Arte Gótico: Escultura y Pintura
Características de la Escultura Gótica
- Las esculturas góticas tenían un carácter muy expresivo, no solo por sus volúmenes y huecos, sino también por la riqueza textural de sus superficies y el valor de su calidad artesanal.
- Las aristas dejan de ser grandes intersecciones de las superficies de volúmenes y pasan a ser elementos que se superponen en sí mismos.
- Conforme la arquitectura se hace más liviana, la escultura se presenta con menor frecuencia en los elementos sustentantes (capiteles, ménsulas) y se usan más los aleros y pináculos, así como los tímpanos de las puertas y los lienzos de las fachadas.
- En contraste con el arte romano, donde el ámbito de las esculturas era un elemento constructivo concreto que, al concentrarse en toda la narración, adquiría una gran densidad argumental, en el gótico la narrativa se integra de otra manera.
Transformaciones Socioeconómicas y Políticas en la Edad Media
La Edad Media fue un periodo de profundos cambios que sentaron las bases de la sociedad moderna. A continuación, exploramos las principales transformaciones en la agricultura, el comercio, la artesanía y la estructura política.
La Agricultura y sus Consecuencias
La producción agrícola siguió aumentando gracias a los avances técnicos que habían aparecido en los siglos anteriores. Esto tuvo varias consecuencias:
Aumento de la población. Entre el año 1000 y el 1300, la población europea se duplicó.
Incremento de los intercambios comerciales. Se produjeron mayores excedentes (producción sobrante) que se destinaron al comercio. Además de productos agrícolas, también se vendían y compraban productos elaborados, por lo que se desarrolló la artesanía.
Crecimiento urbano. Las ciudades crecieron en número de habitantes y en poder económico, debido a que en ellas vivían y trabajaban comerciantes y artesanos.
Las ciudades eran denominadas burgos y sus habitantes, burgueses. Sin embargo, la mayor parte de la población siguió viviendo en zonas rurales dedicándose a la agricultura.
El Comercio y la Artesanía: Desarrollo y Mecanismos
Para facilitar los intercambios comerciales:
Se crearon nuevas cecas y aumentó la circulación de monedas. En las ciudades existían cambistas que calculaban las equivalencias entre diferentes tipos de monedas en función de su material y su peso.
Aparecieron las letras de cambio, documentos vinculados a una persona concreta que sustituían a las monedas y permitían viajar con seguridad, sin miedo a los robos.
Aumentó la concesión de préstamos debido a las buenas perspectivas de los negocios. Los banqueros prestaban dinero a cambio de intereses (ganancias) y, con ello, aumentaron su poder económico.
Las localidades importantes tenían comercios permanentes y, un día a la semana, se instalaban mercados en la plaza mayor con puestos de venta ambulante. A los comerciantes también se les conocía como mercaderes. Los comerciantes y los artesanos crearon asociaciones para defender sus intereses.
Las ligas o asociaciones de comerciantes agrupaban a mercaderes de diferentes ciudades. Las más importantes fueron la Hansa, en el norte de Europa, y las ligas de comerciantes del Mediterráneo. Establecieron rutas comerciales marítimas por el mar Mediterráneo y el océano Atlántico y nuevas rutas terrestres que atravesaban el centro de Europa. En los puntos centrales de las rutas terrestres se establecían las ferias, grandes mercados que se celebraban durante varios días en épocas determinadas del año. Las más importantes se realizaban en Champagne, Flandes, Borgoña y el norte de Italia, donde se desarrolló una próspera industria artesanal textil.
Las rutas de la Hansa discurrían por el mar Báltico, el mar del Norte y los cursos fluviales del norte de Europa. Comerciaban con lana, paños, cereales, pieles, miel, madera, pescado, sal, etc.
Los comerciantes venecianos, genoveses y catalanes suministraban sedas, especias y perfumes procedentes de Oriente.
Las Ciudades y el Ascenso de los Monarcas
Los señores feudales y los monarcas vieron aumentar sus ingresos con los impuestos que obtenían de las actividades comerciales de las ciudades. Cuando las ciudades se enfrentaron a los señores feudales, contaron con el apoyo de los reyes, interesados en reducir el gran poder de los señores.
Los monarcas beneficiaron a las ciudades otorgándoles fueros, leyes propias que recogían los derechos y privilegios que el rey concedía a los habitantes de un territorio. Con ellos, las ciudades conseguían mayor autonomía de gobierno y sus habitantes gozaban de más libertades.
De esta forma, los gobiernos de las ciudades, llamados concejos, pudieron administrar asuntos que antes eran cometido del señor feudal, como por ejemplo, impartir justicia, velar por la seguridad, organizar los mercados, recaudar impuestos, etc. Para cada una de esas tareas, nombraban a funcionarios específicos llamados magistrados. Los cargos de los concejos y de las magistraturas eran desempeñados por miembros de la alta burguesía.
Las consecuencias de esta situación fueron:
Las ciudades se liberaron del sistema feudal, que quedó reservado a las zonas rurales. Sin embargo, la actividad agrícola continuó siendo la principal actividad económica.
Los representantes de las ciudades se integraron en las cortes del reino, antes reservadas a la nobleza y al clero.
En algunas regiones de Italia y del Sacro Imperio, las ciudades se convirtieron en poderosas ciudades-estado debido a su prosperidad comercial (Venecia, Milán, Génova, etc.).
Los monarcas obtuvieron más poder al recuperar parte de su autoridad y consiguieron mayores ingresos, que procedían de los impuestos que pagaban las ciudades. Estos recursos contribuyeron a aumentar su poder militar. Gracias a esto, sometieron a los señores feudales rebeldes y pudieron conquistar nuevos territorios.
Los reyes también incrementaron el número de funcionarios que trabajaban para la monarquía, para así ejercer un verdadero control sobre sus dominios.
Las Cortes: Asambleas Representativas
Las cortes eran asambleas representativas que asesoraban al rey en tareas de gobierno y votaban la concesión de nuevos impuestos. Eran convocadas por el monarca y en ellas se reunían los representantes de los tres estamentos: la nobleza, el clero y la burguesía. Estas asambleas recibieron distintos nombres según el país: Estados Generales en Francia, Parlamento en Inglaterra, Dieta en Alemania y Cortes en España.
La Carta Magna (1215): Un Hito en la Limitación del Poder Real
En algunas ocasiones, la nobleza se alió con la burguesía y el clero para enfrentarse a los abusos de un monarca. El caso más destacado fue en Inglaterra durante el reinado de Juan I (Juan sin Tierra). Este monarca tuvo que aceptar la Carta Magna (1215) para evitar la sublevación de sus nobles. Se trataba de un fuero para todo el territorio del reino, con el que se garantizaban una serie de derechos para la nobleza y para la burguesía, recortando el poder del rey.