La Ilustración y su Confianza en la Razón
La Ilustración (siglo XVIII) apostó decididamente por la razón como la herramienta fundamental para comprender y transformar el mundo. Buscaba el progreso humano mediante el avance de la ciencia, la reforma política y el desarrollo filosófico, marcando una ruptura con las tradiciones ancladas en la monarquía absoluta y la hegemonía de la Iglesia.
Este movimiento promovió ideales revolucionarios como la igualdad, la libertad y la justicia, ejerciendo una influencia decisiva en eventos históricos como la Revolución Francesa. Sus pensadores creían firmemente en principios como:
- Laicismo: Se cuestionó la religión tradicional y se propuso una religiosidad basada en la razón (deísmo) o directamente se abogó por el ateísmo, separando la esfera pública de la influencia eclesiástica.
- División de poderes: Inspirados por pensadores como Montesquieu, se defendió la separación estricta entre el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial como garantía contra el despotismo.
- Soberanía popular: Se afirmó que el poder reside en el pueblo, quien lo delega en sus gobernantes, sentando las bases de las democracias modernas.
Críticas a la Razón Ilustrada: La Escuela de Frankfurt
A pesar del optimismo inicial, la razón ilustrada no tardó en ser objeto de críticas. Filósofos de la Escuela de Frankfurt, como Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, argumentaron en el siglo XX que la razón, en lugar de liberar al ser humano como prometía la Ilustración, se había convertido paradójicamente en un sofisticado instrumento de control y dominación.
Acuñaron el término «razón instrumental» para describir cómo la racionalidad se había reducido a un mero cálculo de medios para alcanzar fines, sin cuestionar la moralidad de esos fines. Esta razón instrumental sirvió para dominar eficientemente la naturaleza, pero también para dominar y oprimir a las personas, como se evidenció trágicamente en los totalitarismos del siglo XX (nazismo, estalinismo).
Adorno y Horkheimer denunciaron también que la Ilustración, en su afán por erradicar los viejos mitos religiosos, había terminado por crear nuevos mitos seculares: el mito del progreso indefinido, el consumismo exacerbado y la mercantilización de la cultura.
La industria cultural (medios de comunicación masiva, cine, televisión, publicidad) fue señalada como un mecanismo clave que moldea la conciencia de la sociedad según los intereses del poder económico y político, adormeciendo la capacidad crítica y haciendo que los individuos pierdan su autonomía.
El Debate entre Modernidad y Posmodernidad
La Modernidad, heredera directa de la Ilustración, se caracterizó por una profunda confianza en la razón, la ciencia y el progreso como fuerzas capaces de mejorar la condición humana y conducir a un futuro mejor.
Sin embargo, la Posmodernidad, corriente de pensamiento que emerge con fuerza en la segunda mitad del siglo XX, puso en tela de juicio esta visión optimista y unilineal:
- Critica la idea de un progreso universal y necesario: Señala los aspectos destructivos del progreso técnico y científico (guerras mundiales, crisis ecológicas).
- Duda de la capacidad de la razón para ofrecer soluciones definitivas y universales a los problemas humanos. Desconfía de los «grandes relatos» o metanarrativas que intentan explicar la totalidad de la historia y la experiencia humana.
- Destaca y valora la diversidad de formas de vida, culturas y pensamientos, rechazando la imposición de un único modelo de racionalidad o civilización.
Kant y la Crítica de la Razón Pura: La Analítica Trascendental
Immanuel Kant, figura central de la Ilustración alemana, emprendió un examen crítico de los límites y posibilidades de la propia razón en su obra cumbre, la Crítica de la Razón Pura.
Juicios Sintéticos a Priori
Kant se preguntó cómo son posibles los juicios sintéticos a priori, es decir, juicios que amplían nuestro conocimiento (sintéticos) pero cuya verdad es universal y necesaria, independiente de la experiencia (a priori), como los de las matemáticas o los principios fundamentales de la física. Su respuesta revolucionaria fue que no es el objeto el que determina al sujeto, sino que es el sujeto el que estructura la experiencia del objeto a través de sus propias facultades cognitivas.
El entendimiento, según Kant, no es una tabla rasa, sino que posee estructuras innatas (conceptos puros o categorías) que organizan activamente los datos caóticos proporcionados por la sensibilidad (a través de las formas puras de la sensibilidad: el espacio y el tiempo).
Las Categorías del Entendimiento
Kant identificó doce categorías o conceptos puros del entendimiento, que son las formas lógicas mediante las cuales pensamos y unificamos la diversidad de la experiencia sensible. Las agrupó en cuatro clases:
- Cantidad:
- Universales (Unidad)
- Particulares (Pluralidad)
- Singulares (Totalidad)
- Cualidad:
- Afirmativos (Realidad)
- Negativos (Negación)
- Indefinidos (Limitación)
- Relación:
- Categóricos (Inherencia y Subsistencia – sustancia y accidente)
- Hipotéticos (Causalidad y Dependencia – causa y efecto)
- Disyuntivos (Comunidad – acción recíproca)
- Modalidad:
- Problemáticos (Posibilidad – Imposibilidad. Ej: «Podría llover mañana»)
- Asertóricos (Existencia – No existencia. Ej: «El árbol está aquí»)
- Apodícticos (Necesidad – Contingencia. Ej: «2+2=4 es una verdad necesaria»)
Manifestaciones de la Ilustración en Europa
Aunque compartió principios comunes, la Ilustración se manifestó con matices diferentes en cada país:
Gran Bretaña
- Las ideas empiristas y liberales de John Locke sentaron las bases.
