Humanismo y Renacimiento: Orígenes, Ideas y Grandes Figuras


Orígenes del Humanismo

Quienes difundieron el término «moderno» fueron los hombres de los siglos XV y XVI que cultivaron el Humanismo, un movimiento intelectual y artístico caracterizado por la preocupación por el ser humano.

El origen del Humanismo y de la Edad Moderna se remonta a una serie de hechos clave que se produjeron en la Edad Media:

  • 1453: Los turcos tomaron Constantinopla. Esta ciudad, de tradición cristiana, había preservado gran parte del conocimiento griego y romano. Como consecuencia, muchos sabios de Constantinopla se refugiaron en Italia, donde difundieron su vasto conocimiento de la antigüedad clásica.
  • 1492: Cristóbal Colón «descubrió» América. Este evento hizo que los europeos tomaran conciencia de que el planeta era mucho más grande de lo que imaginaban. Fascinados con el «Nuevo Mundo», surgieron inquietudes como: ¿Qué unía a los hombres que Colón conoció en esas lejanas tierras?
  • 1456: La invención de la imprenta por Gutenberg revolucionó la producción de libros. Al abaratar los costos, permitió que las ideas humanistas se difundieran rápidamente por toda Europa, promoviendo un continuo mejoramiento del conocimiento.

El origen del Humanismo se situó en Italia (la península itálica, ya que la nación como tal no existía entonces), donde surgieron importantes centros para el estudio del griego, latín, hebreo y la lectura de obras clásicas. Esto ocurrió en las ricas ciudades del norte, como Florencia, Venecia, Milán y Génova. Pronto, la influencia humanista se extendió a Alemania, España, Inglaterra y los Países Bajos.

Para los humanistas, la Antigüedad Clásica fue un modelo a imitar. Consideraban la Edad Media como una etapa intermedia y oscura, sin avances significativos, e incluso un retroceso.

Se considera que la Edad Moderna se inició con la toma de Constantinopla y el «descubrimiento» de América, y culminó con la Revolución Francesa (1789).

La invención de la imprenta permitió publicar una considerable cantidad de libros, eliminando la necesidad de la copia manual. Esto hizo que el precio de los libros descendiera y aumentara su venta, facilitando la difusión de las ideas humanistas.

Del Teocentrismo al Antropocentrismo

Los humanistas se inspiraron en el modelo cultural de la Antigüedad. En esa época, los griegos realizaron grandes obras de arte, con el ser humano como figura central, mientras que los romanos elaboraron leyes y construyeron portentosas obras de ingeniería. Según los humanistas, estos logros se habían perdido en la época medieval, y a ellos les correspondía recuperarlos.

Para los humanistas, lo moderno era lo contrario a lo medieval, considerado un período oscuro. La forma de pensar de los humanistas se levantó en oposición a las ideas y la cultura medieval, que propiciaba una visión teocéntrica. Esto no significa que fueran irreligiosos; creyeron en Dios y sostuvieron que cumplían con la voluntad divina de que las personas se amaran, valoraran la vida y procuraran su continuo mejoramiento, lo cual se asoció con la idea del progreso.

La riqueza dejó de ser mal vista, y la fama comenzó a importar como un modo de trascender. Dios resurgió como un padre bondadoso.

Educación Humanista

El desarrollo de la burguesía mercantil fue crucial, ya que actuó como mecenas (protectores) de artistas y literatos humanistas, aportando los recursos para mantener bibliotecas y centros de estudio donde se cultivaron las humanidades. Los burgueses respaldaron a los humanistas en su lucha por introducir nuevas asignaturas de estudio, distintas a las de la Edad Media. Los nuevos «saberes» que los humanistas defendieron se relacionaron con el estudio de las lenguas clásicas. A través del estudio de las lenguas, los humanistas vieron una oportunidad para disciplinar la mente y desarrollar el intelecto. Penetrar el contenido se valoró como un medio para adentrarse en el conocimiento. La educación humanista instruía en el conocimiento del latín y, al mismo tiempo, formaba valores para mejorar la convivencia. Sus principales exponentes fueron: Erasmo de Róterdam, Tomás Moro y Juan Luis Vives.

