Exploración Filosófica: Del Conocimiento a la Ética


Hume: La Cuestión de la Ética

Hume, influenciado por el emotivismo ético de Matheson y Shaftesbury, quienes postulaban que las emociones y sentimientos humanos distinguen lo bueno de lo malo en las acciones, considera que algo es bueno cuando el sentimiento común de la humanidad lo percibe como tal. Introduce el concepto de falacia naturalista, argumentando que no podemos inferir lo que debería ser a partir de lo que es. El sentimiento de aprobación se relaciona con la utilidad de una acción dentro de la sociedad. Para Hume, lo útil es sinónimo de bueno. Su ética busca vincular la vida social con el sentimiento, donde la razón no dicta lo correcto, sino un sentimiento de rechazo a lo incorrecto. La razón no demuestra lo correcto o incorrecto, solo el agrado o desagrado que una acción produce.

Descartes: La Cuestión del Conocimiento

El racionalismo cartesiano busca un método para evitar el error en el conocimiento humano. Descartes cuestiona los sentidos como fuente confiable de información. Si los sentidos nos engañan (ejemplo del palo roto en el agua), podría existir un genio maligno que nos engaña. Al dudar, pienso; al pensar, existo. La única certeza es: pienso, luego existo.

Rousseau: La Cuestión de la Política

Siguiendo a Aristóteles, Rousseau considera la política un problema fundamental. A diferencia de Hobbes, quien veía al ser humano como súbdito de un monarca absoluto, Rousseau cree que el ser humano es bueno por naturaleza. Distingue entre el estado de naturaleza, donde el ser humano es bueno y altruista, y el estado de sociedad, donde la civilización impone normas que restringen la libertad. En El Contrato Social, Rousseau defiende una democracia donde el gobierno es elegido por la mayoría, representando la voluntad general. Si los representantes no buscan el bien común, deben ser removidos del poder. Rousseau considera la democracia directa, como la practicada en los cantones suizos, como la forma ideal de democracia.

Descartes: La Cuestión de Dios

Para Descartes, somos seres pensantes con tres tipos de ideas:

  1. Adventicias: Provenientes del exterior (ejemplo: una paloma).
  2. Ficticias: Creadas por la imaginación (ejemplo: un unicornio).
  3. Innatas: Implantadas por Dios antes del nacimiento.

Argumentos para la existencia de Dios:

  1. Si todos tenemos la idea de un ser perfecto, y la existencia es una perfección, entonces Dios existe.
  2. Si tenemos la idea innata de una sustancia infinita, siendo finitos, esta idea solo puede provenir de Dios.

Demostrada la existencia de un Dios bueno, la hipótesis del genio maligno se desvanece. Descartes propone las siguientes reglas del método para la búsqueda de la verdad:

  1. Claridad y distinción: La verdad debe ser clara y distinta.
  2. Análisis: Partir de lo complejo a lo simple.
  3. Síntesis: Partir de lo simple a lo complejo.
  4. Enumeración: Revisar todo sin omisiones.

Kant: La Cuestión del Conocimiento

Kant se pregunta: ¿Qué puedo conocer? Distingue entre:

  • Fenómeno: Lo que conocemos en espacio y tiempo.
  • Noúmeno: Lo que se oculta al conocimiento.

Tipos de juicios:

  • Analíticos: El predicado no añade información al sujeto.
  • Sintéticos a posteriori: El predicado añade información nueva al sujeto de modo singular.
  • Sintéticos a priori: El predicado añade información nueva al sujeto de modo universal (juicios de la ciencia).

Estructuras del conocimiento humano:

  • Estética trascendental: La sensibilidad conoce el mundo a través de las formas a priori del espacio y el tiempo.
  • Analítica trascendental: El entendimiento ordena el caos de la sensibilidad mediante las categorías.
  • Dialéctica trascendental: La razón intenta demostrar la existencia de Dios, pero cae en antinomias (juicios contrarios).

Kant extrae 12 categorías del entendimiento a partir de 12 tipos de juicios (Cantidad, Cualidad, Relación, Modalidad).

Kant: La Cuestión de la Ética

Kant busca una ética universal, no basada en la felicidad. El ser humano puede seguir dos imperativos:

  1. Hipotético: «Si quieres B, haz A».
  2. Categórico: «Haz A porque es tu deber».

El imperativo categórico se expresa como: «Obra de tal manera que tu querer pueda ser norma universal de conducta». Solo la buena voluntad es absolutamente buena, pues la intención, no la consecuencia, es lo importante. La segunda formulación del imperativo categórico es: «Trata a otra persona siempre como un fin en sí mismo, nunca como un medio». El respeto y la dignidad son fundamentales.

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