La Fundación Mítica de Roma: Eneas, Rómulo y el Origen de la Civilización Latina


La Leyenda Fundacional de Roma

De Troya a Italia: El Viaje de Eneas

Eneas, el héroe troyano hijo de la diosa Venus y del mortal Anquises, había escapado a la destrucción de Troya, llevando consigo a su anciano padre Anquises, a su esposa Creusa —que desaparecería durante el viaje— y a su hijo, llamado Ascanio o, según otros, Julo. Llevaba consigo los Penates y el Paladio (las imágenes de las divinidades protectoras de la ciudad), y una misión que el destino le había reservado: fundar una nueva Troya.

Después de muchas peripecias y un viaje por el Mediterráneo, llegó con sus naves a las costas de Italia. Allí lo esperaba el rey Latino, héroe epónimo del pueblo itálico de los latinos, quien había recibido una profecía exhortándolo a otorgar la mano de su hija Lavinia a un héroe extranjero. De este modo, Eneas casó con la princesa Lavinia. Así se fusionaron las estirpes troyana y latina.

Eneas tuvo que vencer la resistencia de otros pueblos del Lacio, como los rútulos encabezados por Turno.

Lavinia tuvo un hijo póstumo de Eneas, al que llamó Silvio, que sería hermanastro de Ascanio. Ascanio cedió el trono de Lavinio a su madrastra y partió para fundar una nueva ciudad, Alba Longa. Al morir sin descendencia, legó el trono a Silvio, quien daría su nombre a la estirpe real albana.

Rómulo y Remo: Los Gemelos Fundadores

Después de Silvio, los descendientes de Eneas reinaron en Alba Longa hasta que le llegó el momento a Numitor, hijo del rey Procas. Pero Amulio, su hermano, le usurpó el trono, hizo matar a todos sus hijos varones y consagró a la princesa Rea Silvia como sacerdotisa en el templo de la diosa Vesta, para impedirle que se casara y que alguno de sus hijos pudiera exigirle un día la restitución del trono que detentaba. Pero el propio dios Marte, que había puesto sus ojos en la joven vestal, la sedujo en el bosque sagrado adonde había acudido para buscar agua. Como fruto de esa relación nacerían los gemelos Rómulo y Remo.

Amulio mandó encarcelar a su sobrina y arrojar a los gemelos al Tíber.

Una loba, enviada por Marte para salvar a sus hijos, se compadeció de los niños y los amamantó, hasta que el pastor Fáustulo los recogió y los confió a su esposa Aca Larentia.

Después de estos sorprendentes sucesos, Rómulo y Remo decidieron fundar una nueva ciudad, en el lugar donde habían sido salvados. Instalado en la cima del monte Aventino, Remo vio venir seis buitres, mientras que Rómulo, situado en el Palatino, vio doce. Los dioses le fueron propicios a Rómulo, quien decidió fundar la nueva ciudad sobre ese lugar.

Rómulo trazó el límite de su ciudad con un arado tirado por dos bueyes y comenzó a levantar una muralla. Pero Remo, haciendo burla, traspasó de un salto el límite de la ciudad palatina, penetrando en el recinto que Rómulo había consagrado, y este, irritado por el sacrilegio, desenvainó su espada y lo mató.

La Fusión de Latinos y Sabinos

El núcleo más antiguo de la ciudad fue la llamada Roma Quadrata, sobre una de las cimas del Palatino: el Germal. Progresivamente se fueron poblando las colinas vecinas. Así, Roma fue el resultado del proceso de unificación de los habitantes de las colinas, latinos y sabinos, antes que el producto de una fundación predeterminada en fecha precisa.

Roma se convertiría en la ciudad de las Siete Colinas (Palatino, Celio, Aventino, Esquilino, Viminal, Quirinal y Capitolio). El Septimontium era una fiesta celebrada anualmente en Roma, como conmemoración del momento en que los habitantes de las colinas quedaron unidos en una misma ciudad.

El Recuerdo de los Orígenes y el Culto a Lavinio

Lavinio se encontraba a 50 km al sur de la ciudad de Roma. Eneas la fundó en honor de su esposa Lavinia. Los romanos realzaron el papel del héroe como fundador de esta ciudad. Lavinio, importante centro religioso, sirvió para reconstruir la unidad sagrada de todos los latinos cuando quedaron bajo la hegemonía de Roma. Allí, en un santuario federal, se guardaban unos dioses Penates (traídos por Eneas desde Troya), que protegían a Roma y al conjunto del pueblo latino. Por eso, era costumbre que, al tomar posesión de su cargo, los magistrados romanos visitaran oficialmente Lavinio para hacer un sacrificio a los Penates y a Vesta.

Contexto Histórico y Fuentes

¿Quiénes Fueron los Romanos?

Roma fue fundada en el año 753 a.C. por pastores provenientes de los Montes Albanos y Sabinos, asentada sobre el Palatino a orillas del río Tíber. En el siglo VI a.C., los etruscos, un pueblo del norte, hicieron de esta aldea una auténtica ciudad, con sus calles, plazas, mercados, tiendas, templos y edificios públicos.

La Fundación de Roma según Tito Livio

El historiador Tito Livio relata que, en el siglo VIII a.C., reinaba en Alba Longa, ciudad del Lacio fundada por un descendiente de Eneas, el rey Numitor. Su hermano Amulio, llevado por la ambición, lo expulsó del trono y consagró a la hija de Numitor al culto de la diosa Vesta. Marte se enamoró de ella, y de su unión nacieron los gemelos Rómulo y Remo. El nuevo rey se asustó y ordenó que los arrojaran al río Tíber. Allí los encontró una loba, que los crio amamantándolos. Cuando fueron mayores, se enfrentaron al rey usurpador y restituyeron el trono a su abuelo Numitor. Se instalaron en una colina, cerca del lugar donde fueron alimentados por la loba, y la rodearon con un muro de piedra.

Los Tres Grandes Periodos de la Historia de Roma

¿Cuándo Vivieron?

En la historia de Roma se distinguen tres grandes periodos:

  • La Monarquía: Desde el siglo VIII a.C. hasta el año 509 a.C. Es la época del surgimiento del Estado Romano y la creación de un nuevo sistema político.
  • La República: Época de creación de la unidad itálica y expansión del Estado romano por el Mediterráneo.
  • El Imperio: Desde el año 30 a.C. hasta el año 476 d.C. (caída de Roma a manos de los bárbaros).

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