Lacan y Descartes


Las carácterísticas fundamentales de


LA Edad Moderna


1,Surgimiento de los estados-nacíón, auge de las monarquías absolutas y estallido de las revoluciones liberales.
2,Aumento de la población.
3,Crisis de la sociedad estamental y ascenso de la burguésía como clase hegemónica.
4,Era de los descubrimientos y del primer colonialismo: Especialmente España y Portugal exploraron el océano Atlántico y luego del Índico y del Pacífico en busca de nuevas rutas comerciales.
5,Desarrollo el comercio de esclavos africanos.
6,Nacimiento de un capitalismo embrionario.

7,

Cisma en la Iglesia y guerras de religión. Lo que supondrá la coexistencia de sistemas de pensamiento alternativos.
8,Progresiva separación de la Iglesia y el Estado.

9,

Humanismo: Se impuso en Europa una cultura antropocéntrica que buscó inspiración en las fuentes clásicas (Renacimiento) y que confió en el poder de la razón para acceder al conocimiento del mundo, a través de la actividad intelectual y la experiencia.
10,Divulgación de las ideas a través de la imprenta.En ella podemos distinguir dos periodos:

1,


El primer periodo de la filosofía moderna está dominado por los debates entre dos grandes corrientes de pensamiento:
el Racionalismo y el Empirismo, cuyas áreas geográficas son Europa continental y las Islas británicas, respectivamente.

2,

El segundo periodo se caracteriza por un movimiento de difusión del conocimiento y del espíritu moderno:

La Ilustración

Todo este periodo culmina con la obra de Kant, una filosofía original donde se combinan el Racionalismo y el Empirismo. Kant representa ya la superación de la modernidad y la puerta de entrada a una nueva época.

2. FILOSOFÍA POLÍTICA RENACENTISTA


2.1. EL Realismo POLÍTICO

EL NUNCA LO DIJO


Habrás leído o escuchado más de una vez la frase «el fin justifica los medios» atribuida a Maquiavelo, pues bien, lo cierto es que no la encontrarás en ninguno de sus escritos. Lo más parecido que escribíó a eso fue esto otro: «En las acciones de los hombres, y particularmente de los príncipes, donde no hay apelación posible, se atiende a los resultados. Trate, pues, un príncipe de vencer y conservar el Estado, que los medios siempre serán honorables y loados por todos; porque el vulgo se deja engañar por las apariencias y por el éxito; y en el mundo sólo hay vulgo, ya que las minorías no cuentan sino cuando las mayorías no tienen donde apoyarse» (El príncipe)Maquiavelo es el principal representante del Realismo político y el gran teórico de los Estados absolutistas. Su teoría política se sitúa en una línea realista, en el sentido de que no se plantea cómo debe ser la política ni cómo se debería organizar la sociedad para el bien del ser humano, sino que analiza cómo es de hecho. Parte del análisis de situaciones concretas y procede a buscar un criterio de acción. El Realismo político conlleva una separación definitiva entre ética y política. La política es una ciencia autónoma que tiene sus propias normas y que no debe estar interferida por normas ajenas a ellas. El pensamiento político de Maquiavelo nace de la observación de la Italia de su tiempo: dividida en numerosos estados enfrentados entre sí e invadida por ejércitos extranjeros. Ante esta caótica situación, la solución es tomar como modelo la mejor época que conocíó Italia: el Imperio Romano. Para la consecución de este proyecto, Maquiavelo propone la figura de un líder político, un príncipe, con la capacidad de unificar bajo su poder todas las ciudades, reinos y principados de Italia. Haciendo una lectura de la historia, a la que considera la gran maestra, y de su propia experiencia como funcionario y diplomático, Maquiavelo reflexiona sobre las virtudes que debe tener este príncipe y cuál es su principal tarea. Los primeros humanistas consideraron que el buen príncipe debía encarnar las virtudes morales: la continencia, sobriedad, castidad, generosidad y clemencia. Para Maquiavelo, los vicios personales son irrelevantes en tanto que fuera eficaz en su tarea. Las virtudes del político, como la de un técnico o un artesano, no es de índole moral sino utilitaria: habilidad, ingenio, valor, determinación, orgullo, etc. El buen líder debe aunar la ferocidad del león y la astucia del zorro para lograr con éxito su misión: velar por la seguridad y el beneficio del Estado.La misión del príncipe es “alargar lo máximo posible la vida del Estado” y para ello deberá “mantenerse en el poder” ya que si el príncipe conserva el poder, no solo traerá paz y estabilidad al Estado sino también honor. Maquiavelo limita el empleo de la fuerza a cuando sea estrictamente necesario y se habrá de usar porque de lo contrario la utilizarán aquellos adversarios que tengan menos escrúpulos. Lo ideal sería que el príncipe fuera siempre generoso, misericordioso y fiel a su palabra, ganándose el amor del pueblo, pero en determinadas circunstancias, comportarse de esa manera resultará catastrófico y deberá, por tanto, hacer lo que tenga que hacer aun cuando se gane la enemistad del pueblo o sea tachado de cruel y despiadado. Un buen príncipe debe saber «portarse mal cuando es necesario» y «aprender a no ser bueno»2.2. LAS UTOPÍAS POLÍTICAS

