Periodos Clave de la II República Española: Gobierno, Constitución y Crisis


La Segunda República Española (1931-1936)

El Gobierno Provisional (Abril-Diciembre de 1931)

En la noche del 14 de abril de 1931, Niceto Alcalá Zamora proclamaba en Madrid la II República mientras se constituía, bajo su presidencia, un gobierno provisional. En él se daban cita los integrantes del Pacto de San Sebastián. Había en él republicanos de distintas opciones: Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura, de la Derecha Liberal Republicana; Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio, del centrista Partido Radical; de partidos republicanos de izquierda figuraban Manuel Azaña (de Acción Republicana) y Marcelino Domingo (del Partido Republicano Radical-Socialista); por el Partido Socialista (PSOE) figuraban Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero. También se incluyeron dos representantes de partidos nacionalistas, uno catalán (Esquerra Republicana de Catalunya) y otro gallego.

El Gobierno Provisional convocó, para el mes de junio de 1931, elecciones a Cortes Constituyentes. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue su intensa e inmediata labor legislativa, que incluyó importantes reformas agrarias, del ejército y de la educación.

Conflictos del Gobierno Provisional

Importantes fueron los conflictos a los que tuvo que enfrentarse el Gobierno Provisional:

  • Con el nacionalismo catalán: Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana de Catalunya, decidió proclamar la “República Catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica (república federal)”. La crisis se resolvió restaurando la Generalitat.
  • Con la Iglesia: Volvió el anticlericalismo más atroz, con grupos de incontrolados dedicándose a incendiar iglesias, conventos y colegios religiosos. La jerarquía católica se mostró en contra de la República y de la Constitución de 1931. El cardenal de Toledo, Pedro Segura, se mostró muy crítico en una carta pastoral y pedía que los españoles se levantaran contra ella. Esto le valió ser expulsado al exilio por el Gobierno Provisional.
  • Con el movimiento obrero: La CNT, el sindicato anarcosindicalista, utilizó la huelga como instrumento de lucha. Sin embargo, los enfrentamientos con las fuerzas del orden (Guardia Civil o la Guardia de Asalto, cuerpo de policía creado por la República) terminaban convirtiéndose en sucesos sangrientos.

El Gobierno Provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes, celebradas el 28 de junio de 1931. La conjunción de republicanos y socialistas que constituían el Gobierno Provisional abarcaba al 80% de la Cámara, siendo los dos partidos más votados el Socialista, con 116 diputados, y Acción Republicana (partido de Azaña), con 90.

La Constitución de 1931

Las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931 dieron la victoria a los partidos de izquierda, que obtuvieron la mayoría en las Cortes (poder legislativo). Por ello, la Constitución de 1931 tenía un marcado carácter izquierdista y social (con énfasis en políticas sociales).

Esto se reflejó en el artículo 1º, que establecía: «España es una República democrática de trabajadores de toda clase…».

La Constitución reconocía el principio de «Soberanía nacional» o popular y una amplia declaración de derechos, incluyendo:

  • Igualdad ante la ley.
  • Voto femenino: El artículo 36 establecía que «Los ciudadanos de uno y de otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes.»
  • Estado aconfesional: El Estado español no tenía religión oficial.
  • Matrimonio civil y divorcio (artículo 43).
  • Se abría la posibilidad de otras lenguas oficiales además del castellano.
  • Garantías jurídicas.
  • Antimilitarismo o antibelicismo.
  • Creación de las comunidades autónomas (artículo 11 y siguientes). También se especificaba qué competencias eran del Estado (Gobierno nacional) y cuáles podían ser transferidas a las comunidades autónomas.
  • Principio de no discriminación (artículo 25, por sexo, riqueza, religión, etc.).

Además, se incluyeron medidas contra la Iglesia Católica. En el artículo 26 se establecieron medidas como dejar de mantener al clero, la obligación de pagar impuestos y la prohibición de dedicarse a negocios o educación. Se incluyó la expulsión de los jesuitas (debido a su «cuarto voto» de obediencia al Papa). También se debilitó la influencia de la Iglesia Católica con la introducción del matrimonio civil y el divorcio. Estas medidas fueron consideradas «anticlericales» y pusieron a la Iglesia en contra de la República.

La Constitución también establecía la división de poderes.

