Contexto Histórico y Panorama Poético en España (1939-1970)
El periodo comprendido entre 1939 y 1975 estuvo marcado por la dictadura del general Franco. Los primeros años se caracterizaron por un profundo aislamiento internacional y una severa represión política contra los vencidos. A partir de la década de 1950, se inició una gradual apertura hacia el exterior y un notable desarrollo económico que mejoró las condiciones de vida de los españoles. Sin embargo, los cambios políticos fueron mínimos, y la evolución de la sociedad chocaba con un régimen inmovilista que solo se derrumbó tras la muerte de su dictador.
La Poesía Española en la Década de 1940: Un Legado Marcado por la Guerra
Tras la Guerra Civil, el panorama cultural era desolador: muerte, exilio, humillación y silencio. Figuras cumbre como Unamuno, Valle, García Lorca y Antonio Machado habían fallecido; Miguel Hernández se encontraba encarcelado; y Alberti, Salinas y muchos otros estaban exiliados. La llamada Segunda Edad de Oro de la literatura española había llegado a su fin.
El Caso Singular de Miguel Hernández
Miguel Hernández (Orihuela, 1910 – Alicante, 1942) es una figura destacada. Aunque no perteneció a la Generación del 27, sino más bien a la del 36, su contacto con estos escritores le permitió conocer el gongorismo, el surrealismo y la rehumanización del arte. Dámaso Alonso lo consideró un genial epígono del grupo. Sus poemas se caracterizan por una profunda intensidad y una honda emoción.
Temas Principales de Miguel Hernández:
- El sentimiento trágico de la vida: La pena y el sufrimiento son protagonistas, ya sea por la muerte, la guerra o la separación de los seres queridos.
- El amor: Presente de forma dolorosa, como amor pleno hacia su mujer, o como pasión carnal irrefrenable.
- El compromiso social y político: Siempre manifestó su solidaridad con los humildes, los heridos y los hambrientos. En el frente republicano, escribió poemas que llamaban al espíritu combativo y revolucionario.
Entre sus obras más importantes se encuentran: Viento del pueblo, El rayo que no cesa y Cancionero y romancero de ausencias.
Tendencias Poéticas de la Década de 1940
En esta década, la poesía española se dividió principalmente en dos corrientes:
- Poesía Arraigada: Representada por revistas como Escorial y Garcilaso, reunía a poetas como Leopoldo Panero y Luis Rosales. Apostaban por una poesía clásica y de evasión, no comprometida con la dura realidad de la época. Sus temas incluían la nostalgia por el Imperio español, o vivencias amorosas y religiosas de tono íntimo.
- Poesía Desarraigada: La revista Espadaña defendió una poesía opuesta a la anterior. Abogaba por una expresión menos retórica y más comprometida con el ser humano, de corte existencial, que reflejaba la angustia ante las penurias de la época.
La recuperación de la poesía desarraigada fue decisiva gracias a la labor de poetas como:
- Dámaso Alonso: Reflejó el malestar existencial de la época.
- Vicente Aleixandre: Exaltó la Naturaleza y la crítica a la destrucción humana.
Dámaso Alonso optó por una poesía sin moldes, escrita en versículos, dando rienda suelta a su desarraigo y protesta contra un mundo arrasado. En conexión con el existencialismo, mostró un Dios silencioso al que el poeta pedía cuentas.
El Postismo
Algunas revistas marginales sirvieron de puente con la poesía exquisita anterior a la guerra. Con el Postismo, poetas como Carlos Edmundo de Ory enlazaron con la estética y rebeldía vanguardistas, especialmente con el surrealismo.
La Poesía Social en la Década de 1950
Hacia 1950, cobró auge la poesía social, cuyo objetivo era mostrar la verdadera realidad del país, muy distinta de la versión oficial. Se consideraba la poesía como un medio para cambiar la sociedad, para testificar y denunciar injusticias, desigualdades sociales y la falta de libertades políticas. El tema social era la base del poema, buscando dar testimonio de las dificultades económicas, la alienación laboral, o cantar a la solidaridad y la lucha.
El tema de España y la Guerra Civil eran puntos de referencia constantes. El lenguaje empleado era directo, coloquial y a menudo prosaico, buscando dirigirse a la inmensa mayoría de la población.