Tomás Moro (1480-1535) es el máximo representante de la literatura utópica del Renacimiento, iniciada por Platón en su República. A diferencia del Realismo político, el idealismo utópico no describe cómo es la política sino cómo es la sociedad que debemos construir y que debe marcar el horizonte hacia el que se ha de orientar la acción políticaLa obra de Moro es una descripción del estado ideal ejemplificado con una isla imaginaria a la que el autor llama Utopía (No lugar). Esta república perfecta no existe pero puede y debe alcanzarse si se dignifica la política y si todos los ciudadanos cultivan las virtudes individuales y públicas. En Utopía estaría abolida la propiedad privada, raíz de todos los males de la sociedad, y se regiría por la máxima tolerancia religiosa. El narrador principal de la obra de Moro es un marino que ha participado en los descubrimientos del Nuevo Mundo. En la primera parte de la obra se critica la situación social de la Inglaterra: sus costumbres, en particular la rígida e inútil justicia que se aplica contra los delitos, la ociosidad de la clase noble, el mantenimiento de un ejército permanente para la guerra, el abandono de la agricultura, el encarecimiento de la vida, pero sobre todo la ambición desmedida de los propietarios. Moro recuerda con nostalgia la felicidad de aquellos estados que gobernados por filósofos, como el de Platón, pero reconoce que la actual filosofía (escolástica) no sirve para remediar los males de la sociedad. En la segunda parte de la obra se describe como está ordenado el país de los utópicos: No existe la propiedad privada; no hay pobres, ni mendigos; el oro no tiene entre ellos ningún valor, con él se fabrican las cadenas de los prisioneros; es un sistema democrático y tiene un monarca que vela por el bienestar material y espiritual de los ciudadanos; viven de la agricultura; trabajan 6 horas diarias, un día sí y otro no, y dedican el tiempo libre a cultivar el espíritu; detestan la guerra y sólo acuden a ella en caso de defensa; existe la tolerancia religiosa; y es un Estado que se rigen por los principios de la razón natural (iusnaturalismo).

.3. EL IUSNATURALISMO
es un conjunto de doctrinas que sostienen que una ley es justa sólo si está de acuerdo con una serie de derechos naturales y valores universales que pueden ser conocidos por la razón. El máximo exponente de esta corriente es el holandés Hugo Grocio (1583-1645) que en su obra Sobre el derecho de la guerra y de la paz explica que las leyes internacionales que deben regular las relaciones entre los distintos países pueden conocerse empleando adecuadamente la razón y deben estar basadas en la naturaleza del ser humano. Por este motivo esas las leyes naturales seguirían siendo válidas incluso si Dios no existiese, lo que quiere decir que el fundamento y la legitimidad de las leyes debe buscarse en la razón y no en la religión. Esto implica que las leyes positivas, el orden jurídico de un pueblo, debe ajustarse y someterse a la ley natural. El iusnaturalismo también defiende la sociabilidad natural del ser humano: la sociedad es fruto de un instinto natural ya que los hombres por si solos no son autosuficiente.El descubrimiento de América planteó problemas morales, políticos y jurídicos que serán abordados por la Escuela de Salamanca, un grupo de juristas españoles iusnaturalistas entre los que destacan Francisco de Vitoria (1492-1546) y Bartolomé de las Casas (1474-1566).
Francisco de Vitoria sigue la línea trazada por Tomás de Aquino y sienta las bases del derecho internacional desde la idea de que hay una naturaleza común a todos los hombres del mundo. Todo hombre, por el hecho de ser hombre, tiene una serie de derechos naturales comunes.
Bartolomé de las Casas consideró que los indígenas tenían uso de razón, tanto como los antiguos griegos y romanos, que como criaturas racionales eran seres humanos y, como tales, estaban cobijados por el derecho natural para ser libres y nombrar sus autoridades.

3. LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

Entre los siglos XVI y XVIII se produjo un cambio de paradigma científicoNícolás Copérnico (1473-1543)
era matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo, gobernador, administrador, líder militar, diplomático y economista. La astronomía figuraba como poco más que una distracción. Su obra fue escrita a lo largo de unos veinticinco años de trabajo y fue publicada póstumamente. En ella se cuestiona la explicación geocéntrica del universo vigente en la época y se propone una alternativa heliocéntrica. El sistema científico que explicaba el universo era el Aristotélico-Ptolemaico, según el cual la Tierra está inmóvil en el centro del universo y alrededor de ella giran una serie de esferas cristalinas en las que se encuentran el Sol, la estrellas y el resto de planetas. Copérnico sostiene que en el centro del Universo está el Sol, inmóvil, y en torno a él giran los planetas dentro de sus órbitas. El Universo forma una unidad armónica perfecta, que puede investigarse experimentalmente y traducirse matemáticamente. La Iglesia no acepta su idea porque no se ajusta a la interpretación tradicional de la Biblia, y pone en entredicho la consideración del hombre como centro de la creación.
Galileo Galilei (1564-1642) aceptó las teorías de Copérnico y llevó a cabo la matematización total del Universo. Para Galileo, el “libro de la naturaleza” está escrito en lenguaje matemático y pueden ser descifrado con el método hipotético-deductivo: En un primer paso se reducen a una fórmula matemática los hechos observados. En un segundo paso, se construye un sistema de leyes geométricas. Y en un tercer paso se procede a su comprobación en la experiencia. En 1616, cuando se condenan como heréticas las tesis de Copérnico, Galileo recibe una seria amonestación de la autoridad eclesiástica. Se inicia así el conflicto que culmina con su juicio y condena en 1633, en el que Galileo es obligado a abjurar de sus teorías. Conmutada su pena de prisión, se retira a Arcetri, en donde muere en 1642, año del nacimiento de Newton.
Isaac Newton (1643-1727) creo una nueva física según la cual todos los cuerpos del Universo están sometidos a la mismas leyes y que por tanto la física de Aristóteles se equivoca al distinguir dos regiones que funcionan con leyes diferentes. La gravedad es una fuerza universal que explica tanto el movimiento de un planeta como Venus como la caída de una manzana desde una árbol al suelo. El universo descrito por Newton es un juego de fuerzas que, desde a distancia, mantiene en movimiento todos los cuerpos. Otra de las ideas disruptivas de esta nueva física fue una concepción del espacio y el tiempo absolutos. Según la mecánica newtoniana el espacio y el tiempo son absoluto en el sentido de que son permanentes y existen con independencia de la materia. Es decir, espacio y tiempo son entes concretos, independientes, e inalterables

COSMOVISIÓN ANTIGUA

COSMOVISIÓN MODERNA

ORGANICISMO

El Universo es como una gran organismo vivo donde todos los seres están organizados e integrados.

MECANICISMO

El Universo es materia en movimiento, como una gran máquina perfecta comparable a un mecanismo de relojería en el que unos cuerpos mueven a otros y todo sucede mecánicamente.

FINALISMO

Los seres cambian no solo por causa de fuerzas externas sino también porque llevan dentro de sí un dinamismo que les conduce hacia un determinado fin. La propia naturaleza de un ser le impulsa a desarrollarse.

DETERMINISMO

El Universo está controlado por leyes que regulan que a una determinada causa le siga siempre un determinado efecto. La cusa de todo movimiento es siempre una fuerza externa, por tanto, no existen causas finales.

HETEROGENEIDAD

Las leyes y los elementos que componen la Tierra y los cielos son distintos.

HOMOGENEIDAD

La totalidad del Universo puede ser explicada a partir de unas pocas leyes.

ANTROPOCENTRISMO

El mundo se contempla tomando como referencia el ser humano situado en el lugar central. El Universo ha sido creado para favorecer al ser humano.

RECHAZO DEL ANTROPOCENTRIMO

El ser humano toma conciencia de que está situado en un minúsculo rincón de un inmenso Universo que no parece construido para él.

Ahora bien, para que la ciencia se fundamente en principios sólidos y progrese adecuadamente, es necesario que se libere de prejuicios que Bacón llama ídolos:

ÍDOLOS DE LA TRIBU

Son prejuicios comunes al género humano (tribu). Se deben a los errores de los sentidos y a las limitaciones de la razón. Por ejemplo, atribuir sentimientos a la naturaleza.

