Joyas de Al-Ándalus: La Mezquita, Alhambra, Giralda y Aljafería


La Mezquita-Catedral de Córdoba

La Mezquita de Córdoba, construida desde el siglo VIII y ampliada por varios califas, es la obra más destacada del arte hispanomusulmán. Presenta un exterior amurallado con 19 puertas decoradas y el Patio de los Naranjos, mientras que su interior se organiza en un gran bosque de columnas reutilizadas y arcadas superpuestas que permiten una notable altura.

La zona más rica es el mihrab y la maqsura, decorados con mosaicos, lacerías y arcos entrecruzados. Aunque está orientada al sur y no hacia La Meca, se integra bien en su entorno y conserva en gran parte su estructura pese a los añadidos cristianos. La mezquita cumplía funciones religiosas y políticas, al servir para la oración comunitaria y para reforzar el poder del califa. Inspirada en la Mezquita de Damasco, incorpora elementos visigodos y romanos, y aportó innovaciones como el uso del yeso decorativo, la caligrafía cúfica y un tipo de minarete que influyó en otras mezquitas del mundo islámico occidental.

El Palacio de la Aljafería

El Palacio de la Aljafería, construido en el siglo XI bajo el reinado de al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíes de Zaragoza, es un palacio-fortaleza de planta cuadrada. Está rodeado por murallas con torreones redondeados y cuenta con la Torre del Trovador como su estructura más antigua. El edificio taifal se organiza en torno al Patio de Santa Isabel y destaca por su abundante decoración, con materiales pobres recubiertos de yeserías y arcos complejos —mixtilíneos, lobulados y entrecruzados—, manteniéndose el arco de herradura solo en espacios sagrados como el oratorio. Inspirado en los castillos omeyas del desierto, constituye el palacio islámico del siglo XI más importante de Al-Ándalus.

Con el tiempo sufrió numerosas transformaciones:

  • Tras la conquista cristiana se convirtió en palacio real.
  • Se transformó en palacio mudéjar con Pere IV.
  • Más tarde, fue un palacio isabelino con los Reyes Católicos.
  • Posteriormente fue utilizado como cárcel y cuartel.
  • Hoy alberga las Cortes de Aragón, ya integrado en el crecimiento urbano de Zaragoza.

La Giralda

La Giralda es el antiguo minarete de la mezquita aljama de Sevilla, construido por los almohades en 1184 y hoy transformado en el campanario de la catedral. Su parte islámica, inspirada en otros alminares almohades como el de la Koutubia, presenta un basamento de piedra, un cuerpo de ladrillo y el desaparecido yamur. Está formada por dos torres cuadradas concéntricas unidas por una rampa, con una decoración sobria basada en paños de sebka y arcos variados —ciegos, mixtilíneos, de herradura y polilobulados— adaptados a la altura de la rampa interior. Originalmente estaba cubierta de almagre rojo.

Tras el terremoto de 1356, el yamur fue sustituido por una espadaña. En el siglo XVI se añadieron el cuerpo de campanas renacentista de Hernán Ruiz II y los cuerpos superiores, coronados por el Giraldillo, símbolo de la victoria cristiana. Ubicada en un enclave histórico junto al Alcázar, el Archivo de Indias y el barrio de Santa Cruz, domina el paisaje urbano como emblema de la mezcla cultural sevillana. Ha ejercido una notable influencia arquitectónica, inspirando torres y réplicas en España, Europa, América y edificios tan singulares como la desaparecida Giralda del Madison Square Garden en Nueva York.

La Alhambra

La Alhambra es un extenso palacio-fortaleza construido entre los siglos XIII y XV por los sultanes nazaríes de Granada sobre la colina de la Sabika, entre el Darro y el Genil. Constituye el conjunto palatino más importante del arte islámico medieval. A pesar de emplear materiales sencillos, destaca por el contraste entre sus fachadas sobrias y el lujo de sus interiores, donde las yeserías, azulejos, mocárabes, versos epigráficos y juegos de luz y agua crean un ambiente refinado que evoca el paraíso islámico.

Su disposición responde a la yuxtaposición de estancias organizadas en torno a patios, como en el Partal, el Mexuar o el Patio de Comares, cuyo Salón de Embajadores exhibe uno de los mejores artesonados nazaríes. Alcanza su máximo esplendor en el Palacio de los Leones, donde la fuente sostenida por doce leones, los pórticos columnados y las salas de Dos Hermanas y Abencerrajes muestran la perfección técnica y estética de la arquitectura nazarí.

El conjunto incluye además la Alcazaba, fortificación primitiva que protegía el recinto. En el siglo XVI se añadió el palacio renacentista de Carlos V, que aunque rompe la unidad islámica, se considera una obra maestra del Renacimiento español. Integrada en el paisaje mediante el uso de la piedra rojiza y su adaptación a la topografía, la Alhambra funcionó como ciudad palatina, residencia real y sede administrativa de los nazaríes, simbolizando tanto su poder político como la importancia del islam en la vida cotidiana. Su influencia ha sido inmensa: inspiró al mudéjar, fascinó al Romanticismo del siglo XIX, dio lugar a imitaciones en Europa y América y sigue siendo un referente para la arquitectura contemporánea por su armonía entre espacio, naturaleza, agua y decoración.

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