El Sector Primario en España: Evolución Histórica y Distribución Territorial


Evolución Histórica del Sector Primario en España (1900-2014)

La evolución de la población ocupada y el Producto Interior Bruto (PIB) agrario en España, desde 1900 hasta 2014 (extrapolable hasta la actualidad), muestra una tendencia descendente. Se observa un paso de cifras medias en el PIB y altas en la población ocupada a valores muy bajos en la actualidad, por debajo del 5% en ambas variables. Esta trayectoria refleja la transformación de España de un país agrario y subdesarrollado a principios del siglo XX a una nación con un elevado nivel de desarrollo, característica de la «sociedad del bienestar». Las principales causas de estos descensos son:

  • Durante la década de 1920, el progreso industrial y en la construcción desvió parte de la mano de obra agraria hacia estos sectores. La primera mecanización del campo español, coincidiendo con la dictadura de Primo de Rivera, provocó un primer descenso significativo en los valores analizados.

  • En segundo lugar, se observa un ascenso en la década de 1930 y principios de los años 40. Esto fue consecuencia del traslado de población al medio rural en el contexto de la Guerra Civil y de las políticas franquistas que impulsaron la puesta en cultivo de un gran volumen de tierras y la creación de miles de pueblos de nueva colonización.

  • Finalmente, el continuado descenso experimentado desde 1950 hasta la actualidad es producto del segundo y más intenso proceso de mecanización del campo español, iniciado en los años 50 y acentuado durante los años 70 y 80. Esta tecnificación, mucho más intensa en la situación actual, ha liberado población activa hacia otras actividades relacionadas con la industria y, especialmente, con los servicios. En este periodo se produjo el éxodo rural, tan patente en la España actual con el fenómeno de la «España vaciada».

Distribución Regional de la Población Agraria

Las comunidades autónomas con mayor porcentaje de población agraria se encuentran en el interior peninsular, destacando Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón y algunas zonas de Galicia y Andalucía. Por el contrario, las zonas con menor porcentaje son las más urbanas, industriales y turísticas, sobresaliendo la Comunidad de Madrid, Cataluña, País Vasco, Islas Baleares y Canarias.

La Propiedad de la Tierra en España: Latifundios y Minifundios

  1. Los latifundios predominan en Andalucía (excepto las provincias de Granada y Almería), Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón, la Comunidad de Madrid, las Islas Baleares y algunas provincias como Pontevedra, Soria y Barcelona, destacando especialmente en la mitad sur peninsular y Baleares. Los latifundios agrupan más del 50% de las tierras en manos de solo el 0,8% de los propietarios.

  2. Los minifundios predominan en el norte de la Península, en la Comunidad Valenciana y en algunas provincias de la Submeseta Norte como Segovia, Ávila, Burgos y León. Este tipo de propiedad reúne el 10,5% de la tierra en manos del 52,3% de los propietarios.

  3. Este reparto tan desigual de la propiedad de la tierra en España, caracterizado por la predominancia de valores extremos, se originó durante la Reconquista. En ese periodo, se adjudicaron enormes parcelas de tierra a la nobleza, la Iglesia y las Órdenes militares en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir, y en menor medida, en el Ebro. En contraste, en el resto de los territorios, las tierras se entregaron a campesinos y nuevos colonos de manera individual. Esta situación se consolidó con las desamortizaciones del siglo XIX, en las que solo la clase alta poseía el poder económico para adquirir las tierras desamortizadas a la Iglesia y los municipios.

    En cuanto a las consecuencias para cada tipo de propiedad, los latifundios suelen implicar el absentismo del propietario, la práctica de un cultivo extensivo con bajos rendimientos en muchos casos y un gran número de jornaleros con paro estacional. Por otro lado, los minifundios dificultan una agricultura más competitiva, lo que en algunos lugares provoca su tendencia a desaparecer, aunque en otros casos se ven favorecidos por la importancia de la agricultura a tiempo parcial.

Contribución de la Ganadería a la Producción Agraria Final

  1. Los valores más altos de contribución ganadera a la producción agraria final, muy por encima de la media nacional, se encuentran en Cantabria, Asturias, Cataluña, Galicia, Castilla y León, Aragón y la Comunidad de Madrid. En torno a la media se sitúan Extremadura, Navarra, País Vasco, Islas Baleares y Murcia. Por debajo o muy por debajo de la media están Castilla-La Mancha, La Rioja, Comunidad Valenciana, Islas Canarias y Andalucía. En general, se observa que los valores más altos se concentran en la mitad norte peninsular y los más bajos en la mitad sur.

