La Épica y la Lírica en la Edad Media Hispánica: De Juan Ruiz a Jorge Manrique


El Libro del Buen Amor de Juan Ruiz

El Libro del Buen Amor es una de las obras cumbre de la literatura medieval española.

Texto, autor, fecha y título

Conservamos tres manuscritos del mismo texto que entre sí presentan ciertas diferencias de contenido. Uno de ellos se encontró en Salamanca (es el que está en mejor estado de conservación), otro recibe el nombre de su propietario, Gayoso, y el último fue encontrado en Toledo y se llama de esa forma. En ellos, el autor dice llamarse Juan Ruiz y ser Arcipreste de Hita (Guadalajara). En estos tres manuscritos aparecen dos fechas diferentes de composición: 1330 y 1343. Ninguno de ellos aparece titulado, pero en el año 1898 Menéndez Pidal propuso el título con el que ahora se conoce.

Métrica, lengua y estilo

El libro está formado por 1700 estrofas, en su mayoría escritas en cuaderna vía. En cuanto a la lengua y el estilo, es importante reseñar que presenta características *cultas* y también *populares*.

Características Cultas

  • Amplio repertorio léxico.
  • Enumeraciones y acumulación de sinónimos.
  • Anáforas e interrogaciones retóricas.
  • Juegos de palabras.

Características Populares

  • Uso de diminutivos con valor afectivo.
  • Refranes y modismos.
  • Exclamaciones.
  • Sintaxis desordenada.
  • Multitud de diálogos.

Es un libro con aire festivo y burlón, que busca la parodia, la caricatura, el humor y el chiste.

Estructura y contenido

Encontramos en este libro elementos muy diferentes que están unidos por medio del hilo narrativo de la primera persona del singular y por el tema común del amor y de los engaños. Presenta varias partes:

  • Prólogo en prosa: El autor declara la intención que persigue al escribir el libro. El autor se presenta como el protagonista del texto, ya que habla en primera persona, pero en el prólogo da a entender que lo que narra, en realidad, no le ha ocurrido a él (autobiografía ficticia del autor).
  • Aventuras amorosas y sexuales con mujeres de diferente condición: panadera, monja, mora, serrana, etc.
  • Treinta y dos fábulas y cuentos con intención didáctica.
  • Episodios adaptados de textos de la literatura medieval (Don Melón y Doña Endrina).
  • Sátiras y parodias (usadas como crítica de la sociedad de su tiempo).
  • Pasajes alegóricos (Don Carnal y Doña Cuaresma).

Temas recurrentes

Todo el libro está vertebrado en torno al amor y la muerte.

La Poesía Oral y la Lírica Peninsular

La aparición del verso precede a la prosa, algo natural en una sociedad mayoritariamente iletrada. Así, la lírica y la poesía épica nacen antes que la prosa. Ambas serían transmitidas por los juglares, que eran cantantes y actores que divertían a la gente de toda clase social. Algunas de las personas que los oían aprenderían de memoria los textos escuchados y los cantarían, añadiéndoles los cambios que considerasen oportunos. Por tanto, los textos tendrían un creador individual, pero se van modificando en la transmisión, lo que explicaría los rasgos básicos de la poesía oral: anonimia y multiplicidad de versiones de un mismo texto.

Testimonios de la Lírica Oral Medieval

Conservamos distintos testimonios escritos de la lírica oral medieval de la península: jarchas, moaxajas, cantigas de amigo y la lírica tradicional castellana.

Jarchas y Moaxajas

Las jarchas son breves composiciones líricas en mozárabe (lengua derivada del latín hablada en Al-Ándalus). Aparecen al final de las moaxajas (poemas cultos escritos en árabe o hebreo). Parece ser que las jarchas fueron anteriores a las moaxajas, a las que, posteriormente, se unieron. Así, las jarchas se transmitían de forma oral, pero los autores árabes las pondrían por escrito al unirlas a las moaxajas. Ambas eran canciones de tema amoroso, puestas en boca de mujer, y poseían sencillez expresiva con versos cortos. Presentaban, además, cierto erotismo y atrevimiento, y se desarrollaban en ambiente urbano.