Humanismo y Renacimiento

Del Humanismo emergió un movimiento artístico que se extendió desde Italia al resto de Europa: el Renacimiento. Este movimiento deriva del esfuerzo por hacer «renacer» la Antigüedad griega y romana. En el campo artístico, lo digno de imitar de la cultura clásica eran sus formas utilizadas en la construcción, el modo en que representaron la figura humana y la manera de retratar la naturaleza. Sin embargo, esto no debe hacernos creer que el Renacimiento fue pura imitación. Los artistas de los siglos XV y XVI introdujeron novedades fundamentales en la pintura, como el uso del claroscuro, y en las edificaciones grecorromanas. Construyeron las cúpulas más grandes conocidas hasta la fecha. Por ejemplo, en 1420, Filippo Brunelleschi diseñó la cúpula para la Catedral de Santa María del Fiore, en Florencia. Miguel Ángel diseñó la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, Roma. Los autores de estas obras se caracterizaron por su universalidad. Miguel Ángel brilló en el campo de la arquitectura, pero también en la escultura y la pintura. Leonardo da Vinci, quizás el personaje más representativo del Renacimiento, pintó, esculpió y construyó obras que siguen causando admiración por su perfección y belleza. Famosos son los bocetos y anotaciones de Leonardo respecto a la anatomía humana, basados en el estudio de cadáveres. El resultado de estos estudios permitió conocer mejores técnicas para representar el cuerpo humano. En la actualidad, el clasicismo renacentista pervive en obras que buscan reproducir el estilo clásico.

Representantes del Renacimiento

Muchos artistas renacentistas expresaron sus capacidades a través de la pintura, la escultura, la arquitectura e incluso la ciencia. Entre ellos destacan:

  • Sandro Botticelli (1445-1510)

    Uno de los pintores más notables de Florencia, su estilo se caracterizó por la elegancia y la fuerza de sus líneas. Entre sus obras destacan: La Adoración de los Magos, La Primavera y El Nacimiento de Venus.

  • Leonardo da Vinci (1452-1519)

    Nació en Vinci, cerca de Florencia, y fue educado en esta ciudad, que era el centro intelectual de Italia y la cuna del Humanismo. Desde joven, dio muestras de su inteligencia y creatividad en variadas disciplinas. Considerado uno de los mejores pintores de todos los tiempos, fue también un gran científico: investigó la anatomía humana y analizó el ojo humano con detenimiento. Realizó descubrimientos en geología, meteorología e hidráulica, y estudió las mareas y la luna. Destacó como ingeniero, realizando diseños de todo tipo de máquinas. También fue un gran músico, con gran habilidad de improvisación. Su pintura destacó por el uso del color y la perspectiva, logradas con la técnica del sfumato. Entre sus obras más célebres destacan: La Última Cena, La Gioconda, La Virgen de las Rocas y La Anunciación.

  • Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564)

    Uno de los artistas más grandes y completos, llevó a cabo extraordinarias realizaciones en todas las ramas del arte. Fue uno de los mejores pintores, arquitectos y escultores. Su obra se desarrolló principalmente en Florencia y Roma. Él siempre se consideró un escultor, y sus esculturas mostraban un dominio total de las proporciones humanas. Entre sus esculturas destacan: El David, El Esclavo Moribundo, El Moisés y Las Piedades. Entre sus pinturas más famosas se encuentra: El Techo de la Capilla Sixtina (1508-1512). También realizó importantes obras arquitectónicas, como la remodelación de la Plaza del Capitolio de Roma y la terminación de la Basílica de San Pedro.

  • Rafael Sanzio (1483-1520)

    Destacado pintor que logró plasmar el ideal de belleza y el amor hacia el mundo clásico, influido por las obras de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Entre sus trabajos más notables destacan: La Escuela de Atenas, Los Desposorios de la Virgen o La Sagrada Familia.

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