Marx y Nietzsche: Contextos, Ideas Clave y Legado Filosófico


Contexto Histórico y Vigencia

Contexto Histórico: Marx

En la primera mitad del siglo XIX, se vivieron importantes transformaciones socioeconómicas y culturales. La industrialización consolidó el capitalismo, con la burguesía empresarial y el proletariado como nuevas clases sociales, lo que alteró las relaciones sociales y generó tensiones políticas. Los movimientos obreros surgieron como respuesta a las duras condiciones laborales, destacando el Cartismo en 1836 y la creación de sindicatos. En 1848, Marx y Engels publicaron el Manifiesto Comunista, impulsando la conciencia de clase. Este año también fue el punto álgido de las revoluciones sociales en Europa, incluyendo la Comuna de París en 1871, que brevemente instauró un gobierno proletario. Además, la industrialización impulsó avances científicos y técnicos, mientras surgían nuevas disciplinas como la sociología, psicología y economía.

Vigencia del Marxismo

El marxismo fue influido por pensadores como Lenin, Trotski, Rosa Luxemburgo y Gramsci, entre otros. La Escuela de Frankfurt reinterpretó el marxismo desde una perspectiva crítica, alejándose del materialismo histórico y enfocándose en la alienación y la industria cultural. Aunque el marxismo inspiró revoluciones y movimientos globales, también recibió críticas por su aplicación práctica y su confrontación con el capitalismo moderno.

Pensamiento de Karl Marx

Marx: La Alienación en el Trabajo (Manuscritos de 1844)

En este fragmento de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, Karl Marx critica el sistema capitalista, en el que el trabajo deja de ser algo libre y creativo para volverse algo ajeno y opresivo. El trabajador no se siente dueño de lo que hace, ya que su labor le es impuesta y no refleja quién es realmente, sino que se le obliga a trabajar de cierta manera. En vez de encontrar satisfacción y crecimiento personal en su labor, se siente infeliz, agotado y pierde su identidad en lo que produce.

El trabajo se transforma en una forma de cumplir con las necesidades de otros, sin salir de la voluntad propia del trabajador. Es una actividad forzada, en la que el producto final ni siquiera le pertenece a él, lo que aumenta su sensación de desconexión y pérdida de control sobre su vida.

Esta situación lleva a que el trabajo se parezca a una forma de autodestrucción. La energía y el esfuerzo que invierte el trabajador no lo ayudan a desarrollarse, sino que lo consumen. Se siente como si una fuerza externa lo dominara, haciendo que viva la vida de otro. Así, la alienación no afecta solo la economía, sino también el cuerpo, la mente y el corazón.

En definitiva, el trabajo, que debería ser una expresión de libertad y creatividad, se convierte en una forma de esclavitud moderna. El ser humano, al perder el control sobre su actividad, deja de ser él mismo, renunciando a su tiempo, esfuerzo e identidad. Para Marx, esta es una de las grandes tragedias del capitalismo, pues transforma al hombre en un extraño para sí mismo.

Marx: Materialismo Histórico e Ideología (La Ideología Alemana)

En este fragmento de La ideología alemana, Marx critica la idea de que las ideas y la forma de pensar son lo que crea la realidad social. Según esta visión, se cree que el pensamiento determina el mundo, pero Marx señala que lo que realmente importa son las condiciones materiales de vida.

Para Marx, las ideas no son la causa de lo que sucede, sino que son el reflejo de la forma en que las personas viven y trabajan. Es decir, debemos fijarnos en lo que hacen las personas en su día a día, ya que en sus acciones se ven las verdaderas relaciones de poder y control.

La ideología, entendida como el conjunto de ideas que se usan para justificar y ocultar estas relaciones de poder, invierte el orden natural de causa y efecto. Se hace pasar que es el pensamiento el que manda en la realidad, cuando en realidad es la vida material la que la determina.

El enfoque de Marx es que la economía y la forma en que se producen las cosas son la base sobre la que se construyen la cultura, la política y las ideas. Por eso, para lograr un cambio real en la sociedad, es necesario cambiar las condiciones materiales en las que vivimos.

En resumen, el texto nos invita a mirar la historia de manera práctica y basada en hechos reales, dejando de lado ideas abstractas, para entender cómo las ideas dominantes ayudan a mantener el poder de ciertos grupos y perpetúan la opresión.

