Ética de la Virtud: Aristóteles y la Búsqueda de la Felicidad
La Verdad como Camino a la Felicidad
Para Aristóteles, el conocimiento de la verdad trae la felicidad. ¿Qué es la verdad para este filósofo? El conocimiento de la verdad supone el conocimiento de la causa incausada que genera el movimiento y la actividad de todo ser en el cosmos y del cosmos mismo. Todos los seres del mundo sublunar y del mundo supralunar (esferas perfectas, divinas) se mueven por el primer motor. Si hay actividad de todo tipo en el cosmos, se debe al primer motor. Conocer esto, llegar a tal conocimiento, implica hacer el mejor uso de la razón teórica, implica obrar según la razón y esto lleva a la felicidad, porque la curiosidad innata del ser humano queda satisfecha al saber cómo es y cómo funciona el cosmos.
La Felicidad Imperfecta y el Término Medio
Quienes no consiguen tal conocimiento pueden alcanzar una felicidad menos perfecta, que consiste en la elección racional del término medio en las acciones humanas. Según Aristóteles, el término medio debe elegirse entre dos extremos: uno por exceso y otro por defecto. Por ejemplo, entre la cobardía (defecto) y la temeridad (exceso), elegir ser valiente es el término medio y lo que trae la felicidad. Otro ejemplo: entre el derrochador (exceso) y el tacaño (defecto), elegir ser generoso supone el término medio que trae la felicidad.
Una de las primeras investigaciones sobre la imperfección del ser humano se la debemos a Aristóteles. Dado que lo propio y específico del ser humano es la razón, la actividad más perfecta y más bella de todas debería ser la contemplación de la vida. Por ser el bien más excelente, lo razonable sería buscar la contemplación de la verdad por sí misma. A este género de actividad, que coincide con la felicidad, apuntan las virtudes intelectuales. La contemplación de la verdad es una actividad difícilmente alcanzable en esta vida. Existe una felicidad imperfecta que consiste en guiar la propia vida, haciendo uso de las virtudes éticas o morales.
Ética del Deber: Immanuel Kant y los Principios Universales
La Moral Formal y el Deber
Immanuel Kant sostiene que la ética debe proponer principios universales, válidos para todos en cualquier circunstancia. Las éticas que se basan en la búsqueda de la felicidad proponen principios materiales que no pueden ser leyes universales. La universalidad que buscamos se puede dar en una moral formal. Se entiende por formal la pureza de los motivos que nos llevan a obrar de una manera determinada y no de otra. La clave de la ética kantiana se encuentra en la idea de deber. Este filósofo sostiene que hemos de actuar siempre por la sola idea del deber.
Según Kant, las éticas eudemonistas son heterónomas: las normas morales vienen dadas desde una instancia exterior al propio sujeto. Él propone una moral autónoma, en la que el sujeto se impone a sí mismo el deber. El único deber que, según este filósofo, mueve la voluntad sin condición alguna, sería el imperativo categórico.
El Imperativo Categórico
¿Qué es un imperativo categórico? Es una ley moral universal que no depende de condiciones. Un ejemplo es: «No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti». ¿Qué quiere decir actuar por deber? Quiere decir que el imperativo categórico —la ley— nos dice cómo actuar. Tenemos el deber de actuar conforme a la ley: no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
Por último, Kant dirá —como principio ético— que los seres humanos somos fines en sí mismos y no medios para alcanzar un fin. Esto quiere decir que ningún ser humano debe ser usado por otro humano como si se tratara de una cosa o su propiedad.
Estoicismo: La Armonía con el Logos y la Ataraxia
El Logos y la Aceptación del Destino
Para los estoicos, el Logos es una entelequia universal e inmanente a todos los seres y causa de todas las cosas. El hombre, para alcanzar su bien, debe vivir conforme a la naturaleza; esto es, aceptar el destino sin pretender cambiarlo, pues todo cuanto sucede ocurre por razón del Logos. El hombre posee razón, siendo esta parte del Logos. Con su razón, el hombre puede alcanzar su bien si logra entender que todo cuanto sucede ocurre porque así lo ha querido el Logos y no puede ser de otra manera.
