Platón y la Alegoría de la Caverna: El Camino hacia el Conocimiento y la Sociedad Ideal


Identificación y Explicación del Contenido del Texto

Estamos ante un fragmento de La República de Platón, un diálogo en el que Sócrates representa el pensamiento platónico y donde Platón diseña una sociedad ideal, evidenciando constantemente la interconexión entre la filosofía política y la ética.

Concretamente, nos encontramos ante el libro VII de La República, que contiene La Alegoría de la Caverna. En ella, Platón pretende poner de manifiesto el estado en que se halla la mayoría de los hombres respecto al conocimiento de la verdad o a la ignorancia.

La alegoría está dividida fundamentalmente en tres partes, pero nuestro fragmento se sitúa en la segunda: la ascensión de un prisionero liberado al exterior, con lo que el autor se refiere al proceso de educación.

Contenido Ontológico

En estas líneas de la alegoría, al igual que en el resto de su obra, se hace presente el contenido ontológico, puesto que el prisionero se encuentra al final de la caverna, donde hay una escarpada y empinada cuesta que debe ascender hasta llegar a la luz del Sol. Es decir, el prisionero está saliendo del mundo sensible, que representa una realidad falsa, para adentrarse en el mundo inteligible, donde se alcanza el conocimiento por sí mismo.

Contenido Epistemológico

El contenido epistemológico predomina en este fragmento, pues se describe que, una vez que el prisionero esté en el mundo inteligible, le costará menos mirar las sombras, las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, que hacen referencia a los objetos matemáticos. Esto se debe a que se ciega al salir al exterior, ya que el prisionero abandona el mundo sensible del interior de la caverna y encuentra la episteme, que es el conocimiento inteligible del exterior. A continuación, será capaz de mirar la luz de los astros y la luna, es decir, las ideas superiores (estéticas y éticas); y finalmente podrá percibir el Sol en su propio ámbito. Cuando logre esto, habrá alcanzado la Idea del Bien.

Contenido Antropológico

Por otro lado, el contenido antropológico se manifiesta en la empinada y escarpada cuesta, que es muy complicada de superar y que representa el esfuerzo por desprenderse de los hábitos del cuerpo en la lucha por alcanzar el mundo inteligible. De este modo, en este fragmento se presentan dos tipos de alma:

  • La irascible, ya que el prisionero muestra valentía, fortaleza y voluntad al no rendirse.
  • La racional, ya que ha sido capaz de alcanzar la Idea del Bien.

Tema Ético-Político y la Educación

Finalmente, encontramos el tema ético-político y la educación. En él, hallamos el intelectualismo moral, que postula que solo quien conoce el Bien podrá obrar el Bien. Este principio determina la importancia de la salida de la caverna para conocer las Ideas fundamentales, dado que solo quien conozca el Bien podrá ser un gobernante (político) y desarrollar su virtud (ético). El prisionero, que al principio conocía la doxa (opinión) que reflejaban en la cueva los sofistas y los políticos demagogos, ha sido capaz de alcanzar el mundo inteligible y el conocimiento por sí mismo. Todo esto se logra a través de un duro y largo proceso que representa la educación.


Justificación desde la Posición Filosófica del Autor

Las tesis identificadas en el fragmento cobran sentido si, como hemos señalado, las situamos en el marco del pensamiento platónico. Así podemos justificar por qué Platón defiende unas posiciones y se enfrenta a otras.

Como vimos en el contexto, Platón propone un Estado ideal debido a que la sociedad de su tiempo le parecía injusta y manipulada por los sofistas. La sociedad ideal platónica se basa en una buena educación para alcanzar la sabiduría, aunque no todos llegan a alcanzarla, por lo que la sociedad se divide en tres clases:

  • Los productores, en quienes predomina el alma concupiscible.
  • Los guardianes, que poseen el alma irascible.
  • Los gobernantes, en quienes predomina el alma racional.

Según este sistema educativo, los gobernantes han sido las únicas personas capaces de superar el periodo de formación, por lo que solo ellos están preparados para gobernar y convertirse en filósofos-gobernantes, como es el caso del prisionero en este fragmento.

Platón concibe al ser humano como un alma unida temporal y accidentalmente al cuerpo, de la cual debe escapar para abandonar la ignorancia. Según las pasiones que guíen nuestra alma, se distinguen tres tipos:

  • Concupiscible (pasiones bajas)
  • Irascible (pasiones nobles)
  • Racional (razón)

Desde el punto de vista ético, es fundamental un sistema educativo sólido para que el filósofo pueda gobernar y construir un Estado ideal basado en la sabiduría. Para ello, cada alma debe cumplir con su virtud: la irascible, valiente; la concupiscible, moderada; y la racional, sabia. Como hemos visto en el fragmento, el prisionero, para alcanzar el conocimiento verdadero que reside en el mundo inteligible, debe escapar del mundo sensible, donde todo lo que ha visto es doxa (opinión). Este proceso representa la educación y es un camino arduo que requiere esfuerzo, ya que Platón distingue entre opinión y ciencia; y esta última es alcanzable únicamente por aquellas personas que han logrado finalizar este duro proceso educativo, una vez que hayan dejado a un lado las apariencias y los objetos matemáticos, puesto que todo ello es inferior a las Ideas, que son las que los filósofos son capaces de alcanzar.

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