Explorando la Filosofía Política de Rousseau: Estado de Naturaleza, Contrato Social y Voluntad General


La Filosofía Política de Rousseau: Un Análisis Profundo

Rousseau inicia su reflexión partiendo de la situación de los seres humanos en un hipotético estado de naturaleza. Según Rousseau, no hay que considerar que en el estado de naturaleza los individuos se encuentren enfrascados permanentemente en un estado de guerra de todos contra todos. Los seres humanos somos espontáneamente sociales; en todo ser humano hay sentimientos de empatía que les permite relacionarse con otros seres humanos con facilidad. El ser humano no es malo por naturaleza.

El Progreso Social y el Conflicto

Las razones principales por las que los seres humanos se encuentran en conflicto no se encuentran inscritas en su naturaleza, sino que son alimentadas por ciertas formas de vida social. Rousseau denuncia que el progreso social acarrea un estilo de vida que lleva al conflicto. El desarrollo científico, económico y cultural genera todo tipo de desigualdades: la ambición, el refinamiento, la suntuosidad y el espíritu de competencia pervierten ciertos sentimientos que de modo natural los seres humanos albergamos respecto a los demás.

Rousseau responsabiliza a las ciencias y a las artes de ser la causa última de dichos males, entre los que destaca la propiedad privada. Establece una especie de primitivismo moral, según la cual los lazos sociales que espontáneamente hacemos son positivos y naturales, mientras que aquellos que surgen de las relaciones establecidas de una vida social artificial son negativos y antinaturales.

Si los seres humanos viven en sociedades complejas no es por huir de un estado de guerra, sino por la incapacidad de superar con éxito las dificultades que les plantea la supervivencia individual o en pequeños grupos prepolíticos.

Dado que los seres humanos no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino emplear aquellas de las que están naturalmente dotados, solo les queda una opción para vencer a las dificultades que les plantea la naturaleza: la suma de las fuerzas que obren concertadamente.

El Contrato Social y la Libertad

Rousseau afirma que el gran problema político consiste en describir una forma de organización política que sea capaz de aglutinar las fuerzas de los individuos, garantizar su supervivencia y garantizar que sigan siendo libres. A su vez, afirma que los seres humanos solo renunciarán a emplear sus fuerzas de modo individual y en su propio beneficio si tuvieran la seguridad de que los demás obrarán del mismo modo. Colaborar en un juego de fuerzas coordinadas supone, aunque sea mínimamente, renunciar a la libertad natural.

En la práctica, los individuos renuncian a emplear su libertad natural y delegan su fuerza en un conjunto de instituciones a las que comúnmente denominamos como Estado, pero dicho Estado queda limitado en sus acciones por la razón que justifica su existencia: promover la seguridad de los individuos y garantizar su libertad. El contrato social es el hipotético pacto que todos los seres humanos han celebrado dando origen al Estado.

La Voluntad General y la Ciudadanía

Rousseau dice que los individuos, viviendo en un Estado, pueden darse a sí mismos la ley. Solo si las leyes que rigen el funcionamiento del Estado son la voluntad de los individuos, es decir, la voluntad general, los individuos podían ser de este modo libres dentro del Estado, y esta libertad, distinta a la libertad general, es denominada libertad civil. Así pues, si el poder legislativo del Estado depende de los individuos que lo constituyen, los individuos serán libres; en caso contrario, no.

Rousseau defiende que las instituciones del Estado deben representar la voluntad general. El poder político reside en los individuos que constituyen la comunidad política, y solo de este modo se justifica y queda legitimado el poder político. Si se cumple esta condición, los individuos pueden ser llamados ciudadanos (aquel que participa en el poder político) y no solo súbditos (aquel individuo sobre el que recaen las obligaciones exigidas por el poder político). Los individuos que viven bajo una monarquía absoluta solo son súbditos; en un Estado en el que las instituciones emanan de una voluntad popular, los individuos son ciudadanos y súbditos.

Para Rousseau, la voluntad general es la voluntad resultante de la voluntad de todos los individuos. Los individuos poseen una voluntad particular que carece de perspectiva y se limita a afirmar “Yo quiero”. La voluntad general agrupa los intereses comunes y atiende al interés colectivo; esta voluntad afirma “Queremos”.

Rousseau afirma que la voluntad no se puede equivocar. Si los ciudadanos deliberan libremente, las diferencias entre unos y otros se compensan mutuamente. Dice que no es necesario que los individuos dejen a un lado sus intereses particulares para atender exclusivamente el bien común. Para que emerja la voluntad general entre los individuos y el poder político del Estado, no se incorpora ningún intermediario que pretenda aglutinar la voluntad particular de una porción de los individuos.

Rousseau consideraba que la aplicación de la voluntad general requiere un conjunto de condiciones políticas que abarcan desde la libertad de expresión hasta la facultad de participar en asuntos públicos. Mientras menos intermediarios se interpongan entre los individuos y las instituciones del Estado, más robusta y fiable será la voluntad general resultante.

La Democracia Directa y las Unidades Políticas Pequeñas

Por estas razones, Rousseau es considerado como defensor de la llamada democracia directa, ya que desconfía de las agrupaciones que se crean en el interior de un Estado, a las que identifica como grupos de interés que distorsionan la voluntad general que atiende al bien común.

Rousseau también afirmaba que las unidades políticas pequeñas eran preferibles a otras más grandes, dado que en ellas es más factible la implicación y participación de los ciudadanos en los problemas políticos, y también porque resulta más fácil garantizar que las decisiones políticas estén determinadas por la voluntad general.

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