Corrientes de Pensamiento sobre la Intervención Pública
Neoliberales o Neoclásicos: defienden la tradición de los economistas clásicos y se muestran partidarios de una reducción del sector público en la economía, argumentando que su intervención conlleva efectos negativos.
Keynesianos o Neokeynesianos: apoyan firmemente la intervención pública como única alternativa a los desequilibrios del sistema capitalista.
Objetivos de la Intervención Pública
Existen tres objetivos fundamentales en la intervención pública:
La Eficiencia: se identifica como el máximo aprovechamiento de los recursos.
Equidad Distributiva: equivale al concepto de justicia social. La asignación de los recursos cumple con este objetivo cuando la sociedad la considera justa. Se distinguen dos tipos:
- Equidad Horizontal: se basa en la igualdad de oportunidad y de trato de las personas que en sus aspectos más relevantes son iguales.
- Equidad Vertical: consiste en el tratamiento diferenciado de los individuos cuyos niveles de renta o bienestar son distintos.
La Estabilidad Macroeconómica: hace referencia a la obtención de diversos objetivos como conseguir el pleno empleo, la estabilidad de los precios y el crecimiento económico.
Tipos de Intervención Estatal
El Estado interviene en la economía a través de diversos mecanismos:
Provisión del Entorno Legal Básico: La primera función del Estado en relación con el sistema económico es proporcionar a este el entorno apropiado para su funcionamiento mediante una estructura legal básica que fije las reglas.
Regulación de la Actividad Económica: En segundo lugar, el Estado usa su poder para dictar y hacer cumplir las normas a través de las medidas de regulación de la actividad económica privada. Esta regulación puede afectar a la calidad de la oferta privada y a la cantidad demandada por los consumidores.
Financiación: En tercer lugar, el Estado puede intervenir en el funcionamiento de los mercados a través de la financiación con dos procedimientos:
- El establecimiento de impuestos sobre los precios de algunos bienes, sobre la renta, etc.
- La concesión de subvenciones para determinados gastos o producciones privadas.
Producción Pública: En cuarto lugar, el Estado puede tomar parte en la propia oferta de bienes y servicios (B y S) mediante la producción pública. Los B y S que produce el Estado pueden ser: la defensa nacional o la justicia, y la producción en concurrencia con el sector privado.
Transferencias de Renta: Un quinto tipo de intervención que conviene considerar por separado son las transferencias de renta que, a diferencia de las anteriores, solo afectan a la distribución de la renta y la riqueza de los individuos sin alterar los precios de productos y factores. Esto consigue el objetivo de equidad vertical.
Instrumentos de Política Pública
La puesta en práctica de los diferentes tipos de intervención exige la utilización de una serie de instrumentos de política pública:
Actividad Legislativa: El Estado hace uso de su poder legislativo para aprobar las normas que se aplican en materia económica. Se ofrece un marco legal básico al funcionamiento del mercado y se ponen en práctica las medidas que regulan la producción y el consumo privados.
El Presupuesto: Es el documento en que se contabilizan los ingresos y gastos públicos que conforman la actividad financiera, que incluye, entre otras medidas, la financiación, la producción pública de B y S y las transferencias de renta.
Fallos de Mercado y la Intervención Correctora
Información Imperfecta
Cuando los agentes no disponen de toda la información relevante, sus decisiones de producción y consumo no son eficientes. En ocasiones, el propio mercado suministra información. Para corregir este fallo, el Estado puede intervenir mediante políticas de regulación (por ejemplo, se exige cualificación profesional a los médicos y abogados).
La falta de información tiene que ver, a veces, con la incertidumbre acerca del futuro. El propio mercado soluciona los problemas mediante los seguros (existen para el automóvil, contra incendios, etc.), pero este es un mercado incompleto, ya que no ofrece cobertura adecuada en casos como el desempleo o la asistencia médica a los ancianos. El Estado puede intervenir mediante regulación o con la producción pública.
