. En su obra ensayística trata sobre el tema de España en torno al casticismo, donde reivindica la intrahistoria. En su obra narrativa, la trama novelística, los personajes y las acciones le sirven para plantear conflictos. La crítica negó que sus obras fueran novelas y por eso las llamó «nivolas». Su lenguaje era vivo, apasionado y enfático. Pío Baroja (1872-1956), influido por Nietzsche, es crítico con un mundo que no le gusta y al que no ve solución. Sus personajes suelen estar desorientados, hastiados y marginados de la sociedad. Entiende la novela como un género abierto donde cabe todo. Es un buen retratista con descripciones breves y diálogos vivaces y variados. Sus novelas se agrupan en trilogías: «La lucha por la vida» (La busca, Mala hierba y Aurora roja). José Martínez Ruiz Azorín (1873-1967), sus temas fundamentales fueron la meditación sobre el paso del tiempo y la creación subjetiva del paisaje. Su narrativa lírica se caracteriza por la lentitud y el desinterés por la acción, una técnica impresionista. En su prosa precisa y sobria predominan las oraciones coordinadas y yuxtapuestas. Los principales autores de la generación del 14 o novecentismo proponen modernizar el país abriéndose a Europa. También quieren modernizar la literatura, se apartan tanto del romanticismo como de un realismo que se considera trivial. Evitan lo sentimental y tienden al arte puro y deshumanizado, y buscan el placer estético. A veces la novela se acerca al ensayo, rechaza el realismo y se experimenta con el perspectivismo. Gabriel Miró (1879-1930) en «Las cerezas del cementerio» donde la acción es un soporte para descripciones. Ramón Pérez de Ayala (1880-1962) con «Troteras y danzaderas» para reflexionar después con notable ironía sobre temas como la dificultad de conocer la realidad. José Ortega y Gasset (1883-1955) parte del racionalismo y el vitalismo, trata de comprender la vida humana a través de la historia. La deshumanización del arte defiende las novedades vanguardistas frente al romanticismo anterior, señala su carácter antipopular y estudia sus principales características. En la poesía novecentista, Juan Ramón Jiménez (1881-1958) tras el modernismo de sus primeros libros, va depurando su estilo y con «Diario de un poeta recién casado» cultiva una poesía pura de la que se eliminan las imágenes sensoriales. Tras su exilio sabe mortal pero no cree que desaparecerá del todo porque su conciencia se ha fundido gozosamente con la conciencia universal. La generación del 27: características comunes. Les une una duradera amistad, tienen edades cercanas y al principio una ideología liberal-progresista. Muchos de ellos estaban vinculados a la Residencia de Estudiantes de Madrid. Les influyen las vanguardias como surrealismo, creacionismo, ultraísmo y futurismo, pero no rompen con la literatura anterior, sino que crean una valiosa síntesis de tradición y vanguardia. De la tradición les influye una poesía cancioneril y el romancero, imitan a Góngora (beogongorismo) así como a Bécquer, del que parte la línea de poesía pura. En la trayectoria podemos destacar varios rasgos y etapas comunes. La primera, el ideal de pureza influenciados por Juan Ramón Jiménez, cultivan una poesía pura, precisa y desnuda, exenta de aspectos demasiado humanos como emociones, anécdotas o descripciones. Esta poesía tiene un tono conceptual y se basa en el uso de metáforas. Influencias del surrealismo, este movimiento dejó clara huella en algunos poetas del 27, que con las técnicas surrealistas cultivaron un lenguaje nuevo capaz de expresar libremente sus conflictos íntimos y apto para criticar las normas morales caducas. Poesía comprometida, se va abandonando la poesía pura, en este proceso es vital la influencia de Pablo Neruda, pero no les afecta a todos por igual. La guerra y el exilio. Lorca es fusilado en 1936, como la mayoría de estos poetas apoyó la República. Desde el exilio, en la misma línea de rehumanización, se evoca en su obra la tierra perdida y aparecen el recuerdo emocionado de los amigos y el ansia de regresar a España. Los principales autores son Pedro Salinas (1891-1951), para él la poesía, a través de la belleza y la inteligencia, es un modo de acceso a la esencia de las cosas. Usa