Poder y Fe: La Evolución Histórica de las Relaciones Iglesia-Estado


Los Cinco Pilares del Islam

  • La Fe: No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta.
  • La oración ritual cinco veces al día, precedida de una serie de abluciones. Se realiza mirando a La Meca y sobre una alfombra. Una vez a la semana tiene lugar la oración comunitaria, que se realiza los viernes.
  • La Zakat o limosna. Es la limosna local en beneficio de los más necesitados de la comunidad que deben realizar los miembros de la Umma.
  • El ayuno riguroso durante el mes del Ramadán, desde la salida del sol hasta su puesta.
  • Realizar el peregrinaje a La Meca, que el musulmán debe realizar al menos una vez en la vida.

El Cristianismo en el Imperio Romano

A finales del siglo IV, el cristianismo se estableció como la religión oficial del Imperio. Comienzan las relaciones entre el poder político y la religión, conocidas como Cesaropapismo, un sistema en el que los emperadores asumían la responsabilidad de velar por la religión oficial del Imperio.

En ese afán de protección, el emperador intervenía en asuntos propios de la Iglesia (ej., Constantino convocó el Concilio de Nicea). La primera reacción de la Iglesia (representada por el Papa Gelasio) fue no ver con malos ojos esa protección oficial. El Papa Gelasio recordó al emperador Anastasio ese dualismo: la sagrada autoridad de los Papas y el poder real.

Religión y Política en la Época Medieval

Tras la caída del Imperio Romano, el poder político se fragmentó en una serie de reinos. Frente a esta fragmentación, la Iglesia se mantuvo unida y llenó ese vacío de poder, propiciando el tránsito hacia el Hierocratismo, una época de predominio de la Iglesia. La Iglesia reivindicó su autoridad para designar a las autoridades o cargos eclesiásticos, lo que se conoció como la Querella de las Investiduras.

La máxima expresión del Hierocratismo se alcanzó con el Papa Bonifacio VIII, quien sostuvo durante su pontificado un enfrentamiento con Felipe IV el Hermoso. Cuando el rey francés ordenó una serie de tributos a la Iglesia francesa, el Papa convocó un Concilio para dirimir esas confrontaciones.

Felipe IV prohibió la asistencia al concilio, lo que llevó a la máxima expresión del Hierocratismo: la Bula Unam Sanctam, que afirmaba la existencia de dos gobiernos, el espiritual y el temporal, y que ambos pertenecían a la Iglesia.

De ese enfrentamiento, Bonifacio VIII salió perdedor. Felipe acusó al Papa de hereje. Durante dos días lo retuvieron, sometiéndole a humillaciones, hasta que el pueblo se rebeló apoyando al Papa. Poco tiempo después, Bonifacio falleció.

Tras ese atentado de Felipe IV, el prestigio del papado quedó muy deteriorado y dañado. El Hierocratismo comenzó a decaer, y los monarcas ya no aceptaron esa supremacía del poder papal.

La Edad Moderna: Reforma Protestante y Regalismo

A partir de entonces, se inició una nueva época en las relaciones Iglesia-Estado, dando paso a un nuevo sistema en la Edad Moderna. En la Edad Moderna, dos hechos tuvieron una fuerte trascendencia:

  • La Reforma Protestante
  • El Regalismo

Martín Lutero, en su afán de reforma, propició la ruptura con la Iglesia Católica. Se produjo el rechazo a la Iglesia. Las autoridades estatales asumieron la organización y el gobierno de la Iglesia, de modo que el monarca no era solo la cabeza del Estado, sino también de la Iglesia.

Las Guerras de Religión asolaron Europa, poniéndoles fin la Paz de Westfalia en 1648 (que también puso fin a la Guerra de los Treinta Años). El principio que puso fin a las hostilidades con la Paz de Westfalia fue el cuius regio, eius religio (cada reino tendrá su religión, que será la religión del príncipe).

De ello se derivaron dos consecuencias:

  • Se comenzó a hablar por primera vez de Estados confesionales.
  • Se introdujo el concepto de tolerancia; quienes no profesaran la religión del príncipe debían abandonar el país (ius emigrationis).

También existían los estatutos de tolerancia, que nunca eran de libertad, sino de mera tolerancia. Esto ocurrió en los países protestantes, donde se establecieron Iglesias nacionales con el príncipe como cabeza de esas Iglesias.

En los países católicos, sin embargo, estaban obligados a mantener el reconocimiento de la autoridad del Papa. Pero, a pesar de ese reconocimiento, los monarcas católicos intervinieron fuertemente en los asuntos de la Iglesia. Ese intervencionismo se denominó Regalismo en España, Jurisdiccionalismo en Italia, Galicanismo en Francia, Josefismo en Austria, entre otros.

Algunas manifestaciones de ese Regalismo, en concreto del español (que tuvo una importancia considerable), fueron instituciones regalistas como:

  • Los Iura Circa Sacra.
  • El Regio Patronato: derecho de intervención del rey en el nombramiento de obispos, que perduró hasta muy recientemente, siendo suprimido en 1976.
  • El Pase Regio: suponía que cualquier documento procedente del Papa, para publicarse en España, debía pasar por la censura del Rey.
  • El Recurso de Fuerza en Conocer: ante una sentencia de un tribunal de la Iglesia, se podía recurrir a un tribunal real (civil). Esto representaba una intromisión, ya que la jurisdicción de la Iglesia y del Estado son autónomas.

Esa balanza entre el poder religioso y el poder civil, a lo largo de la historia, se ha ido inclinando hacia un lado u otro.

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