ÍDOLOS DE LA CAVERNA

Clara referencia al mito platónico. Se refiere a la subjetividad, los gustos, la educación, etc. Que inciden en la determinación del juicio general. Se confunde el mundo general con el mundo particular de cada individuo.

ÍDOLOS DEL MERCADO

La ambigüedad de nuestro lenguaje crea confusión y discusiones

ÍDOLOS DEL TEATRO

Se aceptan acríticamente la tradición. Es preciso eliminar la falsedad y la fantasía que encierran ciertos criterios de autoridad mediante una investigación objetiva.

4. Racionalismo


los filósofos racionalistas se caracterizan por una absoluta confianza en que la razón humana puede resolver todos los problemas.Rechazan la experiencia sensible como una fuente de conocimiento válida y proponen como modelo método científico el empleado por los matemáticos, un método puramente racional en el que, sin conocimiento empírico alguno, a partir de unas principios evidentes por sí mismos, se deducen las demás verdades. Pero que el ser humano posea unas ideas innatas no quiere decir que el nazca ya con ellas, sino que la razón posee cierta predisposición natural a formarlas. Sus teorías del conocimiento no intentan, como en la filosofía anterior, describir qué son los objetos que conocemos, sino analizar las ideas que de ellos tenemos en nuestra mente, ya que están convencido de que cuando conocemos no trabajamos directamente con los objetos sino con las representaciones que de estos tenemos en nuestra mente.

4.1. Descartes

PERDER LA CABEZAUna de las cabezas más ilustres del panteón de filósofos, René Descartes, sin embargo acabó perdiendo su cabeza… O mejor dicho, acabaron perdiendo su cabeza… Literalmente… Dieciséis años después de su muerte su cadáver fue exhumado a petición de sus amigos y llevado a París, salvo su dedo índice derecho, que se lo quedó el embajador de Francia, ya que quería poseer el dedo de quien escribíó “cogito, ergo sum”. Durante el viaje, alguien le cambió el cráneo por el de otro muerto, y el verdadero pasó de mano en mano hasta que llegó definitivamente al naturalista francés Georges Cuvier (1769-1832).

4.1.1. EL MÉTODO

Descartes no acepta los argumentos de los escépticos y se dispone a investigar por sí mismo existe alguna certeza. Para alcanzarla, insiste reiteradamente en «la necesidad de rechazar el error». En el Discurso del método confiesa que cuando abandonó el colegio de la Flèche, se siente descontento con lo aprendido, excepto con las matemáticas. Frente a todas las demás enseñanzas recibidas, a las que considera cuando menos confusas, si no falsas, Descartes sólo encuentra certeza en los conocimientos matemáticos. De ahí que en su vida desarrolle una especial dedicación hacia esas ciencias. Descartes considera necesario reconstruir el edificio del saber sobre bases firmes y seguras y para ello se ha de elaborar un método para usar bien la razón y evitar que está vuelva a equivocarse. La mejor opción es inspirarse en el que utilizan los matemáticos en sus investigaciones ya que lo que hace seguras las verdades matemáticas es el método utilizado para deducirlas.

UNIVERDALIDAD DEL SABER

Se puede usar el método matemático en otras áreas del conocimiento como la física, la metafísica o la ética? Se puede, ya que la facultad usada en cada una de esas disciplinas es la misma: la razón. Las diversas ciencias son consecuencia del uso de la razón, que es una y la misma con independencia del campo al que se aplique. No existe una razón matemática o una ética, y por tanto, si la razón es una, el saber que ella produce también ha de ser uno. Descartes concibe la idea de una Mathesis universalis, una ciencia universal que de fundamento a todos los saberes y que los integre. Descartes usa la imagen de un árbol para ilustrar la unidad del saber y la dependencia de todos los conocimientos respecto de la filosofía, pues ella garantiza las verdades de todas las ciencias. El saber es un sistema orgánico en el que se integran todos los conocimientos: como un árbol cuyas raíces son la metafísica, el tronco la física o filosofía natural, y las ramas las otras ciencias, principalmente la medicina, la mecánica y la moral.

