La Lírica del Siglo de Oro
Este período se caracteriza por la búsqueda de la novedad y el cultivo de composiciones renacentistas como el soneto, la octava real y los versos endecasílabos.
Luis de Góngora
Nació en 1561 en Córdoba, estudió en Salamanca e intentó medrar en la corte toda su vida. El duque de Lerma lo nombró sacerdote, pero su afición por el juego y la ostentación por encima de sus posibilidades lo dejaron en una mala situación económica. Su estilo evolucionó desde la continuación de moldes populares hacia una complejidad creciente. Cultivó el romance, la letrilla y el soneto antes de componer poemas mayores como Soledades, abarcando una gran amplitud de temas, incluyendo lo heroico, lo lírico, lo sacro y lo satírico. La fábula de Polifemo y Galatea se centra en el mito de Polifemo, que narra la historia entre un monstruo cíclope enamorado de la ninfa Galatea, la cual está enamorada de Acis. El monstruo, por celos, mata al joven, quien es transformado en río por la ninfa.
Francisco de Quevedo
Nació en Madrid en 1580. Su actividad literaria comenzó en 1600 durante su estancia en Valladolid, donde escribió composiciones mofándose de tipos, situaciones cotidianas, etc. Su estilo está presidido por un dominio de la lengua vinculado con el ingenio de una mente superior.
Pablo Jauralde Pou divide el corpus de sus obras en:
- Poesía grave (poesía heroica, moral y metafísica).
- Poesía amorosa.
- Poesía festiva (se reúnen piezas jocosas, satíricas y burlescas).
Los contenidos de sus obras y su dominio de los distintos registros son apabullantes: aborda desde la angustia existencial y el canto a la vida retirada hasta la más grosera burla.
Lope de Vega
Vivió aventuras de todo tipo y tuvo una vida amorosa prolífica, lo cual lo convirtió en un mito en vida. Su primer amor fue Elena Osorio; luego se casó con Isabel Urbina, conoció a Micaela Luján, se casó en segundas nupcias con Juana de Guardo y conoció en su madurez a Marta de Nevares. Cultivó romances, letrillas, sonetos, églogas, etc. Se entregó a lo popular y a lo culto, y estuvo al tanto de las innovaciones de autores como Góngora.
Obras destacadas:
Rimas: Colección de doscientos sonetos que giran en torno a sus experiencias amorosas de juventud y madurez, y recrean todos los momentos del proceso amoroso (desde el primer encuentro hasta el desengaño).
En Rimas sacras hay cien sonetos de tema religioso, dado que en esta etapa de su vida se dedicó a lo piadoso por una crisis vital que lo llevaría a tomar hábitos.
El Ensayo Ilustrado y la Prosa del Siglo XVIII
Durante la Ilustración, el ensayo fue un género muy cultivado, abordando diversos temas con un estilo ameno y didáctico.
Benito Jerónimo Feijoo
Nació en Casdemiro (Orense) y fue fraile y catedrático de teología. Rebatió los prejuicios, supersticiones y falsas creencias de la sociedad de aquella época con un método experimental y con la razón. Su obra relevante es Teatro Crítico Universal.
Gaspar Melchor de Jovellanos
Dedicó su vida al ideal ilustrado; fue un intelectual al servicio del Estado y fue crítico con algunas de las reformas establecidas por Carlos III. Su afán reformador hizo que lo desterraran y encarcelaran. Entre sus obras destaca Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos.
José Cadalso
Nació en Cádiz y se dedicó tanto a su carrera militar como a la literatura. La decadencia de la sociedad española hizo que no tuviera una visión optimista del proyecto ilustrado y que fuera escéptico, como se puede apreciar en su obra Los eruditos a la violeta. Su obra más célebre es Cartas Marruecas, protagonizadas por Gazel y Ben Beley. Una obra que anuncia el romanticismo es Noches lúgubres.
