El Conocimiento Filosófico: De Descartes al Empirismo
El conocimiento ha sido una preocupación fundamental en la filosofía a lo largo de la historia. ¿Cómo podemos estar seguros de lo que sabemos? ¿Es posible alcanzar un conocimiento indudable? Durante la modernidad, surgieron dos grandes corrientes filosóficas que intentaron responder estas cuestiones: el racionalismo y el empirismo.
Racionalismo Cartesiano: La Razón como Fundamento del Saber
René Descartes, considerado el padre de la filosofía moderna, sostuvo que la razón es la fuente más fiable del conocimiento. A través de su método de duda metódica, Descartes buscó identificar un conocimiento absoluto y seguro. Este método consistía en dudar de todo aquello que pudiera ser falso con el objetivo de hallar una verdad indudable. El procedimiento tenía varias fases:
- Primero, la desconfianza en los sentidos, ya que pueden inducir a errores y no son una fuente fiable.
- Segundo, la hipótesis del sueño, donde plantea que no podemos diferenciar con certeza entre la vigilia y el sueño, haciendo que todas las experiencias sean cuestionables.
- Tercero, la hipótesis del genio maligno, en la que imagina la posibilidad de un ser todopoderoso que nos engaña constantemente, llevando la duda al extremo.
Finalmente, llega a su famosa verdad indudable: «Cogito, ergo sum» (“Pienso, luego existo”). Este principio, según Descartes, demuestra que si bien puede dudar de todo, el hecho mismo de dudar confirma su existencia como ser pensante. Desde este punto, Descartes intentó reconstruir el conocimiento usando la razón como fundamento.
Para Descartes, solo las ideas claras y distintas eran verdaderas. Además, defendió la existencia de ideas innatas, como la idea de Dios, argumentando que no podría originarse en la experiencia, sino que debía estar impresa en la mente desde el nacimiento. Esta confianza absoluta en la razón es la característica central del racionalismo.
Empirismo: La Experiencia como Origen y Límite del Conocimiento
En oposición al racionalismo, filósofos como John Locke y David Hume sostuvieron que el conocimiento proviene exclusivamente de la experiencia. Locke negó la existencia de ideas innatas y afirmó que la mente es una «tabla rasa» al nacer, llenándose con las percepciones obtenidas a través de los sentidos. Según su perspectiva, el conocimiento se construye a partir de la experiencia y la reflexión.
Por su parte, Hume llevó esta postura a un extremo más radical. Según él, solo poseemos impresiones e ideas, y muchas de nuestras creencias son meras costumbres mentales sin fundamento lógico. Para Hume, cuando observamos que un evento se repite, simplemente suponemos que seguirá ocurriendo igual en el futuro, aunque no haya una garantía racional que lo asegure.
Comparación y Reflexiones Finales
Mientras que Descartes buscaba una base inmutable para el conocimiento en la razón, los empiristas resaltaron las limitaciones de nuestra capacidad de conocer. La confianza cartesiana en la razón impulsó el desarrollo de la matemática, la ciencia y la filosofía idealista. En contraste, el empirismo de Locke y Hume influyó en el modelo científico moderno, basado en la observación y la experimentación.
En conclusión, ambas corrientes marcaron profundamente el pensamiento occidental. Descartes promovió la razón como la herramienta clave para entender la realidad, mientras que el empirismo nos recordó que la certeza absoluta es esquiva y que el conocimiento humano se basa, en gran medida, en la probabilidad.
Israel