Planificación en cascada


4. LAS COMPONENTES DE LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO    Desde el enfoque de la Carta Europea, pero bajando a niveles más concretos, se entiende  como muy ajustada, la consideración de Serrano Rodríguez de la Ordenación del Territorio  como integrada por dos niveles diferenciados: el Análisis Territorial o disciplina científica  básica y la Planificación Territorial o disciplina científica aplicada.    En cuanto que Análisis Territorial, la Ordenación del Territorio es una disciplina científica que  exige  una  aproximación  interdisciplinaria  y  global,  y  que  posibilita  la  definición  y  comprensión del modelo de desarrollo territorial (la forma en que se ocupa y utiliza el  espacio),  que  es  el  reflejo  espacial  de  una  determinada  formación  social,  de  una  determinada sociedad en un tiempo y espacio determinado.    
                                                 4 Ley 6/1989, de 7 de Julio, de Ordenación del Territorio de la Comunidad Valenciana. (DOGV 191/1989 de 11  de Agosto)  Autor: Enrique Antequera
Tema 1.1.‐9 
En  cuanto  que  Planificación  Territorial,  es  una  disciplina  instrumental  y  una  técnica  administrativa dirigida a la consecución de los objetivos previamente definidos.    4.1.‐ La noción de Análisis Territorial      • Definición: El Análisis Territorial o espacial, se define como la disciplina científica  que tiene por objeto conocer y comprender los efectos de todo tipo (económicos, sociales,  medio ambientales, etc.) que se producen en el territorio.
En particular, el Análisis Territorial, por su propia definición, debe partir de una información,  y contar con unos instrumentos que le permitan desarrollar los procesos de seguimiento de  la dinámica territorial, que sirvan de base para los análisis y estudios correspondientes.     Por tanto, el Análisis Territorial mantiene unas relaciones muy estrecha con numerosas  disciplinas científicas, que aportan criterios e instrumentos específicos de cada una de ellas,  al  conocimiento  del  territorio.  La  Figura  4.1.A  adjunta  refleja  las  diferentes  disciplinas  vinculadas a la Ordenación del Territorio.    Como  se  puede  observar  en  la  figura,  se  está  ante  disciplinas  diferenciadas a la propia Ordenación  y ajenas a su práctica. La misión de  los profesionales de la Ordenación  debe ser, por tanto, seleccionar sus  formulaciones  para  encontrar  en  ellas  criterios  que  contribuyan  al  mejor conocimiento del territorio y  a la toma de decisiones.Tras la fase de ANÁLISIS, el DIAGNÓSTICO TERRITORIAL tiene como objetivo sintetizar la  problemática territorial existente y definir el modelo territorial existente en el espacio  analizado.  
4.2.‐ La noción de Planificación Territorial    Como PLAN se entiende, de una forma amplia, todo conjunto de actuaciones, políticas o  disposiciones que pretendan acercar la realidad observada a la realidad deseada.     Inicialmente, la Planificación Territorial parte de la existencia de unos problemas a resolver o  de unos objetivos a alcanzar, que son definidos externamente al propio proceso, y que  previamente al proceso de planificación pueden ser ampliados, matizados o corregidos, en la  fase de REFORMULACIÓN DE OBJETIVOS      •  Definición:  La  noción  de  Planificación  Territorial  se  basa  en  la  definición  de  elementos y esquemas fundamentalmente instrumentales, que buscan facilitar la toma de  decisiones a los agentes sociales  que deben adoptar, aprobar o promulgar los planes,  políticas o medidas derivadas de los objetivos previamente definidos y de la problemática  detectada en el territorio.     De  esta  forma,  la  Planificación  no  se  puede  considerarse  específicamente  como  una  disciplina científica básica, ni tampoco como un proceso exclusivamente técnico, debiendo  considerarse como una disciplina científica aplicada, heredera de los aportes recibidos del  Análisis Territorial y subsidiaria de los objetivos establecidos por el cuerpo social.     El proceso de Planificación Territorial se centra entonces, en la propuesta de actuaciones  dirigidas a resolver los problemas existentes que puedan ser resueltos; alcanzar los objetivos  que sean viables de los definidos con los medios disponibles; a determinar y evaluar los  efectos directos e indirectos ‐o externos‐ ligados a cada actuación considerada y, por último,  a articular, programar y definir los aspectos normativos, económicos, de ordenación y de  gestión ligados a las actuaciones seleccionadas.     El esquema de este proceso se recoge en la Figura 4.2 adjunta, donde la fase de Análisis  comprendería el análisis del sistema territorial y el de la capacidad de intervención.A esta fase le sigue el diagnóstico; mientras que la de Planificación, subsidiaria de la anterior, se  centraría en las propuestas concretas plasmadas en las diferentes figuras de ordenación  existentes
5. JUSTIFICACIÓN DE LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO    
