Momentos Cruciales de la Historia de España: De la Constitución de 1812 a las Reformas Borbónicas


Constitución de 1812: La Pepa

La Constitución es la Carta Magna de la que emanan las leyes de un país moderno. Como tal, debe estar aprobada por una cámara de representantes de la nación.

Las causas se fundamentan en la ocupación francesa de España desde 1808 y en la necesidad de gran parte del pueblo español de considerar a Fernando VII como rey legítimo, en el marco de una constitución que garantizara la libertad de la nación española (liberada del yugo francés).

En enero de 1810 se nombró una Regencia encabezada por el obispo de Orense. Esta Regencia organizó las Cortes, que finalmente se reunieron en Cádiz, ciudad no sitiada por Napoleón. Muchos diputados no pudieron presentarse por el problema de la guerra, por lo que fueron sustituidos por vecinos de Cádiz. Fueron unos 300 diputados, incluidos los representantes de las provincias americanas. Por Jaén, asistió don Francisco González Peinado.

Puntos más importantes de la Constitución de 1812:

  1. Nación: «Conjunto de ciudadanos de ambos hemisferios que ejercen su soberanía mediante el sufragio».
  2. Cortes: Unicamerales y no estamentales.
  3. Soberanía: Nacional.
  4. División de poderes: Ejecutivo (Gobierno), Legislativo (Cortes), Judicial (Tribunales). Quedó argumentada en el Discurso Preliminar.
  5. Monarquía: El rey es Fernando VII. Monarquía constitucional; por tanto, limitada.
  6. Derechos del ciudadano: Petición, educación, propiedad. Libertades civiles (pensamiento, opinión e imprenta). Igualdad jurídica y fiscal. Enseñanza Primaria obligatoria.
  7. Sufragio: Universal masculino para los mayores de 25 años. Sistema indirecto.
  8. Confesionalidad del Estado: Católico.
  9. Servicio militar: Obligatorio. Provincias. Milicia Nacional.

En cuanto a la forma, contiene 10 Títulos, 32 capítulos y 384 artículos.

A modo de conclusión, se abre en España una nueva etapa histórica marcada por el liberalismo constitucional. Esta Constitución sería aceptada durante el Trienio Liberal (1820-1823) y bajo la Regencia de María Cristina en 1836.

Motín de Aranjuez (1808)

Fue un levantamiento ocurrido entre el 17 y el 18 de marzo de 1808 por las calles de este pueblo. Se desencadenó debido a varias causas motivadas por la política de Manuel Godoy, secretario de Estado de Carlos IV. Los contemporáneos mitificaron el suceso, situando el 19 de marzo, que simbolizaba la caída del denostado Godoy, como punto de partida de la «Revolución Española».

Causas del Motín de Aranjuez

Precedentes:

La guerra contra Inglaterra (1796-1802) había producido graves problemas económicos a España, pues los ataques a las flotas indianas provocaron la falta de materia prima proveniente de América. El bloqueo de Cádiz permitió a las colonias americanas comerciar por su cuenta, así como la pérdida de fuerzas navales que defendieran las costas españolas. Tras la derrota de Trafalgar, la oposición al gobierno recayó fundamentalmente en las clases bajas. A ello hay que sumarle el descontento de la nobleza, la impaciencia del Príncipe de Asturias (el futuro Fernando VII) por reinar, la acción de los agentes de Napoleón, las intrigas de la corte —donde se iba creando un núcleo opositor en torno al Príncipe de Asturias, formado por aristócratas recelosos del poder de Manuel Godoy y escandalizados por las relaciones de este con la reina María Luisa de Parma—, así como el temor del clero a las medidas desamortizadoras.

Inmediatas:

La presencia de tropas francesas en España, en virtud del Tratado de Fontainebleau, se había ido haciendo amenazante a medida que iban ocupando (sin ningún respaldo del tratado) diversas localidades españolas (Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián). El total de soldados franceses acantonados en España ascendía a unos 65 000, que controlaban no solo las comunicaciones con Portugal, sino también con Madrid, así como la frontera francesa.

