La Restauración Borbónica en España: Un Sistema Político de Estabilidad y Fraude (1875-1931)
La Restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII (1875-1885), hijo de Isabel II, se produjo tras el pronunciamiento militar de Martínez Campos en Sagunto. Este sistema político se mantendría en España hasta 1931.
Cánovas del Castillo: Arquitecto del Sistema
El creador del sistema político de la Restauración fue Antonio Cánovas del Castillo, autor del célebre Manifiesto de Sandhurst. Cánovas era un político pragmático que había integrado la Unión Liberal junto a O’Donnell y fue el líder del partido alfonsino durante el Sexenio Democrático.
Admirador de la estabilidad del parlamentarismo inglés y su sistema de turno de partidos (bipartidismo), su principal mérito fue dotar a la monarquía restaurada de un sistema liberal y autoritario. Este sistema se basaba en el apoyo de la oligarquía y permitía la alternancia pacífica en el Gobierno de dos fuerzas políticas: la derecha dinástica (Partido Conservador) y la izquierda dinástica (Partido Liberal). Estas fuerzas no se marginaban entre sí ni recurrían a la insurrección popular o al ejército para desalojarse mutuamente del poder.
Los partidos antimonárquicos, antiliberales y regionalistas/autonomistas quedaron excluidos y fuera del sistema, al igual que las masas populares, ya que los resultados electorales de los dos partidos gobernantes se obtenían gracias a la manipulación y el fraude. Cánovas ocupó la jefatura de gobierno en cinco ocasiones.
La Constitución de 1876: Marco Legal de la Restauración
El marco legal del sistema canovista fue la Constitución de 1876. Inspirada en el liberalismo doctrinario de la Constitución moderada de 1845, estuvo vigente hasta 1923, siendo la más duradera de todas las que la precedieron. Sus principios fundamentales fueron:
- Modelo centralista del Estado: Fuerte control desde el poder central.
- Soberanía compartida: Entre el rey y las Cortes, sin una clara división de poderes.
- Sistema bicameral: Compuesto por el Congreso de los Diputados y el Senado.
- Catolicismo como religión oficial: Con tolerancia hacia otros cultos en el ámbito privado.
- Mantenimiento de la declaración de derechos: Heredada de la Constitución de 1869.
Los Partidos Dinásticos: Conservadores y Liberales
El sistema buscaba configurar dos fuerzas políticas que aceptasen las reglas del juego y pudieran alternarse en el Gobierno, conocidas como partidos dinásticos:
- El Partido Conservador: Liderado por Cánovas primero y por Francisco Silvela después, aglutinó a liberales moderados, miembros de la Unión Liberal y algunos progresistas.
- El Partido Liberal: Encabezado por Sagasta, representó la izquierda dentro del sistema. Aglutinó a conservadores moderados, unionistas, progresistas y algunos demócratas.
La Alternancia en el Gobierno y el Fraude Electoral
La alternancia en el Gobierno se orquestaba de la siguiente manera: el rey nombraba al presidente del gobierno, quien convocaba elecciones que estaban sometidas a una profunda manipulación. El proceso solía empezar con una crisis de gobierno, las Cámaras se disolvían y se buscaban los apoyos para que uno de los dos partidos dinásticos llegara al poder. Para ello, se movilizaba a sus “clientes”, se compraba o presionaba a los electores y a los poderes locales, se falseaban las listas electorales y se manipulaban los votos obtenidos. Una vez en el poder, el partido se dedicaba a repartir cargos, concesiones y privilegios a sus “clientes”.
Estas prácticas fraudulentas recibieron el nombre de pucherazo. El sistema se basaba, pues, en la corrupción electoral. Figuras como el “cesante”, el “cliente” o el “enchufado” se hicieron habituales. Dentro del pucherazo, destacaban:
- Encasillado: Reparto previo de cargos entre el gobierno y la oposición para asegurar los resultados.
- Caciquismo: Los caciques de cada localidad se encargaban de asegurar la elección del candidato designado, ejerciendo influencia y presión sobre la población.
- Otros instrumentos: Manipulación de votos, compra de votos y falseamiento de las listas electorales.
La alternancia en el poder se inició en 1881 cuando el rey llamó a gobernar a Sagasta en lugar de Cánovas. Tras la prematura muerte de Alfonso XII en 1885, su esposa María Cristina de Habsburgo, embarazada de Alfonso XIII, asumió la Regencia. Cánovas, jefe de Gobierno cuando falleció el rey, acordó en el Pacto del Pardo mantener la alternancia en el poder, cediéndoselo a Sagasta durante los primeros años de la regencia.
La Oposición al Sistema de la Restauración
Los grupos que provenían de la etapa anterior y se opusieron al sistema de la Restauración fueron principalmente:
- Los Carlistas: Situados a la derecha del sistema. Tras su derrota en 1876, se dividieron en dos grupos: una corriente integrista, muy intransigente con el liberalismo, y otro grupo que creyó más conveniente formar un partido político y luchar dentro de la legalidad.
- Los Republicanos: Situados a la izquierda del sistema y muy desunidos tras la experiencia del Sexenio Democrático. Durante la Restauración, fue un movimiento que estuvo dividido. Defendían el laicismo del Estado, la educación pública, impuestos progresivos e, incluso, el servicio militar obligatorio. En cuanto a la forma de Estado, Salmerón dirigía el grupo de los que querían una república unitaria, mientras que el grupo que dirigía Pi i Margall aspiraba a una república federal.