- En Escocia, brillaron figuras como el filósofo escéptico David Hume y el padre de la economía moderna, Adam Smith.
- La Ilustración británica influyó notablemente en la francesa.
- Se caracterizó por el deísmo (creencia racional en Dios al margen de las religiones reveladas) y una ética basada en los sentimientos morales.
- Aportaciones importantes: El utilitarismo (buscar la mayor felicidad para el mayor número) y el liberalismo político (defensa de los derechos individuales y límites al poder estatal).
Francia
- Considerada a menudo la Ilustración más emblemática y radical.
- Voltaire fue un gran divulgador del pensamiento científico de Newton y del liberalismo de Locke, además de un crítico mordaz de la intolerancia religiosa y la opresión política.
- El proyecto colectivo más ambicioso fue la Enciclopedia, dirigida por Diderot y D’Alembert, que buscaba compilar y difundir todo el saber de la época bajo la luz de la razón.
- Surgieron filósofos materialistas y ateos como La Mettrie y el barón d’Holbach.
- Jean-Jacques Rousseau, aunque figura compleja y a veces crítica con ciertos aspectos de la Ilustración, tuvo una enorme influencia. Criticó que el progreso de las ciencias y las artes no implicaba necesariamente un progreso moral y abogó por una reforma radical de las instituciones políticas basada en la voluntad general y el contrato social.
Alemania (Aufklärung)
- Los grandes filósofos ilustrados fueron Immanuel Kant, Moses Mendelssohn y Gotthold Ephraim Lessing.
- Kant intentó superar la dicotomía entre el racionalismo continental y el empirismo británico con su filosofía trascendental, centrada en el papel activo del sujeto en el conocimiento.
- Figuras como Johann Georg Hamann y Johann Gottfried Herder, aunque formados en la Ilustración, fueron también sus críticos tempranos, prefigurando el Romanticismo al enfatizar la importancia del lenguaje, la historia y los sentimientos.
Feminismo e Ilustración: Las Primeras Voces por la Igualdad
El feminismo, como movimiento social y político que persigue la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, tiene raíces profundas que se entrelazan con los ideales ilustrados.
Si bien una postura sitúa el origen del feminismo organizado en el siglo XIX con el movimiento sufragista anglosajón, otra perspectiva reconoce que las ideas ilustradas sobre la razón universal, la igualdad y los derechos naturales proporcionaron el marco intelectual para las primeras reivindicaciones sistemáticas de los derechos de las mujeres ya en el siglo XVIII.
El llamado protofeminismo se remonta incluso a la «querella de las mujeres», un debate intelectual iniciado en el siglo XIV sobre la naturaleza, capacidades y educación de las mujeres, que se prolongó hasta bien entrada la Ilustración.
Precursoras y Figuras Clave
François Poullain de la Barre (1647-1723)
Este filósofo cartesiano francés, en obras como De la igualdad de los dos sexos (1673), defendió que la supuesta inferioridad intelectual de las mujeres no era natural, sino fruto de la educación y las costumbres, un mero prejuicio. Argumentó que la razón es universal y no tiene sexo.
Olympe de Gouges (1748-1793)
Durante la Revolución Francesa, publicó en 1791 la audaz Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, una réplica directa a la declaración oficial que excluía a las mujeres. En ella exigía:
- Igualdad de derechos políticos, incluido el derecho a participar en la elaboración de las leyes y acceder a cargos públicos.
- Reconocimiento de derechos civiles para las mujeres (propiedad, educación, etc.).
- Abolición de la esclavitud y defensa de otros colectivos oprimidos.
Su activismo y sus críticas a los excesos revolucionarios le costaron la vida; fue guillotinada en 1793.
Mary Wollstonecraft (1759-1797)
Considerada una de las madres fundadoras del feminismo, en su obra fundamental Vindicación de los derechos de la mujer (1792), argumentó apasionadamente a favor de una educación igualitaria para hombres y mujeres como clave para la emancipación femenina y el progreso social.
- Criticó la tiranía masculina y la opresión de las mujeres en la sociedad y la familia, proponiendo una transformación de las relaciones en el ámbito privado.
- Abogó por una educación racional que permitiera a las mujeres desarrollar su independencia económica e intelectual.
- Vinculó la lucha feminista con la crítica a instituciones opresoras como la monarquía, el ejército y la Iglesia establecida.
- Reclamó la participación activa de las mujeres en la vida política, incluido el parlamento y el gobierno.
- Su crítica al patriarcado sentó las bases para entender que la desigualdad de género es una construcción cultural y social, no una determinación natural.