El Sentido de la Vida y la Búsqueda de la Plenitud
Esta plenitud consiste en la realización de la voluntad (amar) y de la inteligencia (contemplar o conocer). Sin embargo, no todos los seres humanos son idénticos, aunque comparten la misma naturaleza. Es por esto que existe la libertad, que les permite buscar, mientras están vivos, su propio camino personal hacia ese fin último.
La Necesidad de la Autorreflexión Objetiva
Cada persona debe conocer su situación actual. Para ello es necesaria una reflexión profunda y objetiva, con apego a la verdad, respecto a:
- Los propios vicios y virtudes.
- Talentos y falencias.
- Oportunidades y amenazas.
El Papel Central de la Prudencia
Conociendo lo que queremos lograr en nuestra vida, y cuál es el sentido que queremos dar a nuestra propia búsqueda de la felicidad, la prudencia entrará en juego. Esta virtud nos dirá: “Has decidido algo bueno, ahora veamos cómo hacerlo”.
Quizás durante un tiempo no teníamos grandes metas, pero habrá sido útil ejercitar la prudencia entonces, en cada pequeña cosa que emprendamos, pues en cuanto fijemos nuestras metas, la prudencia seguirá funcionando como una cualidad que ya tendremos adquirida. Esta prudencia fijará pequeños escalones: los propósitos. Por ejemplo: “Este año debo pasar todos los ramos”.
Esto será posible solo a través de los buenos hábitos. La disciplina será fundamental a la hora de concretar estos propósitos: sin el uso combinado de la fortaleza y la templanza, todo se quedará necesariamente en las buenas intenciones, que por sí solas no sirven.
Justicia y Trascendencia: El Camino hacia la Paz Interna
Es necesario entender que la justicia es fundamental a la hora de establecer el sentido de nuestra vida. Si somos justos, reconoceremos que siempre debemos trabajar para poder dar a otros lo que les toca, pues de lo contrario estaríamos faltando a esta virtud, que es el hábito (constante tendencia adquirida libremente) de dar a cada quien lo que le corresponde.
De hecho, la única forma en que el ser humano puede alcanzar la paz inmanente (interna) es a través de actos trascendentes (externos en sus fines, que tienen una importancia más allá del propio sujeto). La felicidad, en efecto, es contemplar, pero no cualquier cosa, sino la verdad, y la verdad nos exige que reconozcamos los derechos de los demás y nuestros propios deberes con ellos.
Talento, Vocación y Trabajo Colaborativo
Diferencia entre Talento y Virtud
El talento es una aptitud o capacidad para el ejercicio de una ocupación. A diferencia de una virtud, un talento lo poseemos sin más. Un talento profesional se entiende y se potencia solo dentro de una organización. Hablar de talento es hablar de aporte a la actividad común. Esto es lo que define al talento profesional: talentos individuales que se potencian por el equipo.
¿Qué es el Trabajo en Equipo?
Para definir el trabajo en equipo, primero debemos recalcar qué es trabajo. La palabra equipo nos dará algunos matices importantes también. Se trata de un trabajo grupal y ordenado. Más de una persona (no se es equipo con un computador, o siquiera estrictamente con un perro) realiza un esfuerzo, entonces, por lograr algo útil.
El Discernimiento Vocacional
La vocación (del latín vocatio, que significa llamado) es un llamado realizado por nuestra propia inteligencia, que debe discernir, teniendo en cuenta las complejidades de la realidad, a llevar un tipo de vida determinado, cumpliendo con los requerimientos del estado que elijamos.
El proceso de discernimiento vocacional requiere responder a tres preguntas clave:
- Respecto al gusto por la labor elegida: ¿Me gusta realizar las actividades en las cuales pienso desempeñarme?
- Respecto a la utilidad de lo que se realiza: A una persona le pueden gustar muchas cosas, pero no todas son útiles.
- Respecto a la capacidad: ¿Tengo la capacidad para realizar una actividad profesional? Como hemos visto, no todo el mundo tiene talento, o siquiera la habilidad, para hacer cualquier cosa.