La Poesía y el Teatro en el Siglo XVIII: Neoclasicismo y Prerromanticismo
Poesía Anacreóntica y Prerromántica
Este tipo de poesía se caracteriza por ser artificiosa, con versos cortos y tratar temas como la naturaleza, el amor y la música, marcando una transición hacia una sensibilidad prerromántica.
Juan Meléndez Valdés
Juan Meléndez Valdés (Ribera del Fresno, 1754 – Montpellier, 1817) fue un escritor y magistrado español, considerado el poeta más importante del siglo XVIII en España. Estudió derecho en la Universidad de Salamanca, en la que ejercería como catedrático de humanidades desde 1781, y desempeñó diversos cargos públicos: alcalde del crimen en Zaragoza (1789), oidor en Valladolid (1791) y fiscal en Madrid (1797). Sufrió destierro en Medina del Campo (1798), confinamiento en Zamora (1800) y cárcel en Asturias (1808). En 1809, ya bajo el régimen de José Bonaparte, fue nombrado consejero de Estado y, un año después, presidente de la Junta de Instrucción Pública. Tras la restauración de Fernando VII, emigró a Francia. Sus tempranas lecturas de John Locke, Leibniz, Montesquieu, Rousseau y de los poetas Salomon Gessner, James Thomson y Alexander Pope marcaron su primera etapa poética, en la que sobresalen sus composiciones anacreónticas, de cuyo género fue el principal cultivador en España (La paloma de Filis; Besos de amor), y sus Poesías (1875), publicadas a instancias de Jovellanos. Las obras de su segunda etapa poética se caracterizan por su contenido filosófico y por su sentimentalidad prerromántica.
Poesía Neoclásica: La Fábula
La poesía neoclásica tuvo un marcado carácter pedagógico y satírico. Destacan las fábulas, protagonizadas por animales y con una moraleja final, escritas en versos bien elaborados.
Tomás de Iriarte
(Puerto de la Cruz, 1750 – Madrid, 1791) Escritor español. Fue, junto con Félix María de Samaniego, uno de los fabulistas más importantes del siglo XVIII. Sobrino del académico Juan de Iriarte, a los trece años se trasladó a Madrid para vivir con su tío, lo que le permitió adquirir una sólida educación. Sucedió a su pariente como traductor de la Secretaría de Estado y ocupó el cargo de archivero del Consejo de Guerra. También hizo teatro.
Félix María de Samaniego
Perteneciente a una familia noble y rica, tras los primeros estudios (llevados a cabo en el hogar paterno) fue enviado a cursar derecho a la Universidad de Valladolid, donde permaneció dos años sin llegar a concluir la carrera. En un viaje de placer a Francia se entusiasmó con los enciclopedistas y permaneció mucho tiempo en tierra francesa; allí se le contagió la inclinación a la crítica mordaz contra la política y la religión, tan grata a los hombres del siglo, y cierto espíritu libertino y escéptico que le indujo a burlarse de los privilegios y a rechazar, incluso, un alto empleo en la corte que le ofreció el conde de Floridablanca. A su regreso a España contrajo matrimonio y se estableció primeramente en Vergara, donde participó en la Sociedad Patriótica Vascongada, tendente a la difusión de la cultura en los medios populares, y de la cual llegó a ser presidente. Las fábulas escritas para que sirvieran de lectura a los alumnos del Real Seminario Patriótico Vascongado de Vergara son su obra más conocida. En 1781 se publicaron en Valencia los cinco primeros libros con el título de Fábulas en verso castellano, y en 1784 apareció en Madrid la versión definitiva, titulada Fábulas morales, formada por nueve libros con 157 fábulas.