EL MÉTO CARTESIANO

El método cartesiano se encuentra recogido en el Discurso del método y en las Reglas para la dirección del espíritu. El propio Descartes lo define como «una serie de reglas ciertas y fáciles, tales que todo aquel que las observe exactamente no tome nunca a algo falso por verdadero, y, sin gasto alguno de esfuerzo mental, sino por incrementar su conocimiento paso a paso, llegue a una verdadera comprensión de todas aquellas cosas que no sobrepasen su capacidad».Las reglas cartesianas se aplican a los dos modos de conocer de la razón: la intuición y la deducción. Descartes define la intuición como «la concepción de un espíritu sano y atento, tan distinta y tan fácil que ninguna duda quede sobre lo conocido». La intuición racional establece una relación directa e inmediata con la verdad y es el principio sobre el que se asienta el conocimiento. Afirma Descartes que las verdades intuidas son proposiciones per se nota (evidentes por sí mismas), simples, claras y distintas.Las verdades intuidas remiten a su vez a otros conocimientos que son sus consecuencias lógicas pero que son captados por un segundo modo de razonar, la deducción, que Descartes define como «consiste en una operación por la cual comprendemos todas las cosas que son consecuencia necesaria de otras conocidas por nosotros con toda certeza».

LAS 4 REGLAS

A partir del análisis de los dos modos de conocer de la razón, Descartes diseña sus famosas cuatro reglas:

REGLA DE LA

EVIDENCIA

No recibir jamás por verdadera cosa alguna que no la reconociese evidentemente como tal; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención y no abarcar en mis juicios nada más que aquello que se presentara a mi espíritu tan clara y distintamente que no tuviese ocasión de ponerlo en duda.

REGLA DEL ANÁLISIS

Dividir cada una de las dificultades que examinara, en tantas parcelas como fuere posible y fuere requerido para resolverlas mejor.

REGLA DE

LA SÍNTESIS

Conducir por orden mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer para subir poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más complejos, incluso suponiendo un orden entre aquellos que no se preceden naturalmente los unos a los otros.

REGLA DEL

RECUENTO

Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que quedase seguro de no omitir nada.


4.1.2

A LA BÚSQUEDA DE LA PRIMERA VERDAD

Descartes se propone aplicar su método para refundar el saber sobre unas bases sólidas y para ello necesita tomar como punto de partida una verdad evidente, es decir, que se presente ante su razón con tal claridad y distinción que no pudiese dudar de ella. Pero, ¿qué puedo saber con certeza? El filósofo francés diseñó un ejercicio mental conocido como duda metódica para encontrar esta primara verdad. El dudar de todo no es, como en el caso del escepticismo radical, su posición filosófica sino tan solo un instrumento para alcanzar certezas.El método es simple: se trata de tomar como si fuese falso todo aquello de lo que se pueda tener una duda razonable, hasta dar con una proposición que no pueda ser cuestionada de ningún modo. Así, Descartes encuentra tres motivos para poner en duda todo lo que hasta ahora teníamos como cierto: A partir de Galileo, en física se distinguen en los objetos dos tipos de cualidades:
Las cualidades secundarias son aquellas que no existen en las cosas mismas, y, en cierto sentido son subjetivas. No son totalmente subjetivas puesto que aparecen en nosotros como consecuencia de las cualidades primarias sobre nuestros sentido.
Las cualidades primarias son objetivas y que pueden ser expresadas matemáticamente. Las cualidades primarias u objetivas son la extensión (en longitud, anchura y profundidad) y las que dependen de ellas como el tamaño y la figura. A estas añade también el movimiento.

EL TESTIMONIO FALAZ DE LOS SENTIDOS

De lo primero que podemos dudar es de todos los conocimientos que nos llegan a través de los sentidos:Ahora bien, si los sentidos nos engañan algunas veces, podría pensar que me engañan siempre, ya que sólo somos conscientes del engaño a posteriori. Quizás las cosas no sean como las percibimos y por tanto debemos rechazar como ciertas las cualidades secundarias de los objetos.

LA DIFICULTAD DE DISTINGUIR EL SUEÑO Y LA VIGILIA

La segunda razón por la cual debemos dudar es la imposibilidad de distinguir con claridad el sueño de la vigilia. Algunas veces tenemos sueños que son “tan reales” qué sólo los distinguimos de la realidad cuando despertamos. Puedo pensar que tal vez estoy ahor dormido, y que todo lo que experimento como real no sea más que un sueño, una ilusión. Así, Descartes ahora duda de las cualidades primarias, es decir, de la existencia misma de los objetos. Las únicas verdades que quedan a salvo de la dudad son las de las matemáticas, porque «esté dormido o despierto, dos más tres serán siempre cinco y un cuadrado tendrá siempre cuatro lados».

LA HIPÓTESIS DEL GENIO MALIGNO

El tercer y último motivo de duda es un famoso experimento mental que se conoce como la hipótesis del genio maligno que pone en suspenso todas las verdades del saber de la época sin excepción. Hasta este instante, las únicas verdades que se habían salvado eran de la de las matemáticas, pero, ¿podemos dudar de ellas? Descartes las pone a prueba y se pregunta: ¿Podría existir un genio maligno que usase su poder para engañarme cuando pienso que dos más tres son cinco? Si este ser existiese yo no tendría forma alguna de saberlo y de percatarme de su engaño.