  2. Por Comunidades Autónomas, Galicia, Asturias, Cantabria y Cataluña superan claramente este porcentaje. En las tres primeras, sobresale la ganadería bovina extensiva para carne y leche, mientras que en Cataluña destaca la ganadería intensiva estabulada de bovino, porcino y avícola, que abastece a las importantes zonas urbanas de esta comunidad.

    Otros ejemplos regionales incluyen:

    • En Murcia, el ganado porcino intensivo.
    • En las Islas Baleares, el ovino extensivo.
    • En la Comunidad Valenciana, la avícola intensiva para carne y huevos.
    • En Castilla-La Mancha y Andalucía, el ovino extensivo.
    • En Canarias, el ovino y caprino extensivo.

    Un caso similar al de Cataluña es la Comunidad de Madrid, donde la escasa superficie de cultivo otorga gran importancia a la ganadería intensiva de bovino y porcino, con el objetivo de abastecer su enorme mercado de consumo.

    En Castilla y León y Extremadura, destaca la ganadería bovina, ovina y porcina extensiva en las zonas tradicionales de secano y, especialmente, en las dehesas occidentales. No obstante, en Castilla y León también es relevante la ganadería bovina y porcina intensiva para abastecer Madrid, sobre todo en provincias como Segovia o Ávila.

    En Aragón, Navarra y País Vasco, se practica tanto la ganadería extensiva de bovino (País Vasco y Navarra) y ovino (Aragón), como la intensiva de bovino, porcino y avícola, para abastecer a las importantes zonas urbanas próximas.

Tipologías Agrarias y Ganaderas por Región

  1. Las comunidades con mayor aportación agrícola son las Islas Canarias, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana, Navarra y La Rioja. Entre las provincias, destacan Ciudad Real, Albacete, Cuenca, Valladolid, Palencia, Burgos y Álava.

    Las comunidades con mayor aportación ganadera son Galicia, Asturias, Cantabria, la Comunidad de Madrid y Cataluña. Las provincias más relevantes en este ámbito son Vizcaya, Guipúzcoa y Segovia.

    Finalmente, las comunidades y provincias donde existe un equilibrio entre ambas actividades son Extremadura, Aragón e Islas Baleares, junto con las provincias de Toledo, Ávila, Salamanca, Zamora, León, Soria y Guadalajara.

  2. En las regiones con mayor aportación de la ganadería a la producción agraria final, como la Cornisa Cantábrica y Galicia, destaca la ganadería vacuna extensiva para carne y leche. Esta se complementa con cultivos para autoconsumo o mercados locales, como el maíz, la patata y algunos frutales, aunque estos últimos son a menudo reemplazados por plantas forrajeras como la alfalfa o el trébol. En Cataluña, Segovia y la Comunidad de Madrid, predomina la ganadería intensiva de bovino, porcino y avícola, destinada principalmente a la producción de carne, pero también de leche y huevos.

    En las regiones con una aportación equilibrada entre agricultura y ganadería, sobresalen tanto la producción de cereales y leguminosas, como la vid en secano. También son importantes los cultivos hortofrutícolas, industriales (como la remolacha azucarera en el valle del Duero) y forrajeros en regadío. La ganadería es diversificada, incluyendo ganadería extensiva de ovino, bovino y porcino en las dehesas de Extremadura, Salamanca y Zamora, así como ganadería intensiva en torno a las grandes ciudades.

    Finalmente, en las regiones con mayor aportación agrícola, los cultivos de secano incluyen la tradicional «trilogía mediterránea» (cereal, vid y olivo), complementados con leguminosas. En regadío, destacan cultivos hortofrutícolas como los cítricos del Levante, frutales subtropicales en la costa sur andaluza, y cultivos industriales como el girasol y la remolacha. La ganadería ovina extensiva para carne y leche, así como el cebo intensivo de corderos, complementan la actividad agraria. En Murcia, sobresale el porcino intensivo, y en Huelva, el porcino extensivo.

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