Cantigas de Amigo

Las cantigas de amigo poseían afinidades con las jarchas, ya que presentaban tema amoroso y voz femenina. Pero también presentaban algunas diferencias:

  • Mayor extensión.
  • Estrofas encadenadas mediante el uso del paralelismo.
  • Continuas referencias a la naturaleza.
  • Ambiente campesino.

Lírica Tradicional Castellana

Es probable que existiera bastante lírica tradicional, pero no conservamos ninguna de estas cancioncillas por escrito hasta el siglo XV.

El Poema de Mio Cid: La Poesía Épica

La poesía épica o Mester de Juglaría tiene como base la narración de las hazañas de un héroe antepasado del pueblo que las canta. El protagonista de estas llega a verse como héroe por medio de la hiperbolización o exageración de los hechos. Para conseguir esto, se sitúan los hechos en el pasado para que nadie que los oiga o lea tenga memoria real sobre lo narrado. De este modo, este tipo de literatura se basa en hechos de carácter histórico convenientemente literaturizados.

Esta clase de textos también reciben el nombre de cantares de gesta debido a que se solían cantar o recitar acompañados de una melodía y a que relataban grandes hazañas o gestas de héroes.

No son muchos los escritos conservados de este tipo: *Cantar de Roldán* (Francia), *Cantar de los Nibelungos* (Alemania), *El Cid*, un fragmento del *Cantar de Roncesvalles* y de *Las Mocedades de Rodrigo* (España). A pesar de que en nuestro país únicamente conservamos los tres últimos citados, se sabe que había muchos más debido a las prosificaciones (se pasaba del verso a la prosa algunas obras) de los siguientes textos: *Cantar de los siete infantes de Lara*, *Cantar de Sancho II de Castilla* y *Poema de Fernán González*.

Texto, autor y fecha

Se conserva un único manuscrito en la Biblioteca Nacional copiado en el siglo XIV. Este consta de 3730 versos y desconocemos el comienzo de la obra, ya que el primer folio de ese manuscrito se ha perdido.

Con respecto a la autoría y fechación, existen varias hipótesis:

  • Tras varias refundiciones, el texto que hoy conservamos es de 1140 y de más de veinte juglares. El realismo que posee surgiría de una redacción primitiva no conservada, no muy lejana a la época en la que vivió el protagonista (segunda mitad del siglo XI).
  • El texto que poseemos pertenece a un único autor que probablemente sería un hombre de leyes o un clérigo. En este caso, se retrasa la fecha del texto hasta finales del siglo XII o principios del XIII. Los críticos que apoyan esta idea se basan en el hecho de que al final del manuscrito se dice que un tal Per Abbat lo escribió en 1207, aunque para muchos este es simplemente un copista y no el verdadero autor.

Las Coplas de Jorge Manrique

Las Coplas son una elegía en la que la experiencia dolorosa de la desaparición de Rodrigo Manrique conduce al poeta a una meditación en torno a la vida y a la muerte, tras la que pone a su padre como modelo de caballero cristiano.

Estructura y Métrica

Consta de 40 estrofas llamadas coplas de pie quebrado o manriqueño (seis versos de esquema 8a 8b 8a 8b 4c 8c con rima consonante. En algunas ocasiones el verso de cuatro sílabas se presenta de cinco).

Desde el punto de vista de la temática, la obra se puede dividir en tres partes:

  1. Primera parte (catorce primeras estrofas): Se reflexiona sobre la fugacidad de la vida, de las cosas terrenales, y se expone la visión cristiana de la existencia (siempre buscando la eternidad).
  2. Segunda parte (diez coplas siguientes): Se expone el tópico del *Ubi sunt?*.
  3. Tercera parte (el resto de las estrofas): Presenta la glorificación de Rodrigo Manrique.

La Obra dentro de la Literatura

Las Coplas se sitúan dentro de una extensa corriente literaria que se ocupa del tema de la muerte, pero la plantea desde un punto de vista diferente, ya que en esta obra el autor se aleja de la frialdad cultista que pesaba en este tipo de poemas. Así, la obra de Manrique se llena de emoción y sensibilidad. El poeta, con estas estrofas, refleja la preocupación de la época por la muerte, pero se aleja de la visión macabra de esta que se había extendido debido a las epidemias, guerras y crisis. La presenta como un ente caballeroso y honorable que se lleva de forma lógica y tranquila a la persona moribunda.

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