La presencia de estas tropas terminó por alarmar a Godoy. En marzo de 1808, temiéndose lo peor, la familia real se retiró a Aranjuez para, en caso de necesidad, seguir camino hacia el sur, hacia Sevilla y embarcarse para América, como ya había hecho Juan VI de Portugal.

Desarrollo del Motín

El 17 de marzo de 1808, tras correr por las calles de Aranjuez el rumor del viaje de los reyes, una pequeña multitud (compuesta por empleados de los nobles llegados al efecto, puesto que al ser sitio Real y Villa, Aranjuez no tenía una población villana que pudiera alzarse por sí sola), dirigida por miembros del partido fernandino —nobles cercanos al Príncipe de Asturias—, se agolpó frente al palacio real y asaltó el palacio de Godoy, quemando aquellos enseres que no fueron directamente saqueados. El palacio era realmente propiedad del rey, ya que Godoy se lo había vendido en 1803, pero este lo siguió habitando durante las jornadas de los reyes en Aranjuez. El motín perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en el Príncipe Fernando. El día 19, por la mañana, Godoy fue encontrado escondido entre esteras de su palacio y trasladado hasta el Cuartel de Guardias de Corps, en medio de una lluvia de golpes. Ante esta situación y el temor de un linchamiento, intervino el Príncipe Fernando, verdadero dueño de la situación, en quien abdicó su padre al mediodía de ese mismo día, convirtiéndolo en Fernando VII.

Consecuencias y Conclusión

La intervención del pueblo fue decisiva, puesto que no solo consiguió la renuncia de un ministro odiado (ya había ocurrido en el Motín de Esquilache de 1766), sino también la renuncia de un soberano y el acceso al trono de un nuevo rey, legitimado por la voluntad popular. Caro fue el precio pagado: la sangre de la Guerra de la Independencia.

Guerra de Sucesión Española (1701-1714)

En septiembre de 1701 se firmó el Tratado de La Haya, que dio nacimiento a la Segunda Gran Alianza, formada por el Sacro Imperio, Inglaterra, Holanda, Rusia y la mayoría de los Estados alemanes, para hacer frente a Luis XIV de Francia y a Felipe V de España. Los primeros enfrentamientos se produjeron en los territorios austriacos fronterizos con Francia y en las posesiones españolas y francesas en Italia.

Los ejércitos de Felipe V controlaron la mayoría del territorio. La armada inglesa llegó a ocupar Gibraltar (1704). En 1705 la situación dio un vuelco. En Cataluña, los sectores partidarios del candidato austriaco firmaron el llamado Pacto de Génova dando su apoyo a la causa austriaca. La rebelión se extendió, y en agosto una gran flota comandada por Carlos de Austria desembarcó en Barcelona. Las autoridades borbónicas se rindieron y el 9 de octubre el archiduque entró en la ciudad.

A partir de ese momento la causa austriaca se impuso no solo en Cataluña sino en gran parte de Aragón, Valencia y las Baleares. Las tropas austriacas llegaron a alcanzar Madrid y Carlos se proclamó rey, aunque abandonó pronto la capital, donde ni la nobleza ni el pueblo le mostraron su apoyo.

En 1707 un ejército anglo-luso-holandés se enfrentó a las tropas de Felipe V en la Batalla de Almansa. La victoria borbónica fue incontestable, y Felipe V avanzó y recuperó Aragón, Valencia y parte de Cataluña.

En 1711 murió el emperador de Austria, José I, y ocupó el trono el archiduque Carlos. Entonces el peligro para el equilibrio europeo lo constituía un Habsburgo en el trono de ambos reinos. Los ingleses propiciaron negociaciones y manifestaron su interés en reconocer a Felipe V como rey de España.

Las consecuencias de la Guerra de Sucesión fueron la firma de los Tratados de Utrecht (1713) y Rastatt (1714), pero a cambio de importantes concesiones a Austria, que se quedó con el Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña, y a Gran Bretaña, que recibió Gibraltar y Menorca.