Fallos de la Competencia
Para que funcione la «mano invisible» tiene que haber competencia perfecta, o sea, que la existencia de muchos productores y consumidores garantice que ninguno de ellos pueda influir sobre el precio. Determinados mercados se aproximan bastante a este ideal, pero existen otros en los que unas pocas empresas dominan el mercado.
El Estado puede intervenir mediante:
- Regulación: controlando los precios.
- Financiación: subvención al monopolista para que alcance la producción eficiente.
- Producción Pública: Encontramos este tipo de intervención en servicios públicos como el suministro de gas natural, electricidad, etc.
Externalidades y Bienes Públicos
Las actividades económicas generan externalidades cuando sus efectos se propagan fuera del mercado y afectan a terceros. El mercado solo refleja a través del sistema de precios los beneficios y costes internos, sin compensar a quienes generan beneficios o sufren costes externos. En ausencia de intervención pública, las acciones que producen beneficios externos no alcanzarán un nivel óptimo y las que imponen costes externos se realizarán en exceso.
Dos son las formas de corregir estos efectos por parte del Estado:
- La Regulación: El Estado fomenta mediante campañas informativas determinados consumos o incluso los convierte en obligatorios; también establece límites a ciertas producciones.
- La Financiación: El Estado subvenciona actividades que ofrecen beneficios externos y establece impuestos sobre actividades que imponen costes.
Bienes Públicos
Los bienes públicos presentan dos características que convierten la provisión de mercado en ineficiente o incluso imposible: la no rivalidad en el consumo y la imposibilidad de exclusión. La condición de no rivalidad exige actuar colectivamente, y la imposibilidad de exclusión da lugar al problema del free rider o polizón. De ahí que, en el caso de los bienes públicos, la intervención del Estado se concrete en la producción pública de dichos bienes.
Los Fallos del Estado
La intervención del Estado en la economía se justifica por la existencia de fallos en el mercado. Sin embargo, el hecho de que el mercado haga mal las cosas no significa necesariamente que el sector público vaya a hacerlas mejor, por varias razones:
Información Asimétrica: Los gobiernos no siempre tienen toda la información acerca de las consecuencias de sus políticas sobre el comportamiento de los agentes privados.
Limitaciones del Proceso Político: El proceso político de toma de decisiones tiene limitaciones. Las medidas de política pública afectan a muchos ciudadanos, pero son decididas por un grupo reducido de representantes selectos.
Comportamiento Burocrático: Un obstáculo importante a la eficiencia pública es el comportamiento burocrático. Existe el riesgo de que algunos funcionarios encargados de ejecutar las políticas aprobadas por el parlamento actúen ineficientemente o busquen su propio interés en lugar del bien común.
La Intervención Pública por Razones de Equidad
Incluso bajo el supuesto de que el mercado lograse una asignación eficiente de los recursos, subsiste el problema de que el resultado final no sea justo. Los individuos no están en condiciones de igualdad para acceder al mercado. Los mercados competitivos pueden originar una gran desigualdad en la renta y la riqueza, pues la asignación del mercado no responde a ningún criterio de equidad.
Equidad Horizontal e Igualdad de Acceso
El principio de soberanía del consumidor en el mercado supone que todas las personas son libres para elegir. Sin embargo, no todas las personas están en condiciones de elegir libremente los B y S que desean consumir, pues encuentran obstáculos en el acceso a los mercados de los que en ocasiones son excluidos.
Conseguir el objetivo de equidad horizontal exige entonces que el Estado realice intervenciones dirigidas a garantizar la igualdad de acceso a B y S o, en general, a la información que los individuos necesitan para desenvolverse en los mercados. Por otra parte, la teoría económica dice que al ajustar la oferta a la demanda, el mercado perfecto hace que los recursos se destinen a los usos óptimos. Sin embargo, aunque este ajuste fuese técnicamente óptimo, nada garantiza que los recursos se empleen en las aplicaciones socialmente preferibles.
