La Libertad
1. Introducción
La idea de ser libres. La libertad en relación con los sentimientos. A veces es difícil distinguir entre lo que sabemos y lo que imaginamos. La inteligencia en relación con la voluntad. La imaginación en relación con los sentimientos. Lo importante está en qué es lo que queremos. Muchas veces lo que queremos y lo que sentimos se confunde.
2. Significados de la Libertad
Elección. Stuart Mill divide entre elección y decisión. Es la capacidad de proceder según la razón. San Agustín dice que es la capacidad de errar. Aristóteles dice que es nuestro apetito racional. Sócrates decía que la libertad es una forma de sabiduría. El bien tiene tanto dentro que cuando lo descubrimos no somos capaces de renunciar a él. Sin embargo, hay veces que sabemos que algo es bueno y no lo elegimos. Libertad física de propiedad. Por otro lado, tenemos la libertad como sabiduría. La democracia es un sistema de esclavitud tremendo.
- Física: Percepción más antigua de todas. La libertad se puede definir como no esclavitud, algo que parece muy obvio pero que no siempre es tan sencillo de cumplir. Incluso hoy en día sufrimos algunos tipos de esclavitud y vasallaje. Por ejemplo, después de acabar la carrera trabajamos por muy poco dinero porque lo necesitamos.
- Como Sabiduría: La ignorancia es uno de los límites más grandes de nuestra libertad. Hay mucha gente que no lucha por sus derechos de libertad porque directamente los desconoce.
- Como Algo Superior a la Sabiduría: Aristóteles explica una situación que se toma como una puntualización al caso anterior. El filósofo griego dice que muchas veces decidimos no hacer algo aunque sepamos que es bueno y eso es porque hay un juicio de voluntad. En la deliberación prima la voluntad ante la capacidad racional.
- Propiedad: Capacidad de independencia económica para poder hacer lo que queremos. Tiene mucho que ver con la capacidad física porque si la economía no nos permite hacer lo que queremos, somos esclavos de alguna manera.
Aristóteles habla de la libertad como un mecanismo superior a la sabiduría. Dice que cuando tenemos que realizar una acción, hay que hacer un juicio racional. Por otra parte, hay un juicio de la voluntad, y cuando hay un acuerdo entre las dos cosas se toma una decisión, aunque a veces se toman solo con una parte. Cuando hay colisión entre los dos juicios, hay una deliberación. En ella prima la voluntad, que le pide a la libertad que establezca una valoración, y le demuestre qué tiene de bueno lo que uno quiere hacer. No hay que caer en la ignorancia voluntaria. Se da un juicio práctico si la voluntad obliga a pensar, y si no hacemos caso a la voluntad (o sí), y uno se equivoca, se llega a la frustración.
- Libertad Interior: Tiene que ver con el cristianismo. Yo puedo pensar lo que quiera, decir lo que quiera, y aunque no pueda yo soy libre. Hay quien dice: me voy a comportar como un hombre libre en un sistema en el que no existe la libertad.
- Libertad de Elección:
- Libertad Ilimitada: Con condiciones de libertad limitadas se pueden hacer grandes cosas y viceversa. Se refiere a que en nuestro interior podemos pensar, ser y sentir lo que queramos.
- Como Elección: “La libertad es hacer lo que uno quiere sin hacer daño a otros”. Pero no es solo elección, hay otros mecanismos más poderosos.
- Como Algo Limitado: Nietzsche. “Los esclavos son los que por miedo no toman las decisiones adecuadas, no arriesgan”. Los verdaderos hombres libres son los que no se dejan esclavizar por rutinas.
- Como Algo Absoluto: Idea de que si uno se empeña en algo es capaz de conseguir muchas cosas.
- Como Nada: Las decisiones que tomamos libres pueden ser rectificadas continuamente. En realidad, todas las decisiones que tomamos son revocables.
3. Operaciones de la Voluntad
Nuestra voluntad tiene distintas formas de actuar. La más básica es la libertad de desear; nosotros de alguna manera la gestionamos. Una de las maneras que tenemos de usar la libertad es desear algo, aunque sea imposible, el deseo puede quererlo todo. Esta fuerza de deseo es un enorme motor en la vida humana, es un hilo conductor muy intenso; la gente que llega más lejos es la gente soñadora.
El problema es soñar algo utópico. Hay una línea fina entre lo utópico y lo improbable. Pero tampoco hay que ser demasiado realistas con los deseos porque a veces encontramos en la emoción que sentimos las fuerzas necesarias para que, lo que parecía imposible, se haga realidad.
