La Visión de San Agustín: Gnoseología, Dios, Hombre y Sociedad


San Agustín: Pilares de su Pensamiento Filosófico y Teológico

Gnoseología: El Problema del Conocimiento

El problema del conocimiento en San Agustín se centra en justificar la verdad, ya que esta se vincula directamente con la posibilidad de que el ser humano alcance la felicidad. Se trata de buscar un tipo de conocimiento que nos conduzca a Dios, pues Él fundamenta y hace posible el grado más alto de conocimiento de lo universal y lo necesario, que para San Agustín son las verdades eternas.

Podemos distinguir dos tipos de conocimiento:

  • El sensible: Es el grado inferior, producido en el alma por la acción de los cuerpos sobre los sentidos.
  • El racional: En este, distinguimos el conocimiento inferior, que se ocupa de lo sensible y temporal, y la sabiduría, que conoce las verdades eternas.

Para San Agustín, el conocimiento es una visión posible gracias a la acción iluminadora de Dios sobre la inteligencia, permitiéndole alcanzar las verdades eternas que exceden con mucho su contingencia y finitud. La luz natural de la razón procede de Dios y capacita a la mente para contemplar las verdades universales y necesarias. Tenemos noticia de la existencia real de las cosas por la sensación, y realizamos una comparación entre esos entes finitos y las ideas eternas e inmutables gracias a la iluminación divina.

Dios: Existencia, Esencia y Creación

San Agustín aborda tres temas fundamentales en relación con Dios:

Las Pruebas de la Existencia de Dios

San Agustín aporta una serie de argumentos basados en las verdades eternas. Si existen conocimientos universales y necesarios, y ningún ser particular y contingente puede ser su fundamento, es porque reflejan la necesidad de Dios. La «prueba» de la existencia de Dios también se encuentra en el orden y la contingencia del mundo: toda la creación habla de Dios. Además, alude al consenso universal, al reconocimiento de la existencia de Dios por parte de todos los hombres, excepto aquellos de naturaleza depravada.

La Esencia Metafísica de Dios

La esencia metafísica de Dios se encuentra en la inmutabilidad. Frente a toda realidad contingente y mutable de lo creado, Dios se erige como el SER sumamente perfecto. Sus atributos fundamentales son conocer, crear y amar, con un poder difusivo que, llegando hasta el hombre, le permite a este encontrarse con Él.

El Problema de la Creación

Dios creó el mundo según unos modelos que son las ideas inmutables y eternas. Esta doctrina se denomina ejemplarismo. La creación consiste en la identificación de su voluntad con la realización del mundo, en un acto eterno, incluyendo el tiempo, que no es más que la sucesión de los momentos que experimentan los seres creados al desarrollarse.

Antropología: El Alma y su Origen

El alma es una sustancia completa unida accidentalmente al cuerpo. El origen del alma pasa por dos etapas en el pensamiento de San Agustín:

  • En la primera, defiende el traducianismo: el alma se transmite directamente de padres a hijos en el momento de la generación. San Agustín adopta esta postura para defender un dogma cristiano: el carácter universal del pecado original.
  • En una segunda etapa, opta por el creacionismo: el alma espiritual del hombre es creada directamente por Dios, aunque no define el momento exacto de dicha creación.

La estructura del alma manifiesta la «imagen y semejanza» de Dios al crearla. Está formada por una unidad indisoluble que posee tres facultades: memoria, entendimiento y voluntad, que se corresponden con la Trinidad de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es una sustancia completa, inmortal, que cambia en el tiempo, se conoce a sí misma, al mundo y a Dios.

Ética: El Mal y la Felicidad

San Agustín intentó explicar en qué consiste el mal. Distingue dos tipos de males:

  • El mal físico: Es consecuencia del pecado y procede de la justicia divina que castiga el pecado original y los pecados particulares.
  • El mal moral: Es el auténtico mal y consiste en la actuación voluntaria humana contra la voluntad divina. Metafísicamente, el mal es la ausencia del Ser o del bien.

Dios creó al hombre con libre albedrío, algo que es bueno en sí mismo, dado que le dota del poder de elegir amar a Dios y respetar la ley eterna (la voluntad de Dios que manda conservar el orden natural). Pero también puede elegir lo contrario. Quienes actúan bien llegarán a la verdadera felicidad, que consiste en contemplar y amar a Dios.

Política: Orden, Justicia y las Dos Ciudades

El orden es condición de la paz, que significa la concordancia de las cosas entre sí y la ordenación de los valores. El orden es una necesidad para que sea posible la justicia, que significa el respeto a la igualdad, el reconocimiento de los derechos y una exigencia esencial del Estado. La Iglesia destacará la autoridad de San Agustín, quien concibe el poder como un servicio y protección, vinculado a la autoridad divina.

Para San Agustín, el proceso histórico es la lucha entre la ciudad terrenal (la construida por el egoísmo humano) y la ciudad de Dios (dirigida por la caridad). En realidad, al hombre siempre le mueve el amor, ya sea hacia intereses materiales o hacia la caridad. Según la opción, la historia avanzará negativa o positivamente, pero siempre en orden al fin que la providencia de Dios ha previsto.

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