Claves de la Literatura Española: Realismo, Modernismo y Generación del 98


Realismo y Naturalismo en la Literatura Española del Siglo XIX

El Realismo fue un movimiento artístico y cultural que surgió en Europa durante la Segunda Revolución Industrial en el siglo XIX. Este movimiento refleja los profundos cambios sociales provocados por el auge de la burguesía y el capitalismo, en constante conflicto con las ideologías marxistas. Influido por el positivismo y el método científico, el arte se concibió como una forma de representar la realidad de manera objetiva.

En la literatura, la novela se convirtió en el género predominante, caracterizada por descripciones precisas del entorno y los personajes, un lenguaje sencillo y una marcada crítica social.

El Realismo en España

En España, el realismo literario nació a partir del costumbrismo romántico, con autores precursores como Fernán Caballero y Pedro Antonio de Alarcón. A partir de 1870, con la consolidación de la obra de Benito Pérez Galdós, surgieron dos tendencias principales:

  • Tendencia conservadora: Representada por autores como José María de Pereda y, en sus inicios, Emilia Pardo Bazán.
  • Tendencia liberal-progresista: Liderada por figuras como Juan Valera, el propio Pérez Galdós y Leopoldo Alas «Clarín».

La trayectoria narrativa de Galdós se puede dividir en tres etapas:

  1. Novelas de tesis: Obras que defienden sus ideas liberales.
  2. Novelas españolas contemporáneas: Su etapa de mayor esplendor, con obras maestras como Fortunata y Jacinta.
  3. Novelas espirituales: Una fase final con un enfoque más introspectivo, como en Misericordia.

Por su parte, Clarín destaca con su monumental novela La Regenta, una profunda crítica a la sociedad provinciana de la época.

El Naturalismo y otras manifestaciones literarias

El Naturalismo, impulsado en Francia por Émile Zola, llevó el realismo a su extremo, centrándose en los aspectos más degradados y deterministas de la sociedad. En España, su impacto no fue tan profundo hasta la llegada del siglo XX. Emilia Pardo Bazán fue una de sus principales difusoras, aunque aplicó sus principios de una forma más matizada, como se observa en La tribuna.

En la poesía de la época, convivieron la lírica posromántica de Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro con una poesía realista, más sobria y cercana a la prosa, cuyo máximo exponente fue Ramón de Campoamor.

En el teatro, se buscó un mayor realismo, abandonando los excesos del drama romántico. Destacaron géneros y autores como:

  • La alta comedia de José de Echegaray.
  • El drama social, con obras como Juan José de Joaquín Dicenta.
  • Las propuestas renovadoras de Galdós, que llevó sus novelas al teatro (El abuelo, Electra).
  • El género chico, con gran éxito popular y autores como los hermanos Álvarez Quintero y Carlos Arniches.

Tanto el Realismo como el Naturalismo han marcado de forma decisiva la literatura contemporánea por su enfoque en la verosimilitud, el análisis psicológico de los personajes y la aguda observación social, dejando un legado de obras fundamentales.

La Crisis de Fin de Siglo: Modernismo y Generación del 98

A comienzos del siglo XX, surgió un fuerte rechazo al Realismo que dio paso a nuevas corrientes literarias. En España, destacaron dos movimientos principales: el Modernismo y la Generación del 98. Ambos compartían una actitud crítica hacia la sociedad burguesa y un profundo deseo de renovar la literatura.

El Modernismo

El Modernismo nació bajo la influencia de corrientes francesas como el Parnasianismo (que defendía «el arte por el arte» y la búsqueda de la belleza formal) y el Simbolismo (caracterizado por el uso de símbolos y metáforas para sugerir ideas y emociones profundas). En el ámbito hispánico, fue impulsado por el poeta nicaragüense Rubén Darío, cuyo libro Azul marcó el inicio del movimiento. Su obra evolucionó posteriormente con títulos clave como Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza.