Además del deseo, existen también la voluntad de elección, de poder, deber, creación, amor y otras. El deseo es la más significativa.
En cuanto a la voluntad de elección, al contrario que pasa con los deseos, donde uno puede desear lo imposible, la elección trabaja entre posibilidades reales. Hay que destacar también que elegir algo supone renunciar a otras cosas, por lo que para ser libres tenemos que aprender a rechazar. Hay algunas elecciones que solo se dan entre dos opciones y a esas se les llama simples. Pero también están las complejas, que se dan entre tres o más opciones. Hay otras que son entre bienes y males, las llamadas elecciones morales, pero las más comunes son las decisiones entre bienes y bienes. Aun así, la gente suele confundirse y cree que si elige mal tendrá graves consecuencias porque tendemos a demonizar una opción.
La libertad de poder, que es la capacidad que tenemos de convertir nuestras decisiones en acciones, es decir, pasar a la vida real. Al hablar de fuerza de voluntad nos referimos a la capacidad de autosuperación. Es importante tener el poder de seguir nuestros planes para lograr lo que queremos. Mucha gente no tiene personalidad suficiente o están sumergidos en la pasividad y acaban no haciendo nada. Siempre hay cierto grado de incoherencia en todas las personas, pero hay que tratar de ser coherente con nosotros mismos y con los demás.
Otra forma de ejercer la libertad es la de asumir libremente deberes. El deber está asociado a la necesidad. El ser humano tiene unas necesidades básicas como comer y beber, aunque estas raras veces son absolutas, pues una persona puede decidir si hacer una huelga de hambre o no. Hay que aprender a distinguir entre el deber y el querer y aprender a no asumir deberes que no sean libres, que estén impuestos por otros. Esto, sin embargo, es muy limitado porque podemos hacer muy pocas cosas porque sí, porque me apetece.
Por último, el amor. El amor es una suma de todo lo anterior. En el amor uno sueña, tiene que tomar decisiones, tiene mucho de autosuperación porque uno hace cosas que nunca antes hubiera imaginado hacer, tiene muchísimo de deber porque nos vemos obligados a hacer cosas por los amigos simplemente porque lo son. También tiene algo de creatividad cuando pensamos los regalos, etc.
- Indeterminación ante lo bueno: Podemos elegir entre las cosas buenas, lo que nosotros queramos.
- La Autodeterminación: Son esas pausas por las que decidimos, creamos, aceptamos deberes, etc.
- Amistad:
4. Indeterminación y Apertura
A) Indeterminación: Infinito, ilimitado. El ser humano tiende a escoger las cosas buenas. Está parcialmente satisfecho, e insatisfecho a la vez. Búsqueda ilimitada de algo más. El factor más importante que tenemos en nuestra vida es lo que queremos. Eso determina cómo actuamos. La libertad tiene un factor asociado que es el de la propia responsabilidad. El origen más común de nuestras decisiones somos nosotros mismos. Felicidad: es involuntaria. Conlleva un cierto egoísmo, pero más veces es abnegación. No podemos renunciar a esa tendencia a buscar la felicidad. Por eso no es egoísmo, es un egocentrismo. Búsqueda continua de la felicidad. Esa búsqueda continua implica que nunca vamos a ser plenamente felices. El objetivo no es que todo esté bien, sino que todo esté suficientemente bien. No hace falta ser felices del todo, solo muy felices.
Por tanto, la felicidad tiene unos límites parciales. El primero es la síntesis pasiva, que se puede describir como lo involuntario. El segundo límite es el azar, pues muchas cosas nos suceden por pura casualidad. Este azar debe entenderse como lo que otras personas deciden o los accidentes que nos ocurren en la vida. Otro límite es la ignorancia y quizá este sea el más peligroso de todos, pues no actuamos de una manera o lo hacemos por no tener el conocimiento suficiente. Sin embargo, diría que con todos los medios y facilidades que existen hoy en día la ignorancia es pura pereza. No nos informamos porque no nos interesa informarnos, no porque sea difícil informarse. Además, hay una ignorancia que nos convierte en seres inhumanos, como la falta de justicia o igualdad. Un cuarto factor limitante es el miedo, sobre todo en ocasiones extremas cuando se convierte en un estado irracional. Pero el miedo deja un margen de libertad, aunque sea pequeño, porque hay personas que son capaces de sobreponerse al miedo.