Descartes y el dualismo antropológico


Descartes ha encontrado por fin esa primera verdad evidente que sustenta el edificio del conocimiento: la existencia del propio sujeto que piensa y duda, una certeza que va a expresar en la famosa frase: “pienso, luego soy” (“cogito, ergo sum”). La existencia del yo pensante (cogito) o res cogitans se nos muestra de un modo tan evidente que la mente no puede ponerla en duda, es decir, se nos presenta con claridad y distinción, características imprescindibles de la auténtica verdad. Por ello, esta verdad no es solo la primera para Descartes, sino también el prototipo de toda certeza, pues todo cuanto se perciba con igual claridad y distinción será considerado verdadero.

Tipos de ideas

  • Adventicias: aquellas que parecen provenir de la realidad exterior, de nuestra experiencia externa44 (idea de árbol, idea de flor, etc.), aunque son confusas porque de lo exterior no sabemos nada cierto.
  • Facticias: son aquellas que la mente construye a partir de otras ideas previas a través de la imaginación (idea de sirena, idea de centauro, etc.), por lo que, en su conexión con las ideas adventicias, tampoco son fiables.
  • Innatas: son aquellas que el propio pensamiento posee por naturaleza sin intervención de la experiencia externa o la imaginación (idea de infinitud, idea de perfección, etc.).

Argumento ontológico

Descartes añade a los argumentos anteriores una de las pruebas de la existencia de Dios tradicionalmente aceptada enla época, y que ya formuló San Anselmo en el siglo XI. Este argumento sostiene que, si Dios es definido como “el ser más perfecto que el cual nada puede ser pensado”, es una contradicción que carezca de la perfección de la existencia. De aquí se deduce que Dios tiene que existir.

La estructura de la realidad. La teoría de las tres sustancias

En la filosofía de Descartes, la epistemología y la metafísica se encuentran profundamente unidas, como hemos podido comprobar. De la aplicación de su método y del hallazgo de las ideas claras y distintas, pueden deducirse tres esferas o ámbitos de la realidad: Dios o sustancia infinita, el yo pensante o sustancia pensante, y la realidad física o sustancia extensa.

  • Sustancia infinita o res infinita: la única sustancia en sentido propio y verdadero, se identifica con Dios, y es tan importante para Descartes que toda su filosofía descansa en él al convertirse en garantía de verdad. Su atributo esencial es la infinitud.
  • Sustancia finita: incluiría tanto al cuerpo (sustancia extensa o res extensa) como al alma (sustancia pensante o res cogitans), independientes entre sí pero dependientes de Dios:
    • Sustancia pensante: es la conciencia, el cogito o el yo pensante. Su característica básica o atributo es el pensamiento, y sus características secundarias o modos son los actos mentales conscientes (pensar, afirmar, desear, sentir, etc.).
    • Sustancia extensa: es el mundo material, incluyendo al cuerpo humano, pues engloba todo lo que tiene extensión. De hecho, su característica básica o atributo es la extensión, y sus características secundarias o modos serían la figura y el movimiento. La sustancia extensa engloba la naturaleza, lo que va a ser muy importante para la Física, sobre todo para la Mecánica. De hecho, la visión cartesiana del mundo es mecanicista: el mundo es una “máquina”, es decir, una materia en movimiento o reposo que funciona como un reloj.
Por lo que hemos podido comprobar, es evidente que en Descartes a encontrar un dualismo antropológico: en el ser humano, el cuerpo es extenso y está sometido a las leyes físico-mecánicas, por eso se identifica con la res extensa; el alma, identificada con la res cogitans, es única e indivisible, es pensamiento y está dotada de varias facultades, como los sentidos externos y externos, la memoria, el sentido común, la imaginación, el entendimiento, y la voluntad y la libertad. Estas dos últimas son las cualidades más importantes del alma. Según Descartes, esta será realmente libre cuando logre controlar las pasiones a las que intenta someterla el cuerpo, eligiendo lo que es propuesto por el entendimiento como bueno y verdadero.
El dualismo antropológico de Descartes acaba siendo aún más radical que el platónico. Tanto es así que la unión entre cuerpo y alma fue una cuestión que el francés no terminó de resolver: parece que la conexión entre ambas existe cuando entendemos que el alma es consciente de lo que le ocurre al cuerpo y puede intervenir en él. Por esta razón, Descartes pensaba que los animales, al ser puros autómatas, no tenían alma. cualquier caso, la dificultad para explicar un punto de enlace entre estos dos principios humanos le llevó a defender la existencia de lo que  la denominado glándula pineal, situada en la base del cerebro, donde según Descartes se asienta el alma y donde la sangre se convierte en “espíritus animales” que se extienden por todos los nervios.

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