El Bienio de Izquierdas (1931-1933)

Reformas iniciadas durante el Gobierno Provisional y continuadas en este periodo:

Reforma Agraria

Los decretos impulsados por el ministro de Trabajo, Largo Caballero, establecían, por ejemplo, el decreto de términos municipales, que buscaba mejoras en las condiciones de trabajo de los jornaleros. Aquí se planteaba la lucha de clases entre un campesinado, en espera del “reparto de la tierra”, y unos propietarios dispuestos a mantener sus propiedades. La reforma agraria, que venía coleando desde el siglo XVIII, creó grandes expectativas entre los jornaleros del campo, para quienes la República no podía fallarles. Pero solucionar el problema de la tierra no era fácil. En la estructura de la propiedad predominaban los extremos (latifundios y minifundios), y los grandes propietarios ya no eran la Iglesia y los municipios, sino la nobleza y los propietarios burgueses que no estaban dispuestos a perder sus tierras, aunque se les indemnizara. Para la aplicación de la Ley de Reforma Agraria (septiembre de 1932) se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA) con un presupuesto muy bajo. Además, el proceso era complejo: había que inventariar las propiedades, el IRA las confiscaba y las pasaba a las Juntas Provinciales, y estas, a su vez, a los campesinos. Su aplicación, en definitiva, fue muy lenta, lo que exasperaba a los jornaleros del campo, mientras los propietarios estaban dispuestos a organizarse para defender sus intereses. El escaso presupuesto y la paralización de la reforma agraria en 1933 hicieron que el problema persistiera.

Reforma del Ejército (Ley Azaña)

Los decretos sobre el Ejército fueron obra del ministro de la Guerra, Manuel Azaña, y crearon un profundo malestar en las filas militares. Se pretendía acabar con el «golpismo» o la intervención del ejército en la política. Un primer decreto obligaba a los militares a suscribir una promesa de fidelidad a la República; otro ofrecía el pase a la reserva, con el sueldo íntegro, a todos los generales, jefes y oficiales que así lo solicitasen.

Reforma Educativa

La Constitución de 1931 proclamó la escuela única, la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria, la libertad de cátedra y la laicidad de la enseñanza. Los decretos de Instrucción Pública, firmados por el ministro Marcelino Domingo, preveían la creación de 10.000 escuelas y, consiguientemente, de plazas para maestros. El Gobierno estaba dispuesto a promover una enseñanza laica y acabar con el analfabetismo.

Reforma Religiosa

En la Constitución de 1931 se tomaron diferentes medidas para reducir el poder e influencia de la Iglesia Católica (anticlericalismo). En el artículo 26 se establecieron medidas como dejar de mantener al clero, la obligación de pagar impuestos y la prohibición de dedicarse a negocios o educación. Se incluyó la expulsión de los jesuitas (debido a su «cuarto voto» de obediencia al Papa). También se debilitó la influencia de la Iglesia Católica con la introducción del matrimonio civil y el divorcio.

Reforma Administrativa (Comunidades Autónomas)

Se crearon las comunidades autónomas (artículo 11 y siguientes). El 9 de septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Se celebraron las primeras elecciones a la Generalitat, que dieron el triunfo a Esquerra Republicana de Catalunya. En consecuencia, Francesc Macià se convirtió en el primer Presidente de la Generalitat de Cataluña.

En el País Vasco, los nacionalistas del PNV seguían tramitando su Estatuto de Autonomía, que entró en las Cortes a finales de 1933. También se aprobó la autonomía de Galicia en 1936. En ambos casos, la Guerra Civil frenó el proceso.

Otras Reformas Sociales y Laborales

Se aprobaron importantes leyes, como el derecho a siete días de vacaciones pagadas, aumentos salariales y la jornada de 8 horas.

El Gobierno de izquierdas tuvo en contra a los partidos de derechas y a la Iglesia Católica. Los movimientos de izquierda más radicales (anarquistas o CNT) tampoco estaban contentos por la lentitud de las reformas, ya que buscaban la «revolución socialista».

En Andalucía hubo levantamientos en varios pueblos, pero en Casas Viejas (Cádiz) los sucesos ocurridos fueron muy graves (11 y 12 de enero de 1933). Los jornaleros de la CNT ocuparon el cuartel de la Guardia Civil e iniciaron la revolución. Hubo un fuerte combate para restablecer el orden, resultando en 28 muertos. La masacre de Casas Viejas desacreditó al Gobierno de Azaña y contribuyó a su caída. La oposición radical y de la derecha responsabilizó a Azaña de los hechos. Pocos meses después se convocaron nuevas elecciones.

En 1932, fracasó el golpe de Estado encabezado por el general Sanjurjo, quien fue encarcelado pero liberado durante el Bienio de Derechas y tendría un papel importante en el «Alzamiento Nacional».

En la derecha también se formaron grupos radicalmente antirrepublicanos, como Renovación Española, partido de la derecha monárquica, dirigido por José Calvo Sotelo. Los carlistas, reorganizados en la Comunión Tradicionalista Española, se habían convertido en un movimiento de ultraderecha autoritaria. También surgió, en octubre de 1933, Falange Española, creada por José Antonio Primo de Rivera como variante española del fascismo, a la que en 1934 se adhirieron las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), dirigidas por Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo. Estos tres grupos apoyarían el «Alzamiento Nacional».

El Bienio de Derechas (1933-1936)

En noviembre de 1933 se realizaron nuevas elecciones.