Contexto Histórico y Vigencia: Nietzsche

Contexto Histórico: Nietzsche

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la economía se consolidó con la Segunda Revolución Industrial, impulsada por avances científicos. Políticamente, predominó el parlamentarismo burgués y Europa difundió sistemas democráticos. Socialmente, creció la clase obrera y su resistencia al orden burgués. Culturalmente, destacaron el nacionalismo y el romanticismo, especialmente en Alemania. En ciencia, avanzaron disciplinas como la Química y la Biología, y las ciencias humanas se volvieron más experimentales.

Vigencia del Pensamiento de Nietzsche

Nietzsche influyó profundamente en la filosofía, cultura y política de los siglos XIX y XX. Su pensamiento vitalista inspiró corrientes como el existencialismo (Heidegger, Sartre) y el psicoanálisis (Freud), cuestionando valores tradicionales y proponiendo conceptos como el “superhombre” y la “voluntad de poder”. Aunque su obra fue manipulada por el nazismo, su filosofía rechaza cualquier dogma o idolatría, incluida su propia obra. Su legado sigue vigente en debates sobre libertad, autenticidad y creación de valores.

Pensamiento de Friedrich Nietzsche

Nietzsche: El Nihilismo Extremo

En este fragmento, Nietzsche reflexiona sobre el nihilismo como un estado psicológico que alcanza su punto más extremo cuando el ser humano pierde la fe en un mundo metafísico o “verdadero”. Esto sucede al darse cuenta de que no hay un propósito, una unidad ni una verdad absoluta que dé sentido a la existencia, y que conceptos como “fin”, “unidad” o “ser” son invenciones humanas sin base real.

Este nihilismo extremo lleva a aceptar el devenir, es decir, el constante cambio y transformación, como la única realidad. Se rechazan las ideas de mundos trascendentes o dioses falsos, pero esta aceptación puede resultar difícil de soportar porque el mundo, sin valores absolutos, parece perder su significado. Nietzsche señala que los valores tradicionales no eran más que respuestas humanas a necesidades psicológicas y formas de simplificar la vida.

Para Nietzsche, superar el nihilismo no consiste en reemplazar los viejos valores por otros similares, sino en destruir completamente las ideas antiguas sobre el sentido de la vida. Esto implica aceptar que el mundo no tiene un significado propio y que los valores son creaciones humanas, expresiones de nuestra voluntad y fuerza.

En este sentido, el nihilismo extremo puede ser liberador porque nos permite abandonar las ilusiones metafísicas y crear nuevos significados desde nuestra propia perspectiva.

Nietzsche concluye que esta transformación es necesaria para dejar atrás la moral y la metafísica tradicionales. Esto abre paso a una nueva forma de pensar basada en ideas como la voluntad de poder y el eterno retorno.

Aunque estas ideas pueden parecer desalentadoras al principio, se convierten en herramientas para afirmar la vida tal como es, sin necesidad de buscar justificaciones externas o trascendentes.

Nietzsche: El Eterno Retorno

En este fragmento, Nietzsche introduce el concepto del eterno retorno, una hipótesis que plantea la repetición infinita de la vida en todos sus detalles. Este pensamiento, descrito como “el peso más grande”, confronta al individuo con la necesidad de aceptar su existencia tal como es, sin arrepentimientos ni deseos de cambio. El texto explora cómo esta idea puede ser transformadora, exigiendo una reconciliación radical con la vida.

Nietzsche presenta dos posibles reacciones ante el eterno retorno: el rechazo, que lleva al sufrimiento y la negación de la vida, o la afirmación absoluta, en la que se considera este pensamiento como algo divino. Aceptar el eterno retorno implica un acto de valentía existencial que transforma al individuo y lo libera del nihilismo, permitiéndole abrazar plenamente su existencia. Esta aceptación está vinculada a otros conceptos nietzscheanos, como la afirmación de la vida, el perspectivismo y la transvaloración de los valores tradicionales.

En resumen, el eterno retorno nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la vida. Solo quienes puedan aceptar su existencia sin reservas serán capaces de superar este “peso más grande”. Al hacerlo, encontrarán en esta idea una confirmación de su ser y podrán vivir cada momento con intensidad y sentido.

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