  1) La necesidad de una planificación del desarrollo    La Ordenación del Territorio se justifica, en primer lugar, por la preferencia del enfoque  planificado frente a la evolución espontánea, regida por las leyes del mercado y el juego de  los grupos de interés, del sistema territorial. El “dejar hacer” difícilmente puede garantizar el  cumplimiento de los criterios de racionalidad y sostenibilidad que el concepto comporta ni la  función social que se exige a la propiedad; antes bien, la experiencia enseña que sin reflexión  y  previsión  de  futuro,  el  crecimiento  espontáneo  lleva  a  la  aparición  de  actividades  desvinculadas del medio, a su localización desordenada, a un comportamiento insolidario e  insostenible a largo plazo, y provoca desequilibrio territorial, ocupación y uso desordenado  del suelo, degradación ambiental, destrucción de recursos y externalidades de todo tipo,  respecto  de  los  cuales  los  mecanismos  de  mercado  resultan  inoperantes,  cuando  no  contraproducentes.    Esta misma necesidad implica igualmente, la superación de la parcialidad y el reduccionismo  implícito ‐o explícito‐ en muchos planes sectoriales cuyas actuaciones inciden negativa o  positivamente  sobre  el  territorio.  El  sistema  territorial,  de  acuerdo  con  la  teoría  de  sistemas6, no puede ser entendido ni planificado si no es como un todo. Lo que debe  desarrollarse es el territorio en toda su complejidad.       2) La superación de ciertos paradigmas sociales    La sociedad moderna presenta diversos paradigmas que de forma recurrente se dan en  todos los países y regiones, los cuales justifican con más claridad el enfoque integral y  planificado que comporta la ordenación territorial. Estos paradigmas son:      2.1.‐ La tendencia del estilo de desarrollo actual hacia el desequilibrio territorial. El  modelo de desarrollo que impera se proyecta en el territorio según el denominado modelo  centro‐periferia, que se caracteriza por la concentración de la población y las actividades en  determinados puntos, ejes o zonas: los centros, y el paralelo vaciado de otras: las periferias.  El modelo se da a todos los niveles: mundial, regional y local, e incluso es aplicable a las  relaciones campo‐ciudad, y se manifiesta en graves desequilibrios territoriales.    2.2.‐  Las  pautas  de  consumo  y  comportamiento  irracional  de  la  población.  Equivocadamente, la población suele relacionar la felicidad con un continuo aumento del  consumo  de  energía  y  bienes  materiales,  lo  que  tiene  consecuencias  evidentes  en  la  sobreexplotación de los recursos.      2.3.‐ La pugna entre interés público e interés privado. El interés privado y a corto  plazo de los agentes socioeconómicos impide asumir en todas sus consecuencias la función  social de la propiedad como principio capaz de garantizar la coherencia y funcionalidad del  sistema territorial.      2.4.‐ La aparente contradicción entre conservación y desarrollo. El comportamiento  de los agentes socioeconómicos manifiesta una idea depredadora sobre la naturaleza y sus  recursos,  a  cuya  explotación  difícilmente  reconocen  límites,  mientras  consideren  más  rentable contaminar que depurar.
 2.5.‐ La competencia entre sectores socioeconómicos. Que se manifiesta en términos  de competencia por diversos recursos y en desconfianza de unos sectores con otros. En este  juego de competencias muchas actividades son expulsadas de las ciudades hacia el campo  donde compiten con la agricultura o con las áreas naturales, y todas buscan aquellos lugares  privilegiados por sus carácterísticas o por sus valores.      2.6.‐  La  conflictividad  entre  intereses  locales  e  intereses  derivados  de  ámbitos  superiores. Esta conflictividad deriva de la diferente perspectiva que se tiene del sistema  territorial según se observe desde una óptica estrictamente local o se amplíe al conjunto del  sistema territorial. 
 3) Problemas concretos      
3.1.‐ Problemas que se derivan del desequilibrio territorial (áreas con un fuerte nivel  de congestión y otras desertificadas).      3.2.‐  La  degradación  ambiental  debido  a  localizaciones  incompatibles  y  la  sobreexplotación y despilfarro de los recursos naturales.      3.3.‐  Mezcla  y  superposición  desordenada  de  usos,  en  muchas  ocasiones  sin  consideración de los riesgos naturales y tecnológicos7.      3.4.‐  Dificultades  para  dotar  a  toda  la  población  de  equipamientos  y  servicios  públicos.      3.5.‐ Descoordinación entre distintos organismos públicos e incluso entre distintos  departamentos de un mismo organismo.    A modo de resumen, se puede señalar que un Plan Territorial, síntesis de los procesos de  Análisis  y  de  Planificación  Territorial,  debe  perseguir  la  desaparición  de  los  problemas  indicados para alcanzar su objetivo emblemático: la mejora de la calidad de vida de los  ciudadanos. Para ello debe diseñar fundamentalmente dos políticas:      ● Una estrategia de desarrollo económico, social, cultural y ambiental, expresada  mediante un conjunto de actividades a localizar y diseñar a partir de:    ‐ Su capacidad endógena de desarrollo.  ‐ El papel que le corresponde en relación con otras regiones de su mismo rango, de  acuerdo con criterios de equilibrio, funcionalidad y complementariedad.  ‐ Las directrices emanadas de niveles de decisión superiores.  ‐ Las acciones previstas en niveles de decisión inferiores.      ● La distribución ordenada de dichas actividades en el espacio según un triple  principio:    ‐  Adaptación a la capacidad de acogida del medio físico.    ‐  Optimización de las interacciones entre las actividades a localizar.    ‐  Uso múltiple del territorio.  



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