Sonetos divertidos de Quevedo


Movimiento cultural y artístico que se inicia a fines del XVI y se desarrolla en el XVII como una evolución del arte renacentista hacia formas más recargadas. En España estamos en el reinado de los últimos Austrias (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), período de decadencia y crisis. La sociedad barroca se caracteriza por un sentimiento de desconfianza del cual nace una actitud desengañada y un arte extremadamente ornamental, acentuándose el alejamiento del ideal humanista de tolerancia y racionalidad.

Los autores del XVII no son innovadores, parten del Renacimiento y evolucionan para encontrar una nueva forma de expresión que se caracteriza por la complicación formal.
Nacen así dos nuevas formas de expresión que se basan en el mismo criterio:
complicación formal;
Y son:

Conceptismo y culteranismo

El culteranismo, también llamado gongorismo, se identifica con los recursos utilizados por Góngora;
El conceptismo tiene como principal representante a Quevedo.
Ambos tienen en común:

– La complicación del lenguaje: se alejan de la lengua cotidiana para buscar la belleza y el ingenio

– Buscan la complicidad del lector culto que sepa entender sus textos y disfrutarlos

– Buscan la renovación estética por el uso acumulativo de recursos estilísticos ya presentes en el Renacimiento.

Se diferencian en:




La nueva poesía reflejó los contrastes carácterísticos de la época. De este modo, junto a un tratamiento serio de temas como el desengaño o la muerte, se desarrolló una tendencia poética de carácter humorístico y satírico. El Barroco admite una gran variedad de asuntos, pero entre ellos destacan algunos como los sueños o la mitología.

En cuanto a las formas, la poesía barroca se caracteriza por alternar la métrica culta procedente de Italia, como el soneto, con formas de la literatura popular, como los romances, las coplas o las letrillas.  Los géneros y la métrica siguen siendo esencialmente los mismos que en el Renacimiento. 

La poesía barroca se caracteriza por perseguir la originalidad y por buscar la admiración del lector mediante el ingenio. Esto ocasiona que en el Barroco abunde el empleo de los recursos retóricos, lo que contribuye a que, en ocasiones, la poesía de esta época sea oscura y difícil de forma consciente.

El Barroco busca la ruptura del equilibrio entre forma y contenido que caracterizaba a las obras literarias del período anterior. Este propósito común de desestabilizar se encuentra en la base de las dos principales tendencias renovadoras de la época: el culteranismo y el conceptismo.

Quevedo revela un dominio magistral de la lengua: la ironía, la parodia, los juegos de palabras basados en el parecido fónico (paronomasias) o en el doble sentido (dilogías) y las metáforas que se apoyan en relaciones sorprendentes son constantes en su poesía. El poeta recurre con frecuencia a expresiones vulgares y coloquiales, e incluso crea nuevas voces (neologismos). Quevedo adopta así una actitud de juego permanente con el lenguaje. 

La poesía de Quevedo es muy variada; en ella se abordan prácticamente todos los temas. En su obra hay, en efecto, poemas filosóficos, religiosos, morales, amorosos, satíricos, laudatorios, etc.

En la poesía amorosa, Quevedo sigue el modelo petrarquista y retrata los momentos y anécdotas del sentimiento amoroso. La descripción de la belleza y de la sensualidad de la mujer da un tono singular a sus poemas.

Su poesía filosófica, religiosa y moral está formada por una serie de creaciones de tono angustiado, salmos en los que reflexiona sobre la vida, sobre Cristo y composiciones relacionadas con las virtudes, el dominio de las pasiones y los vicios.

En sus poemas burlescos y satíricos, junto al tono humorístico se percibe también una visión pesimista. Algunos de los temas que aborda son las costumbres de su tiempo, la sátira de rivales literarios como Góngora o la parodia de personajes mitológicos. Cualquier motivo, cualquier tipo o carácter puede ser objeto de su deformación caricaturesca.


El estilo de Lope de Vega es variado; es en general un lenguaje que tiende a la sencillez. Sin embargo, en sus composiciones se observan también rasgos propios del culteranismo y del conceptismo, así como una influencia de la lírica de origen popular. Lope cultiva diversas formas poéticas:

La poesía de inspiración popular está representada fundamentalmente por sus romances (Romancero Nuevo), que a menudo reflejan su biografía. Sus temas se ajustan a los gustos literarios de la época y con frecuencia recrean el mundo morisco y pastoril.

Su poesía de inspiración culta se expresa generalmente en sonetos. Las tres grandes obras poéticas de Lope son las siguientes:

Rimas, obra de temática amorosa e inspiración petrarquista.

Rimas sacras, consecuencia de su crisis personal, presenta una inspiración religiosa que contrasta con la orientación profana del resto de su creación literaria. La obra se caracteriza por la variedad temática y métrica.

Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos corresponde a la etapa final de su poesía, en la que muestra un tono antigongorino y desengañado. En ellas, el autor se desdobla en el personaje Tomé de Burguillos, supuesto autor de las composiciones.

Luis de Góngora es el máximo representante del estilo culterano. En su obra se distinguen habitualmente dos vertientes: los poemas cultos y los poemas populares.

En su poesía de influencia culta, escrita en su mayoría en arte mayor, usó la métrica de origen italiano y los recursos propios del culteranismo.
Se incluyen en esta línea sus sonetos y dos extensos poemas:

La Fábula de Polifemo y Galatea relata la historia mitológica del amor del cíclope Polifemo por la ninfa Galatea. La ninfa está enamorada de Acis, hijo de un fauno y de una ninfa, al que Polifemo mata dejándole caer encima una peña. Los dioses, apiadados, convierten a Acis en río. En esta obra aparece reflejado el contraste Barroco entre la belleza y lo monstruoso a través de sus protagonistas.

Las Soledades narran la historia de un joven náufrago que es acogido por unos cabreros y por unos pescadores, lo que le da la oportunidad de conocer el mundo idílico de estos personajes.

Ambas están escritas en ese estilo oscuro y difícil, lleno de cultismos, referencias mitológicas, complejas metáforas y violentos hipérbatos (alteración del orden).

Temas:


Amor, carpe diem, elogio a personas conocidas, evocaciones de paisajes o asuntos morales

Predominan los poemas de carácter serio, pero también escribíó sonetos burlescos, entre ellos algunos dedicados a escritores de la época. Góngora cultivó además una poesía de influencia popular, como romances y letrillas, que son composiciones sobre temas diversos (moriscos, pastoriles, burlescos, religiosos)
, en las que utilizó un estilo menos artificioso. Muchos de estos poemas adquieren un tono satírico y en ellos se caricaturiza a diversos tipos sociales.



la letrilla está compuesta por seis estrofas de seis versos octosílabos más el estribillo tetrasílabo; riman en consonante abbaac+c (del estribillo).

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *