España Contemporánea: Franquismo, Transición y Consolidación Democrática (1959-1996)


Bases Ideológicas y Sociales del Franquismo

El franquismo, surgido tras la Guerra Civil Española, se fundamentó en el deseo de establecer un régimen fuerte que impusiera orden y en el catolicismo como base moral. Fue una dictadura personal, sin partidos políticos ni democracia, donde Francisco Franco concentraba todo el poder, derivado de la victoria militar. En sus primeros años, estuvo muy influido por el fascismo europeo a través de la Falange, aunque tras la Segunda Guerra Mundial acentuó su carácter católico y tradicional para sobrevivir en el nuevo contexto internacional.

Pilares y Principios Fundamentales

La represión fue intensa, con miles de ejecuciones y presos políticos. Se impuso la censura, la propaganda y un estricto control religioso de la educación. Sus principios fundamentales fueron:

  • Tradicionalismo: Rechazo de la democracia liberal y el comunismo.
  • Nacionalismo español: Persecución de los nacionalismos periféricos.
  • Catolicismo extremo: La Iglesia se convirtió en un pilar fundamental del régimen bajo el concepto de nacionalcatolicismo.

El Ejército fue otro pilar esencial, garantizando el orden y ocupando altos cargos, mientras que la Iglesia obtuvo privilegios en la enseñanza y la vida pública. Además, el régimen implantó un sistema sindical único y corporativo, negando el derecho a huelga.

Política Exterior y Oposición

Durante los años cuarenta, España mantuvo una política autárquica y aislacionista. Sin embargo, en los años cincuenta, el contexto de la Guerra Fría permitió acuerdos internacionales clave, como los Pactos de Madrid con Estados Unidos y el Concordato con la Iglesia, rompiendo parcialmente el aislamiento internacional.

La oposición al régimen fue muy débil, reducida a pequeños focos como el maquis o el exilio. Mientras tanto, las élites tradicionales recuperaron su poder. El franquismo consolidó un modelo autoritario y católico basado en la unidad nacional, el orden público y la exaltación de los valores tradicionales españoles.

Tardofranquismo y Desarrollismo (1959-1973)

Durante este periodo, la Falange fue perdiendo peso, y se produjo una apertura y transformación en los ámbitos económico, social y cultural en España, aunque el régimen político se afianzó. El nuevo gabinete estuvo compuesto por los llamados tecnócratas, muchos de ellos vinculados al Opus Dei.

Leyes Fundamentales y Estructura del Estado

En esta fase, con la influencia de los políticos tecnócratas, se aprobaron dos leyes fundamentales:

  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Reflejaba los principios básicos del franquismo, estableciendo el Movimiento como el único cauce de participación en la vida pública española. El Estado se definía como monárquico, tradicional, católico, social y representativo, dentro de lo que se denominaba una democracia orgánica.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): Votada en referéndum, esta ley debía regir el país tras la muerte de Franco. Creaba cauces para organizar la participación política de los ciudadanos sin aceptar los postulados básicos de las democracias parlamentarias occidentales. Destacaba la separación de los cargos de Jefe de Estado y Presidente del Gobierno, aunque Franco siguió ejerciendo ambos hasta 1973, año en que fue nombrado presidente el almirante Carrero Blanco y, tras su muerte en atentado, Arias Navarro.

Posturas Políticas y Apertura Controlada

En esta época, coexistieron dos posturas políticas principales:

  • Inmovilistas: A partir de 1967, presionaron para que el régimen endureciera la represión, temerosos de lo que pudiera ocurrir tras la muerte de Franco.
  • Aperturistas: Destacaron figuras como Solís Ruiz, con un proyecto de asociaciones políticas, y Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo, quien promovió la aprobación de la Ley de Prensa de 1966, que suprimía la censura previa y la sustituía por multas y la suspensión de publicaciones. También fue relevante la Ley de Libertad Religiosa (1967).

Crecimiento Económico y Oposición

En este periodo, España experimentó un crecimiento económico espectacular, impulsado por:

  • Los Planes de Desarrollo.
  • El auge del turismo.
  • La emigración a Europa.
  • Las inversiones extranjeras.

La oposición al régimen se hizo mucho más fuerte, proveniente de diversas fuentes como el PCE, el PSOE, la CNT, una parte de la Iglesia, estudiantes, obreros y el terrorismo de ETA (Euskadi Ta Askatasuna).

Declive del Régimen Franquista (1973-1975)

En 1973, se produjo la separación de la Jefatura del Estado, en la persona de un Franco ya enfermo, y la Presidencia del Gobierno, que recayó en manos de Carrero Blanco. Esta etapa estuvo marcada por eventos cruciales de 1973: la crisis del petróleo, que provocó un decrecimiento económico, y el asesinato de Carrero Blanco.

Franco nombró presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro en enero de 1974, un representante de la línea dura del franquismo. Arias Navarro pretendía dar una imagen de ruptura con la etapa de Carrero y se comprometió a realizar ciertas reformas y a aprobar un Estatuto de Asociaciones Políticas.

Convulsiones Sociales y Políticas

Los años de 1974 y 1975 fueron de fuertes convulsiones políticas, caracterizadas por huelgas, un aumento del terrorismo y la creación de la UMD (Unión Militar Democrática), cuyo objetivo era asegurar que las fuerzas armadas no fuesen un obstáculo en la transición a la democracia.

