Las Reformas Borbónicas en América
Las Reformas Borbónicas en los virreinatos americanos a finales del siglo XVIII buscaron fortalecer el control de la Monarquía Española sobre sus colonias. Ante una situación crítica debido a guerras, corrupción y crisis demográfica, los Borbones implementaron cambios para mejorar la administración y la economía. Se crearon nuevos virreinatos, como el de Nueva Granada y el Río de la Plata, y se flexibilizó el monopolio comercial, permitiendo el comercio directo con varios puertos peninsulares. Sin embargo, la reforma también redujo la participación política de los criollos en favor de los peninsulares, lo que alimentó ideas independentistas, especialmente influenciadas por la Revolución Americana y la Revolución Francesa. En el ámbito cultural, se promovieron escuelas y universidades en América y se realizaron expediciones científicas. El descontento de los indígenas y mestizos culminó en la rebelión de Túpac Amaru en 1780, quien demandó la eliminación de trabajos forzados, libertad para los esclavos y reparto de tierras. Aunque la rebelión fue sofocada, contribuyó al sentimiento de autoafirmación criolla que llevaría a la independencia de las colonias en el siglo XIX.
Sociedad y Economía en el Siglo XVIII
En el siglo XVIII, España tuvo una expansión demográfica debido a la disminución de la mortalidad, la ausencia de pestes y guerras, y la importación de trigo. La sociedad mantenía la estructura del Antiguo Régimen, con la nobleza y el clero como privilegiados, y los no privilegiados divididos entre la burguesía y las clases populares. En América, la esclavitud era clave en las plantaciones. La economía se centró en el liberalismo económico, con la liberalización del comercio y reformas agrarias que no resolvieron los problemas de la tierra. En agricultura, se introdujeron nuevas plantas y se realizaron obras de regadío. La industria fue limitada, pero se crearon Reales Fábricas y se rompió el monopolio de los gremios. El comercio con América mejoró tras la abolición del monopolio en 1778, aunque las infraestructuras seguían siendo deficientes. El Catastro de Ensenada fracasó, mientras que Cataluña creció en cultura e industria textil tras la Guerra de Sucesión. En el ámbito cultural, Carlos III promovió el despotismo ilustrado, impulsando reformas sociales y económicas sin cambios políticos. La difusión de las ideas ilustradas fue lenta debido a la resistencia de la burguesía, la Iglesia y la nobleza. Se fundaron escuelas y academias para fomentar el desarrollo agrícola, industrial y científico, y se realizaron reformas urbanas en Madrid, ganándose Carlos III el título de “el mejor alcalde de Madrid”.
Sociedad, Economía y Cultura en los Siglos XVI y XVII
La sociedad española mantuvo su división en estamentos, si bien la crisis económica y demográfica del siglo XVII provocó una profunda reorganización social. La alta nobleza y el alto clero acumularon grandes patrimonios, mientras que la baja nobleza y el clero empeoraron su situación. Además, creció el número de privilegios debido a la compra de cargos y al aumento de vocaciones en la Iglesia para huir del hambre. La situación del estado llano empeoró por la crisis de la artesanía y el comercio y el aumento de la carga fiscal (los reyes suben los impuestos) y de las rentas señoriales. En el siglo XVII se vivió una crisis demográfica a causa de las malas cosechas, las epidemias y la expulsión de los moriscos.
Durante el siglo XVI, se produjo una fase de expansión económica, favorecida por el aumento de la producción y por la llegada de oro y plata procedentes de América. Esto hizo aumentar los ingresos de la Hacienda Real, pero desencadenó en España y Europa un incremento de los precios que perjudicó al estado llano, con un aumento de los impuestos.
En el siglo XVII, España sufrió una profunda crisis económica. La deuda exterior se disparó y se produjeron incrementos de la carga fiscal, devaluaciones y bancarrotas que arruinaron la artesanía y el comercio. Además, descendió la producción agraria debido a las anomalías climáticas, las guerras, el atraso en las técnicas de cultivo y la expulsión de los moriscos.
Desde el punto de vista cultural, durante el siglo XVI se desarrolló en España el Humanismo y el Renacimiento, destacando en literatura la novela picaresca y la poesía mística, en arquitectura sobresalió Juan de Herrera y en pintura El Greco. Posteriormente, en el Siglo de Oro destacaron novelistas (Miguel de Cervantes, autor de El Quijote), poetas (Quevedo) y autores teatrales (Lope de Vega). El Barroco inspiró a autores como Churriguera, Velázquez o Murillo.
Los Decretos de Nueva Planta y la Centralización Borbónica
La dinastía Borbón sustituyó a la Habsburgo en el trono de España. Su llegada significó la adopción del modelo político francés (centralista), por lo que el gobierno de Felipe V (1700-1746) tuvo como primer objetivo la reforma de la administración, con un modelo centralizado para reforzar la monarquía absoluta. Los Decretos de Nueva Planta se aplicaron a los territorios de la antigua Corona de Aragón (Aragón y Valencia en 1707, Mallorca en 1715 y Cataluña en 1716). Se suprimieron los fueros y las Cortes, se establecieron en cada uno de los territorios un capitán general y una audiencia, y se aprobaron impuestos para cada reino. Los Decretos de Nueva Planta impusieron la uniformidad jurídica bajo las leyes de Castilla. Se suprimieron las fronteras y se impuso el castellano como lengua oficial.
Solo en Navarra y las provincias vascas, que habían apoyado a Felipe V, se conservaron los fueros. El Gobierno quedó en manos de cinco Secretarías de Estado, que dirigían la política. Los Consejos desaparecieron, salvo el de Castilla que se convirtió en órgano consultivo para todo el país. Territorialmente, España quedó dividida en provincias con una triple estructura: las audiencias tenían competencia judicial, las capitanías generales, competencia militar y las intendencias, responsabilidades civiles y económicas. Fernando VI (1746-1759) pretendía sustituir en Castilla los múltiples tipos de impuestos que se cobraban en cada provincia por una única contribución, para lo cual se realizó el Catastro del Marqués de la Ensenada, pero el proyecto no se llevó finalmente a cabo por el rechazo de los grupos privilegiados.