Interim Oscenses
Entre tanto, los oscenses y los calagurritanos, que eran tributarios junto con los oscenses, le envían legados y prometen que harán lo mandado. A estos les siguen los tarraconenses, los jacetanos, los ausetanos y, pocos días después, los ilurgavonenses, que tocan la orilla del río Ebro. Piden a todos estos que les ayuden con trigo.
Inde Caesar
A continuación, César, terminadas las guerras civiles por todo el mundo, regresó a Roma. Empezó a actuar con bastante insolencia y contra la costumbre romana de libertad. Cuando casi hacía cosas propias de un tirano, se hizo una conjuración contra él por sesenta o más senadores y caballeros romanos. En consecuencia, César, cuando en la sesión del senado había llegado entre los demás a la curia, fue apuñalado con treinta y una heridas.
Antonius
Antonio, una vez repudiada la hermana de Octaviano, tomó por esposa a Cleopatra, reina de Egipto. Fue vencido por Augusto en una famosa e ilustre batalla naval en Accio, lugar que está en el Epiro. Desde este lugar huyó a Egipto y, perdidas las esperanzas, cuando todos se habían pasado a Augusto, él mismo se dio muerte. Cleopatra se entregó a un áspid y cayó muerta por su veneno.
Tiberius
Tiberio ejerció el poder con gran despreocupación, con grave crueldad, con malvada avaricia, con indecente lujuria. En efecto, él personalmente no luchó en ningún sitio; hizo las guerras a través de sus legados. Este, al vigésimo tercer año de su imperio, a la edad de setenta y ocho años, con gran gozo de todos, murió en la Campania.
Successit ei
Le sucedió Calígula, muy malvado y siniestro, quien también llegó a excusar los actos indecorosos de Tiberio. Realizó la guerra contra los germanos y, habiendo entrado en Suevia, nada hizo con valentía. Cometió incesto con sus hermanas, y de una también tuvo una hija. Dado que se encolerizaba contra todos con gran avaricia, desenfreno y crueldad, fue asesinado en el Palatino a la edad de veintiocho años.
Successit huic
Sucedió a este Nerón, que alteró el Imperio y lo disminuyó. Eliminó sin miramientos a una parte del senado y fue enemigo de todos los buenos. Al final se denigró con tan gran deshonor que no solo bailaba sino que también cantaba en escena con vestido de citaredo o actor trágico. Incendió la ciudad de Roma para contemplar la imagen de este espectáculo, igual que en otro tiempo había ardido Troya una vez conquistada.
Verani
Veranio, el más querido entre todos mis amigos,
preferido a trescientos mil otros,
¿has vuelto ya a tu hogar, a tus Penates,
a tus hermanos unánimes y a tu anciana madre?
Podré verte sano y escucharte narrar
—como es tu costumbre— los lugares, las hazañas, los pueblos del país de los íberos,
y abrazando tu cuello,
besaré tu dulce rostro y tus ojos.
Cenabis
Cenarás espléndidamente, mi querido Fabulo, en mi casa
dentro de pocos días —si los dioses te son favorables—,
si traes contigo una buena y abundante cena,
y no sin una chica encantadora,
vino, sal (ingenio) y todas las risas del mundo.
Si traes esto, repito, amable amigo mío,
cenarás como un rey. Pues la bolsa de tu Catulo está llena de telarañas.
Passer
el gorrión, delicias de mi amada,
a quien ella amaba más que a sus propios ojos.
Pues era dulce como la miel y reconocía
a su dueña tan bien como una niña a su madre,
y nunca se movía de su regazo,
saltando tan sólo de aquí para allá,
y piando continuamente sólo para su señora»
Issa
Issa es más pura que el beso de paloma,
Issa es más dulce que todas las muchachas,
Issa es más valiosa que gemas de Indias,
Issa, la perrita, es el encanto de Publio.
A ella, si se queja, creerías que habla:
conoce la tristeza y la alegría.
Recostada en el cuello, duerme y captura sueños
de modo que ni suspiros se perciban»
Vivamus
y los rumores de los viejos severos
¡valuémoslos todos en un solo as!
Los soles pueden morir y renacer:
para nosotros, cuando una vez se apague esta luz breve,
habrá que dormir una noche eterna.
Dame mil besos, luego cien,
después otros mil, luego una segunda centena,
después, otra vez mil, después cien»
Vitam
queridísimo Marcial, son estas:
- fuerza noble, cuerpo saludable,
- sencillez prudente, amigos leales,
- convivencia fácil, mesa sin pretensiones,
- noches no de borrachera, pero sí libres de preocupaciones,
- un lecho no triste, aunque sí casto,
- un sueño que acorte las sombras de la noche;
- que quieras ser lo que eres, y nada más desees,
- y ni temas ni anheles el día final»