La Virtud y la Ataraxia
Al aceptar las cosas como son y no pretender cambiarlas según nuestros deseos o pasiones, el hombre alcanza la paz: la ataraxia o serenidad de espíritu.
Para los estoicos, entre los cuales se encuentran autores como Zenón de Citio, Séneca y Marco Aurelio, la filosofía es el camino hacia la felicidad, que consistiría en vivir según la razón, atendiendo a las virtudes éticas. Para ellos, solo la virtud asegura la armonía interior y la imperturbable paz del alma. Los demás bienes serían indiferentes; el auténtico sabio vive desprendido de ellos. La ética estoica es una ética del autodominio, motivada por la necesidad de neutralizar el sufrimiento.
Ética del Discurso: Habermas y la Justicia Universal
El Desafío del Pluralismo y la Ética Universal
El pluralismo cultural y ético presenta una serie de preguntas: ¿Cómo se respetan las peculiaridades de cada cultura? ¿Se pueden aceptar normas éticas de validez universal? Parece que el respeto a la pluralidad cultural imposibilitaría una ética universal. En el siglo XX surgieron diversas corrientes de origen kantiano que defendieron la necesidad de construir una ética universal que permitiera superar el relativismo. Su principal representante es Jürgen Habermas.
Condiciones de una Moral Universal
- No debe imponer una perspectiva cultural o ética determinada como solución a los problemas morales.
- No ha de apoyarse en valores religiosos o en máximas morales, sino en razones que se puedan debatir.
La función de la ética ya no consistiría en cómo orientar la vida personal para poder alcanzar la felicidad, sino únicamente en alcanzar la justicia. Se intenta establecer un método racional de alcance universal. Este método sería el diálogo libre de dominio, no sometido a ningún tipo de poder. Las normas resultantes de este diálogo respetarían la pluralidad cultural propia de las sociedades democráticas.
Conceptos Fundamentales en Ética
La razón teórica es útil al hombre para conocer la realidad; la ciencia y la filosofía forman parte de ella.
La razón práctica sirve al hombre para guiar su conducta en relación a sí mismo y a los demás, preguntándose qué es lo más conveniente, bueno y sabio para uno mismo y los demás.
La ética es la rama de la filosofía que piensa y reflexiona sobre cómo debemos actuar, teniendo en cuenta nuestra libertad. Al decidir libremente cómo vamos a actuar para con nosotros mismos y los otros, la decisión libre que vamos a tomar nos hace responsables de las consecuencias de las acciones que libremente hemos decidido llevar a cabo.
Un saber directivo. Cuando, después de mucho comprobar que si no critico a nadie a sus espaldas y guardo los secretos que la gente me cuenta con confianza, me vuelvo una persona importante y confiable para los que me rodean, a la par que respetuoso, entonces adquiero el conocimiento de que no criticar es cómo debo actuar, cómo dirigir mi acción para conmigo mismo y los demás.
Un saber que reflexiona sobre la acción libre de la persona. Me enamoro de la novia de mi amigo y ella se enamora de mí.
Hedonismo: La Búsqueda del Placer y la Ataraxia
La Vida Austera y la Tranquilidad del Alma
El hedonismo propone una vida austera y sencilla para conseguir un estado sin turbación mental. Esta ética deja de lado la política (para no entrar en debates ni contradicciones), para centrarse en el cultivo del arte, la filosofía y la amistad, con el fin de alcanzar la tranquilidad del alma.
Tipos de Placer y la Ataraxia Epicúrea
El término hedonismo es de origen griego y procede de *hedoné*, que significa placer. Se suele considerar que Epicuro es su principal representante. Para este filósofo, el placer es el principio y el fin de la vida feliz. Esto no significa que proponga como norma de conducta el goce irresponsable de los placeres. De hecho, distingue dos tipos de placer: el placer dinámico, que resulta de la satisfacción de la necesidad, y el placer estático, que equivale a la ausencia de dolor y turbación. Este último es el estado de ataraxia, en el cual se alcanzaría la imperturbabilidad del espíritu. Como toda experiencia placentera, por intensa que sea, es siempre breve y limitada, Epicuro sostiene que solo el placer estático da la felicidad.