LA INTUICIÓN DE LA PRIMERA VERDAD: LA EXISTENCIA DEL YO

Aunque pueda parecer que el tercer motivo de duda conduce a Descartes a un escepticismo radical, es el paso previo para hallar lo que estaba buscando, la única cosa de este mundo cuya existencia el filósofo no puede poner en duda: el yo que está dudando. Descartes se dice a sí mismo: ouedo dudar de todo, de que nada existe en el mundo; pero si dudo, la conclusión necesaria es que «yo existo» porque para poder dudar necesito existir. Si yo no existiera, tampoco existiría la duda. La proposición «yo existo», formulada en el famoso «cogito ergo sum», es una verdad que se intuye como cierta, evidente, simple, clara y distinta. Al hallar esta verdad, Descartes descubre al mismo tiempo el criterio de certeza:
Es verdadera toda idea que se presente a la mente con la misma evidencia, claridad y distinción con la que percibo la existencia del cogito.Ahora bien, ¿qué cosa es ese yo? El yo no es el pensamiento sino el sujeto que produce el pensamiento y por eso, Descartes lo define como una res cogitans, una cosa que piensa y por pensar entiende todo el mundo mental que experimentamos. Pensar es dudar, entender, afirmar, negar, querer, imaginar o sentir. Puede que las cosas que afirmo, quiero o siento no existan y no sean nada, pero lo que es absolutamente cierto es que yo quiero, yo siento, yo imagino, etc.

Solipsismo



tesis filosófica según la cual sólo se puede garantizar la existencia de uno mismo puesto que la existencia de cualquier otro ser es dudable o infundada.
4.1.3

DEDUCCIÓN DE LA SEGUNDA VERDAD: LA EXISTENCIA DE Dios

De esas ideas, unas me parecen nacidas conmigo, otras extrañas y venidas de fuera, y otras hechas e inventadas por mí mismo. Pues tener la facultad de concebir lo que es en general una cosa, o una verdad, o un pensamiento, me parece proceder únicamente de mi propia naturaleza; pero si oigo ahora un ruido, si veo el sol, si siento calor, he juzgado hasta el presente que esos sentimientos procedían de ciertas cosas existentes fuera de mí; y, por último, me parece que las sirenas, los hipogrifos y otras quimeras de ese género, son ficciones e invenciones de mi espíritu.Descartes, Meditaciones metafísicasDescartes toma como punto de partida el análisis (regla II del método) de las ideas del Yo y distingue tres tipos:

Ideas adventicias

parecen proceder de objetos externos a mí, como por ejemplo la idea de luna o de árbol.

Ideas facticias

Parecen haber sido producidas por mí, como la idea de unicornio. Las percibimos como ficciones de la mente y no se refieren a nada exterior.

Ideas innatas

no parecen proceder del exterior ni haber sido producidas por mí sino nacidas conmigo, como la idea de sustancia, infinito o Dios.

Descartes toma las ideas innatas como punto de apoyo para continuar deduciendo hasta concluir la existencia de Dios. Sus argumentos se basan en las ideas de infinito, de perfección y en la propia idea de Dios.

Argumento basado en la idea de infinito

Entre las ideas que tengo en mi mente se encuentra la idea de Dios como una sustancia infinita. Esta idea claramente no es adventicia, puesto que los sentidos no perciben nada que sea infinito. Tampoco es facticia porque la causa ha de ser proporcional al efecto. Conclusión: es necesario que exista un ser infinito como causa de su idea en mí.

Argumento basado en la idea de perfección

Yo me reconozco como un ser imperfecto y reconozco al mismo tiempo que no puedo ser el autor de mi ser, ya que al crearme a mí mismo, no me hubiera privado de ninguna de las perfecciones que concibo en la idea de Dios. Conclusión: es necesario que exista un ser perfecto como causa de mi ser y de su idea en mí.

Argumento basado en la idea de Dios

La esencia de la idea de Dios contiene su existencia del mismo modo que la idea de triangulo contiene la cualidad de tener tres ángulos, ya que la idea de Dios representa a un ser perfecto, y es imposible pensar un ser perfecto inexistente, porque dejaría de ser perfecto.

Círculo vicioso:


error en la argumentación en el que se utiliza en la demostración aquello que se pretende demostrar.