Principales Poetas de la Poesía Social:
- Blas de Otero (1916-1979): Su poesía, de profundo lirismo, oscila entre la esperanza y la dificultad del ser y del vivir. Su obra abarca tendencias existencialistas, amorosas, sociales y el tema de España. Es un maestro del lenguaje, empleando recursos como aliteraciones, paralelismos, juegos de palabras y expresiones coloquiales. Utilizó formas métricas clásicas (soneto), verso libre y versículo, destacando un ritmo duro y distorsionado con abundantes encabalgamientos. Sus libros clave incluyen: Ángel fieramente humano, Redoble de conciencia, Pido la paz y la palabra, En castellano y Que trata de España.
- José Hierro
- Gabriel Celaya
La Poesía Española en la Década de 1960: Segunda Generación de Posguerra
A finales de los años 50, surgió un nuevo grupo de poetas que elevaron la calidad artística de la poesía. Entre ellos destacan Ángel González, José Ángel Valente, Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma.
Su concepto de la poesía evolucionó: la comunicación ya no era la única finalidad, sino uno de sus elementos. La poesía se concebía como un medio para comunicar la realidad, iluminando zonas no visibles del ser humano y del mundo. Sus primeros trabajos mostraron la influencia de los poetas sociales, con Antonio Machado como referente ético y estético. Posteriormente, su obra se inclinó hacia el intimismo y la expresión de la experiencia individual, abordando aspectos cotidianos de la vida personal.
Una diferencia notable fue el tratamiento del lenguaje: el tono coloquial se depuró y elevó a un nivel artístico. Se evitó la exaltación y el prosaísmo, buscando un estilo personal donde el humor, la ironía y ecos de lecturas y canciones populares creaban una sensación de conversación íntima con el lector.
Obras Destacadas de esta Generación:
- Tratado de urbanismo: Ángel González
- Salmos al viento: José Ángel Valente
- Las brasas: Francisco Brines
Jaime Gil de Biedma (1929-1990)
Tras una breve etapa intimista, su poesía evolucionó hacia la contemporaneidad y la racionalidad. Abordó temas extraídos de las vivencias cotidianas con un trasfondo de compromiso social y denuncia política (la opresión franquista, la hipocresía burguesa, las miserias del capitalismo o la discriminación de la mujer). El tono de sus poemas es coloquial, casi conversacional. De esta época de poesía de la experiencia son sus obras Compañeros de viaje y Moralidades. También publicó un poemario erótico. Antes de abandonar la literatura en 1974, escribió Poemas póstumos.
La poesía de los novísimos supuso una ruptura total con la poesía anterior. Aunque comenzaron a publicar en los 60, la antología que los reunió como grupo se publicó en 1970, por lo que no se incluyen en este apartado.
Gloria Fuertes García (1917-1998): Una Voz Única
Gloria Fuertes García, nacida en Madrid, comenzó a trabajar muy joven para ayudar a su familia. A pesar de la incomprensión de sus padres, cursó Gramática y Literatura. Publicó su primer poema a los 14 años en 1932. La Guerra Civil dejó una profunda huella, llevándola a defender el pacifismo y a rechazar la violencia.
Desde 1939 hasta 1953, dirigió la revista infantil Maravillas, donde publicaba semanalmente cuentos y poemas. También escribió teatro para niños y participó en programas de TVE dirigidos a este público, lo que la llevó a ser considerada principalmente una autora de literatura infantil durante mucho tiempo.
En 1942 conoció a Carlos Edmundo de Ory, fundador del postismo, cuya relación influyó en sus aspectos más vanguardistas. En 1950 publicó Isla ignorada, su primer libro de poemas. En 1951, junto a María Dolores y Adelaida Las Santas, fundó el grupo Versos con faldas, donde dio a conocer otra de sus preocupaciones: la lucha por los derechos de las mujeres.
Entre 1955 y 1960 estudió biblioteconomía e inglés, conociendo a Phyllis Turnbull. Tras la muerte de esta en 1971, escribió uno de sus textos más conmovedores. En 1965, obtuvo el Premio Guipúzcoa de poesía con Ni tiro, ni veneno, ni navaja. En 1966, el Premio Lazarillo con Cangura para todo, y en 1968, publicó Poeta de guardia.
Al igual que otros poetas de su generación, la denuncia de la injusticia, especialmente la situación de la mujer, fue uno de sus temas esenciales, junto a la soledad, el dolor, el amor y la muerte. Su estilo trasciende el realismo; la influencia del postismo y su apuesta por lo vanguardista dotaron a su obra de juegos de palabras y metáforas visionarias.