Prácticas Funerarias en la Cultura Ibérica: Rituales, Costumbres y Simbolismo


El Ritual Funerario en el Mundo Ibérico

La Información de las Fuentes Clásicas

Existe muy poca información sobre los rituales funerarios ibéricos en las fuentes clásicas, exceptuando el caso de Viriato, que no es considerado ibérico. Las intervenciones en las necrópolis ibéricas durante la primera mitad del siglo XX y finales del XIX, marcadas por el antiquarismo o un modelo interpretativo nulo, han resultado en una pérdida de información valiosa.

Desarrollo de la «Arqueología de la Muerte»

El desarrollo del concepto “arqueología de la muerte”, basado en los postulados de la New Archaeology, ha permitido un nuevo enfoque. Se ha avanzado en la definición del concepto de “paisaje” en las necrópolis ibéricas y el estudio de necrópolis como la de Pozo Moro ha facilitado la determinación y el análisis del sistema de distribución interior de las áreas de enterramiento.

Tratamiento del Cadáver y el Concepto de la Muerte

Tipos de Enterramiento

  • Enterramiento primario: El cuerpo se mantiene sin modificaciones en su aspecto antropomórfico (también llamado inhumación).
  • Enterramiento secundario: Implica un tratamiento previo del cadáver, como la exposición, descarnación o el enterramiento selectivo de los huesos más representativos.

Los adultos en el mundo ibérico eran generalmente cremados, no incinerados, ya que quedaban restos óseos que no se quemaban por completo.

La Muerte y la Estructura Social

La definición de los espacios funerarios y la relación entre la demografía de las estructuras socioterritoriales y el número de tumbas en las necrópolis revelan una desproporción. Esto sugiere que no todos los individuos eran enterrados, sino que la mayoría eran incinerados. Se hipotetiza sobre la existencia de un rito de paso, alrededor de los 7 a 12 años, que marcaba la integración plena del individuo en la comunidad.

Se plantea la pregunta: ¿El enterramiento era un símbolo de estatus social? El tratamiento de la muerte podría haber sido un símbolo de prestigio y parte de la estructura ideológica de la comunidad, aplicando principios de muerte y resurrección. Se observa una evolución en el acceso al ritual de enterramiento, con una generalización de la inhumación en tumbas a partir de finales del siglo V a.C.

Se produce una substitución de las necrópolis relacionadas con estructuras sociales de monarquía hereditaria por otras basadas en la nobleza gentilicia. Es crucial diferenciar entre ritual funerario y enterramiento.

El Concepto de Cremación

¿Incineración o Cremación?

Se prefiere el término «cremación» a «incineración», ya que la combustión no era completa. Los trabajos de Reverte Coma han sido fundamentales para la identificación paleoantropológica de los restos de cremaciones. Se observa una indiferenciación del ritual en relación con el sexo y la edad (a partir de la categoría infantil I) de la persona incinerada y posteriormente inhumada en la tumba.

Simbolismo de la Cremación

La cremación se asocia con la purificación de los cadáveres y la asunción del rito de muerte y resurrección para todos los integrantes del grupo social. El humo resultante se interpreta como una fórmula simbólica de acceso a la bóveda celeste. Existía el riesgo de fractura social, por lo que las cenizas se extendían en el área sacra (necrópolis) o sobre las tierras de la comunidad, actuando como un elemento regenerador de vida.

El Ritual de Enterramiento

En las estructuras sociales del área mediterránea, se reconoce la necesidad de practicar un ritual de enterramiento. Este incluía:

  • Exposición ritual (para evitar catalepsias).
  • Último homenaje y fiesta.
  • Procesión para transportar el cuerpo desde la casa hasta la necrópolis.
  • Música, plañideras y gemidos para avisar a los psicopompos (guías de las almas).
  • Cremación, banquete, libación, introducción del cadáver y cierre de la tumba.
  • Continuación de la fiesta y cierre del ciclo.

La idea del huevo como elemento funerario, presente en Etruria y Cartago (huevos de avestruz decorados), también se encuentra en el mundo ibérico.

La Pira Funeraria (Ustrinum)

La formación de la pira era parte integral de las honras fúnebres, como se describe en la Ilíada y la Eneida. Se empleaban diferentes tipos de madera, a menudo especies próximas a las necrópolis, aunque algunas podían tener un significado religioso específico al asociarse al ciclo de determinadas divinidades:

  • Encina (Los Villares y Cástulo)
  • Pino silvestre (Castellones de Céal)
  • Genista (Castellones de Céal)
  • Pino y encina (Cartago)

El ustrinum era una construcción cuidada, de alzada y tamaño específico para asegurar la correcta cremación. Se debate si existían ustrina específicos para cada enterramiento, ustrina de clase o ustrina colectivos en las necrópolis. El ustrinum se purificaba mediante perfumes y sustancias olorosas (Cabezo Lucero), que también podían esparcirse sobre el cadáver.

La pira se construía cuidadosamente para facilitar la combustión mediante la circulación del aire. Se empleaban sustancias aceleradoras del proceso y se divinizaban los vientos. El cadáver se colocaba sobre la pira, amortajado y con parte de su ajuar. La combustión era controlada.

Después de la Cremación

Los restos de la cremación se apagaban con el vertido ritual de vino sobre las brasas. Las cenizas se tamizaban, se extraían los restos óseos, se lavaban, se envolvían en lino (característico del mundo ibérico) y se introducían en la urna junto con el ajuar, a veces perfumados.

La Libación Funeraria y el Bustum

Se realizaba la libación funeraria, con la rotura intencionada de los vasos empleados en el ritual. En algunos casos, se cremaban los vasos en una pira para asegurar su purificación e inutilización. Se han encontrado «rompederos de vasos» (silicernia) como en Los Villares, e incluso cerámica de importación griega rota intencionalmente, lo que sugiere la importancia del difunto. El bustum era una estructura de arcilla con un orificio para la ubicación de ofrendas.

Ofrendas Alimentarias y su Simbolismo

Se realizaban sacrificios de animales y ofrendas alimentarias. Los tipos de ofrendas incluían:

  • Animales: Aves, gallinas, jabalíes, ovicaprinos, peces.
  • Vegetales: Piñas, avellanas, dátiles, nueces, aceitunas, almendras, cereales.
  • Elementos con significado especial:
    • Huevo: Función creadora demiúrgica, relacionado con los misterios de Dionisos y el ciclo de Afrodita.
    • Granada: Relacionada con el mundo de ultratumba y el ciclo mitológico de Perséfone y Deméter.

Los alimentos «amortizados» en el interior de las tumbas simbolizan el tránsito a la vida de ultratumba y la reproducción de las características de la vida terrena en el más allá.

El Banquete Funerario

El banquete funerario, posiblemente un elemento de koiné mediterránea, tenía un significado de symposion como ritual de cohesión social y reafirmación del grupo. Estrabón describe en su Geografía (III, 3, 7) las costumbres de los pueblos del norte de la península ibérica, que podrían ser extrapolables en algunos aspectos: «beben zythos, y el vino, que escasea, cuando lo obtienen se consume en seguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan manteca. Comen sentados sobre bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose en ellos según sus edades y dignidades; los alimentos se hacen circular de mano en mano; mientras beben, danzan los hombres al son de flautas y trompetas, saltando en alto y cayendo en genuflexión”.

El sacrificio de la víctima, como se ejemplifica en la Tarifa de Marsella (s. III a.C.), se distribuía en tres partes: oferentes, sacerdotes y divinidades. El banquete mantenía la posición social del individuo fallecido.

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