El Sistema Político de la Restauración: Estabilidad y Democracia


El Sistema Político Canovista y la Estabilidad de la Restauración

El sistema político canovista, desarrollado en España durante el periodo de la Restauración (iniciado en 1874 con el regreso de Alfonso XII), buscó superar la inestabilidad política previa. Antonio Cánovas del Castillo impulsó este sistema con el objetivo de crear un equilibrio entre la tradición monárquica y principios liberales, reduciendo tensiones y permitiendo una alternancia ordenada en el poder. Se caracterizó por un sistema bipartidista y centralizado, diseñado para proteger los intereses de las élites bajo una apariencia de legalidad y consenso.

La Constitución de 1876: Pilar del Régimen

La Constitución de 1876, de carácter conservador pero flexible, sentó las bases del nuevo régimen:

  • Soberanía compartida entre Rey y Cortes. La Corona poseía amplios poderes ejecutivos e iniciativa legislativa con derecho a veto.
  • Cortes bicamerales.
  • Reconocimiento de derechos y libertades, con margen de interpretación y suspensión por parte del Gobierno.
  • El catolicismo como religión oficial.
  • El procedimiento electoral y el sufragio se definieron posteriormente: se aplicó el sufragio censitario hasta que en 1890 el Partido Liberal de Sagasta implantó el sufragio universal masculino.

Bipartidismo y Alternancia en el Poder

Cánovas estableció un sistema de gobierno basado en el bipartidismo y la alternancia pacífica en el poder de los partidos Conservador (liderado por Cánovas) y Liberal (encabezado por Sagasta). Ambos partidos renunciaron a los pronunciamientos militares como vía de acceso al gobierno, garantizando la estabilidad institucional. El ejército quedó subordinado al poder civil y a la Corona.

Conservadores y liberales compartían la defensa de la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y un Estado liberal, unitario y centralista. La alternancia se producía cuando el partido en el gobierno se desgastaba, y el monarca llamaba al líder de la oposición para formar gobierno.

Control Electoral: Encasillado y Caciquismo

El control del proceso electoral se ejercía a través del ministro de la Gobernación y los caciques locales. El ministro elaboraba el encasillado, una lista de candidatos a ser elegidos, que se transmitía a través de los gobernadores civiles a los alcaldes y caciques. Los caciques locales, individuos o familias con poder económico o influencia política, aseguraban la obtención de mayorías mediante la compra de votos, la manipulación de censos o la coacción. Esta sistemática manipulación de los resultados se conocía como pucherazo.

¿Un Sistema Democrático?

A pesar de lograr una estabilidad temporal, el sistema canovista no puede considerarse democrático. El fraude electoral, el caciquismo y el control de una élite lo convirtieron en un régimen oligárquico. La participación electoral raramente superó el 20%, evidenciando una abstención generalizada y la falta de representación de las clases medias y populares.

Consecuencias de la Crisis de 1898

La Guerra Hispano-Estadounidense de 1898, que culminó con la pérdida de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam, tuvo profundas consecuencias políticas, económicas e ideológicas para España.

Consecuencias Económicas

  • Pérdida de mercados y materias primas, afectando especialmente a la industria catalana y vasca.
  • Repatriación de capitales, que facilitó un cierto desarrollo industrial en la península y saneó la Hacienda Pública.
  • Cambio en los cultivos, impulsando la remolacha y la caña de azúcar.

Consecuencias Sociales y Políticas

  • Crecimiento del antimilitarismo entre la población debido al reclutamiento desigual.
  • Resentimiento de los militares hacia los políticos por la derrota y el sentimiento de haber sido utilizados.
  • Avivamiento del sentimiento nacionalista en España.
  • Crisis de la conciencia nacional, manifestada en el Regeneracionismo y la Generación del 98 (Machado, Azorín, Unamuno, Pío Baroja, Valle Inclán), con Joaquín Costa como máximo representante del Regeneracionismo.

Los intentos de reforma política por parte de figuras como Antonio Maura y José Canalejas se encontraron con la resistencia de las estructuras oligárquicas.

La Guerra de España (1936-1939) como Antesala de la Segunda Guerra Mundial

La Guerra Civil Española se desarrolló en un contexto de polarización ideológica mundial, preludiando la Segunda Guerra Mundial. El conflicto se convirtió en un campo de pruebas para las potencias que más tarde se enfrentarían globalmente.

Implicación de Potencias Extranjeras

Alemania Nazi e Italia fascista apoyaron a los sublevados, utilizando el conflicto como ensayo de estrategias de guerra total (ej. bombardeo de Guernica). La Unión Soviética apoyó a la República, mientras que las democracias occidentales adoptaron una política de no intervención, evidenciando la incapacidad diplomática para detener los fascismos.

Consecuencias de la Guerra

  • Demográficas: Entre 500.000 y 1.000.000 de muertes y más de 450.000 exiliados.
  • Económicas: Destrucción de infraestructuras, paralización del desarrollo, retroceso de la producción y endeudamiento con Alemania e Italia.
  • Culturales: Destrucción de patrimonio y supresión de reformas educativas republicanas.
  • Sociales: Profunda división social, represión ideológica, eliminación de derechos laborales y civiles, y restablecimiento del control social por parte de las élites y la Iglesia.