El Teatro del Siglo XVIII
Ramón de la Cruz
Don Ramón de la Cruz Cano nació en Madrid el 28 de marzo de 1731. Se cree que estudió humanidades y jurisprudencia, aunque no consta que terminara carrera alguna. Pasó toda su vida como empleado en la Contaduría de penas de Cámara y gastos de Justicia, donde ingresó como oficial tercero en 1759 y ascendió en 1771 a oficial primero. Gozó de la protección del duque de Alba y de la condesa de Benavente, en cuya casa murió el 5 de marzo de 1794, a los 63 años de edad. Ramón de la Cruz tradujo y arregló del italiano y del francés un buen número de tragedias, comedias y zarzuelas. Transformó en zarzuelas algunas óperas italianas y escribió gran cantidad de loas, introducciones, intermedios, fines de fiesta, obras de circunstancias y obras de encargo. Su fama se debió a la escritura de sainetes de carácter popular y castizo. El mundo que Cruz retrata es una sociedad pintoresca de majas, artesanos, petimetres, damiselas, desocupados y vividores, como se refleja en obras como su sainete Manolo.
Nicolás Fernández de Moratín y su hijo Leandro
Nicolás Fernández de Moratín nació en Madrid el 20 de julio de 1737. Estudió en el colegio de los jesuitas en Calatayud y posteriormente en la Universidad de Valladolid. Ejerció la abogacía en Madrid. Fue miembro de la tertulia de la Fonda de San Sebastián, a la que también asistían José Cadalso, Tomás de Iriarte e Ignacio López de Ayala. Fue socio también de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid y de la Academia Romana de los Árcades. Desde 1773 desempeñó la cátedra de Poética del Colegio Imperial de Madrid. Murió el 11 de mayo de 1780.
Su obra literaria abarca la poesía, el teatro y el ensayo. Concebía el teatro, dentro de los ideales del neoclasicismo, como escuela de formación ética. Su hijo, Leandro Fernández de Moratín, es célebre por obras como El sí de las niñas.
El Romanticismo en España
José de Espronceda
Nació en Almendralejo. A los 18 años se trasladó a Lisboa, donde se enamoró de Teresa Mancha. Se fueron a Londres y allí contactó con exiliados liberales españoles que habían escapado de la represión de Fernando VII, lo que le permitió conocer la obra de Lord Byron. Su rebeldía hizo que participase en numerosas revueltas políticas y escribió para periódicos de corte liberal-progresista.
Características de su obra y obras destacadas:
Su romanticismo se puede caracterizar como progresista, exaltado, lleno de ritmo y fantasía. Escribió una novela histórica, Sancho Saldaña, pero destacó con sus poemas. En las Canciones idealiza a individuos marginados como el pirata, el mendigo o el reo de muerte por vivir con unas reglas y una moral propias y ser libres. Asimismo, destacamos dos extensos poemas narrativos: El diablo mundo y El estudiante de Salamanca.
Gustavo Adolfo Bécquer
Poeta español, nacido el 17 de febrero de 1836 en Sevilla, hijo de un célebre pintor del costumbrismo sevillano y hermano de otro, Valeriano. Bécquer era el segundo apellido de su padre. Estudió en el colegio de San Antonio Abad, para luego pasar a estudiar la carrera náutica en el colegio de San Telmo. En 1854, después de quedarse huérfano, se trasladó a Madrid. Intentó dedicarse a la pintura y estuvo sirviendo de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, donde su habilidad para el dibujo era admirada por sus compañeros, pero fue motivo de que fuera cesado al ser sorprendido por el director haciendo dibujos de escenas de Shakespeare. Decidió dedicarse a la literatura y sufrió la pobreza mientras colaboraba en periódicos de poca categoría. Posteriormente entró en «El Contemporáneo», donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda. En 1864 consiguió un cargo muy bien pagado: censor oficial de novelas. Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas; la Revolución de 1868 hizo que se perdiera el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro. Tuvo tres hijos y se separó de su mujer en 1868. Falleció el 22 de diciembre de 1870 a causa de tuberculosis, agravada por una profunda depresión.
José Zorrilla y Don Juan Tenorio
José Zorrilla se basó en El burlador de Sevilla de Tirso de Molina para componer Don Juan Tenorio. Don Juan representa la rebeldía romántica: disfruta de los placeres de la vida, el juego, la fama y el dinero; no respeta a las mujeres, se enorgullece de los hombres a los que ha matado y desafía a los muertos y a Dios.