La Evolución Económica de Asia: De la Planificación al Liderazgo Global


China: De la Planificación Central al Capitalismo de Mercado

Desde 1949, tras la revolución, China adoptó un sistema comunista. Su política económica se basaba en el principio de que «nada es de nadie», ya que el Estado era el propietario de todos los bienes y el único tomador de decisiones. Esto significaba que los ciudadanos no tenían autonomía para decidir, por ejemplo, qué cosechar en las tierras que el Estado les prestaba; si este decidía realizar actividades agrarias, todos debían seguirlo, o de lo contrario eran oprimidos.

Con el avance de la globalización, el comunismo fue cediendo terreno, dando paso a la apertura al capitalismo con el objetivo de mejorar el funcionamiento y la competitividad económica del país.

A pesar de contar con miles de millones de habitantes, la industrialización y el contacto directo con las industrias se concentraron inicialmente en zonas específicas. Los sectores que recibieron inversiones extranjeras fueron principalmente:

  • Centros urbanos (ciudades costeras).
  • Capitales de provincias.
  • Ciudades menores ubicadas en fronteras.

Como consecuencia de esta apertura, se eliminó el monopolio estatal en ciertos ámbitos, lo que impulsó la creación de más de 1000 sociedades denominadas Foreign Trade Companies (FTC), encargadas de la compra y venta de divisas. Además, se permitió la circulación de divisas y los pagos en monedas extranjeras.

Transformación de la Economía Primaria

En la actividad primaria, el sistema de explotación de tierras basado en comunas fue reemplazado por un sistema de «responsabilidad familiar». Las tierras, que seguían siendo propiedad del Estado, se dividieron entre las familias por periodos de 10 o 15 años. El contrato obligaba a estas familias a entregar una cuota fija de la producción, permitiéndoles comercializar el excedente a precios libres en el mercado local.

Japón: De la Reconstrucción al Liderazgo Tecnológico

Japón es una de las economías dominantes a nivel internacional, destacándose por su rápido crecimiento tras su decisión de convertirse en un país industrializado. El origen de su economía moderna se remonta a la Revolución Meiji (1868), que marcó la ruptura de la organización feudal y el impulso de la industrialización.

Durante este periodo, el Estado invirtió en empresas industriales, contrató profesionales extranjeros e impulsó el mejoramiento de la producción con el fin de privatizar empresas públicas y transferirlas a manos japonesas.

A pesar de su escasez de recursos naturales, lo que lo hacía un país poco atractivo en términos de materias primas, fue crucial para Japón recuperarse de los efectos de la Segunda Guerra Mundial, democratizar la sociedad y abandonar su perfil militarista. Para lograrlo, adoptó un régimen constitucional y renunció al uso de la fuerza como medio para resolver conflictos internacionales.

El desarrollo industrial japonés se benefició significativamente de la Guerra de Corea (en la que Estados Unidos participó). Este conflicto estimuló el acercamiento de Japón a Estados Unidos, lo que les permitió aprender a copiar y, posteriormente, superar la tecnología norteamericana y sus formas de producción.

Claves del Desarrollo Económico Japonés

(El texto original no detalla las claves, pero el encabezado se mantiene según la instrucción de no eliminar contenido).

El Rol del Estado en la Producción y el Desarrollo Tecnológico

El Estado, con un papel orientador, intervino repetidamente en el desarrollo productivo y tecnológico desde sus comienzos. Inicialmente, se privilegiaron industrias como la siderúrgica, papelera, textil y automovilística. A partir de la década de 1970, el enfoque se amplió hacia las tecnologías de la información, la robótica, la electrónica y los equipos de precisión en general.

Los Nuevos Países Industrializados (NPI)

Países como Taiwán, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong, conocidos como los Nuevos Países Industrializados, apostaron por el máximo ahorro y la inversión en una industria orientada a la exportación. Esto se logró a través de largas jornadas de trabajo y una fuerte disciplina laboral. Recibieron ayuda militar y financiera de los Estados Unidos.

Estos países privilegiaron la capacitación y calificación de la mano de obra local, aprovechando la infraestructura manufacturera que Japón les legó durante su ocupación. En poco tiempo, pasaron de ser economías con escaso desarrollo y predominantemente agrícolas a países fuertemente industrializados. Sin embargo, este progreso de crecimiento tuvo como contrapartida bajos salarios, un hecho que resultó atractivo para las empresas extranjeras que se instalaban en la región.

La llegada de empresas multinacionales y capitales extranjeros fue favorecida, siempre y cuando la inversión extranjera fuera compatible con los intereses nacionales y no arruinara la competitividad ni las expectativas del empresario local. La intervención del Estado fue clave para llevar adelante el proceso de modernización.

Debido a la limitación de tierras y recursos naturales, el crecimiento general no podía apoyarse en la exportación de productos primarios; por lo tanto, la industria constituyó el factor clave de su desarrollo.

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)

Malasia, Indonesia, Tailandia, Filipinas, Singapur y Vietnam forman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). En algunos de estos países, los productos electrónicos japoneses son ensamblados, aprovechando los bajos salarios, jornadas de trabajo de 10 horas, seis días por semana, y pocos beneficios sociales para los trabajadores. A pesar de estas condiciones, en todos ellos se utilizan tecnologías de punta.

  • Malasia experimentó un crecimiento más rápido, con una reducción significativa del nivel de pobreza y de las diferencias de ingresos por pertenencia étnica.
  • Indonesia y Tailandia mejoraron su producción industrial y agrícola, además de aumentar los ingresos provenientes del turismo.

La industria japonesa se orienta tanto a la exportación como al mercado interno. Exporta textiles, maquinarias, automóviles, químicos y productos electrónicos, pero necesita importar petróleo, alimentos y otras materias primas.

El Capital Intangible en la Producción Global

El capital intangible es un insumo básico en la producción mundial actual. Se establecen reglas para evitar el aprovechamiento indebido de inventos por parte de empresas de la competencia y se controla la dedicación exclusiva de los investigadores o científicos.

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