El impacto del conflicto se extendió a la Segunda Guerra Mundial, con la participación de la División Azul y la integración de exiliados republicanos en la resistencia contra el nazismo.

El Desarrollismo Franquista: Transformaciones Económicas y Sociales

A finales de los años 50, la política económica franquista experimentó un cambio de rumbo con la llegada de los tecnócratas, dando inicio al Desarrollismo (hasta mediados de los 70).

El Plan de Estabilización y los Planes de Desarrollo

El Plan de Estabilización de 1959 buscó sanear la economía, reducir el déficit, estabilizar la peseta e incorporar España a los mercados internacionales. Los posteriores Planes de Desarrollo impulsaron el crecimiento económico mediante polos industriales y la inversión en infraestructuras.

Transformaciones Económicas

  • Modernización de la agricultura.
  • Desarrollo de la industria (automoción, turismo) impulsado por la inversión extranjera.
  • Apertura económica con el auge del turismo y las remesas de emigrantes.

El modelo presentaba debilidades como la dependencia exterior y los desequilibrios territoriales.

Cambios Demográficos y Sociales

  • Baby boom y éxodo rural masivo hacia las ciudades.
  • Emigración internacional.
  • Predominio del sector secundario y terciario, con la implantación de la sociedad de consumo.
  • Aumento de la clase media urbana y cambios de mentalidad (laicización, europeización).

A pesar del crecimiento económico, la dictadura mantuvo su control político y la represión de la oposición.

La Transición Española: Hacia la Democracia (1975-1977)

Tras la muerte de Franco en 1975, España inició un proceso de reforma pactada hacia la democracia, liderado por el rey Juan Carlos I y Adolfo Suárez.

Medidas Clave para el Cambio Político

  • Ley para la Reforma Política (1976): Aprobada por las Cortes franquistas, sentó las bases para la democratización (soberanía nacional, sufragio universal, Parlamento bicameral).
  • Legalización de partidos políticos y sindicatos (1977): Incluida la legalización del Partido Comunista de España (PCE).
  • Amnistía para presos políticos.
  • Primeras elecciones democráticas (15 de junio de 1977): Victoria de la UCD de Adolfo Suárez.

Los Pactos de la Moncloa (Octubre 1977)

Ante la grave crisis económica (inflación, desempleo, crisis del petróleo) y la inestabilidad social, el Gobierno convocó a fuerzas políticas, sindicatos y empresarios para alcanzar un gran acuerdo nacional. Los pactos tuvieron como objetivos:

  • Estabilizar la economía: Control del gasto público, reforma fiscal, moderación salarial.
  • Sentar las bases de la convivencia democrática: Establecimiento de derechos fundamentales y protección social.

Estos acuerdos permitieron reducir la inflación, evitar el colapso económico y consolidar el diálogo y el consenso como pilares de la nueva democracia, culminando con la Constitución de 1978.

La Constitución de 1978: Pilar de la Democracia Española

La Constitución de 1978, elaborada por una Comisión Constitucional de las Cortes Generales e impulsada por figuras como Gregorio Peces-Barba, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Manuel Fraga, Jordi Solé Tura, Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez-Llorca y Miquel Roca Junyent, se aprobó en referéndum el 6 de diciembre de 1978, marcando la ruptura con el franquismo y estableciendo las bases del sistema democrático actual.

Características Fundamentales

  • Monarquía Parlamentaria: El rey es Jefe del Estado sin funciones ejecutivas, que recaen en el Gobierno.
  • División de Poderes: Legislativo (Cortes Generales), Ejecutivo (Presidente del Gobierno) y Judicial (independiente).
  • Reconocimiento de la Diversidad Territorial: Creación del Estado autonómico, reconociendo el derecho a la autonomía de nacionalidades y regiones.
  • Derechos y Libertades: Garantía de soberanía popular, libertad de expresión, reunión, asociación, igualdad ante la ley y protección de la intimidad.
  • Estado Social: Asegura el acceso a sanidad, educación, vivienda y protección laboral.
  • Mecanismos de Protección: Creación del Defensor del Pueblo e Iniciativa Legislativa Popular.

La Constitución de 1978 ha garantizado la estabilidad política, la alternancia pacífica en el poder y el respeto a los derechos humanos, adaptándose a los desafíos del país y sentando las bases para una sociedad más libre, plural e igualitaria.

Construcción del Estado Liberal: Cortes de Cádiz y Reacción Absolutista

El proceso de construcción del Estado Liberal en España estuvo marcado por la relevancia de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, frente a la reacción absolutista.

El Manifiesto de los Persas (1814)

Este documento, firmado por 69 diputados realistas, solicitaba a Fernando VII la restauración del absolutismo y el rechazo de las reformas liberales de las Cortes de Cádiz. Argumentaba que la monarquía absoluta, fundada en la ley divina y las leyes fundamentales, era un sistema justo y racional para garantizar el orden social. Criticaba la Constitución de Cádiz por considerarla ilegítima y peligrosa, abogando por la convocatoria de Cortes tradicionales y la suspensión de medidas liberales.

