Manejo y Cuidados de Enfermería en Desequilibrios Hidroelectrolíticos Pediátricos


Ejecución de Intervenciones de Enfermería en Menores con Desequilibrio de Líquidos y Electrolitos

Trastornos Hidroelectrolíticos: Definición y Clasificación

Los trastornos hidroelectrolíticos son todas aquellas alteraciones del contenido corporal de agua o electrolitos en el cuerpo humano. Se clasifican según sean por defecto (déficit) o por exceso (sobrecarga).

Cuando existe una desproporción entre los líquidos ingresados y los eliminados, resultando en un balance negativo de agua, surge la deshidratación. Cuando el organismo pierde líquido, la pérdida incluye tanto agua como electrolitos.

Deshidratación: Tipos y Valores de Referencia

La deshidratación se clasifica en tres formas principales:

  1. Deshidratación Hipertónica
  2. Deshidratación Hipotónica
  3. Deshidratación Isotónica

Valores Referenciales de Sodio (Na)

  • Cuando la deshidratación es hipertónica, el Na está por encima de 150 mEq/L (hiperosmolalidad).
  • Cuando es hipotónica, el Na está por debajo de 130 mEq/L (hipoosmolalidad).
  • Cuando es isotónica, el Na está entre 130 y 150 mEq/L.

Manifestaciones Clínicas y Etiología de la Deshidratación

1. Deshidratación Hipertónica

Manifestaciones Clínicas:

Sed excesiva, resequedad en piel y mucosas, oliguria, irritabilidad, astenia, rigidez de nuca, hipernatremia.

Etiología:

Émesis (vómitos), diarreas, ingestión insuficiente de agua, estado de coma, encefalitis, meningitis, afecciones respiratorias, iatrogénicas.

2. Deshidratación Hipotónica

Manifestaciones Clínicas:

Astenia, visión borrosa, bradisfigmia, hipovolemia, hipotonía muscular, ojos hundidos.

Etiología:

Insuficiencia suprarrenal crónica (enfermedad de Addison), síndrome adrenogenital, nefritis perdedoras de sal.

3. Deshidratación Isotónica

Manifestaciones Clínicas:

Sed, pliegue cutáneo, hipotensión arterial, oliguria, resequedad de la piel y mucosas, signos de alcalosis o acidosis.

Hiperhidratación (Sobrecarga de Líquidos)

Este síndrome se presenta en:

  1. Administración de agua en cantidades superiores a la velocidad máxima de excreción de esta por el riñón.
  2. Administración de agua en presencia de un aumento de la actividad de la ADH (Hormona Antidiurética).
  3. Administración de agua en la anuria.
  4. Posoperatorio cuando se administran sueros de glucosa a goteo rápido.

Esquema de Clasificación de la Deshidratación

Clasificación basada en la pérdida de volumen por superficie corporal:

  • Deshidratación ligera: 15 000 mL/m² de superficie corporal.
  • Deshidratación moderada: 24 000 mL/m² de superficie corporal.
  • Deshidratación severa: 3 000 mL/m² de superficie corporal.

Ionograma y Valores Normales de Electrolitos Séricos

Valores de referencia:

  • Sodio (Na): 135 a 145 mmol/L
  • Cloro (Cl): 98 a 106 mmol/L
  • Potasio (K): 3,5 a 4,5 mmol/L
  • Bicarbonato: 21 a 28 mmol/L

Alteraciones Específicas del Equilibrio Electrolítico

El estudio del balance hidromineral exige una medida de las ingestiones, las eliminaciones y de las dosificaciones de los electrolitos.

Alteraciones del Equilibrio del Cloro

  1. Hipocloremia

    Manifestaciones Clínicas: Los dos síntomas más llamativos son el íleo paralítico (bloqueo parcial o total del intestino) y la hipotensión arterial.

  2. Hipercloremia

    Manifestaciones Clínicas: Sed, temblores, confusión y a veces hipernatremia.

Alteraciones del Equilibrio del Sodio

  1. Hiponatremia

    Manifestaciones Clínicas: Cefaleas, mareos, émesis, conducta hostil y en casos extremos convulsiones y coma.

  2. Hipernatremia

    Manifestaciones Clínicas: Sed excesiva, resequedad en piel y mucosas, oliguria, irritabilidad, astenia, rigidez de nuca.

Alteraciones del Equilibrio del Potasio

  1. Hipokalemia

    Manifestaciones Clínicas: Astenia y debilidad muscular, íleo paralítico y atonía vesical, temblores, alcalosis extracelular, poliuria, polidipsia y pérdida de la función de concentración.

  2. Hiperkalemia

    Manifestaciones Clínicas: Astenia, cólicos y diarreas.

Cuidados Generales de Enfermería en el Desequilibrio Hidroelectrolítico

  1. Brindar apoyo emocional y preparación psicológica al paciente y familiares con el objetivo de disminuir las preocupaciones y obtener mayor cooperación en el cumplimiento del tratamiento y orientaciones a seguir.
  2. Valorar la presencia de factores que puedan aumentar las demandas de líquidos y electrolitos (hipernatremia, drenajes, tratamiento diurético, émesis y diarreas persistentes).
  3. Medir los signos vitales: temperatura (la hipernatremia indica pérdida de líquido), pulso, respiración y tensión arterial, y registrar los datos en la historia clínica.
  4. Medir la presión venosa central (PVC), lo que permite valorar la presencia de hipovolemia.
  5. Administrar líquidos y electrolitos vía oral, siempre que sea posible, según indicación médica en relación con el estado del paciente y el resultado del ionograma en sangre.
  6. Cateterizar una vena si la hidratación está indicada por vía intravenosa, cumpliendo con las medidas de asepsia y antisepsia.
  7. Vigilar atentamente el goteo de la venoclisis y mantenerla de acuerdo con lo indicado, pues una sobrehidratación podría traer complicaciones. Ejemplo: edema agudo del pulmón. Valorar la presencia de pliegue cutáneo, resequedad de la mucosa oral y de la lengua (la mejor forma de medir la turgencia de la piel es tomar entre los dedos la piel del esternón, de la cara interna de los muslos o de la frente).
  8. Observar signos y síntomas que indiquen empeoramiento del cuadro clínico del paciente (cefalea, mareos, émesis, etc.) e informarlo al personal médico inmediatamente.
  9. Llevar un estricto control del balance hidromineral, registrando los datos de todos los ingresos y egresos en 24 horas.
  10. Vigilar que se cumpla la dieta indicada.
  11. Garantizar la realización en tiempo de los exámenes complementarios. Recordar que el ionograma y la gasometría pierden su valor pasada 1 hora de realizada (el ionograma permite identificar el tipo de deshidratación).
  12. Medir la diuresis con la frecuencia establecida (permite valorar la función renal).
  13. Medir el peso corporal con la frecuencia establecida (permite valorar la ganancia o pérdida de líquido).
  14. Mantener la higiene del paciente: baño diario, aseo matutino y vespertino, etc.
  15. Brindar educación para la salud al paciente y familiares. Se les orienta sobre los signos y síntomas que indican la existencia de deshidratación, así como la importancia del tratamiento que ha de seguir en caso de que ya se encuentre deshidratado.

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