Dios es para Descartes el garante de la verdad del conocimiento ya que al descubrir que existe, que es un ser perfecto y que todo lo que hay en nosotros proviene de él, podemos adoptar como regla general que las cosas que concebimos claramente y distintamente son todas verdaderas. Antoine Arnauld (1612–1694) y Pierre Gassendi (1592–1655) acusaron a Descartes de haber incurrido en un círculo vicioso:
«Usted admite que una idea clara y distinta es verdadera porque Dios, que es el autor de esta idea y que no puede ser engañado, existe; y por otra parte, usted admite que Dios existe, que es creador y veraz, porque tiene de él una idea clara. El círculo es evidente».
4.1.4

DEDUCCIÓN DE LA TERCERA VERDAD: LA EXISTENCIA DEL MUNDO

Descartes deduce la existencia del mundo a partir del análisis de las ideas de las cosas corpóreas. Se pregunta ¿cuál es la causa que produce dichas ideas en mi mente? Yo no puedo ser la causa porque estas ideas se presentan ante mí en contra de mi voluntad. Deben proceder de alguna sustancia distinta de mí mismo: un cuerpo, Dios o el genio maligno. Dios no puede ser la causa porque entonces me estaría engañando y Él no es engañador sino perfecto. El Genio Maligno tampoco puede ser, porque entonces Dios me estaría engañando indirectamente al permitirlo. Por tanto, hay que concluir como única causa posible la existencia de cuerpos físicos

.1.5


LA METAFÍSICA DE LA SUSTANCIA

 Descartes la define así: «Por substancia no podemos entender ninguna otra cosa sino la que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Y, en verdad, substancia que no necesite en absoluto de ninguna otra sólo puede concebirse una: Dios». La sustancia es el ser autoexistente y autosuficiente. Si el término sustancia fuese unívoco, solo Dios lo sería propiamente. Pero, por analogía, existen otras dos sustancias, la sustancia pensante y la sustancia extensa, ya que una vez creadas por Dios (sustancia infinita)
Son independientes y autosuficientes.

Conocemos a la sustancia por sus atributos, la propiedad esencial que diferencia a una sustancia de las otras: el de Dios es la infinitud; el de la res cogitans es el pensamiento; el de la res extensa es la extensión. A su vez, en las sustancias pueden darse variaciones o modificaciones que Descartes llama modos.
En Dios no hay modos porque al ser prefecto no se puede concebir en él ninguna variación.

Sustancia

Atributos

Modos

Res infinita

Infinitud

No tiene

Res cogitans

Pensamiento

Los diferentes contenidos mentales

Res extensa

Extensión

Figura y movimiento


4.1.6

LA FÍSICA CARTESIANA

Descartes diseña una física mecanicista que rivalizará con la de Newton según la cual el universo es materia en movimiento, como una gran máquina perfecta comparable a un reloj en el que unos cuerpos mueven a otros y todo sucede mecánicamente sin que exista ningún tipo de finalidad. Dios crea la materia inerte e inyecta en ella una cantidad de movimiento que permanece siempre constante. . Pero niega la posibilidad de una acción a distancia como más tarde postulará Newton con la gravedad y para explicar el movimiento de los cuerpos celestes propuso la teoría de los vórtices según la cual la causa serían torbellinos de partículas finísimas de materia. Descartes imagina un universo en el que no hay vacío y todo está lleno de partículas extensas, cuyos movimientos en torbellino arrastrarían, como el agua que cae por un sumidero, a los cuerpos celestes. La teoría, aunque fue generalmente aceptada en Francia, terminó siendo sustituida por la teoría de la gravitación universal de Newton.En el Universo cartesiano todo son acciones mecánicas, Los animales son como máquinas, no tienen mente y se mueven por impulsos mecánicos dictados por la naturaleza. Descartes los compara a los autómatas que los ingenieros construían en la época y que asemejan tener emociones o motivos. Descartes llega a afirmar que el supuesto dolor de los animales es tan solo el «chirrido de la máquina».