La Ley Antiterrorista condenaba a los terroristas a la pena de muerte (afectando a grupos como el FRAP – Frente Revolucionario Antifascista y Patriota – y ETA), lo que produjo una gran protesta internacional contra Franco y la situación española.

El Conflicto del Sáhara

También surgió el conflicto del Sáhara, una colonia española. Se había creado el Frente Polisario, que propugnaba la independencia saharaui. España, inicialmente, descolonizó a favor de los saharauis. Sin embargo, tras la Marcha Verde, organizada por Hassan II, una invasión pacífica del territorio, España entregó el Sáhara a Marruecos y Mauritania.

En este contexto, surgieron plataformas entre los partidos políticos que reclamaban democracia. Finalmente, la crisis económica, la muerte de Franco y el nombramiento de Don Juan Carlos I de Borbón como Rey de España, designado como sucesor por Franco en 1969, supusieron el fin del régimen franquista.

Los Gobiernos de la UCD (1979-1982)

Tras la aprobación de la Constitución, Adolfo Suárez convocó nuevas elecciones en marzo de 1979, que la UCD volvió a ganar, aunque sin mayoría absoluta. En las elecciones municipales del 3 de abril de 1979, los pactos entre el PSOE y el PCE otorgaron el gobierno municipal de las grandes ciudades a la izquierda.

Desafíos y Crisis Interna

El terrorismo de ETA golpeó fuertemente al ejército, lo que alentó tentaciones golpistas por parte de militares de ultraderecha, como la conocida y descubierta Operación Galaxia. El consenso político comenzó a desaparecer, y el PSOE desarrolló una dura oposición. Sin embargo, el principal problema fue la división interna de la UCD, que llevó a Suárez a presentar su dimisión en enero de 1981.

El 23-F y la Investidura de Calvo-Sotelo

El 23 de febrero de 1981, mientras se votaba en el Congreso la investidura como presidente del gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo, se produjo una intentona golpista con el asalto al Congreso por un grupo de guardias civiles al mando de Tejero. Sin más apoyos, y ante la postura firme del Rey en contra de la intentona, los golpistas se entregaron.

Gobierno de Calvo-Sotelo y el Fin de la UCD

El nuevo gobierno de Calvo-Sotelo se caracterizó por una política conservadora, que se manifestó en el ingreso de España en la OTAN. No obstante, la crisis interna de la UCD persistió y llevó a la convocatoria de elecciones anticipadas para octubre de 1982.

Las elecciones se celebraron el 28 de octubre de 1982, donde se produjo el triunfo del PSOE con Felipe González, obteniendo una mayoría absoluta, seguido de AP. La UCD, por su parte, se hundió en las urnas. El triunfo democrático de la izquierda significó la consolidación definitiva de la democracia en España.

El Gobierno de Felipe González (1982-1996)

Tras obtener el PSOE la mayoría absoluta en las elecciones de 1982, Felipe González fue investido presidente del Gobierno. Bajo su dirección, el PSOE logró dos mayorías absolutas consecutivas: la de 1982, con 202 diputados en el Congreso, y en 1986, con 184 diputados. En 1989, obtuvo 175 diputados, exactamente la mitad de los que componen el hemiciclo. En 1993, el PSOE perdió la mayoría absoluta, requiriendo el apoyo de Convergència i Unió para la formación de gobierno.

Consolidación Democrática e Integración Europea

Sus primeros mandatos se caracterizaron por la consolidación del nuevo régimen democrático, tras la Transición iniciada en los años posteriores a la muerte de Franco. Hitos importantes de este periodo incluyen:

  • La integración de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986.
  • El referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.
  • Una política económica liberal que llevó a cabo una reconversión industrial, transformando el tejido productivo del país y consolidándolo como una economía de servicios.

Estas políticas generaron un aumento importante del paro juvenil y una fuerte conflictividad social, especialmente en antiguos centros industriales, lo que llevó a la convocatoria de cuatro huelgas generales.

Avances Sociales y Desafíos

En paralelo, se consolidaron aspectos del Estado del Bienestar, como la articulación del Sistema Nacional de Salud, importantes reformas educativas y la regulación del aborto. El periodo estuvo marcado también por:

  • La violencia de ETA.
  • La crisis de la heroína y el sida.
  • Hechos mediáticos como la expropiación de Rumasa o la crisis del aceite de colza.

Etapa Final y Escándalos

La etapa final de su gobierno se caracterizó por las transformaciones vinculadas a los grandes eventos de 1992:

  • Los Juegos Olímpicos de Barcelona.
  • La Exposición Universal de Sevilla.
  • El V Centenario del Descubrimiento de América.

También se enfrentó a la crisis económica de 1993 y al estallido de una serie de escándalos políticos y de corrupción. En esta etapa se firmó el Pacto de Toledo sobre las pensiones públicas, se enviaron unidades españolas a la Primera Guerra del Golfo y, con la participación activa de González, se aprobó el Tratado de Maastricht, que transformó la Comunidad Europea en la nueva Unión Europea.

De forma destacada, el caso de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) probó que entre 1983 y 1987 grupos paramilitares practicaron terrorismo de Estado como parte de la «guerra sucia» contra ETA, asesinando a 27 personas con el amparo del entonces ministro de Interior.

Tras las elecciones generales de 1996, en las que el PSOE resultó derrotado frente al Partido Popular, Felipe González dejó la presidencia del gobierno, siendo sucedido por José María Aznar.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *