FILOSOFIA ANTIGUA
El nacimiento de la filosofía viene de manos de los jonios, quienes intentaban ofrecer una explicación racional del mundo. Las características de la explicación filosófica son que se basa en la razón y que busca una explicación inmanente de lo que ocurre. El universo es un cosmos, ordenado según una regularidad.
Nos encontramos a los presocráticos, Sócrates, Platón y Aristóteles.
Los PRESOCRÁTICOS se plantearán cuál es el principio fundamental de la realidad, el arje. Defienden la existencia de una realidad primera de donde proceden y retornan todas las cosas. Entre ellos destacan: los milesios, que eran monistas, ya que pensaban que la realidad estaba constituida por un solo elemento. Destacan Tales, Anaximandro y Anaxímenes. Los pitagóricos, que, influidos por el orfismo, pensaban que la existencia del universo eran los números; Defendían que la realidad esencial de las cosas puede expresarse con números, y la estructura del universo es una relación numérica armónica. Heráclito de Éfeso, quien afirmaba que todo esta en movimiento, que la realidad es cambiante. Expone la existencia de un principio universal que es la causa de todo en esa realidad cambiante. Parménides, que defiende el ser y la quietud. Afirma dos formas de conocer la realidad: la Doxa, que se ocupa de los aspectos cambiantes; y el episteme, que conduce a la autentica realidad y nos proporciona el verdadero conocimiento. Finalmente, nos encontramos a los pluralistas, que recurren a varios principios para determinar el arje de las cosas. Entre ellos destacan Empedocles, Anaxágoras y Demócrito.
SOCRATES busca, mediante el diálogo con sus discípulos, ideas verdaderas orientadas a una acción justa. El diálogo parte del reconocimiento de la propia ignorancia y continua con un proceso de generación de ideas. Defiende el intelectualismo moral, es decir, el que actúa mal moralmente es por ignorancia. Sócrates pretende sacar las ideas que llevamos dentro, y ayuda a sus discípulos a pensar por si mismo a través del dialogo. Fue condenado a muerte por sus ideas.
PLATON se dedicó a investigar las características de una ciudad justa. Defendía que la polis debía ser gobernada por los sabios, los filósofos, ya que habían logrado el autentico conocimiento de las ideas. Siguiendo a Parmenides, establece dos tipos de conocimiento: la Doxa, que se ocupa de los objetos del mundo sensible, un mundo de apariencias captado por los sentidos y que no constituye el verdadero conocimiento; y el episteme, que tiene por objeto la autentica realidad, el mundo inteligible habitado por las ideas. La idea suprema es la del bien. Existe un dios ordenador, demiurgo, que ordena el mundo sensible. Se mantiene, por tanto, una concepción teleológica.
ARISTOTELES supera la separación entre mundo sensible e inteligible, y considera que las ideas son formas que están unidas inseparablemente a la materia y determinan la esencia de las cosas. Al considerar la existencia de una única realidad, el conocimiento humano tiene que empezar por los sentidos y culminar en el conocimiento de los conceptos universales. Esta actitud se relaciona con el interés de Aristóteles por las ciencias naturales. Sus reflexiones éticas defienden que la naturaleza humana contiene los principios morales que nos mueven a realizarnos como seres racionales.
FILOSOFIA MEDIEVAL
El cristianismo se ve obligado a asimilar presupuestos filosóficos para defenderse de los ataques del mundo filosófico y para una mejor comprensión de la fe. Las corrientes que influyen son el neoplatonismo, el platonismo, y , mas tarde, el pensamiento aristotélico.
Encontramos tres periodos: la patrística, la escolástica y la crisis de la escolástica.
La PATRISTICA engloba a los padres de la Iglesia, que recogen la doctrina de la Iglesia con fidelidad a las enseñanzas de su fundador. El tema principal es la armonización fe-razón, y el mayor representante es San Agustín.
San Agustín defiende que la razón y la fe son dos caminos complementarios que nos llevan a la verdad. La fe es un don de Dios, y la razón es la imagen de Dios, que ayuda al hombre en su camino a la fe. Influido por el neoplatonismo, afirma que el ser humano encuentra en su interior las ideas y las verdades universales, procedente de Dios por medio de la iluminación. Dios ilumina al alma, y así, la inteligencia puede discernir esas ideas y obtener la verdad. Para él, la historia consiste en la lucha en la lucha entre la ciudad de Dios, que vive según la ley de Dios, y la ciudad terrenal, que va contra ella. Al final, la ciudad de Dios vencerá a la terrenal. Esta concepción teleológica significa que los acontecimientos humanos cobran sentido cuando se dirigen a Dios.
La escolástica es la especulación filosófico-teleológica que se cultivo y desarrollo en las escuelas del medievo. Los dialécticos sostenían que la fe debía ser analizada bajo los presupuestos de la razón, y los antidialécticos mantenían la supremacía de la fe sobre la razón.
El mayor representante es Tomas de Aquino, quien defiende que la fe y la razón son dos fuentes de conocimiento, cada una con contenidos propios. Hay verdades de fe que no se alcanzan con la razón y viceversa, pero también existen verdades a las que se puede llegar mediante fe y razón, como que Dios existe, la creación del mundo y la inmortalidad de alma. Es necesario que Dios revele estas verdades, aunque la razón pueda hallarlas. Tomás piensa que la razón puede demostrar la existencia de Dios. La verdad es única y no puede haber contradicción entre fe y razón, porque ambas se ayudan. En cuanto a relación Iglesia-Estado, piensa que el Estado no es fruto del pecado original ni del egoísmo humano, sino que es una sociedad perfecta, ya que tiene todos los medios necesarios para conseguir su fin: el bien común. La Iglesia es superior al Estado, y este debe supeditarse a ella y no impedirle lograr su fin.
Finalmente nos encontramos la CRISIS DE LA ESCOLASTICA: La idea de construir un nuevo imperio no desaparecían tras la caída del antiguo imperio romano, y con él fue surgiendo el Sacro Imperio Romano, pero este ideal nunca se consiguió. El desmoronamiento de la idea de construir un imperio, en el siglo XIV, derrumbó el sistema cultural de Tomas de Aquino y de otros pensadores.
Destaca Ockham, que considera que la fe y la razón son dos vías autónomas y diferentes de conocimiento. Lo que Dios revela no puede ser conocido por la razón; y lo que la razón puede llegar a conocer, Dios no lo revela. También defiende que el mundo es así porque Dios lo ha querido; al hombre solo le queda la observación empírica para conocer cómo es el mundo. Si la existencia de Dios no se demuestra con la razón, debe aceptarse con la fe. Ockham defiende la separación de la Iglesia y el Estado. Niega necesaria la intervención del Papa en el Estado, porque el poder imperial deriva del poder del pueblo. Por otro lado, defiende una Iglesia pobre y sin poder temporal.
Ante el problema de significado de términos, Ockham piensa que Dios es libre al crear el mundo, y no se ve limitado, por lo que no existen esencias comunes. Dios solo crea individuos, por lo que el término universal es un mero nombre.