El Modernismo buscaba la evasión, el exotismo y un arte refinado como reacción al descontento y la vulgaridad de la sociedad de su tiempo. Entre los modernistas españoles más importantes se encuentran Salvador Rueda y Manuel Machado, con su obra Alma.

La Generación del 98

Tras el Desastre del 98 (la pérdida de las últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas), surgió un grupo de escritores más preocupados por la crisis de España que por la estética modernista. La Generación del 98 criticó duramente la situación política y cultural del país y reflexionó sobre el sentido de la vida y la identidad española.

Se inspiraron en pensadores como Nietzsche y Schopenhauer y reivindicaron a figuras literarias del pasado como Góngora y Larra. Sus miembros más destacados fueron:

  • Ángel Ganivet (Idearium español)
  • Miguel de Unamuno (Niebla)
  • Azorín (José Martínez Ruiz) (La voluntad)
  • Pío Baroja (El árbol de la ciencia)
  • Antonio Machado (Campos de Castilla)
  • Ramiro de Maeztu (Defensa de la hispanidad)
  • Jacinto Benavente (Los intereses creados)
  • Ramón María del Valle-Inclán (Luces de bohemia)

El Teatro Español antes de 1936

El panorama teatral de las primeras décadas del siglo XX se dividió en dos grandes corrientes:

1. Teatro comercial y conservador

Esta vertiente, de gran éxito entre el público burgués, seguía modelos tradicionales. En ella triunfaron:

  • El teatro de Jacinto Benavente.
  • El teatro poético en verso, con autores como Eduardo Marquina (Las hijas del Cid) y Francisco Villaespesa (Aben Humeya).
  • El teatro cómico, donde destacaron Carlos Arniches con sus sainetes y Pedro Muñoz Seca con el «astracán», un género cómico basado en el disparate (La venganza de don Mendo).

2. Teatro innovador y crítico

Esta corriente buscaba renovar la escena española y tenía un público más minoritario. Fue apoyada por escritores de la Generación del 98 como Unamuno (Fedra) y Azorín (Old Spain). La figura central de esta renovación fue Ramón María del Valle-Inclán, creador del esperpento, un estilo dramático que deforma la realidad de manera grotesca y sistemática para criticar la sociedad española, como se ve en su obra cumbre Luces de bohemia.

Posteriormente, el Grupo del 27 continuó esta senda de renovación teatral con las obras de Rafael Alberti (El hombre deshabitado) y, sobre todo, Federico García Lorca, quien alcanzó un éxito universal con dramas como Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba.

Estos movimientos literarios rompieron con el Realismo tradicional y abrieron el camino para la llegada de las Vanguardias europeas del siglo XX a la literatura española.

Apéndice Morfológico: Prefijos y Sufijos

Prefijos

A-
Indica negación o falta de algo (ej. amoral); también sirve para formar verbos (verbalizar) (ej. aterrizar).
Anti-
Significa opuesto o contrario; que previene o lucha contra algo (ej. anticuerpo).
Contra-
Indica posición opuesta o enfrentada; reacción en contra (ej. contraatacar).
Des-
Significa negación (ej. deshacer); exceso (ej. deslenguado); fuera de (ej. desterrar).
Dis-
Indica negación o contrariedad (ej. disconforme); dificultad o anomalía (ej. dislexia).
En-
Significa «dentro de» (ej. enlatar).
Entre-
Indica situación intermedia (ej. entreplanta); participación de dos o más partes (ej. entrelazar); «casi» o «no del todo» (ej. entreabrir).
Extra-
Significa «fuera de» (ej. extraordinario); «demasiado» o «extremadamente» (ej. extrafino).
Hiper-
Significa «mayor» o «superior» (ej. hipermercado).
Infra-
Significa «inferior» o «debajo de» (ej. infrahumano).
Inter-
Significa «entre» o «en medio de» (ej. internacional).
Intra-
Significa «dentro de» o «en el interior de» (ej. intravenoso).
Macro- / Maxi-
Significa «grande» o «muy grande» (ej. macroeconomía, maxifalda).
Mega-
Significa «muy grande» (ej. megáfono).
Mini-
Significa «pequeño» (ej. minifalda).
Micro-
Significa «muy pequeño» (ej. microscopio).
Multi-
Significa «muchos» (ej. multicolor).
Neo-
Significa «nuevo» o «reciente» (ej. neoclásico).
Para-
Significa «junto a» o «al margen de» (ej. paramilitar).
Pre-
Indica antelación (ej. prehistoria).
Pro-
Significa «en vez de» (ej. pronombre); «ante» o «delante» (ej. prólogo); continuidad (ej. proseguir); negación o contradicción (ej. prohibir).
Re-
Significa «detrás de» o «hacia atrás» (ej. refluir); acción repetida (ej. releer); intensificación (ej. rebuscar).
Semi-
Significa «medio», «a medias» o «no del todo» (ej. semicírculo).
Sin-
Indica unión o simultaneidad (del griego syn-) (ej. sincronía).
Sobre-
Significa «encima de» o «por encima de» (ej. sobrevolar); «en grado sumo» o «en exceso» (ej. sobrecargar).
Super-
Significa «encima de» o «por encima de» (ej. superponer); superioridad o excelencia (ej. superhombre); «en grado sumo» o «en exceso» (ej. superpoblado).
Tele-
Significa «a distancia» (ej. teléfono).

Sufijos

-able / -ible
Indican posibilidad (ej. amable, posible).
-ada
Indica conjunto (ej. bandada), golpe (ej. pedrada), abundancia o acción (ej. cucharada).
-ado
Indica tiempo (ej. reinado), lugar (ej. condado), empleo (ej. profesorado) o conjunto.
-ano / -ana
Indican procedencia o pertenencia (ej. sevillano); en química, hidrocarburos saturados (ej. metano).
-anza
Indica acción (ej. enseñanza), cualidad (ej. templanza), agente o instrumento.
-ar / -al
Indican condición, pertenencia o abundancia (ej. palomar, arenal).
-ario / -aria
Indican profesión o función (ej. bibliotecario); persona a quien se cede algo (ej. destinatario); lugar donde se guarda lo significado por la raíz (ej. campanario).
-dad
Forma sustantivos abstractos que indican cualidad (ej. bondad).
-dero / -dera
Indican posibilidad (ej. venidero), instrumento (ej. regadera), acción reiterada o capacidad.
-dor / -dora
Indican la persona que realiza una acción (ej. trabajador); instrumento o máquina (ej. lavadora); lugar (ej. comedor); profesión.
-e
Indica acción y efecto (ej. empuje); origen o procedencia (ej. ceutí).
-ecer
Forma verbos que indican acción incoativa, transformación o cambio de estado (ej. florecer).
-eño / -eña
Sirve para la formación de gentilicios (ej. madrileño); indica relación (ej. navideño), que tiene o está hecho con (ej. leñador), o semejanza (ej. aguileño).
-ería
Indica lugar (ej. panadería) o estado/cualidad (ej. tontería).
-ero / -era
Indica oficio o profesión (ej. zapatero); árbol o planta (ej. limonero); lugar donde se guarda algo (ej. paragüero); relativo a; aficionado a (ej. futbolero); que se puede llevar a cabo.
-és / -esa
Indica gentilicio (ej. francés) o cargo (ej. marqués).
-icio / -icia
Indica pertenencia o relación (ej. alimenticio); acción insistente.
-ico / -ica
Indica relación (ej. alérgico).
-ino / -ina
Puede tener valor diminutivo (ej. palomino) o indicar agente (ej. asesino).
-menta
Indica un conjunto colectivo (ej. osamenta).
-mente
Forma adverbios de modo (ej. rápidamente).
-mento
Indica acción y efecto (ej. juramento).
-or / -ora
Indica cualidad (ej. dulzor), efecto (ej. temblor) o instrumento/máquina.
-oso / -osa
Indica abundancia (ej. aceitoso); forma adjetivos derivados de sustantivos (ej. doloroso) o de otros adjetivos (ej. verdoso).

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