Las elecciones generales de noviembre de 1933, en las que, de acuerdo con la Constitución, las mujeres ejercieron su derecho al voto por primera vez, dieron el triunfo a la derecha. Los partidos de derechas se unieron en una coalición, la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), dirigida por José María Gil Robles. La CEDA logró 115 diputados y se convirtió en el primer partido del país; los radicales (Partido Republicano Radical) de Alejandro Lerroux obtuvieron 102. Ambos formaron gobierno, presidido por Lerroux, con el apoyo parlamentario de la CEDA.

Gobierno Radical-Cedista (Diciembre de 1933 – Febrero de 1936)

El Gobierno de Lerroux paralizó las reformas del bienio anterior. Esto provocó reacciones en la izquierda y el nacionalismo.

La Crisis o «Revolución» de Octubre de 1934

  • En Cataluña: La rebelión fue política, protagonizada por la Generalitat. El presidente Companys se declaró en rebeldía contra el Gobierno de Lerroux y proclamó el “Estado Catalán dentro de la República Federal Española”. Duró unas horas, y la guarnición militar de Barcelona, dirigida por el general Batet, acabó con la intentona de Companys, quien fue detenido junto con el resto del Gobierno de la Generalitat.
  • En Asturias: Se produjo una revolución obrera, traducida en un violento movimiento insurreccional. Aquí se había formado una Alianza Obrera, modelo que defendía Largo Caballero, que agrupaba al PSOE-UGT, la CNT y a los comunistas. Entre el 5 y el 19 de octubre, millares de obreros y mineros bien armados ocuparon la provincia. Los sublevados asaltaron cuarteles de la Guardia Civil, hubo asesinatos de sacerdotes y propietarios burgueses, y quema de iglesias y conventos.

El Gobierno recurrió a la Legión y a las tropas de Regulares de Marruecos, en una operación coordinada por el general Franco. La revolución dejó un balance aterrador: 1.100 muertos entre los insurrectos, unos 2.000 heridos y unos 300 muertos entre fuerzas de seguridad y del ejército. En toda España se practicaron miles de detenciones, calculándose en torno a unas 30.000.

Los sucesos de octubre debilitaron al Gobierno, pero su fin tuvo que ver con la corrupción económica. Los escándalos del «Estraperlo» y el «asunto Nombela» (sobornos a miembros del Partido Radical), que afectaban al propio Lerroux, provocaron su caída.

El Gobierno del Frente Popular (Febrero-Julio de 1936)

Las Elecciones de Febrero de 1936

El 15 de enero de 1936 se formó una amplia coalición de partidos de izquierda, el Frente Popular. En concreto, se incorporaron Izquierda Republicana, Unión Republicana, el PSOE, el PCE, la UGT y otras organizaciones.

Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular. En consecuencia, el poder cambió, pasando el Gobierno de la República de las manos de la derecha a las de la izquierda. Sin embargo, el Frente Popular no logró estabilizar el proceso político.

Manuel Azaña pasó de ser jefe de gobierno a ser presidente de la República, y Santiago Casares Quiroga ocupó su puesto al frente de un gobierno sin socialistas. Con todo, este gobierno puso en marcha el programa del Frente Popular, que reanudó las reformas del bienio de izquierdas. Se concedió una amnistía general para todos los encarcelados por delitos “políticos y sociales” en relación con la Revolución de Octubre de 1934; se restableció el Estatuto de Autonomía de Cataluña, y Companys volvió a presidir la Generalitat. Continuaron los trámites para los estatutos de Galicia y el País Vasco. Las organizaciones sindicales volvieron a movilizar a los trabajadores, y se acentuaron las huelgas. La escalada de huelgas, desórdenes y atentados demostraba que los sectores más violentos se estaban imponiendo en ambos bandos.

La violencia callejera se traducía en atentados y enfrentamientos, mientras volvían los ataques e incendios de edificios religiosos.

El clima de radicalización social y política, con duros enfrentamientos entre la derecha y la izquierda, hacía difícil cualquier vía de diálogo. Mientras, la conspiración militar iba precisándose. El Gobierno, en previsión de una posible intervención militar, había alejado a los generales sospechosos con destinos distantes entre sí: Franco a Canarias, Goded a Baleares y Mola a Navarra. Pero estos cambios no sirvieron para frenar el golpe militar. El 12 de julio fue asesinado el teniente José del Castillo, de la Guardia de Asalto, y el 13 de julio, como represalia, sus compañeros decidieron asesinar a José Calvo Sotelo. Se considera que este hecho aceleró el proceso hacia la insurrección. El 17 de julio, la guarnición de Melilla se sublevó y la sublevación se extendió, con éxito, a todo el protectorado en Marruecos ese mismo día. El 18 se extendió a la Península. Antes de terminar el mes de julio, España había quedado dividida en dos zonas: una, leal a la República; la otra, al lado de la sublevación militar. Comenzaba la Guerra Civil.

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