.1.7


ANTROPOLOGÍA

Descartes, quien consideraba que en la naturaleza, podíamos encontrar (además de Dios) dos tipos de sustancias diferentes, la rex extensa y la cogitans, llegó a la conclusión de que el funcionamiento del cuerpo del hombre, ya que es sólo materia, debía ser idéntico al que rige para las leyes físicas de la mecánica. Esta teoría, que podemos encontrar en el «Tratado del hombre», fue tan asimilada por el autor que se dice que René, que además era gran aficionado a las ciencias ocultas, construyó un autómata femenino que le acompañaba en todos sus viajes: así estuvo hasta que el capitán de un barco en el que viajaban la arrojó por la borda, sin saber nada de ciencia, diciendo que “era obra del diablo.Filosfia&CEn el sistema cartesiano, el hombre es un compuesto de dos sustancias: la sustancia pensante y la sustancia extensa. Este dualismo es evidente porque el entendimiento tiene una idea clara y distinta de la mente y una idea clara y distinta del cuerpo. Habrá que concluir, por tanto, que alma y cuerpo son dos sustancias independientes y autónomas. De este dualismo, Descartes extrae dos consecuencias: la inmortalidad del alma y la libertad del ser humano. Si el alma y cuerpo son dos sustancias independientes, el alma puede existir sin el cuerpo. Pero, además, el determinismo que rige en el universo mecánico solo afectaría al cuerpo por ser este una sustancia extensa. La voluntad de la sustancia pensante no está sometida a las leyes universales y necesarias de la materia, sino que ella es libre albedrío y autodeterminación.

LA MORAL

Lo que sí nos dejó Descartes fue una moral provisional ya que se percató de que aunque el ser humano pudiese vivir durante un tiempo en la duda hasta alcanzar un saber firme y seguro, no podía hacerlo sin unas reglas mínimas que permitieran la convivencia. Esta moral provisional está inspirada en la ética estoica y se asienta sobre tres principios: moderación, constancia y autocontrol; y se concreta en normas como estas: obedecer las leyes y costumbres de su país, apartarse de la opiniones extremas y regirse por las moderadas, dejarse aconsejar por los más sensatos, aprender a controlar aquello que depende de mí (los pensamientos, emociones y deseos), etc. Es curioso, cuanto menos, que el mismo filósofo que aconseja no aceptar como verdadero nada que nuestra razón no juzgue como evidente, proponga aceptar sin cuestionamiento alguno la tradición, la autoridad moral de la iglesia y los usos y normas habituales en la sociedad en la que vive.

SPINOZA

Una de las principales carácterísticas de la filosofía de Spinoza es que está expuesta siguiendo el método que Euclides utilizó para su geometría. Spinoza estudia las pasiones humanas como si se tratasen de líneas y puntos del espacio e intenta desarrollar un ética objetiva, deducida de la metafísica como se deducen las proposiciones de un triángulo.

LA METAFÍCA: DEUS SIVE NATURA

Spinoza parte de la definición cartesiana de sustancia y la lleva a sus últimas consecuencias. Si sustancia es lo que no necesita de ninguna otra cosa para existir, solo puede haber una sustancia: Dios. Su idea de la sustancia se recoge en la expresión “Deus sive Natura” (Dios o la naturaleza) con la que Spinoza quiere decir que: Dios no es algo distinto del mundo; Dios es todo lo que existe en el mundo; todo está en la naturaleza, todo está en Dios; Dios es el todo; las cosas solo son los diferentes modos de los atributos de Dios, es decir, cada cosa es una expresión de una sustancia única. La substancia, siendo la misma, puede ser entendida de dos formas, como1)
natura naturans (causa): la fuerza creadora. Lo que da naturaleza a las cosa, es decir Dios.2)
natura naturata (efecto): las cosas creadas. El resultado de la acción de la sustancia única, los modos particulares de la sustancia, las diferentes expresiones de la sustancia única.

Cuidado!

Spinoza sellaba sus cartas con una rosa con espinas y el adverbio “caute” (con cuidado). Algunos estudiosos han interpretado este símbolo como una llamada de atención de Spinoza a la prudencia de sus destinatarios ya que todos sus escritos habían sido prohibidos.Spinoza identifica la sustancia con el orden necesario del universo: de la sustancia divina, brotan los modos particulares, tal y como en geometría, los teoremas brotan necesariamente de los axiomas. Por tanto, no existe ni la libertad, ni el azar. Las cosas no habrían podido ser de otra manera. Todo sigue un orden lógico. Todo está determinado.

ÉTICA

Cada cuerpo de la sustancia está animado por lo que Spinoza denomina el conato, una especie de instinto de vida. Cada cosa, en cuento puede, se esfuerza en conservar su propio ser; en la medida en que depende de ella misma, quiere seguir siendo. Existen dos tipos de conatos: uno inconsciente llamado apetito y otro consciente llamado deseo. Por tanto, el deseo es la esencia del hombre:
Una fuerza consciente que nos obliga a luchar por nuestra vida y perfeccionarla. Del deseo derivan las dos emociones básicas del ser humano: el placer (aumento del conato) y el dolor (disminución).

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *