Fe y Razón en Santo Tomás de Aquino: Armonía entre Filosofía y Teología


La Armonía entre Razón y Fe en Santo Tomás de Aquino

A partir del siglo XI, la concepción tradicional de las relaciones entre fe y razón entra en crisis. Santo Tomás de Aquino llevará a cabo un intento por armonizar razón y fe. Afirma que fe y razón son dos fuentes distintas de conocimiento por la forma de acceso a ellas. Sin embargo, se separa de posturas anteriores al afirmar que entre fe y razón hay una zona de intersección: el cristianismo, de alguna manera, “la única verdad”.

La razón y la fe no entran en conflicto, puesto que ambas tienen su origen en Dios. En todo caso, si surgiese una disputa, la razón sería puesta en duda. Dan lugar a dos ciencias: la Teología Revelada y la Filosofía. La razón y la fe son dos fuentes de conocimiento autónomas. Cuando sus objetos de investigación coinciden, no pueden contradecirse, ya que la verdad es solo una. Si Dios es el que habla a través de la Revelación y Dios es el creador de la razón humana, lo que nos dice directamente desde la Revelación es lo mismo que lo que nos dice indirectamente a través de la razón. Así es como rechaza la teoría de la doble verdad de Averroes.

La Revelación y los Preámbulos de la Fe

Sobre la realidad de la revelación, Santo Tomás destaca esencialmente que es:

  • Una operación salvífica que procede del amor libre de Dios.
  • Un acontecimiento histórico que alcanza a los hombres de todos los siglos.
  • Una acción divina que se inserta en la vida psicológica del profeta.
  • Una doctrina sagrada comunicada por Cristo a sus apóstoles y transmitida a la Iglesia.
  • Un grado de conocimiento situado entre el conocimiento natural, el conocimiento de fe y el conocimiento de visión.

Acerca de las relaciones razón-fe, existe un conjunto de verdades que se conocen por fe pero también pueden demostrarse racionalmente. Se llaman los preámbulos de la fe.

Estos son los siguientes:

  • Que Dios existe.
  • Que es omnipotente.
  • Que el alma es inmortal.
  • La creación del mundo a partir de la nada.

Estas verdades se diferencian de los artículos de fe alegando dos tipos de razones:

  • Circunstanciales: Ciertas verdades alcanzadas racionalmente son también reveladas.
  • Estructurales: Conviene que estas verdades lleguen a los hombres por la vía de la revelación para garantizar su conocimiento.

Defensa de la Colaboración entre Razón y Fe

El Papel de la Razón y la Fe

Así, la razón debe ayudar a la fe de las siguientes maneras:

  • Proporcionándole procedimientos de ordenación.
  • Demostrando los preámbulos de la fe, que son verdades alcanzables por la luz de la razón.
  • Proporcionando armas dialécticas para defender los artículos de fe.

A su vez, la fe debe ayudar a la razón:

  • Adelantándose a la razón, pues solo con esta se puede llegar a la verdad.
  • Confirmando con la autoridad divina lo que descubre la razón.
  • Sirviendo de criterio extrínseco: señalándole al hombre que debe revisar sus posiciones filosóficas si le llevan a conclusiones contrarias a la fe, pues ello es prueba de que está equivocado.

Para Santo Tomás, la Filosofía debe construirse “desde abajo”: partir de las realidades sensibles para ir ascendiendo al conocimiento de lo general. Pero con la sola utilización de la razón no podrá alcanzar un conocimiento perfecto de Dios. Eso puede subsanarse con la ayuda de la fe: gracias a la revelación será posible para el hombre conocer lo que la razón por sí misma no puede alcanzar. La colaboración entre la fe y la razón se concretará en lo siguiente: la razón dotará a la fe de la necesaria coherencia lógica y de armas dialécticas para su defensa, y la fe orientará a la razón, pues sus verdades son incuestionables.

Dios como Fundamento del Sistema Tomista

En coherencia con los planteamientos iniciales, Dios va a ser el fundamento del sistema. Su conocimiento es fundamental para que el ser humano pueda obrar bien. En Dios está la Ley Eterna, y su concreción en la Ley Natural define a cada ser para que haya orden en el mundo y se alcance el bien. Así, gracias a Dios, todo quedará relacionado y organizado, pero su conocimiento debe completarse con las pruebas aportadas por la razón.

La razón debe explicar a Dios y a lo creado por Él. Y ahí surge un problema, porque en principio Dios y la creación son dos ámbitos de realidad irreconciliables. Solo en Dios, el Ser Necesario, coinciden ser y existir. En cuanto a la existencia de los seres creados, esta participa del ser de Dios. La relación entre esencia y existencia es para Santo Tomás una interpretación de la teoría aristotélica de la potencia y el acto (que actualiza las capacidades de ser o existir).

Teoría del Conocimiento: Empirismo y Abstracción

La vinculación del entendimiento humano al cuerpo implica para Santo Tomás que el conocimiento intelectual comienza en lo sensible y que no puede ejercerse sin el concurso de este. Esos datos son siempre cosas individuales. La clave está en el proceso de abstracción. El entendimiento es capaz de extraer de la experiencia particular lo general que en ella existe.

Pasos del Proceso de Abstracción

  1. Los órganos de los sentidos captan datos de los objetos materiales.
  2. Esa sensación particular produce una imagen o “fantasma” que queda en la memoria.
  3. El entendimiento agente actúa y despoja a esa imagen particular de los elementos individuales.

Así se produce la abstracción. De ese modo, el entendimiento conoce lo universal a través de una de sus manifestaciones particulares. Eso es posible porque el elemento universal, de alguna manera, está en cada ser particular.

Límites del Conocimiento Humano

Santo Tomás concibe una teoría del conocimiento empirista y marca unos límites. Para él, el conocimiento se origina a partir de la experiencia y tiene unos límites que marca la propia experiencia. Por ello, sobre las realidades inmateriales y Dios, solo se puede tener un conocimiento imperfecto y analógico a partir de los datos de los sentidos.

El Problema de los Universales y la Individuación

La relación entre el ser universal y el particular plantea un problema: si lo universal es común a todos los individuos de la misma especie, resulta difícil explicar cómo entonces existen individuos concretos diferentes.

Santo Tomás encontrará una respuesta siguiendo a Aristóteles: el principio de individuación (la materia).

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