La Década de 1930: Crisis y Transformación de la Economía Exportadora Argentina
La crisis económica mundial de 1930 desorganizó los patrones de comercio internacional y afectó los términos del intercambio que Argentina mantenía con los países centrales: exportación de alimentos e importación de manufacturas. En este contexto, los terratenientes y comerciantes exportadores, vinculados con el mercado externo, emprendieron una serie de ajustes en el sector primario exportador e impulsaron un proceso de sustitución de las importaciones industriales.
El Estado comenzó a intervenir en la economía y en las cuestiones sociales. Estas transformaciones económicas produjeron cambios en los grupos sociales de Argentina, y estos factores profundizaron la crisis de legitimidad del régimen político que existía desde el golpe militar de 1930.
Crisis y Reorganización del Sector Exportador
La crisis de 1929 afectó profundamente a la economía argentina, basada en las exportaciones de cereales y carnes. Frente a la crisis, los países industrializados extremaron la protección de sus economías y disminuyeron sus compras de materias primas y alimentos a los países periféricos.
Inglaterra, principal comprador de Argentina, redujo sus importaciones y estableció acuerdos preferenciales con sus colonias para la compra de materias primas y alimentos. Esta decisión alteró el funcionamiento del sector primario exportador y de toda la economía nacional.
La crisis disminuyó el nivel de ganancias de los terratenientes exportadores, quienes tuvieron cada vez más dificultades para realizar las inversiones necesarias para mantener el nivel de producción. Desde 1925, la caída de los precios internacionales desalentó la producción agropecuaria. Por otra parte, el creciente consumo nacional de alimentos agravaba la situación, disminuyendo el excedente disponible para la exportación.
El Proceso de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI)
El Pacto Roca-Runciman fue un intento por recomponer la relación entre la economía argentina e inglesa. Sin embargo, no logró resolver los problemas económicos que afectaban a Argentina desde 1930.
Como resultado de la crisis económica mundial, los países industrializados comenzaron a proteger e impulsar el desarrollo de sus propios sectores primarios o suspendieron sus importaciones de productos primarios provenientes de los países periféricos. En las sociedades latinoamericanas, la caída de sus exportaciones tradicionales provocó la falta de divisas suficientes como para mantener las importaciones de manufacturas industriales.
Consenso para la Industrialización Limitada
Frente a estos cambios en la economía mundial, los grandes terratenientes y comerciantes exportadores, representados por la SRA (Sociedad Rural Argentina), terminaron por coincidir con los grupos industrialistas, nucleados en la UIA (Unión Industrial Argentina), y aceptaron el desarrollo de una actividad industrial destinada a sustituir los productos industriales de otros países. Es decir, acordaron un proyecto de industrialización limitada que se denomina Proceso de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI).
El Desarrollo de las Nuevas Industrias
Desde las últimas décadas del siglo XIX, en Argentina ya se venían desarrollando industrias consideradas “naturales” por la SRA, tales como:
- Frigoríficos (elaboración de carne para exportación y mercado interno).
- Molinos harineros.
- Envasadoras y empacadoras de frutas.
A partir de 1930, la innovación en esta rama de la industria fue la producción de bizcochos y el envasado de frutas argentinas y sus derivados. Pero el proceso de sustitución de importaciones impulsó el desarrollo de nuevas industrias, especialmente en la rama metalmecánica.
Expansión Industrial Post-1930
En los años posteriores a 1930, cobró un fuerte impulso la industria textil, que ya existía, y comenzaron a desarrollarse nuevas áreas que tenían un peso importante en las importaciones:
- Fabricación de maquinarias.
- Vehículos.
- Productos químicos y farmacéuticos.
A partir de 1937, se dio una fuerte expansión en la fabricación de artefactos eléctricos (heladeras, máquinas de coser) y productos derivados del caucho (neumáticos).
Este proceso de industrialización fue financiado con:
- Capitales nacionales (propiedad de un sector de los terratenientes y comerciantes exportadores con vínculos con capitalistas ingleses).
- Inversiones de capital extranjero provenientes de EE. UU., Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña.
Las inversiones de capitales extranjeros crecieron constantemente entre 1931 y 1940.