No basta preguntarse por el sentido de la vida, sino que es necesario responder ante la vida misma. Lo importante para darle sentido al trabajo y vincularlo a la propia vocación está en tener claro que lo importante no es, en modo alguno, la profesión que se ejerce, sino el modo en que se ejerce.
Superación de Obstáculos: Prejuicio y Humildad
El Problema del Prejuicio
Estos juicios son lo que podemos llamar prejuicios y son, como su nombre lo dice, juicios realizados antes de toda experiencia relevante respecto a un tema. Es una actitud adquirida antes de toda prueba y experiencia adecuada, y que se manifiesta en forma de simpatía o antipatía frente a individuos, grupos, razas, nacionalidades, ideas, pautas o instituciones.
Los prejuicios no son necesariamente verdaderos y pueden afectar nuestra capacidad de aprender, no solo respecto del mundo que nos rodea, sino también respecto de nosotros mismos. El problema del prejuicio es que se instala para quedarse. Los prejuicios tienden a ser definitivos y una persona prejuiciosa vive siempre con ellos.
En general, nuestra subjetividad afecta lo que vemos. Dos personas con diferentes formas de ver el mundo pueden observar el mismo acontecimiento y describirlo de manera distinta porque han observado detalles distintos.
La Humildad como Fundamento del Aprendizaje
Si queremos ser prudentes, aprender y saber hacer, el examen de la realidad y del propio yo no puede quedarse en el prejuicio, sino que debe fundamentarse en una actitud de humildad.
La humildad es una virtud que se adquiere sobre todo por retroalimentación: examinando los resultados de nuestros propios actos. Siendo capaces de autorreflexión, podemos establecer una relación objetiva entre nuestros actos y sus resultados, apreciando lo que hay de defectuoso en aquellos cuando los resultados son mediocres y tomando conciencia de las circunstancias favorables que concurrieron a los resultados exitosos. Quedarse en un prejuicio es evitar aprender.
La reflexión interna, capacidad únicamente humana, nos abre la posibilidad de poner en tela de juicio todos nuestros conocimientos profesionales y, de esta manera, perfeccionarlos con el aporte y la experiencia de los demás.
Compromiso con la Verdad y la Crítica Interna
El compromiso con la verdad y la superación de los prejuicios significa ahondar continuamente nuestra comprensión de las razones por las cuales hacemos lo que hacemos. Esta tarea es crítica, y consiste en reconocer las propias falencias y falta de virtudes. Para esto es una ayuda desarrollar señales de advertencia interna, como cuando nos sorprendemos culpando a algo o a alguien de nuestros propios problemas.
El Fracaso como Oportunidad de Mejora Profesional
El fracaso puede esconder una realidad positiva, transformándose solo en un traspié y una oportunidad para aprender acerca de:
- Una visión distorsionada de la realidad.
- Planes y estrategias que no funcionan como esperábamos.
- El real propósito que tengo en la vida.
- La visión que había hecho propia para mi vida.
El fracaso esconde la posibilidad de cambiar para mejor; el que se resiste al cambio, a los resultados inesperados, se resiste a la posibilidad de mejorar. La posibilidad de mejorar profesionalmente pasa por el aprendizaje, pero no solo con la adquisición de conocimientos técnicos, sino con el aprendizaje de uno mismo frente a una realidad difícil.
La esencia del trabajo se encuentra en lograr un buen servicio, ya que sin servicio el trabajo es inútil y poco rentable, porque si no hay servicio nadie paga por mi trabajo. El trabajo debe ser una fuente de aprendizaje en cualquier realidad que nos toque vivir.
Aprender y fracasar son casi mellizos, porque el fracaso remece lo que hemos considerado un conocimiento perfecto de la realidad. El camino de la perfección profesional pasa por cambiar lo que aprendimos y reevaluar lo que creemos son nuestras virtudes profesionales y nuestros conocimientos técnicos.
Aprender pasa por superar viejos prejuicios que impiden que seamos mejores de lo que somos, porque con ellos estamos como ciegos frente a la propia realidad, y en esto no hay mejor experiencia que la del que fracasa profesionalmente. El que fracasa entiende de primera fuente el porqué de sus errores, comprende qué ha salido mal, qué es verdaderamente irremediable y cuáles son las propias falencias que hicieron de su quehacer profesional un fracaso.