Contexto Histórico: Guerra de la Independencia y Sexenio Absolutista

El Manifiesto de los Persas se redactó al regreso de Fernando VII tras la Guerra de la Independencia (1808-1814). La abolición de la Constitución de 1812 y la reinstauración del absolutismo dieron lugar al Sexenio Absolutista (1814-1820), un periodo de represión liberal y restauración del Antiguo Régimen, seguido por el Trienio Liberal (1820-1823) y la Década Ominosa (1823-1833).

Reformas de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Las Cortes de Cádiz impulsaron reformas significativas como la abolición de señoríos, gremios e Inquisición. La Constitución de 1812 estableció la soberanía nacional, división de poderes, sufragio universal masculino indirecto y libertades individuales, influyendo notablemente en América Latina.

El Reinado de Fernando VII

El reinado de Fernando VII se caracterizó por conflictos constantes, pronunciamientos militares, represión y exilio. La muerte del rey dio origen al Carlismo, que defendía el absolutismo y se enfrentó al liberalismo en guerras civiles.

El Estado Liberal Isabelino y el Manifiesto de Manzanares

El reinado de Isabel II (1833-1868) se caracterizó por la construcción de un Estado liberal conservador y la inestabilidad política, con la Constitución de 1845 como eje central.

El Manifiesto de Manzanares (1854)

Este manifiesto, redactado por Antonio Cánovas del Castillo y firmado por el general Leopoldo O’Donnell, justificó el pronunciamiento militar que inició la Revolución de 1854 y el Bienio Progresista (1854-1856). Demandaba reformas como la ampliación del sufragio, libertad de prensa, reducción de impuestos y descentralización administrativa, buscando un gobierno más abierto y democrático.

Características del Estado Liberal Isabelino

  • Constitución de 1845: Parlamentarismo bicameral, soberanía compartida, sufragio censitario restringido.
  • Centralización: Control territorial a través de gobernadores civiles y la Guardia Civil.
  • Protagonismo Militar: Los pronunciamientos eran una herramienta habitual para cambiar gobiernos.
  • Juntismo: Creación de juntas revolucionarias en las provincias ante pronunciamientos exitosos.

Ideologías y Partidos Políticos

  • Partido Moderado: Conservador, centralista, soberanía compartida (Narváez).
  • Partido Progresista: Monarquía constitucional abierta, ampliación del sufragio, descentralización (Espartero, Prim).
  • Unión Liberal: Partido de centro que buscaba la estabilidad (O’Donnell).
  • Partido Demócrata: Soberanía popular, sufragio universal, más libertades (Cristino Martos).
  • Republicanos y Carlistas: Oposición al sistema monárquico y absolutista, respectivamente.

La fragilidad del sistema se debió a la inestabilidad, el atraso económico y la exclusión política.

Surgimiento de los Nacionalismos Periféricos en España

El periodo de la Restauración borbónica (1875-1931) vio el surgimiento de movimientos nacionalistas en las periferias españolas, como respuesta al centralismo y la política de unificación cultural promovida por el sistema canovista.

Nacionalismo Catalán y Vasco

  • Nacionalismo Catalán: Impulsado por Enric Prat de la Riba, defendía un modelo federalista con autogobierno para Cataluña, concibiendo la nacionalidad como una unidad cultural con identidad propia. El catalanismo, surgido tras los Decretos de Nueva Planta (1716), buscaba autonomía dentro de una España federal. Prat de la Riba lideró la Lliga Regionalista.
  • Nacionalismo Vasco: Fundado por Sabino Arana, en sus inicios abogaba por la independencia y mostraba un marcado rechazo a la influencia española, considerada corruptora de la identidad vasca. El nacionalismo vasco, vinculado a la pérdida de los fueros en 1876, evolucionó hacia posiciones autonomistas. Arana fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV).

Otros Nacionalismos y Contexto

  • Nacionalismo Gallego: Impulsado por Manuel Murguía (Asociación Regionalista Galega, 1889), con un carácter más regionalista.
  • Nacionalismo Canario: Representado por Secundino Delgado, con un carácter anti-obrero.
  • Contexto Internacional: El auge de los nacionalismos europeos, impulsado por la industrialización y urbanización, propició un contexto favorable para el crecimiento de la conciencia nacional en regiones como Cataluña y el País Vasco.

Similitudes y Diferencias

  • Similitudes: Ambos nacionalismos eran conservadores, surgieron en regiones industriales, no lograron sus objetivos de autonomía hasta la II República (salvo la Mancomunidad de Cataluña en 1914), y sus fundadores lideraron partidos nacionalistas clave.
  • Diferencias: El catalanismo era federalista y no independentista, mientras que el vasco era inicialmente independentista y antiespañolista. El texto de Arana muestra un fuerte antiespañolismo, en contraste con la visión más fraternal de Prat de la Riba.

Estos movimientos reflejaron el despertar identitario de las regiones periféricas frente al centralismo de la Restauración, luchando por el reconocimiento de sus culturas y derechos históricos.

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