una métrica sencilla con preferencia por el verso corto y renuncia a la rima. De su primera etapa «Seguro azar» y en su segunda etapa «La voz a ti debida», donde se consagra como poeta del amor. En el exilio refleja la lucha entre su fe en la vida y el mal que presiente a su alrededor en «Todo más claro». Jorge Guillén (1893-1984), máximo representante de la poesía pura, estiliza la realidad, su estilo es depurado con predominio del verso corto, las estrofas clásicas y los elementos nominales. Su poesía se articula principalmente en tres libros: «Cántico» (expresión de alabanza y entusiasmo), «Clamor» (poeta ante el dolor y las injusticias) y «Homenaje» (poemas dedicados a figuras de la historia). Gerardo Diego (1896-1987), unión entre tradición y vanguardia, «El romancero de la novia», «Versos humanos» o «Versos divinos» y encontramos la influencia de las vanguardias en «Imagen o Manuel de espumas». Dámaso Alonso (1898-1990), poesía pura con «Poemas puros», poesía existencial «Hijos de la ira» protesta contra el sinsentido de la vida y retoma el tema del sinsentido de la vida «Hombre y Dios». Vicente Aleixandre (1898-1984), influenciado por el surrealismo, metáforas visionarias, el verso libre y el versículo. En su primera etapa tiene una visión pesimista del frágil ser humano «Ámbito», en su segunda etapa aparece una visión positiva del hombre «Historia del corazón» y en su tercera etapa símbolo de vida «Poemas de consumación». Federico García Lorca (1898-1936), vitalismo y el sentimiento de frustración ante el destino trágico. «Romancero gitano» donde el poeta ejemplifica el destino trágico en personajes marginales marcados por la frustración, viven al margen de la ley abocados a una muerte que acaba con sus ganas de vivir, estilo fusión entre lo popular y la vanguardia. «Poeta en Nueva York» se acerca a la poesía social denunciando el dolor de un mundo injusto y deshumanizado utilizando de forma personal el surrealismo con versículos, imágenes ilógicas. En su última etapa dedicada al teatro «La casa de Bernarda Alba». Rafael Alberti (1902-1999), su obra poética es variada en temas y estilos, alternan en su producción la poesía pura, lo tradicional, lo barroco y lo vanguardista. Su primera etapa se acerca a la lírica popular «Marinero en tierra», con «Cal y canto» cultiva una poesía neogongorina y vanguardista. A partir de 1927 escribe «Sobre los ángeles» estilo surrealista, en 1931 abraza la poesía social revolucionaria y panfletaria «Poeta en la calle». En el exilio vuelve a la poesía de inspiración variada en temas y estilos «Poemas del destierro, de la espera». En teatro «Noche de guerra en el Museo del Prado». Luis Cernuda (1902-1963), «La realidad y el deseo» incluye poesía pura y clasicista, la poesía surrealista de tono más personal «Donde habite el olvido» y su poesía del destierro de tono amargo y desgarrado «Las nubes». La literatura de vanguardia se rechaza el sentimentalismo y la subjetividad (deshumanización), pero también la verosimilitud (antirrealismo). Para ellos, el arte no debe imitar la realidad, sino crear una nueva y es un mero juego intrascendente, el principal valor es la originalidad, hay que renovar el arte por medio de la experimentación, se abandona la rima, se subvierte la sintaxis, se crean abundantes neologismos. Los movimientos vanguardistas eran el cubismo, Apollinaire consigue la idea de simultaneidad, desaparece la puntuación, los versos forman figuras que dan a entender el contenido del texto, se emplean collages de conversaciones, abunda el humor. Futurismo: Marinetti rechaza el arte del pasado, el sentimentalismo romántico y busca reproducir la fuerza y el movimiento de los inventos modernos, se exalta la intuición frente a la inteligencia. Expresionismo: distorsiona la realidad para mostrar el punto de vista subjetivo, colores arbitrarios, contornos deformados. Surrealismo: liberación de los impulsos reprimidos en el subconsciente gramatical, se vale del irracionalismo y fueron volviendo a un arte humanizado y un ideal del arte puro. Creacionismo: Vicente Huidobro busca crear un arte autónomo, el poema es la creación absoluta basada en imágenes aparecen yuxtapuestas.

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