En 1713, cuando se firmó el Tratado de Utrecht, las Cortes catalanas, reunidas en Barcelona, decidieron luchar contra el ejército borbónico, que sitió durante meses la ciudad. El 11 de septiembre de 1714, las tropas de Felipe V tomaron Barcelona, y en 1715 ocuparon Mallorca.

Decretos de Nueva Planta

Los Borbones unificaron y reorganizaron los reinos peninsulares, perdiendo así la soberanía sobre la Corona de Aragón. A partir de los Decretos de Nueva Planta, Felipe V abolió las instituciones políticas y las leyes de la Corona de Aragón e impuso las leyes y organización político-administrativa de Castilla; abolió las Cortes de la Corona de Aragón, las integró en las de Castilla y se convirtieron en las Cortes de España. Fue abolido el Consejo de Aragón y el Consejo de Castilla pasó a ser el órgano de gobierno esencial del país.

En 1714 se crearon las Secretarías de Estado y Asuntos Extranjeros, Asuntos Eclesiásticos y Justicia, Guerra y Marina, y en 1754 se creó la de Hacienda. Se intentó un mayor control de los gastos, por lo que se estableció en algunos territorios una cuota fija que se repartía entre los habitantes según su riqueza. En los años siguientes se intentó extender por toda España (Catastro de Ensenada 1749-1753), pero fue impedido.

Reformas Borbónicas de Carlos III

Las reformas impulsadas por el monarca y sus ministros tenían por objetivo cuatro ejes básicos:

  • Una serie de medidas legales para abolir algunos de los privilegios propios de la sociedad del Antiguo Régimen. Así, en 1783, se declararon honestas todas las profesiones, admitiendo incluso como mérito para la consecución de la hidalguía las actividades profesionales de alta utilidad pública.
  • La reforma de la educación. Se inició una reforma de los estudios universitarios y de la enseñanza media, se fundaron las escuelas de artes y oficios, y se impulsó la obligatoriedad de la educación primaria.
  • La defensa del poder del Estado frente a la Iglesia (regalismo). Carlos III reclamó el derecho a nombrar los cargos eclesiásticos, a controlar la Inquisición y a fundar monasterios, y combatió el intento de la Iglesia de constituir un poder dentro del Estado. La expulsión de los jesuitas en 1767, una orden de enorme poder, probable instigadora de los motines contra Esquilache.
  • La cuestión económica. Se adoptaron una serie de medidas de carácter económico, como:
    • Limitar los privilegios de la Mesta.
    • Crear un mercado de bienes y de capitales, fomentando así la infraestructura de transporte y la libre circulación de mercancías. En el comercio colonial, se estableció una cierta liberalización.
    • Apoyar la actividad industrial, liberalizando gradualmente el proceso de fabricación, a partir de 1768, abandonando la gestión directa de las Reales Fábricas desde 1761. Se establecieron aranceles (arancel de 1782) para defender la industria nacional de la competencia exterior.
    • Estabilizar y moderar la política impositiva, buscando que cada uno pagara en razón de su riqueza.

Guerra de la Independencia Española (1808-1814)

Conflicto bélico que se dio entre 1808 y 1814 dentro del contexto de las Guerras Napoleónicas, que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio Francés, cuya pretensión era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras las Abdicaciones de Bayona.

Las causas de la guerra fueron la firma por España del Tratado de Fontainebleau (1807), autorizando a los ejércitos franceses a entrar en el país para atacar a Portugal.

Napoleón, ante la imposibilidad de mantener dos frentes, optó por firmar el Tratado de Valençay (1813), en el que retiraba sus tropas y restablecía la monarquía de Fernando VII. Con este tratado finalizó la ocupación francesa.

Durante la guerra hubo varios bandos: los afrancesados (partidarios de José I), el sector de reformistas moderados, los liberales y los que querían volver a la situación previa a 1808.

Las consecuencias fueron, entre otras, la subida de la mortalidad y la caída de la natalidad.

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